martes, 4 de junio de 2024

SOBRE EUROPA Y EL 9 DE JUNIO (II). IGNORANDO A EUROPA EN EL DEBATE MEDIÁTICO Y POLÍTICO


 

Continúa la campaña y la derecha insiste en considerar las elecciones del 9 de junio como unas elecciones generales, en las que se dirime plebiscitariamente la continuidad del gobierno PSOE-SUMAR, con especial aprensión hacia su presidente, Pedro Sánchez. Eso hace que la política nacional siga siendo el eje de los debates en los medios de comunicación. El segundo gran tema que surge es el crecimiento de la ultraderecha, que en esta cita electoral además se presenta representada no sólo por VOX sino por un conocido farsante y manipulador, un tal Alvise Pérez, que tiene una red de casi medio millón de seguidores y que en las encuestas aparece como la quinta fuerza de preferencia de los votantes.

La quiebra de la funcionalidad de los mecanismos de representación política y su corrupción a través de instrumentos de manipulación eficaces que degradan la cultura ciudadana democrática es un elemento ciertamente preocupante, pero que desvía el terreno de la discusión al de la lucha ideológica y la oposición entre modelos culturales de representación general de los intereses de la ciudadanía, un tema que se aleja de los elementos materiales que conforman la cotidianeidad de los problemas que acechan en la existencia de las personas. Sin embargo, no estaría de más recordar que se ha aprobado en abril de este año el Reglamento (UE) 2024/1083 del Parlamento europeo y del Consejo de 11 de abril de 2024 por el que se establece un marco común para los servicios de medios de comunicación en el mercado interior y se modifica la Directiva 2010/13/UE (Reglamento Europeo sobre la Libertad de los Medios de Comunicación), que aunque privilegia el enfoque de la libertad del mercado en los medios de comunicación como empresas, en la línea de considerar los medios de comunicación ante todo como una iniciativa económica sometida a las libertades de empresa y de servicios, no puede dejar de reconocer que también está en juego “el derecho a recibir o comunicar informaciones y la obligación de respetar la libertad y el pluralismo de los medios de comunicación, con arreglo al artículo 11 de la Carta de los Derechos Fundamentales de la Unión Europea, leído en relación con su artículo 22, que obliga a la Unión a respetar la diversidad cultural, religiosa y lingüística”,

El Tribunal Europeo de Derechos Humanos ha señalado que, en un sector tan sensible como el de los medios de comunicación audiovisual, además de su deber negativo de no injerencia, los poderes públicos tienen la obligación positiva de establecer un marco legislativo y administrativo adecuado que garantice un pluralismo de los medios de comunicación efectivo, y dentro de esta efectividad, la comunicación fiable es esencial. Además de ello, “Los accionistas y otras partes privadas con intereses en prestadores de servicios de medios de comunicación podrían actuar de maneras que rompan el necesario equilibrio entre su propia libertad de empresa y la libertad de expresión, por un lado, y la libertad de expresión editorial y los derechos de información de los usuarios, por otro, al perseguir una ventaja económica o de otro tipo. Dado el papel social que desempeñan los medios de comunicación, esta injerencia indebida podría afectar negativamente al proceso de formación de la opinión pública”.

Por ello, “es crucial que los destinatarios de servicios de medios de comunicación sepan con certeza a quién pertenecen los medios de comunicación y quién está detrás de ellos, de modo que puedan detectar y entender posibles conflictos de intereses. Esto es un requisito previo necesario para formarse opiniones bien fundadas y, como consecuencia, para participar activamente en una democracia. Esa transparencia es asimismo un instrumento eficaz para desincentivar y por consiguiente limitar el riesgo de injerencia con la independencia editorial”. Desde este marco de sentido, es imprescindible que se establezca una norma que exija la transparencia en este sector de los medios de comunicación que se exigen para otras instituciones o corporaciones. Es importante en efecto conocer los gastos e ingresos contables de la empresa editorial y quienes son sus accionistas, sin que quepa seguir manteniendo la opacidad con la que hoy se despacha el tema en nuestro país. Hay fuertes evidencias que con dinero público se están financiando proyectos de intoxicación mediática, como ha señalado recientemente Unai Sordo (https://www.infolibre.es/videolibre/como-lo-ve/unai-sordo-llaman-medios-configuran-maquinas-mentir-manipular_1_1806707.html), y se generan verdaderas maquinarias de mentir y de manipular que incentivan posiciones claramente antidemocráticas que cuentan sin embargo con una multitud de seguidores, como en el caso de la lista electoral Se acabó la Fiesta a la que se ha hecho referencia.

