Acaba
de publicarse en la Colección Informes de la Fundación 1 de mayo nº 89 , el
texto que recoge la intervención oral en el Foro de Nuevas Respuestas, que
versaba sobre “cambios en el mundo del trabajo”. A continuación se inserta la
primera parte de la misma, que mantiene el tono coloquial de este evento,
celebrado el 27 de marzo de este mismo año.
Cambios
en el mundo del trabajo. Foro de Nuevas Respuestas 1 de mayo.
Antonio
Baylos
Muchas gracias. Creo que hay que decir
ante todo que en este tipo de debates me encuentro especialmente a gusto, con
tantos amigos y tantas amigas en la sala, compañeras y compañeros y “gentes del
oficio” como decía Brassens, que me acompañan desde hace tanto tiempo. Y hablando
de acompañamiento, en esta mesa, dos personas de las que he aprendido mucho,
además de aprovecharme de la ayuda de su amistad. He aprendido de ellas lo que
significa el compromiso con una idea, la lealtad con una organización y la
libertad individual como manera de vivir ese compromiso y esa lealtad. Esas
personas son precisamente, por orden de entrada en mi vida, Enrique Lillo y
Rodolfo Benito, que junto con un tercero, Luis Collado, enseñan cómo se
puede vivir de manera libre y autónoma un
convencimiento firme sobre la capacidad de cambiar el mundo a partir del
trabajo y de su valor político, que es el tema que en definitiva nos concita
hoy aquí. Gracias por estar aquí esta tarde todos juntos para encontrar
respuestas nuevas a problemas acuciantes.
Vamos por tanto a dedicar un tiempo a
hablar sobre el trabajo y sobre el cambio de su sentido y de sus reglas. El
texto que se ha hecho público como resumen previo de esta charla adelanta lo
esencial del contenido del debate. En
este ciclo se dice que vamos a encontrar respuestas, y me parece que va a haber
más preguntas que respuestas, una forma por tanto de responder a través de la
manera de interrogarse sobre el significado del trabajo hoy en día. Y ello a
través de cuatro puntos.
Primero voy a intentar hablar de los
cambios en la representación del valor político y democrático del trabajo y en
las reglas que disciplinan el trabajo, es decir, los cambios que se están
produciendo en las reglas que fijan las relaciones de poder en el trabajo. A
continuación se analizarán las consecuencias de estos cambios sobre el
sindicato como figura de representación del trabajo y los cambios necesarios
para afrontar estos cambios, es decir, qué cambios se necesitan o se pueden
discutir para afrontar estas transformaciones.
Cambios en la representación del valor
político democrático del trabajo. Es un hecho que no es necesario insistir, el
trabajo ha integrado de manera fundamental el consenso constituyente del
sistema democrático. Ahora que se habla tanto de la Constitución como Magna
Carta, y se denomina al difunto presidente Suárez como el forjador de la
democracia, no es preciso recordar que un elemento básico de las constituciones
como la nuestra que es una constitución en definitiva de ruptura, de salida del
franquismo, se caracterizan por un compromiso constituyente en torno a la idea
de igualdad sustancial como objetivo final de la acción política, coherentemente
con un compromiso político sobre el trabajo como factor de inclusión social,
como factor de cohesión social que nuclea la sociedad y sobre todo como un
espacio de derechos que da sentido a la noción de ciudadanía. El trabajo es una
relación social sobre la que reposa todo el sistema económico, pero
principalmente estructura el sistema social y vertebra políticamente un
proyecto de futuro.
Yo creo que eso está claro, porque el
trabajo al ser un espacio de derechos es también un espacio de conflicto y de
lucha por estos derechos, donde se realiza la idea democrática, un campo de
derechos individuales y colectivos que abre además la posibilidad de ser
titular de derechos de Seguridad Social, es decir, que enlaza la cláusula de
Estado social con una situación de subordinación o de dependencia social y
económica que caracteriza al trabajo asalariado como llave de una extensión
universal a todos los ciudadanos de estas prestaciones sociales.
Y eso quiere decir también desde el
punto de vista cultural que el trabajo aparece como una actividad social
creativa, como un elemento central en la creación de riqueza, pero también como
una forma de que las personas se sientan socialmente activas, que aportan algo
a la sociedad y que, por tanto, esperan como contrapartida unos derechos.
En definitiva que el propio trabajo
es, como decía antes Rodolfo Benito, el centro de un proyecto político
democrático de emancipación y eso es algo que no sólo está escrito en nuestra
Constitución. Lo está ante todo en las figuras que visibilizan esa idea, que
son figuras que movilizan y visibilizan este tema, que son fundamentalmente la
idea del trabajador, de la trabajadora y la idea del sujeto que representa al
trabajador que en este caso es el sindicato. Es decir, se encarna en la figura
del trabajador y la figura del sindicato.
Este panorama se ha visto alterado de
forma importante en primer lugar por dos factores que hacen referencia a la
redefinición de la empresa el primero y a la modificación del trabajador el
segundo.
