jueves, 29 de agosto de 2024

AUTONOMIA ESTRATÉGICA Y RESTRICCIONES A LA LIBERTAD ECONÓMICA

 


El final de agosto ha coincidido con el veto del gobierno a la OPA de un grupo húngaro sobre TALGO, empresa española necesitada de una fuerte inversión para seguir produciendo. La causa de este veto ha sido explicada por el Ministro de Economía por entender que Talgo es “una empresa estratégica” dentro de un sector “clave para la seguridad económica, la cohesión territorial y el desarrollo industrial”, de manera que el pormenorizado análisis de la operación llevado a cabo “ha determinado que la autorización de esta operación conllevaría riesgos insalvables para la seguridad nacional y el orden público”. No puede decirse nada más porque la información “está clasificada” (anglicismo que debe traducirse por secreta o reservada), pero la prensa ha dado a conocer los motivos. Los informes del CNI y de Seguridad Nacional han alertado de que esta operación podía favorecer a Rusia y permitir a este estado la apropiación de una tecnología de alta calidad y de interés estratégico para España que pudiera utilizarse en el conflicto armado abierto entre Ucrania y Rusia.

En efecto, según El País el expediente de la Junta de Inversiones Exteriores (Jinvex) que analizó ayer el Consejo de Ministros y que sirvió para vetar la operación, incorpora informes del CNI y de Seguridad Nacional “que ponen negro sobre blanco la conexión del grupo industrial que ha presentado la oferta por Talgo con una trama rusa”. Se trata de lo siguiente: Ganz-MaVag Europe, el grupo empresarial que pujaba por Talgo, es un consorcio cuyo 45% corresponde a un fondo de inversión estatal que pertenece al Ministerio de Economía húngaro llamado Corvinus International Investment, mientras que el 55% está en posesión de la compañía ferroviaria de Hungría, Magyar Vagón. Pero esta firma es la que habría mantenido alianzas con la rusa Transmashholding (THM) antes de la invasión de Ucrania. THM salió del accionariado cuando Washington y Bruselas empezaron a establecer sanciones contra los intereses empresariales de Rusia. Pero los informes apuntan a que el grupo ruso y el húngaro mantienen conexiones informales y que, de hecho, los movimientos societarios que desvincularon ambos grupos empresariales son un mero maquillaje. Se defiende así por el gobierno la necesidad de defender las tecnologías críticas de Talgo, esencialmente el cambio de vía automático, que permite a sus trenes de alta velocidad rodar por distintos anchos de vía y, por tanto, saltar fronteras entre países. Una tecnología que, llegado el caso y en términos de seguridad, facilitaría a Rusia la logística militar en plena guerra con Ucrania. Es un tema en el que antes de la guerra estaba interesada Rusia, que tiene material de Talgo pendiente de mantenimiento, que no ha podido abordar por las sanciones a Moscú.

La cuestión se presenta como un asunto relativo a la defensa nacional, y en efecto fue abordado en el  Consejo de Seguridad Nacional, que analizó los informes del CNI en un encuentro dirigido por el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, al que asistieron la vicepresidenta primera y ministra de Hacienda, María Jesús Montero; el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares; la ministra de Defensa, Margarita Robles; el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska; el ministro de Transportes y Movilidad Sostenible, Óscar Puente; el ministro de Industria y Turismo, Jordi Hereu; y el ministro de Economía, Comercio y Empresa, Carlos Cuerpo. Es decir, el núcleo duro del poder económico y político del gobierno en el que no tiene entrada su socio minoritario, la coalición SUMAR, pese a que tanto la Vicepresidenta Segunda y Ministra de Trabajo como la Ministra de Sanidad forman parte de este organismo, junto a otros Ministros que no han sido convocados. Cabe preguntarse los motivos de esta exclusión, como si en el tema de Seguridad Nacional el socio minoritario no debiera inmiscuirse, pero al margen de esta perplejidad en la relación política entre socios de gobierno, la causa real de esta exclusión se encuentra, como se ha visto, en la posibilidad de que esta inversión favorezca o aproveche a Rusia y pueda utilizarlo para facilitar la continuada invasión de Ucrania.

