El domingo
27 de diciembre se inaugura con una noticia magnífica, llena de esperanza, la
llegada de las primeras vacunas y el inicio de la vacunación, que es el
comienzo de la victoria sobre la pandemia con tan solo diez meses después de su
irrupción. Pero este acontecimiento feliz es inmediatamente enturbiado por el Partido
Popular que recuerda los muertos del Covid-19 causados por el Gobierno y por la
presidenta de la Comunidad de Madrid que, trasgrediendo sin problemas la
normativa que la región ha dispuesto restringiendo la libertad de movimientos,
acusa de nuevo al Ejecutivo de negligencia e incompetencia criminal. Una
polémica que salta inmediatamente a los informativos y a las redes sociales, logrando
su objetivo, no centrarse en un hecho feliz y esperanzado y deslegitimar la
acción del gobierno en la prevención y asistencia frente a la pandemia. Es muy
desesperante para un pensamiento anclado en la necesidad de primar el contenido
social de la noción de ciudadanía comprobar – esta vez solo en las redes
sociales – que una huelga en el sector de manipulado de Almería es respondida
por empresarios brutales, revestidos de símbolos franquistas, que amenazan e
insultan a los trabajadores por el ejercicio de sus derechos, una muestra de la
cultura de la violencia y de la explotación que impera en ese sector agrario
situado en un espacio de feudalismo industrial y de fascismo político. Noticias
descorazonadoras – hay muchas más, pero no conviene ni siquiera enumerarlas
para no angustiarse - para el final de año próximo que traen el ruido y la
furia al interior de nuestros domicilios en un final de un año muy complicado.
Así que es útil sentarse con
tranquilidad y refugiarse en la lectura de algún libro que interese. Yo no soy
partidario de los libros-entrevista, pero he comenzado a leer un diálogo entre Gustavo
Zagrebelsky y Luciano Canfora, sabiamente conducidos por el filósofo
e historiador de las doctrinas políticas de la Universidad de Salerno, Geminello
Preterossi, que tiene un título muy sugerente: La máscara democrática de
la oligarquía. Lo ha publicado la editorial Trotta en este año 2020 y
constituye la versión española del libro original del 2014, traducido – y previsiblemente
también sugerido – por Juan Ramón Capella y Victor M. Vasallo, así que
comprenderán las lectoras y lectores de este blog que sólo con la mención de
estos nombres tuviera todos los ingredientes necesarios para recomendar su
lectura.
La conversación gira en torno a la
confrontación entre oligarquía y democracia, entendiendo que “si en nuestros
regímenes se instaura la oligarquía, debe hacerlo con formas democráticas, debe
enmascararse de algún modo, no puede presentarse abiertamente como usurpación
de poder”. Se trata de una afirmación que “no carece de significado”, sin que
quepa definirla simplemente como un engaño o un travestimento, porque “la
oligarquía que para afirmarse necesita formas democráticas por lo menos no
puede adoptar instrumentos de violencia explícita para suplir los déficits de
consenso, y debe mantener en pie los mecanismos democráticos aunque trate de
vaciarlos de sentido desde dentro”. La materia de la política oligárquica de
nuestro tiempo está constituida por el dinero y el poder en vinculación
recíproca, de forma que el dinero alimenta al poder y el poder alimenta al
dinero. “Todo ello da lugar a la concentración de poder y riqueza en grupos
reducidos, autorreferentes, inseguros de sí mismos, asediados por el mundo de
los excluidos y encerrados en ghettos exclusivos, acaso incluso
militarizados”. Al vivir en un marco democrático, “la oligarquía debe
mimetizarse, volverse invisible, esconder su rostro”, aunque para ello tenga
que crear leyes ad hoc, que le permitan eludir la ley. Una descripción que
origina una pregunta “planteada dramáticamente”: ¿por qué el sistema debe girar
en torno a un poder basado esencialmente en la especulación y en la
contemplación de la riqueza? La oligarquía se instala como una “fuerza detrás
del escenario”, entendiendo por tal la política en las instituciones, y con
ello persigue apartar la mirada del público de la realidad del poder “que está
en lo más profundo del secreto”. El predominio de la economía desregulada y
manipulada de las finanzas especulativas es la matriz incorpórea de una
situación en la que se produce el declinar de la política “hasta la pantomima
de sus ritos”. Una “política restringida”, que tiende a hacerse un todo único, “a
reducirse a la no distinción para ser más funcional al equilibrio (externo) de
los poderes oligárquicos”.
