Los resultados de las elecciones
de ayer en España han sido muy importantes. Estaban en juego dos elementos muy
peligrosos. De una parte, la emergencia de una fuerza de ultraderecha, Vox, que
había elaborado un discurso bolsonariano, irracional y lleno de falsedades que
excitaba un voto reactivo emocional sobre la base de la exaltación de los
símbolos nacionales y la unidad de España frente a las pretensiones del
soberanismo catalán y del pensamiento reaccionario más pronunciado, en el que
prometía la “eliminación de la dictadura de los partidos” y su sustitución por
una “soberanía nacional del pueblo”, y combatía a sus dos enemigos principales,
la ideología de género y la inmigración. Esta ultraderecha había sido
promocionada hasta extremos impensables por todos los medios de comunicación,
que le dedicaron continuamente amplios espacios a publicar su ideario, y a lo
largo de la campaña había mostrado una fuerte capacidad de convocatoria en sus
mítines.
De otra parte, este discurso agresivo había atraído hacia sí a las otras
dos formaciones de la derecha, centrado principalmente en atacar al
nacionalismo independentista catalán exigiendo la derogación permanente de la
autonomía política de esta Comunidad Autónoma y queriendo confinar al PSOE y a
UP en un espacio de irrelevancia política como fuerzas “no constitucionales”,
acusándoles de haber pactado con “golpistas” y “terroristas”. Esta apelación a
la unidad nacional en una línea de recentralización del Estado que confrontaba
con la estructura territorial del mismo prevista en la Constitución, permitía
colocar en segundo plano un programa económico claramente neoliberal de bajada
de impuestos y privatizaciones que compartían tanto PP y C’s como la formación
de la ultraderecha, Vox, sin apenas divergencias.
Este proyecto reaccionario ha
fracasado, pese a que la derecha se presentaba como un frente tripartito que
estaba en condiciones de producir una importante movilización del voto en todos
los sectores de la población. Los datos son conocidos. La participación fue muy
alta en relación con las elecciones anteriores – un 76% - y se produjo una
concentración de voto en el PSOE como forma de rechazo de la propuesta de las
tres derechas. Este partido obtuvo casi 7,5 millones de votos, el 28,7% de los
sufragios, frente a los 4,3 millones del PP (un 16,7%) y los 4,1 millones de
Ciudadanos (un 15,9%). Unidas Podemos perdió las extraordinarias posiciones del
2015, pero no se derrumbó como se esperaba, y obtuvo 3,75 millones de votos, un
14,3%. La ultraderecha, con un poco más de 2,5 millones de votos, obtuvo un
10,3%. En escaños, en función del sistema electoral de base provincial que rige
en España, la suma de diputados que obtienen PSOE (123) y UP (42) es superior a
la que logran las tres derechas, PP (66, el mayor descalabro de su historia,
pues partía de 137 en las elecciones de 2016), Ciudadanos (57, lo que le
convierte en un partido de implantación electoral en concurrencia con el PP) y
la ultraderecha de Vox, con 24 escaños (que decepciona sus bravuconadas que le
hacían pronosticar tres veces más), lo que hace un total de 147 diputados
frente a los 165 del bloque de izquierda. Una derrota que también se manifiesta
en el Senado, que tiene un sistema de composición mayoritario. Y que se
prolonga con la victoria de las fuerzas progresistas en la Comunidad Valenciana
que puede reeditar el Pacto del Botánico.
Al margen del estudio detallado
de las diversas circunscripciones electorales, las primeras impresiones que
pueden deducirse de este cuadro son las siguientes.
La primera, que el mapa electoral
español que surge de estas elecciones muestra una clara derrota de las fuerzas reaccionarias que además son incapaces de
generar un espacio de coincidencias políticas con ninguna otra fuerza del espectro
político. La estrategia estigmatizadora de las tres derechas sobre las
autonomías políticas de Cataluña y Euskadi que incluso llegaba a proponer su
expulsión del parlamento si no alcanzaban el 3% estatal, imposibilita que éstas
fuerzas puedan alinearse contra la previsible coalición de izquierda. La
derrota y el aislamiento de las derechas tienen que ser aprovechadas por las
fuerzas políticas y sociales que buscan el cambio político, impulsando alianzas
que faciliten medidas progresistas que reviertan las situaciones degradatorias
de derechos laborales y sociales que se han ido perpetuando desde el 2010.