La norma jurídica que posibilita esta decisión del gobierno es el Real Decreto 571/2023, de 4 de julio, sobre inversiones exteriores, que introduce el concepto de autonomía estratégica, muy ligada ciertamente al tema de defensa nacional, pero en general a los imperativos de seguridad y orden público, aunque fundamentalmente pensados para controlar las inversiones extranjeras directas en la Unión Europea procedentes de fuera de ésta por sus efectos potenciales en ciertos ámbitos, entre los que se encuentran los de infraestructuras y tecnologías críticas, suministro de insumos fundamentales como la energía, o el acceso a información sensible. Se trata por consiguiente de prolongar una línea de actuación y control de los mercados de capitales por los que los Estados miembros de la UE podrán considerar ciertas características del inversor, como su posible control por gobiernos extranjeros, que su inversión afecte o pueda afectar a la seguridad u orden público en otro Estado miembro o el posible ejercicio de actividades delictivas o ilegales.

El problema que se plantea y que inmediatamente ha suscitado la reacción del grupo empresarial húngaro excluido, es el de considerar este tipo de restricciones únicamente aplicables respecto de las inversiones de capitales provenientes fuera de la UE. El grupo ha hecho saber que acudirá a los tribunales nacionales y al TJUE, asesorado y conducido en este litigio por el estudio jurídico Garrigues. Por el contrario, el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, justificó la decisión por entender que se trata de una empresa estratégica y la defensa de intereses estratégicos no es incompatible con la libre circulación de capitales en la Unión Europea.

Es cierto que la obsesiva doctrina ordoliberal del Tribunal de Justicia en defensa del libre acceso al mercado de las empresas y de los capitales en el ámbito del mercado unificado, que persigue declarar contrario al derecho de la UE cualquier posible obstáculo al ejercicio de las libertades económicas, y que pone el acento en la compatibilidad de posibles restricciones con los principios de proporcionalidad y de adecuación, ha tenido una excepción clara ante las leyes anti Mafia italianas, a partir sobre todo de las sentencias Libor (2014) y Ciclat (2016), en las que aparece conforme al derecho de la Unión la exclusión de un operador económico en el marco de un proceso de contratación pública sobre el que existen indicios de infiltración mafiosa sobre la base precisamente de imperativos de interés público. Un tema éste especialmente sentido en Italia donde la legislación anti Mafia permite al prefecto emanar un interdicto de exclusión de las empresas que presenten estos indicios de los concursos públicos sobre la base de una documentación preparada por la policía y otros agentes públicos.

Mientras que en el caso italiano se castiga la relación existente entre el ente económico con la delincuencia organizada, impidiéndole por consiguiente utilizar el espacio económico del mercado para sus fines delictivos, en el caso español lo que se quiere impedir es la utilización de este mismo espacio económico como fórmula para facilitar un acto criminal y contrario al derecho internacional como es la permanencia y el desarrollo de la invasión de Ucrania por la federación Rusa. Este es realmente un objetivo mucho más adecuado que el de la defensa nacional que se ha aireado como motivación de la decisión del gobierno.

Esta intervención pública impidiendo las operaciones económicas que se despliegan en el mercado de capitales debe seguir siendo desarrollada aprovechando este concepto de autonomía estratégica en los sectores señalados. Es un tema crucial en materia de deslocalizaciones de empresas, de forma que ciertas inversiones en industrias españolas de las que se puede rastrear una intención eminentemente especulativa o que altere el valor financiero de la compañía para luego realizarlo mediante despidos o cierre de empresas, deberían constituir un elemento importante que suspendiera el régimen común de liberalización de inversiones como una de las medidas de control de las deslocalizaciones productivas.

