La Editorial Bomarzo, que se destaca por la publicación de obras siempre interesantes en materia de relaciones laborales y de seguridad social, acaba de llevar a las librerías una monografía de la profesora de la Universidad de Vigo, Emma Rodriguez, en la que se examina de forma muy ágil y conveniente, las instituciones de la conciliación entre la vida personal y el trabajo en relación precisamente con el trabajo de cuidados a familiares. Un resumen de su contenido en el texto que sigue a continuación.
La obra comentada se inscribe en una línea de estudios sobre la conciliación de la vida personal y laboral de las personas que trabajan, a la que aporta novedades importantes en el enfoque y en el contenido. En el enfoque, porque no prioriza los mecanismos del permiso parental ni la situación de maternidad como tipo-ideal de la regulación normativa en torno a la cual se articulan las medidas de conciliación. Se sitúa por así decirlo un paso atrás, para abordar, como de forma nítida precisa el título de su obra, las instituciones de la conciliación desde la perspectiva del cuidado a familiares. Con ello, y como subraya su prologuista, el catedrático de la Universidad de Vigo Jaime Cabeza, salta de un enfoque predominantemente basado en el ámbito familiar, a uno que privilegia un problema social, la atención a las personas mayores dependientes y produce un “cambio de rumbo doctrinal” que debe ser anotado.
La producción legislativa española, tanto en materia de trabajo como de seguridad social, pivota sobre la Ley 39/1999, pionera en este tema, la Ley 39/2006 de dependencia y la Ley Orgánica 3/2007. Ley insuficiente y sesgada la primera, imposibilitada en su ejecución la segunda sobre la base de la crisis que engulle el desarrollo y la tutela de derechos sociales básicos, y retórica y no desarrollada la última y trascendente Ley de Igualdad. Por eso el libro de Emma Rodriguez plantea el análisis del tema a partir de un examen comparado de cómo se regulan estas cuestiones en los países escandinavos. Y ese comparatismo permite, de forma casi inmediata, comprender mucho mejor las claves de nuestro sistema legal, los problemas mal resueltos y las diferentes formas de abordar desde las políticas públicas esta problemática. La autora realizó una amplia estancia de investigación en Bergen (Noruega) para la realización del libro, que a su vez es objeto de un proyecto subvencionado por la Xunta de Galicia.
Dividido en cuatro capítulos y precedido de una introducción, la autora aborda en primer lugar la problemática europea y española de la igualdad, la conciliación y el empleo con especial referencia al cuidado de familiares. A continuación se examinan las instituciones legales para el cuidado de familiares, es decir, los permisos, las reducciones de jornadas y las excedencias, contrastando esta regulación con la que se efectúa en los países nórdicos. El tercer capítulo se dedica a exponer las instituciones que ha ido creando la negociación colectiva, fundamentalmente en relación con las cláusulas de flexibilidad de los horarios de trabajo y su interpretación judicial . Aquí también es muy ilustrativo el ejemplo de los convenios colectivos nórdicos, en un sistema de relaciones laborales en el que la autonomía colectiva es muy decisiva. El último capítulo se dedica a las medidas de corresponsabilidad y, de forma muy señalada, las políticas públicas que se sustancian en la prestación de servicios y transferencia de rentas.
El modelo social y político donde se asienta un tratamiento protector del cuidado de familiares y en concreto la tutela a las personas dependientes es muy distinto en los países escandinavos que en los países mediterráneos, donde el cuidado informal que proporciona el entorno del sujeto dependiente y en especial el trabajo de cuidado de las mujeres, resulta determinante.
La perspectiva comparatista de este excelente libro sugiere a su vez nuevos argumentos para defender una reformulación de la cláusula del estado social y de la acción de los poderes públicos que se fundamente en las situaciones reales de necesidad de los ciudadanos y no en el porcentaje que el gasto social ocupa en relación con el PIB de un país, mientras se sacrifica a ese raquitismo social a todo un grupo de ciudadanos, marcados por el género, al cuidado de niños y ancianos en un país que se desentiende de asumir la tutela de estas actividades.
INSTITUCIONES DE CONCILIACIÓN DE TRABAJO CON EL CUIDADO DE FAMILIARES
Emma Rodríguez, Bomarzo, Albacete, 2010, 304 pags, 25 €..
1 comentario:
Es importante ligar este tema con las políticas de empleo, porque se puede lograr mejor ampliar la tasa de actividad femenina en la medida en que el trabajo de cuidados sea realizado por servicios sociales o trabajador@s remunerados en torno a la situación de dependencia. Perdonen la intromisión, pero el resumen del libro me ha sugerido este comentario
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