La segunda, correlato de lo
anterior, que el mapa de España se ha desplazado hacia la izquierda, con el
fortalecimiento de la presencia de fuerzas soberanistas y republicanas que han
obtenido una significativa presencia electoral. Tanto Bildu como muy
señaladamente ERC han aumentado de forma muy relevante su influencia política
tanto en Euskadi como en Catalunya, siendo también muy relevante el incremento
exponencial de votos para ERC en detrimento de Junts per Catalunya, que ha
desplazado hacia la izquierda la hegemonía entre las fuerzas independentistas. En la Comunidad Valenciana, la conjunción del PSOE, Compromís y UP ha vencido a las tres derechas confrontadas.
La tercera impone una clara
consideración de la plurinacionalidad del Estado, con la consiguiente
comparecencia de subjetividades políticas propias, que revindican la
especificidad nacional del territorio. En el País Vasco, las tres derechas solo
consiguen el 12,79% de los votos y no han obtenido representación
parlamentaria. PSE y UP suman el 37,4 % de los votos emitidos, y PNV y EH Bildu
el 47,75% de los sufragios del país. En Catalunya, las tres derechas alcanzan sólo
el 20,25 % de los votos, lo que se ha traducido en 5 escaños para C’s y un
escaño respectivamente para el PP y otro para Vox, que se colocan en pie de
igualdad en la irrelevancia política en esta Comunidad. En el lado
independentista, ERC y Junts per Catalunya suman 36,65% de los sufragios, pero
si la diferencia la hacemos sobre la base de la contraposición izquierda y
derecha, la suma de ERC (24,5%), PSC-PSOE (23,21%) y En Comu Podem (14,9%),
arroja un 62,61% de voto de izquierda en esa nacionalidad.
La cuarta hace referencia a la
política de alianzas. El resultado electoral no permite recomponer mediante
pactos un acuerdo transversal entre el centro izquierda y la derecha. Los
tratos entre PSOE y Ciudadanos para conformar gobierno no sólo han sido
rechazados la propia noche electoral por la militancia socialista ante su
candidato Pedro Sánchez – “con
Rivera, no” – sino que serían disfuncionales al discurso defendido durante la
campaña electoral, a lo largo de la cual Ciudadanos se configuró como la fuerza
de la derecha nacionalista más extrema intentando suplantar el liderazgo
conservador al PP. Los resultados electorales obligan a conformar un gobierno
de progreso en el que la suma de PSOE y de UP requerirá añadir otras fuerzas
políticas que garanticen una mayoría política que se corresponda con una
mayoría social que exige la reversibilidad de las situaciones de degradación de
derechos que la ciudadanía ha venido padeciendo desde el inicio de la crisis.
Comienza ahora un nuevo ciclo de
confrontación electoral, el que compromete los ayuntamientos, las comunidades
autónomas y el trascendental resultado en las elecciones europeas. Pero antes
de ello, el 1 de mayo hará que una amplia multitud de personas se manifiesten
por las calles de las principales ciudades españolas convocadas por los
sindicatos. En estas concentraciones, la exigencia de un gobierno de progreso
será una reivindicación compartida. Esa es la buena dirección.
6 comentarios:
Querido amigo, me temo que en Andalucía no hemos hecho los deberes. La única formación que, en términos porcentuales, presenta resultados desfavorables, comparados con los generales, es Unidas Podemos: 14,25% , frente a 14,31% en la media nacional. Los demás, superan la media: en más de tres puntos VOX; ligeramente PP y Cs. En casi 6 puntos, PSOE (buen dato para que se decidan a barrer de una vez al susanismo, que aupó a Cs previa laminación de Podemos).
Creo que los datos de Madrid son peores (apoyo entusiasta y superior a la media nacional al trío de Colón), lo que no supone, por supuesto, ningún alivio.
No sé cómo cambiarán los datos andaluces en las municipales y europeas. Vox ha crecido desde las autonómicas, manteniendo en la cámara andaluza sus propuestas de modo descarnado. Por ejemplo, en exhibición parlamentaria del machismo más casposo, calificando a Maillo (IU) de "planchabragas". Y eso les ha impulsado hacia arriba en los comicios generales. Por ese lado, mis pronósticos no son buenos.