Al margen de esto, es llamativo que no se empleen estos controles en un supuesto flagrante de incumplimiento de la normativa internacional, como es el caso de las relaciones comerciales y financieras con el estado de Israel, acusado de genocidio y sobre cuya actuación criminal en la guerra y directamente vulneradora del derecho internacional, no hay ninguna duda. Hay que recordar que el Tribunal Internacional de Justicia ha  indicado que los Estados deben evitar establecer “contratos económicos o acuerdos comerciales con Israel relacionados con el territorio palestino ocupado o partes del mismo que puedan afianzar su presencia ilegal en el territorio”, y deben “tomar medidas para impedir relaciones comerciales o de inversión que ayuden al mantenimiento de la situación ilegal creada por Israel en el territorio palestino ocupado”, entre otras medidas, como recordaba recientemente la periodista Olga Rodriguez en Eldiario.es.

Es también evidente que la tendencia europea a no imponer límites a las libertades económicas repercute en la correlativa restricción de la solidaridad entre los ciudadanos y la pérdida de efectividad de las medidas correctoras del poder público. Bastaría recordar la muy suave fórmula del RDL 24/2020, que incorporaba el II Acuerdo Social  en Defensa del Empleo, según la cual se impedía que las empresas y entidades que tengan su domicilio fiscal en países o territorios calificados como paraísos fiscales pudieran acogerse al mecanismo de regulación temporal de empleo del ERTE – pero sin que se impidiera cualquier otra actuación en el mercado como operador económico -  o la prohibición  para las empresas que acudieran a este procedimiento del ERTE de proceder al reparto de dividendos correspondientes al ejercicio fiscal en que se aplicaran los expedientes de regulación temporal de empleo, excepto si abonaran previamente el importe correspondiente a la exoneración aplicada a las cuotas de la seguridad social y han renunciado a ella – una restricción de reparto de dividendos conectada con la recepción de ayudas públicas para su supervivencia que fu ardorosamente criticada por la patronal -, y que fueron eliminados al finalizar los períodos de la legislación de excepción del estado de alarma por entender que no se trataba de medidas funcionales al objetivo de la regulación de empleo y cuyo mantenimiento habría resultado contrario al funcionamiento normal de la libertad de empresa y la obtención de beneficio a través de la participación accionaria en las sociedades. Y sin embargo, la necesidad del límite a esa libertad es un requisito inexcusable de un nuevo diseño del mercado y de la economía que debería irse desarrollando en momentos sucesivos. Como, de manera marginal pero interesante, pone de manifiesto el asunto del Talgo al que se ha referido esta entrada.

 

 

 


miércoles, 21 de agosto de 2024

NOTICIAS DEL SUR: SOLIDARIDAD CON LA HUELGA DE DOCENTES UNIVERSITARIOS EN LA UNIVERSIDAD DE BUENOS AIRES, ARGENTINA

 


Se habla poco de América Latina, salvo que se trate de Venezuela, que es el trending topic e estos primeros días del mes de vacaciones estivales en España. En efecto, mientras se despliega agosto entre el calor del verano en estas tierras, en el hemisferio sur acaban las vacaciones universitarias de invierno y comienza el segundo semestre.  En Argentina, como en la universidad más importante de este país, la Universidad de Buenos Aires (UBA), el curso no comenzó ante la huelga de docentes universitarios en demanda de mejoras salariales y de condiciones de trabajo. Como se puede inferir de la situación política en aquel país, la hostilidad ante lo público se ha traducido en el desmoronamiento del uno de los sistemas universitarios de mayor prestigio en América Latina y en Europa, con grandes y frecuentes relaciones con la universidad española.

