Hoy
estamos en la Jornada de reflexión, concebida como un tiempo para que la
ciudadanía repose del conjunto de mensajes recibidos a través de los cuales se
emitían recomendaciones directas de voto. Definir ese momento como de reflexión
seguramente no es lo más acertado no se asemeja mucho a lo que la gente en ese
día hace y siente, pero permite al menos pararse un poco y pensar en los
motivos del propio voto.
(Arriba, la encuesta última que ha publicado GESOP en el El periòdic d'Andorra, la foto inferior corresponde a una jornada de reflexión en 1977 en Albacete, donde se distingue a Jesus Alemán seguido por Joaquín alias el "Marranacas" (tal como nos los ha identificado Antonio Navarro) aunque en un principio habíamos atribuido la imagen a Luis Collado, que estaba detrás ayudando a la reflexión colectiva de aquellos tiempos en los que el PCE se presentaba con sus propias siglas)
La fase inicial de reflexión no
suele ir más allá de lo inmediato. Ante todo las encuestas, las últimas
encuestas y prohibidas en España, desveladas sin embargo en Andorra,
confeccionadas por GESOP. Remontada de Podemos, estancamiento de Ciudadanos, el
PP no baja del 25 %, el PSOE compite por el segundo puesto con un 21%, IU-CUP
puede obtener entre dos y cuatro diputados. Un cuadro complejo de
representación parlamentaria en donde se dejará sentir el carácter
plurinacional de España que el PP de forma torpe y autoritaria ha venido
negando y entorpeciendo, y donde el bipartidismo como característica
identitaria del sistema político va a resultar irremisiblemente dañado. No es
sólo una cuestión de pactos, sino de comprobar si a través de la revitalización
del debate político en el Parlamento se fortalece una cierta noción de la
política de proximidad a los problemas centrales de la existencia social de
millones de ciudadanos españoles. Claro que eso exigirá reformas, ante todo del
propio sistema electoral, subrepticiamente mayoritario y no proporcional, y del
reglamento de funcionamiento del legislativo, extraordinariamente concentrado
en la presidencia y dependiente de modo pleno de las indicaciones del Gobierno.
Un parlamento que tiene que rescatar la capacidad perdida de dirigir las
políticas de gobierno en vez de ser la máquina de registro automática de las
disposiciones emanadas por éste.
Pero la jornada de reflexión en
una segunda fase evoca la memoria de estos cuatro años, desde noviembre de 2011
en el que el Partido Popular obtuvo un memorable triunfo que le consagró con la
mayoría absoluta de los escaños. Son cuatro años de continuas humillaciones y
ultrajes a la dignidad de las trabajadoras y trabajadores, y en general a las
clases desposeídas, incrementando su subalternidad mediante la atribución de
mayores dosis de poder a quienes ya lo tenían, robusteciendo las posiciones de
imposición y de violencia institucional económica y de clase. Son años también
de un inmenso ciclo de luchas que tiene su punto álgido entre 2011 – el 15M – y
2014, mediante las grandes movilizaciones del 2012 y el 2013, dos huelgas
generales, centenares de miles de personas ganando las calles. Un ciclo de
luchas que se ha traducido políticamente con ocasión de las elecciones
municipales de mayo del 2015 en la conquista democrática de importantes
ciudades del país, comenzando por Barcelona y Madrid, por candidaturas
claramente de izquierdas y progresistas. Años asimismo en los que se ha podido
visibilizar que la corrupción no es un hecho desgraciado que afecta a algunas
personas que han abusado de la confianza que se les había entregado, sino una
forma ordinaria de actuación en el espacio público, que sostiene prácticas de
partido y define las políticas de gobierno, por lo que es extremadamente
difícil que pueda ser reprimida por los aparatos institucionales de que dispone
el sistema democrático.