La globalización financiera, el
incremento de la competencia en un mundo global, en un mercado global, los
nuevos centros de irradiación como China, India, etcétera, los procesos de
deslocalización productiva, las innovaciones tecnológicas, las nuevas formas de
organización de trabajo, todo eso crea o redefine a una empresa que ya no es la
empresa fordista, que no es la empresa de los años sesenta o setenta del pasado
siglo, la empresa que acompaña, por así decirlo, el desarrollo legislativo de
esa idea constitucional sobre el trabajo. Es una empresa que adelgaza sus
efectivos, externaliza su producción, fluidifica sus esquemas de relación
organizativa y cada vez mas depende de su financiarización, de su valor
financiero antes que industrial o productivo.
Nosotros estamos más acostumbrados a
ver no tanto esas modificaciones de la empresa sino las modificaciones inducidas
en el trabajo, los fenómenos de fragmentación del trabajo, que fundamentalmente
consisten en los fenómenos de subcontratación, de externalización productiva con
la creación de unos trabajadores primarios y unos trabajadores secundarios
distribuidos por las cadenas de subcontratación que son a su vez trabajadores
desiguales con respecto de los anteriores.
O los fenómenos de segmentación que en
España han sido extremadamente fuertes, fenómenos de segmentación entre trabajo
estable y trabajo precario, la importancia cuantitativa del trabajo temporal y el
gran abanico de la precariedad y la sustitución del trabajo fijo por trabajo
temporal y a su vez ese margen, esa frontera tan lábil que existe entre el
eventual, el precario y el desempleado.
O fenómenos de destrucción pura de
trabajo asalariado y de transformación de esa relación salarial en relaciones
mercantiles o relaciones de servicios, es decir, la puesta en marcha de una
amplia tendencia a la deslaboralización que ha sido acelerada en el marco de la
reforma laboral que sufrimos a partir del 2010 con especial virulencia desde la
llegada del PP al poder. Para tantas normas promulgadas, la figura básica para
la salida de la crisis, la redención de la carencia de empleo no es el
trabajador sino el emprendedor que capitaliza retóricamente en el discurso
legal las oportunidades de creación de empleo, abandonando la relación salarial
como un barco hundido en la tormenta de la crisis.
Sobre este tema, ayer, en una mesa
redonda en la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de Ciudad Real, una compañera de Derecho Mercantil analizando
los datos del Registro Mercantil señalaba que la pérdida de empresas es neta en
España en estos últimos años, pero la creación que se produce se realiza a
través de empresas unipersonales, en servicios como hostelería y comercio. Trabajo
autónomo o autoempleo, en definitiva, como sinónimo de la deslaboralización en
la crisis.
Este proceso complejo de desvirtuación
del trabajo se complica con la diversidad de las identidades que se formulan en
el seno de los trabajadores lo que implica la aparición de identidades más
complejas en la figura social del trabajador, que incorpora el sesgo de género,
la edad, el carácter étnico. Uniendo ambos temas, fragmentación, segmentación
del trabajo y desempleo con las identidades vulnerables de la figura del
trabajador da por consecuencia que mujeres, jóvenes, e inmigrantes son las
identidades más expuestas en ese tema.
Son problemas complejos que provocan
al sindicato a una reflexión sobre la forma de organizar y de trabajar
colectivamente estos aspectos, y de hecho es una reflexión que se lleva
intentando durante mucho tiempo. Cómo los cambios desarrollados en el mundo de
la empresa, en la fisonomía de la organización productiva, las metamorfosis de
la figura de la empresa, que afectan sin duda a la estructura del sindicato, un
sindicato que sigue todavía pensado sobre empresa y la federación de rama
basada sobre el sector productivo y sobre una noción de empresa ligada a la
personalidad jurídica de la misma. La externalización de las actividades
empresariales, el recurso a la contratación de servicios, problematiza de forma
importante la organización sindical y la coordinación de la acción sindical al
punto de constituir un tema “clásico” dentro del debate sindical. Como también
la dificultad de síntesis que tiene una política sindical, sobre todo
confederal, entre ese tipo de trabajadores fragmentados, trabajadores
segmentados, trabajadores con identidades distintas.
Sobre esta problemática, agravada por
la dimensión europea y transnacional de las relaciones productivas, ha
discurrido un amplio debate sobre el trabajo y sus modificaciones, su cambio de
sentido y la dificultad de representarlo eficazmente desde la estructura
sindical para articular oportunamente el interés de los trabajadores y la
acción colectiva para hacerlo posible. En los últimos años, a su vez, sobre
estos problemas antiguos ha habido una incidencia extremadamente negativa de
una serie de cambios institucionales que alteran de manera muy importante las
reglas que disciplinaban las relaciones de poder en el trabajo.
(....Continuará)
1 comentario:
Estoy siguiendo tus reflexiones del derecho labora,siempre son muy buenas; yo ya ando navegando en el mundo de la precariedad laboral, pero la curiosidad jurídica me sigue llevando a seguir en contacto cono esto mundos, y como no tengo otro remedio de ponerme en contacto contigo, me gustaría que algún miembro de tu equipo jurídico echase una vista a una orden emanada por la Consejería de Economía de Haciendo en el Bocm de 22 de abril del año en curso, cuando leas te darás cuenta de lo que se anda haciendo al personal laboral de la Administración,los niveles de degradación son ya..( bueno no hay palabras para ello)
Publicar un comentario