El 23 de abril de este mismo año, una gran marcha federal universitaria en contra de los recortes y de la privatización de la Universidad – de la que se hizo eco este blog en esta entrada https://baylos.blogspot.com/2024/04/la-gran-marcha-federal-universitaria-en.html , luego también reproducida en Insightweb.it http://insightweb.it/web/content/la-gran-marcha-universitaria-en-argentina - consiguió que el Congreso detuviera los planes del Gobierno y se dotara a las universidades de los recursos imprescindibles para poder mantener la normalidad de las enseñanzas. Sin embargo, los gastos de funcionamiento representaron solo el 3,3% del total del programa presupuestario durante 2022 y el 5,5% en 2023, ya que “las universidades componen cerca del 85% de su presupuesto total en masa salarial para el pago a docentes, investigadores, directivos y personal administrativo no docente, destacándose la función de producción educativa como fuertemente intensiva en mano de obra”, como explica un informe del Instituto Interdisciplinario de Economía Política.

Esto es lo que explica la emergencia de la lucha salarial de los docentes universitarios cuya situación laboral no fue atendida en la medida requerida. Hay que tener en cuenta que la inflación devora los estipendios de los profesores de forma que los salarios reales docentes y no docentes en las universidades nacionales han experimentado caídas mayores a la del promedio del sector público y si no hay inversiones significativas en el gasto público universitario, se puede estar hablando de que a finales de año se podría caer a valores de 2005 con relación al PIB argentino. En el informe citado se afirma que partiendo de los niveles vigentes a comienzos de diciembre de 2023, “los salarios universitarios se ubican 55 puntos por debajo de la inflación acumulada hasta julio de 2024”. Una pérdida de salarios reales verdaderamente terrible. En moneda constante, el programa presupuestario Desarrollo de la Educación Superior presenta una caída real en lo que va del año del 31,5% respecto al año anterior y de casi un 25% en referencia a igual período en 2022. Esta situación es la que explica el paro de tres días a comienzo de la semana pasada y la huelga convocada en todas las universidades argentinas para el 20 y 21 de agosto.

La Facultad de Derecho de la UBA ha alertado, en un comunicado de su Junta Directiva, que la caída del poder adquisitivo de los docentes universitarios representa una amenaza para la continuidad de actividades como la docencia, la investigación y la extensión universitaria. La Facultad insiste en el dato de que “los salarios docentes y no docentes de las universidades nacionales han sufrido un deterioro del 40% respecto a la inflación acumulada desde fin de año hasta el presente -señala el comunicado- y a su vez han sido discriminados respecto a la pauta general de aumentos en el sector público quedando un 20% por debajo de los aumentos registrados en el sector”. Esta situación “pone en riesgo la continuidad de las carreras académicas de cientos de docentes que sostienen las tareas de formación de las nuevas generaciones de profesionales”. Además, pone en entredicho no solo la práctica docente sino los “proyectos de investigación científica y condiciona severamente las capacidades de intervención de la universidad en sus comunidades a través de las acciones de extensión universitaria, como por ejemplo el patrocinio jurídico gratuito de esta Facultad”.

La falta de actualización del presupuesto universitario y su corrección inmediata por los poderes públicos es el objetivo de la convocatoria de una nueva Marcha Federal que se realizará en septiembre, tras la escalada de huelgas que se van proclamando y que tienen el apoyo unitario de todos los sindicatos del sector agrupados en el Frente Sindical de Universidades Nacionales. La urgencia y la necesidad de esta actualización ha recibido un apoyo en el Congreso de Diputados mediante la aprobación de una moción con este texto: ““Encomiéndese al Poder Ejecutivo Nacional a recomponer los salarios docentes y no docentes del sistema universitario nacional a partir del 1 de diciembre de 2023 y hasta el mes de sanción de la presente ley por la variación acumulada de la inflación informada por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) durante dicho periodo. Desde el mes siguiente a la sanción de la presente ley y hasta el 31 de diciembre del año 2024 deberá actualizar los salarios de forma mensual y conforme a la inflación informada por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC)”. Contra ella votaron los partidos en el gobierno, y pudo salir adelante por el apoyo de la UCR y algunos independientes, pero se requiere su votación posterior en el senado para que sea aprobada (por eso se viene a denominar “media sanción”.