La memoria de los cuatro años se
pretende oscurecer y disipar en una especie de neblina mediática. Los grandes
medios de comunicación se han convertido en elementos activos de intervención
de los poderes económicos en el sostenimiento y apoyo de su dominio. No es sólo
la apropiación partidista de los medios de comunicación públicos, sino la
alineación homogénea de los medios privados en un elogio del presente y en la
falsificación del recuerdo de la etapa de la austeridad y de los recortes
sociales permanentes, de la corrupción como estilo de partido. Los medios de
comunicación son los grandes persuasores de la ciudadanía a la que pretenden
convencer de que el actual estado de cosas es inevitable, es irreversible y
además es ineludible. Y junto a ellos, una legión de expertos, economistas,
juristas, sabios oficiales que reiteran esa inevitabilidad e irreversibilidad
de las medidas adoptadas, en ocasiones acompañándola de ditirambos y elogios
superlativos. En la jornada de reflexión sin embargo, es oportuno recordar qué
es lo que ha sucedido en la realidad de
las cosas, como también quiénes fueron los agentes políticos que desencadenaron
acciones y formas de resistencia constante, que desarrollaron estrategias para
evitar o amortiguar los efectos más terribles de las decisiones de gobierno
lesivas de derechos. En esa posición estuvieron los sindicatos, las mareas
ciudadanas, las plataformas de afectados, los movimientos sociales, pero
también Izquierda Unida y, a partir de 2014, los círculos de Podemos. Conviene
recordarlo para no olvidar que en ese ciclo de luchas no todos los agentes
políticos contrarios al PP tuvieron una presencia significativa.
Recordar por tanto es reflexionar.
Saber también que las políticas europeas que imponen al sur de Europa y en
especial a España un horizonte de degradación de derechos y de pérdida de
soberanía política son en efecto creadas y mantenidas en el estado mayor del
partido económico-financiero global que representa hoy el gobierno de la UE con
el BCE y el FMI, pero que para su aplicación en España – como en otros países –
es necesario el acuerdo con el gobierno de los mismos. Es decir que sólo ha
sido posible este panorama de desolación democrática y de injusticia social gracias
a la colaboración decidida e imprescindible del gobierno de España, y eso ya a
partir del 2010, pasando por la reforma de la Constitución en el 2011 mediante
el pacto PSOE-PP. Esa es la razón por la que se ensañaron con Syriza en Grecia,
como señal evidente de que la autonomía política de un país tiene que
eliminarse ante el plan diseñado por el partido global del capital financiero
en la UE, pero el bloque anti-austeridad ha añadido a sus filas al gobierno de
Portugal, que con evidentes limitaciones está reaccionando con medidas
igualitarias y que se fortalecería de manera muy importante con la presencia de
una economía ya determinante en el plan global europeo como la de España. Ese
es un punto decisivo, que conducirá seguramente muchos de los debates en el
inmediato futuro, también en relación con compromisos internacionales como los
que se deducen del TTIP y del tratado gemelo con Canadá.
Reflexionar asimismo sobre el
futuro. Votar quiere decir también compartir un proyecto, aunque éste no tiene
por qué ser realizable en el corto plazo. Lo que no impide pensar en que el
voto produzca también efectos inmediatos. En ese campo se han movido muchas
promesas electorales justas e imprescindibles. Derogación de la reforma
laboral, derogación de la ley Wert, regulación de la dación en pago, reformular
los derechos sociales, cambiar la Constitución. Eliminación del formidable
aparato de represión ciudadana que supone la Ley Mordaza, el Código Penal,
impedir la incriminación penal de los huelguistas. Crear mínimos de subsistencia, aumentar el
gasto social, invertir en la enseñanza y la sanidad pública y reservar su campo
de actuación universal y de calidad. Son todas ellas reivindicaciones para el
mañana inmediato, de aplicación en el corto plazo, sin ellas no se concibe el
cambio político. Y no todos los agentes políticos lo defienden, aunque es
posible encontrar una relativamente amplia convergencia en ciertos aspectos de
entre los reseñados. IU-CUP y Podemos si lo sostienen en su totalidad,
entienden la urgencia de lo inmediato como forma de afirmar el giro necesario a
las políticas precedentes, la confirmación de la eficacia de las luchas
emprendidas.
La reflexión sirve también para
recuperar la esperanza, saber que la política ha llegado también al proceso
electoral, que es posible intervenir en él para lograr cambiar las cosas,
cambiar la propia vida a través de la consecución de mayores niveles de
igualdad real, de espacios de libertad que impiden padecer la violencia
económica y la degradación social de millones de ciudadanos que tienen derecho
a vivir decentemente y a mejorar sus condiciones de existencia social, cultural
y colectiva. Buena jornada de reflexión, amigas y amigos lectoras de este blog.
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