Disponemos de tiempo para corrregir errores: recuperar los análisis políticos, imponer métodos de información y modos de análisis científicos, y exigir avances en materia de igualdad material. Tres líneas en las que no han aportado mucho, en los últimos decenios, ni partidos ni medios (que deberían haber sido los garantes primeros del rigor y de la decencia). Tampoco hemos aportado los universitarios de a pie, que hemos consentido la degradación de nuestro trabajo, hasta hacerlo incompatible con el progreso. Supongo (tengo que aceptar) que, en lo que nos toca, la situación es, de aquí a las próximas elecciones generales, reversible. En cualquier caso, creo que es en el ámbito universitario -lato sensu- en el que nos toca anunciar algo nuevo.
(En el Valladolid de los primeros setenta cantábamos a Celaya/Paco Ibáñez cambiando -desde la ignorancia y el clarete- la letra: "y mostrar que, pues vivimos, aportamos algo nuevo". Eramos un poco toscos, pero estábamos en la calle).
Abrazos.
Juan
Caro Antonio,
sono interessato a conoscere il tuo giudizio sul responso elettorale.
Per certo, la temuta salvinizzazione non c’è stata. Mentre sorprende l’exito del Psoe: è un Psoe rigenerato o soltanto più votato per paura del peggio?
Mi pare di capire che la chiave di volta sia una soluzione condivisa della questione catalana: è così?
Un muy fuerte abrazo.
UR
Grazie, Antonio. Che il modello iberico traini una nuova maggioranza politica e sociale in una nuova Europa con forte sensibilità sociale.
Un abbraccio e buon 1^ Maggio
Lorenzo
Siempre reconforta tu capacidad de ver las cosas con la frescura del viento a favor, pero esta vez yo tengo más dudas.
-Lo de ayer es una nueva reedición del voto útil que se apropia incluso de la consignas del no pasarán, el sí se puede o el feminismo.
-Nos aboca explicita o implícitamente a la actuación PSOE-ciudadanos en materia social (disfrazada de veto de la patronal o similares).
-Rebaja de forma poderosa las expectativas de cambios sociales de cierto calado porque Podemos no podrá en la práctica vetar cambios de baja intensidad.
-El PSOE, que no hará nada hasta después de las autonómicas y locales y que no pone cordones sanitarios a Rivera, va a maltratar a Podemos sin darle opción de entrar en el Gobierno. Si estos alzan la voz regresará el viejo cuento de la pinza y la acusaciones de complicidad con la derecha.
-En las próximas elecciones les van a barrer de muchas CCAA, entre otras la nuestra, con el argumento de Vox
-Y, por último, el resultado de estos últimos es impresionante aunque hayan sido tan torpes en gestionarlo.
En fin que yo viví anoche una sensación muy agridulce y lamentablemente veo el futuro con la inquietud que da la experiencia de un PSOE con ínfulas y (aquí no se puede apelar a la experiencia) una ultraderecha desacomplejada en las partes del territorio más emocionalmente afectadas por el tema catalán.
Lástima no haber comprado Txakoli para amenizar el recuento electoral.
Abrazos.
JPR
Antonio, te veo muy optimista.
opino q han ganado los socialliberales, que sale derrotada la derecha reaccionaria, aunque la amenaza de Vox va a continuar , pero no se puede olvidar q los socialistas liberales tienen la posición que conocemos sobre lo social, la cuestión nacional, la economía , la UE y la democracia, La izquierda retrocede.
No creo q UP tenga que pasar a formar gobierno, si apoyar la investidura, pero ser una fuerza autónoma y evitar ser subalterna.
Además creo que el Psoe quiere un gobierno suyo y llevar a cabo las políticas que siempre le han caracterizado( reforma laboral, pensiones,ley mordaza,....) Hay q armar la movilización y esto va a ser lento Vamos a ver q pasa el 26, pero no pinta muy bien.
Un abrazo
R-
Grazie Antonio,
sono molto contento dei risultati spagnoli: rispetto almeno a quel che si temeva.
Un carissimo saluto.
A te e a tutti gli amici.
Buon primo maggio.
A presto spero.
Ciao
Andrea
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