El salario del profesor universitario no solo garantiza las condiciones de existencia del personal que se dedica a esta actividad docente e investigadora. Es un indicativo preciso del valor que la sociedad asigna a la formación superior a través del reconocimiento de la importancia de la función que desempeñan las personas que desarrollan una actividad universitaria. Por eso la degradación de los salarios reales, la desatención respecto de cualquier otra función del personal de los organismos públicos, además de en el caso concreto de Argentina demostrar la inquina que el Presidente y su círculo de poder tiene a la Universidad como expresión de un pensamiento libre y crítico, supone una tragedia para toda la comunidad política de aquel país, que ve cómo se desmorona un elemento central en su cultura y en su tradición histórica, poniendo en peligro asimismo logros importantísimos en materia de investigación y de transferencia de conocimiento a la sociedad. La huelga por tanto de los docentes universitarios debe ser seguida con atención desde España y generar una fuerte respuesta solidaria de los sindicatos y profesores de nuestro país.

Ciertamente que el hundimiento del sistema educativo argentino y el incremento feroz de la pobreza infantil no se detiene en el perímetro de las universidades. El Congreso de los Diputados, tras hacerse público el dato de que un millón de niños argentinos van a la cama sin cenar (dato revelado por Unicef Argentina), votó un proyecto de ley en el que no se propone ninguna medida frente al 70% de pobreza infantil, sino que tampoco habla de invertir en infraestructura escolar, en comida para los comedores, ni salario para los docentes que son quienes sostienen con su esfuerzo la educación pública. Simplemente se optó por declarar servicio esencial a efectos de huelga la educación primaria y secundaria, lo que supone inmediatamente la restricción del ejercicio del derecho en cualquier acción huelguística que se proclame en estos sectores. Como señaló el sindicato CONADU, “la aprobación en la Cámara de Diputados de la Nación de la Educación como ’servicio esencial’ es una decisión que atenta contra el derecho a la protesta de las y los trabajadores del sistema educativo. Esto agravado por un incremento de la brecha entre aumento salarial y aumento de la inflación que, como hemos señalado, supera en general el 57% y llega al 101, 8 % en el cargo inicial».

Todo un síntoma de cómo se aborda por parte de los partidos Libertad Avanza y PRO el problema de la crisis social y educativa en Argentina: reduciendo el gasto social, restringiendo cualquier ayuda de tipo social y estableciendo restricciones severas a los derechos democráticos. Un programa compartido en estos términos por la derecha y extrema derecha de forma universal pero que en Argentina está adoptando su expresión más violenta e injusta de la que lamentablemente nuestros medios de comunicación no informan ni se interesan. En este blog estaremos atentos a la evolución de estos procesos de resistencia colectiva y democrática.


domingo, 11 de agosto de 2024

DATOS SOBRE JORNADA Y TIEMPO DE TRABAJO

 


El tiempo de trabajo y la reducción de jornada ha sido el eje de la posible gran reforma laboral que se debería abordar a partir del verano. En este blog el tema ha sido ya analizado con precisión por Francisco Trillo en esta entrada Un reflexión sobre el tiempo de trabajo Como se sabe, las negociaciones continúan entre los sindicatos, el patronal y el Ministerio de Trabajo, y los sindicatos han avisado que si se mantiene el bloqueo en este asunto, iniciarán en el otoño movilizaciones sobre este punto. Aprovechando este descanso estival, es importante recordar algunos datos estadísticos sobre el particular, en especial respecto de la limitación en términos absolutos de la jornada, a la espera de los resultados posibles del diálogo social.

Recordemos que el propósito del gobierno, reflejado en su programa electoral, es el de proceder a la reducción de la jornada laboral máxima legal desde las 40 hasta las 37,5 horas trabajadas semanales.

Esta reducción de la jornada laboral máxima semanal no implicará una reducción salarial. Por tanto, los trabajadores cobrarán el mismo sueldo trabajando 2,5 horas menos, de forma que aumentará levemente el valor legal de la hora trabajada.

