miércoles, 21 de agosto de 2024

NOTICIAS DEL SUR: SOLIDARIDAD CON LA HUELGA DE DOCENTES UNIVERSITARIOS EN LA UNIVERSIDAD DE BUENOS AIRES, ARGENTINA

 


Se habla poco de América Latina, salvo que se trate de Venezuela, que es el trending topic e estos primeros días del mes de vacaciones estivales en España. En efecto, mientras se despliega agosto entre el calor del verano en estas tierras, en el hemisferio sur acaban las vacaciones universitarias de invierno y comienza el segundo semestre.  En Argentina, como en la universidad más importante de este país, la Universidad de Buenos Aires (UBA), el curso no comenzó ante la huelga de docentes universitarios en demanda de mejoras salariales y de condiciones de trabajo. Como se puede inferir de la situación política en aquel país, la hostilidad ante lo público se ha traducido en el desmoronamiento del uno de los sistemas universitarios de mayor prestigio en América Latina y en Europa, con grandes y frecuentes relaciones con la universidad española.

El 23 de abril de este mismo año, una gran marcha federal universitaria en contra de los recortes y de la privatización de la Universidad – de la que se hizo eco este blog en esta entrada https://baylos.blogspot.com/2024/04/la-gran-marcha-federal-universitaria-en.html , luego también reproducida en Insightweb.it http://insightweb.it/web/content/la-gran-marcha-universitaria-en-argentina - consiguió que el Congreso detuviera los planes del Gobierno y se dotara a las universidades de los recursos imprescindibles para poder mantener la normalidad de las enseñanzas. Sin embargo, los gastos de funcionamiento representaron solo el 3,3% del total del programa presupuestario durante 2022 y el 5,5% en 2023, ya que “las universidades componen cerca del 85% de su presupuesto total en masa salarial para el pago a docentes, investigadores, directivos y personal administrativo no docente, destacándose la función de producción educativa como fuertemente intensiva en mano de obra”, como explica un informe del Instituto Interdisciplinario de Economía Política.

Esto es lo que explica la emergencia de la lucha salarial de los docentes universitarios cuya situación laboral no fue atendida en la medida requerida. Hay que tener en cuenta que la inflación devora los estipendios de los profesores de forma que los salarios reales docentes y no docentes en las universidades nacionales han experimentado caídas mayores a la del promedio del sector público y si no hay inversiones significativas en el gasto público universitario, se puede estar hablando de que a finales de año se podría caer a valores de 2005 con relación al PIB argentino. En el informe citado se afirma que partiendo de los niveles vigentes a comienzos de diciembre de 2023, “los salarios universitarios se ubican 55 puntos por debajo de la inflación acumulada hasta julio de 2024”. Una pérdida de salarios reales verdaderamente terrible. En moneda constante, el programa presupuestario Desarrollo de la Educación Superior presenta una caída real en lo que va del año del 31,5% respecto al año anterior y de casi un 25% en referencia a igual período en 2022. Esta situación es la que explica el paro de tres días a comienzo de la semana pasada y la huelga convocada en todas las universidades argentinas para el 20 y 21 de agosto.

La Facultad de Derecho de la UBA ha alertado, en un comunicado de su Junta Directiva, que la caída del poder adquisitivo de los docentes universitarios representa una amenaza para la continuidad de actividades como la docencia, la investigación y la extensión universitaria. La Facultad insiste en el dato de que “los salarios docentes y no docentes de las universidades nacionales han sufrido un deterioro del 40% respecto a la inflación acumulada desde fin de año hasta el presente -señala el comunicado- y a su vez han sido discriminados respecto a la pauta general de aumentos en el sector público quedando un 20% por debajo de los aumentos registrados en el sector”. Esta situación “pone en riesgo la continuidad de las carreras académicas de cientos de docentes que sostienen las tareas de formación de las nuevas generaciones de profesionales”. Además, pone en entredicho no solo la práctica docente sino los “proyectos de investigación científica y condiciona severamente las capacidades de intervención de la universidad en sus comunidades a través de las acciones de extensión universitaria, como por ejemplo el patrocinio jurídico gratuito de esta Facultad”.