Es evidente la huella que en esta
conversación ha dejado la situación terrible de desigualdad y de injusticia a
partir de la crisis financiera y de la deuda que fue gobernada a través de las
políticas de austeridad en Europa, y que alimentan el cuestionamiento crítico
desde la filosofía política de una situación que degenera y carcome la vigencia
de la democracia. Un punto de vista que contrapone la oligarquía a la
democracia desde este punto de vista conceptual que se concreta sin embargo
previamente en el debate mantenido durante los años 2012 y 2013 entre Wolfgang
Streeck y Jürgen Habermas, que es emblemático de dos puntos de vista
paradigmáticos sobre dos opciones teóricas y políticas sobre el proyecto
europeo que influyó de manera decisiva sobre la cultura progresista y crítica
con el desarrollo de la gobernanza económica europea de la crisis. Compartiendo
el diagnóstico crítico sobre las transformaciones del capitalismo neoliberal en
las últimas décadas y la consiguiente crisis de la democracia en Europa, las recetas
políticas de ambos intelectuales alemanes son muy diferentes a la hora de
afirmar cómo se puede recuperar el terreno perdido por la democracia frente a
su erosión por parte de la economía capitalista financiarizada. Mientras Streeck
se manifiesta en favor de la defensa de los residuos de soberanía
democrática presentes a escala nacional, proporcionando la base de un posible “soberanismo
de izquierda”, Habermas se plantea el fortalecimiento y la democratización
de las instituciones de la Unión Europea, alimentando una tendencia al “europeísmo
crítico”. El debate, recogido en cuatro artículos muy ricos en apreciaciones y análisis,
está recogido en italiano en el libro, editado por Giorgio Fazio, titulado
Oltre l’austeritá. Disputa sull’Europa, Castelvecchi, Roma, agosto 2020,
cuya lectura es muy recomendable especialmente para tener una visión crítica de
conjunto sobre la cuestión europea y su expresión ordoliberal de gobierno
económico y político.
Una problemática que se traduce
asimismo en una mutación de las propias estructuras institucionales de la Unión
Europea, una transformación en las fuentes y en las acciones institucionales
que han llamado la atención de los estudiosos del derecho europeo y que
recientemente Agustin José Menéndez ha abordado como una radicalización
de su mutación constitucional en el marco de lo que él denomina, muy
gráficamente, como una “crisis existencial de la Unión Europea”, desde el
prisma de un estado de excepción no declarado, un enfoque que se encuentra
implícito en buena parte de la literatura jurídica, politológica y económica de
los últimos años, incluidas las conclusiones del Abogado General Pedro Cruz
Villalón al caso Gauweiler en el que se cuestionaba el programa OMT
del Banco Central Europeo. Se trata de aproximarse a las medidas
europeas de “gobernanza” de las crisis como propias de un gobierno de emergencia
en donde se produce la quiebra de un conjunto de normas fundamentales del
ordenamiento jurídico, sustituyéndolas por una alambicada estructura
institucional al margen del derecho europeo que acaba constituyendo el
instrumento ordinario de gobierno. El interrogante que se plantea ahora es si
el cambio que la pandemia ha inducido en estas nuevas reglas de juego,
suspendiendo la arquitectura institucional de la gobernanza económica va
a suponer un paréntesis acotado temporalmente para volver a reproducirse a
partir de la superación de la crisis o si, como se pretende por las fuerzas
progresistas, constituirá el inicio de un cambio de políticas en los que se
refuerce tanto la vertiente social y sostenible de la economía europea como el
lanzamiento de nuevas reformas en clave democrática.
Este tan fundamentado como
sugerente estudio, se inserta en un dosier que el número 99 de la revista Jueces
para la Democracia. Información y debate, correspondiente a diciembre del
2020 ha dedicado al tema “Excepción y Derecho”, en el que se incluyen hasta
nueve textos que abordan esta relación, muy poco explorada, tanto desde el
punto de vista de la filosofía política, el derecho europeo, el derecho constitucional,
el derecho penal, el control de la marginación social y el derecho del trabajo,
con referencias directas al estado de alarma y la regulación de las libertades
frente al Covid-19 y a la “excepción normalizada” en Derecho Penal ante el
Covid-19, y estudios más generales, como el citado de Agustín José Menéndez
sobre la crisis existencial de la UE y su mutación constitucional, además
de otros sobre la soberanía nacional de
los Estados, la crítica al mito igualitario en el derecho penal y la admiración
por los ricos y poderosos, la excepcionalidad permanente en el sistema jurídico
penal, junto con una reflexión sobre las instituciones psiquiátricas o la
excepción a la regla de la libertad e igualdad en las relaciones
jurídico-laborales respecto de los principios que rigen en la sociedad civil.
Un recorrido de lecturas que
tienen un cierto sentido común, más allá de evitar perderse entre el ruido y la
miseria que ensucian la opinión pública y que sitúan al ámbito de la
comunicación mayoritaria en nuestro país como un espacio de despolitización
democrática acentuada. Leer para reflexionar y criticar sigue siendo un
privilegio que debería por el contrario favorecerse y promoverse desde el
espacio público de la información y de sus medios de comunicación. Pero
mientras tanto, quedémonos con la buena noticia: se ha comenzado la vacunación del
Covid-19 y es el comienzo de una nueva fase que superará la pandemia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario