martes, 4 de septiembre de 2012

COMIENZA EL CURSO ACADÉMICO EN MADRID: EL GOBIERNO REGIONAL PERSONA NON GRATA

EL GOBIERNO REGIONAL PERSONA NON GRATA





Comenzar el curso académico el 3 de septiembre, como han hecho las universidades  madrileñas en la UAM, es un intento claro de evitar la presencia de estudiantes, profesores y PAS, como miembros de la comunidad universitaria especialmente castigados por las medidas del gobierno. Se pretendía secuestrar la formalidad solemne del acto académico de inicio de la actividad universitaria - la solemne apertura del curso 2012-2103, el que el ministro Wert manifiesta que será el mejor de todos - frente a posibles manifestaciones contrarias de la generalidad del colectivo universitario. Por ello habían invitado a la presidenta Aguirre y por eso mismo ésta había aceptado, convencidos rectores y autoridades de gobierno de la CAM que no habría incómodos testigos de este acto.

Sin embargo los sindicatos convocaron a los trabajadores y estudiantes a manifestar su protesta en este día, y en Facebook se organizó una página para que todos los estudiantes, profesores y personal de servicios y de administración se concentraran en la Universidad Autónoma, en la Facultad de Medicina, a declarar a la presidenta Aguirre persona non grata para la Universidad.

El acto no se ha podido celebrar. Los gritos de estudiantes y trabajadores de la enseñanza han impedido tanto la acostumbrada alocución de la secretaria general de la UAM como maestra de ceremonias del acto como que se pronunciara la lección magistral por una profesora de excelencia. Pero lo más importante ha sido que, advertidos previamente de la existencia de una fuerte contestación, ni la presidenta Aguirre  ni la Consejera Figar han juzgado oportuno asistir al acto, delegando en el Director General de Universidades de la CAM, el somnoliento Juaristi, el papel de la autoridad oficial que debería declarar inaugurado el curso. No ha podido hacerlo, ni su intento porque todos los presentes entonaran – o desentonaran – el gaudeamus igitur ha tenido ningún éxito.

Los rectores de la CAM parece que estaban desolados, y no porque la representación del gobierno regional fuera de segundo nivel. Según informaciones de prensa, el Rector Sanz ha lamentado que los gritos y las manifestaciones impidan el libre ejercicio de la palabra, y ha criticado a quienes "se llenan la boca" con la autonomía universitaria pero luego boicotean un acto académico. El rector Peña, ha afirmado entender el descontento de los alumnos y del personal laboral de las universidades, pero ha coincidido en que no se gana nada impidiendo un acto académico. "Yo no estoy de acuerdo con muchas de las medidas que se toman, pero ésa es otra cuestión, es independiente del acto", ha añadido. El rector Carrillo ha asegurado que lo ocurrido "no contribuye a defender la universidad pública en este momento tan grave".

Aunque los mismos vaticinan un curso "caliente" resultado de las políticas de los gobiernos central y regional, que dan "prioridad a los recortes y no a la inversión, que es lo que necesita la universidad", no parecen entender que la movilización social está exigiendo una actitud más firme y comprometida de las autoridades universitarias en la defensa del derecho al estudio y a la preservación de las condiciones necesarias para poder cumplir con el servicio público de enseñanza universitaria. 

Las reformas educativas en materia universitaria se condensan en ir desmontando – con ritmos diferentes según distintas comunidades, más rápidas y decididas en Castilla La Mancha, más permanentes y alargadas en Madrid – la actividad docente e investigadora de la universidad degradando las condiciones de empleo y de trabajo del personal universitario y elevando los precios  - ¿públicos? – de matrícula en grados y sobre todo en másteres. Las autoridades gubernativas que están ejecutando esta política de aniquilación progresiva de la universidad pública deben ser declarados personas non gratas. Manos fuera de la universidad para la presidenta Aguirre, para la presidenta Cospedal  y para su larga fila de servidores devotos. Que no puedan penetrar en los recintos universitarios públicos no es, como equivocadamente pretenden los rectores madrileños, un acto contrario a la autonomía universitaria. Es exactamente lo contrario, una defensa cerrada de la autonomía cultural, política y científica de la Universidad pública de calidad que las autoridades académicas no están llevando a cabo con la energía, inteligencia y firmeza que la comunidad universitaria les requiere.



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