La reducción de jornada semanal generalizada no afectará al Salario Mínimo Interprofesional (SMI), que permanecerá inalterado, salvo los incrementos anuales que se establezcan. Por tanto, también la hora trabajada valdrá más para quienes perciban este salario.

Es conveniente recordar que entre 2015 y 2020 la jornada media pactada se redujo en 13,6 horas anuales. Una reducción debida a los convenios sectoriales, que habían bajado la jornada anual media en dieciséis horas en ese periodo, mientras que en los convenios de empresa la jornada media anual se había incrementado en casi diez horas. Sin embargo, este descenso se quebró en 2021. El  2023 es ya el tercer año consecutivo en el que se incrementa la jornada media anual, de forma que entre 2020 y 2023 la jornada media anual aumenta en trece horas y, si diferenciamos en base al ámbito funcional, podemos comprobar que el origen de esta ampliación de jornada está en los convenios de ámbito superior a la empresa

En efecto, la jornada laboral media acordada en los convenios colectivos cerró el año 2023 en 38,3 horas semanales, quedando por debajo tanto de las 40 horas legales como del primer tramo de la reducción propuesta por el Ministerio de Trabajo para este año 2024, cifrado en 38,5 horas. La jornada laboral media anual en los convenios de empresa para el 2023 era de 1700,16 horas; la de los convenios de ámbito superior 1.753,21, lo que arrojaba una media de 1.749,93. Según el Ministerio de Trabajo, esta nueva jornada de 37,5 horas a la semana equivaldría a unas 1.712 horas anuales.

No es por tanto una reducción drástica del tiempo de trabajo comprometido, y está garantizada una relación correcta con el correlativo incremento de la productividad. Baste recordar que el avance de la productividad entre 2018 y 2023 triplica la subida salarial, y por primera vez en décadas, las ganancias de productividad son compatibles con el crecimiento de la actividad y del empleo.

Según el análisis que ha efectuado CCOO en su análisis estadístico de la negociación colectiva en el 2023, la media de la jornada pactada en las empresas se sitúa por debajo del resultado de la aplicación de las 37,5 horas semanales, pero esta realidad se beneficia a poco más del 5% de las personas trabajadoras. Tomando como referencia los microdatos de la EPA del tercer trimestre de 2023, la cifra de población asalariada que se verá beneficiada por la reducción de jornada máxima legal a 37,5 horas, (excluyendo a las personas asalariadas del sector público, que ya tienen planteada su propia estrategia de negociación con el horizonte de las 35 horas semanales y donde el 83% tienen ya pactada jornadas semanales igual o inferior a las 37,5 horas), será de 12,9 millones, 9 de cada 10 personas asalariadas del sector privado.

 En cuanto a los sectores a los que más afectará la reducción de jornada máxima semanal, según un estudio elaborado por Comisiones Obreras (CCOO), se trata de la industria y la construcción (cerca del 98 por ciento de los trabajadores de este sector), así como las industrias extractivas (94,3) y transporte y almacenamiento (92,4). 

Por el contrario, los sectores privados donde un mayor porcentaje de asalariados no se verían beneficiados al tener ya una jornada pactada que no supera las 37,5 horas, son la educación, la administración pública y la Seguridad Social o la sanidad y los servicios sociales. 

Por consiguiente, se trata de una medida que impactará fundamentalmente en el sector privado de la economía, sin que afecte a la gran mayoría de las empresas del sector público y a las administraciones públicas en general.

No se debe olvidar además que junto a la jornada máxima legal, se encuentra la prolongación de jornada que se lleva a cabo mediante las horas extraordinarias, que suelen estar acompañadas de una remuneración adicional o su canje por tiempo de descanso. Según el INE, en el 2023, se han realizado 14.091.500 horas extraordinarias remuneradas, y 10.210.900 horas no remuneradas. Este punto obliga a considerar el tema del registro horario como uno de los elementos centrales de la negociación y posterior regulación de esta reducción del tiempo de trabajo, asi como las reglas para la distribución y ordenación de la jornada en cómputo anual, sin olvidar los efectos sobre las jornadas trabajadas a tiempo parcial que además lleva consigo un sesgo de género muy importante.