La falta de actualización del presupuesto universitario y su corrección inmediata por los poderes públicos es el objetivo de la convocatoria de una nueva Marcha Federal que se realizará en septiembre, tras la escalada de huelgas que se van proclamando y que tienen el apoyo unitario de todos los sindicatos del sector agrupados en el Frente Sindical de Universidades Nacionales. La urgencia y la necesidad de esta actualización ha recibido un apoyo en el Congreso de Diputados mediante la aprobación de una moción con este texto: ““Encomiéndese al Poder Ejecutivo Nacional a recomponer los salarios docentes y no docentes del sistema universitario nacional a partir del 1 de diciembre de 2023 y hasta el mes de sanción de la presente ley por la variación acumulada de la inflación informada por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) durante dicho periodo. Desde el mes siguiente a la sanción de la presente ley y hasta el 31 de diciembre del año 2024 deberá actualizar los salarios de forma mensual y conforme a la inflación informada por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC)”. Contra ella votaron los partidos en el gobierno, y pudo salir adelante por el apoyo de la UCR y algunos independientes, pero se requiere su votación posterior en el senado para que sea aprobada (por eso se viene a denominar “media sanción”.

El salario del profesor universitario no solo garantiza las condiciones de existencia del personal que se dedica a esta actividad docente e investigadora. Es un indicativo preciso del valor que la sociedad asigna a la formación superior a través del reconocimiento de la importancia de la función que desempeñan las personas que desarrollan una actividad universitaria. Por eso la degradación de los salarios reales, la desatención respecto de cualquier otra función del personal de los organismos públicos, además de en el caso concreto de Argentina demostrar la inquina que el Presidente y su círculo de poder tiene a la Universidad como expresión de un pensamiento libre y crítico, supone una tragedia para toda la comunidad política de aquel país, que ve cómo se desmorona un elemento central en su cultura y en su tradición histórica, poniendo en peligro asimismo logros importantísimos en materia de investigación y de transferencia de conocimiento a la sociedad. La huelga por tanto de los docentes universitarios debe ser seguida con atención desde España y generar una fuerte respuesta solidaria de los sindicatos y profesores de nuestro país.

Ciertamente que el hundimiento del sistema educativo argentino y el incremento feroz de la pobreza infantil no se detiene en el perímetro de las universidades. El Congreso de los Diputados, tras hacerse público el dato de que un millón de niños argentinos van a la cama sin cenar (dato revelado por Unicef Argentina), votó un proyecto de ley en el que no se propone ninguna medida frente al 70% de pobreza infantil, sino que tampoco habla de invertir en infraestructura escolar, en comida para los comedores, ni salario para los docentes que son quienes sostienen con su esfuerzo la educación pública. Simplemente se optó por declarar servicio esencial a efectos de huelga la educación primaria y secundaria, lo que supone inmediatamente la restricción del ejercicio del derecho en cualquier acción huelguística que se proclame en estos sectores. Como señaló el sindicato CONADU, “la aprobación en la Cámara de Diputados de la Nación de la Educación como ’servicio esencial’ es una decisión que atenta contra el derecho a la protesta de las y los trabajadores del sistema educativo. Esto agravado por un incremento de la brecha entre aumento salarial y aumento de la inflación que, como hemos señalado, supera en general el 57% y llega al 101, 8 % en el cargo inicial».

Todo un síntoma de cómo se aborda por parte de los partidos Libertad Avanza y PRO el problema de la crisis social y educativa en Argentina: reduciendo el gasto social, restringiendo cualquier ayuda de tipo social y estableciendo restricciones severas a los derechos democráticos. Un programa compartido en estos términos por la derecha y extrema derecha de forma universal pero que en Argentina está adoptando su expresión más violenta e injusta de la que lamentablemente nuestros medios de comunicación no informan ni se interesan. En este blog estaremos atentos a la evolución de estos procesos de resistencia colectiva y democrática.


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