Esa obsesión por ignorar Europa como espacio de debate y de construcción política, reduciendo el momento electoral a una reedición de los comicios nacionales que prolongan así las sucesivas convocatorias autonómicas que hemos tenido en Galicia, Euskadi y Catalunya desde comienzos de año, degradan el momento de decisión global de la ciudadanía europea a una fase mas de un cuestionamiento interno de los resultados obtenidos en las elecciones generales del 23 de julio de 2023, y se corresponde con la continua lluvia de pronósticos electorales que se llevan realizando desde comienzos de año en una sucesión de encuestas realmente abrumadoras. De esta manera, se llega a una situación paradójica, porque  si bien las cifras dicen que el 83% de los españoles se consideran ciudadanos europeos, once puntos por encima del promedio de la UE, en el momento en el que se puede debatir sobre los proyectos que sostienen diferentes visiones sobre la función y los objetivos del espacio supranacional europeo, el discurso hegemónico entre los medios, que marcan fundamentalmente las fuerzas de la derecha y en especial el Partido Popular, se centra en la discusión nacional, sobre elementos muy limitados – corrupción, amnistía como cesión al chantaje separatista – sin que tampoco se aborden políticas concretas desarrolladas en este nivel – la situación de la economía, la fortaleza del mercado de trabajo, la política fiscal, etc.

Ignorando a Europa además se evita una reflexión crítica sobre los retos inmediatos que plantea el retorno a una “normalidad” en la gobernanza económica que impide la reforma de elementos centrales de la estructura constitucional europea, la inclusión de una cláusula social en los Tratados que inmunice la tendencia dominante a considerar el trabajo como la variable de ajuste ante las crisis económicas. La defensa de una Europa Social, que en esta última legislatura europea, con la suspensión del pacto de estabilidad y la adopción de los fondos Next Generation ha sabido desarrollar partes importantes del Pilar Social Europeo, al punto de que una parte significativa de los iuslaboralistas europeos hablan de un momento especialmente feliz en la producción normativa de la UE, tiene que ser considerada un elemento irrenunciable en la nueva conformación del Parlamento europeo, lo que sin embargo parece puesto en peligro por las preocupantes predicciones de voto.

Unas predicciones de voto que hablan de la renacionalización de Europa, del abandono de propuestas de desarrollo europeo estratégico fundamentalmente en el espacio geopolítico y económico global. Ese peligro es evidente. Pero también es necesario recordar que el giro armamentista y belicista de la Unión Europea en relación con la invasión rusa y la estabilización de la guerra en Ucrania plantea problemas muy acuciantes a las perspectivas pacifistas y progresistas de la izquierda, además de la complaciente actitud de los dirigentes de la Unión – y de los gobiernos de Alemania, Francia e Italia – ante la impunidad de los crímenes de guerra y del genocidio en Gaza.

Todo ello hace apasionante el momento político que propicia un debate profundo sobre Europa y que estas elecciones del 9 de junio deberían acoger. Lamentablemente, no parece esa ser la tónica general por la que se mueven las informaciones que posibilitan la creación de opinión de la ciudadanía. Y los mítines y encuentros electorales – entre los que destacan los de SUMAR como una formación que aborda críticamente la actuación política que se debe llevar a cabo en ese espacio supranacional – no consiguen aglutinar la suficiente masa crítica sobre este particular. Nada de extrañar, porque en este mismo blog se ha podido apreciar este desinterés. De hecho, la entrada anterior sobre las elecciones europeas ha sido la que menos visitas ha recibido de todas las publicadas en los últimos dos años.😌

Lo que no produce sin embargo un efecto disuasorio en esta serie de opiniones y comentarios sobre las elecciones europeas. À suivre le prochain numéro.

 

 

1 comentario:

Anónimo dijo...

La verdad es que estoy desconcertado y temeroso. No creia que íbamos a llegar a esto por mucho que nos advirtieron de que la democracia tiene una piel muy fina. Respecto a ucrania no se como encajar el pacifismo, sin olvidar los beneficios economicos del armamentismo...respecto a Gaza aparte de estar asombrado y apesadumbrado por las muertes y el sufrimiento que se está produciendo, el odio generado, creo que buscado por los dirigentes actuales de Israel y los de Hamas, durará generaciones.
Esperemos que el domingo no suponga un retroceso de la idea europea. Buenas noches.