De hecho, en la última comparecencia del Secretario de Estado de Trabajo, Joaquín Pérez Rey a finales de julio, se informó que la negociación  tiene tres “elementos clave”: el registro de la jornada laboral, la desconexión digital y la propia reducción de las horas de trabajo, aunque se ha ofrecido a la patronal “margen suficiente” para que “se haga de manera progresiva sin alterar el ritmo de las empresas”, lo que sugiere una aplicación progresiva en el tiempo y al compás de la negociación colectiva. Pérez Rey insistió al presentar los buenos datos del empleo de julio 2023,  en que “la patronal tiene que hacer un esfuerzo en aquellas mesas de diálogo social” en las que se debe avanzar hacia un objetivo “imprescindible y que reclama el conjunto de la ciudadanía española”, que es “trabajar menos horas y ser más productivo”, un camino que también han elegido “los países más prósperos de nuestro entorno”.

En todo caso, una modificación legislativa que pondrá en valor la protección de la salud de los trabajadores, así como su derecho a la conciliación de la vida familiar y laboral y a la desconexión digital.


martes, 6 de agosto de 2024

AGOSTO Y LAS COSAS PEQUEÑAS


 

Ya ha comenzado agosto y parecería necesario que el curso de las cosas se remansara y detuviera. Es el tiempo del descanso y de la relajación, donde se da valor a las pequeñas cosas que nos rodean. El poeta Claudio Rodriguez decía que cualquiera cosa pequeña valiera por mi vida esta tarde / cualquiera cosa pequeña si alguna hay , un poema que ha dado título a la última novela de Rafael Reig, que oscila entre el sarcasmo y la desesperanza. Lecturas de verano y encuentro con amigos, aprovechando este limitado tiempo de no exposición al ruido y la furia de los acontecimientos del tiempo lectivo. En otra época, en agosto las noticias se detenían y asomaban a periódicos y telediarios asuntos atípicos o extravagantes. Todos los años se avistaba de nuevo el monstruo del lago Ness.

Sin embargo no sucede lo mismo en este año bisiesto. Ante todo la masacre y el genocidio permanece y se acrecienta en Gaza, con la posibilidad cierta de que la guerra prenda y se extienda a todo Oriente Medio impulsada por un político imputado como criminal de guerra y que liga su supervivencia personal y política a la eliminación masiva de personas – ancianos, mujeres, niños – asesinatos selectivos, reclusión ilegal y torturas y consolidación de un sistema de segregación racial que todo Occidente permite y comprende, acordando al régimen criminal de Netanyahu la impunidad que solivianta el derecho internacional y el respeto a los derechos humanos y que construye un relato en donde la violencia del más fuerte es la regla que rige las relaciones entre los pueblos. No se puede olvidar Gaza ni Palestina.

Derechos sin garantías y derechos conculcados que se justifican sin demasiado esfuerzo. En España, el espionaje a los dirigentes de Unidas Podemos y el diseño de un plan de actuación contra este partido por parte de funcionarios de la policía dirigidos por los responsables políticos del Ministerio del interior, tiene mucho menos relevancia mediática que la cualquier querella de Manos Limpias inmediatamente aceptada y cursada por algún órgano jurisdiccional. No se acepta la exigencia de responsabilidad política alguna por este terrible ejercicio de intromisión en la intimidad de las personas con la finalidad de hundir a un adversario político considerado enemigo interno carente de cualquier garantía de sus derechos ciudadanos.

Algo que se considera casi normal en el caso de los enemigos externos. En el caso de Guantánamo, una noticia sobre la revocación de un acuerdo de reconocimiento de culpabilidad nos recuerda que son muchas las personas detenidas desde el 2001 sin juicio, un hecho admitido como defensa de la democracia que denunció la película protagonizada por Jodie Foster, The Mauritanian. Y por consiguiente también quienes trabajan para los servicios de inteligencia extranjeros deben ser tratados como personas sin derechos. Ha sucedido en Europa, en Polonia, con Pablo González, en prisión dos años y cinco meses sin juicio al que la liberación en el grupo de ciudadanos rusos canjeados por otros presos que fue recibido por Putin ha permitido a toda la prensa asignarle la condición de espía ruso y, por lo mismo, no solo entender que su situación de prisión sin juicio estaba justificada, sino también denigrar a partidos y personalidades que exigieron del gobierno español una actuación diplomática para lograr la liberación del periodista.

Siempre en el plano doméstico, rugen las rotativas con el acuerdo PSC / ERC y en todas partes surgen expertos en financiación autonómica. La vetusta – y muy criticada hasta ahora - Ley Orgánica 8/1980, de 22 de septiembre, de Financiación de las Comunidades Autónomas (LOFCA) es escrutada con cierta diligencia por los expertos, aunque predominan las voces destempladas no sólo extramuros del acuerdo sino en el seno del PSOE, más allá de las voces tenores discordantes de siempre, Aragón y Castilla La Mancha. Un rumor de confines se alza en protesta y el acuerdo tiene la virtud de poner sobre el tapete la necesidad de reformular un esquema solidario de financiación, el llamado federalismo fiscal que hasta el momento nadie tomaba en serio.

Sobre este tema y su consecuencia, la ruptura del bloque nacional/independentista en Catalunya y la formación de un bloque de centro izquierda federalista, planea la sombra de la recuperación de la vertiente penal sobre el ex presidente Puigdemont , pero dejando de lado esta posible eventualidad, en este blog se recomienda la lectura armónica de los artículos de Joan Coscubiela y de Gerardo Pisarello en Eldiario.es que permiten formarse una idea desde un debate respetuoso sobre el alcance y el sentido de este acuerdo político. Y no hagan caso de las diatribas y reproches que algún periodista miembro del star system ha efectuado contra el texto de Pisarello. A los profesores de universidad a veces se nos olvida que estas personas tan conocidas como reconocidas en los medios tienen más amor de sí y petulancia que los viejos feudales catedráticos de universidad. No aceptan ser puestos en entredicho.

Más allá de nuestras fronteras continua, aunque quizá en tono más bajo, la querella sobre el resultado electoral de Venezuela, un país que para nuestra derecha forma parte de su imaginario político más cercano desde hace mucho tiempo. La propuesta de los tres grandes presidentes de Brasil, México y Colombia, y la muy activa diplomacia de Lula ofrece un punto de análisis y una propuesta de solución que se aparta de la clásica injerencia norteamericana y del protagonismo ultraderechista que propone un golpe de estado como solución al problema. Un artículo reciente de Tarso Genro sobre este asunto es muy instructivo y recomendable para quienes quieran intervenir sobre este tema con amplitud de miras. Este es el enlace: https://sul21.com.br/opiniao/2024/08/foi-maduro-quem-disse-alianca-militar-policial-popular-por-tarso-genro/

No descansa por tanto el ruido ni en estos días de agosto. Lo que no impide que nos dediquemos a las pequeñas cosas que valen nuestra vida en estos días. Ayer dedicamos un recuerdo emocionado a las 13 rosas, 13 mujeres jóvenes pertenecientes a la JSU asesinadas por la dictadura de Franco – ese hombre – el 5 de agosto de 1939. La memoria de ese crimen y los nombres de las mujeres fusiladas circularon en nuestras redes de whastapp y de telegram. Enrique Lillo nos envió un video que recreaba la infamia y la explicaba. Esto también forma parte de esas pequeñas cosas que permiten sentirnos vivos y compartir la dignidad y la fraternidad como valores centrales de nuestra existencia. También en agosto. Disfrutemos el verano y cultivemos nuestro jardín, compañeras y compañeros, lectores y lectoras.