Se
celebra en septiembre, concretamente el 26 de ese mes, el vigésimo quinto
aniversario de la Fundación 1 de Mayo. En la Escuela Muñoz Zapico, sede actual
de la Fundación, en Las Musas, se realizará un acto público con la
participación del secretario general de CCOO, Ignacio Fernández Toxo, del Presidente de la Fundación, Rodolfo Benito, y la Vicepresidenta Elvira S. Llopis, la directoras de área
de estudios Laura Arroyo, el
presidente del Consejo Asesor Carlos
Berzosa, el poeta y escritor Luis
García Montero y el catedrático de la universidad de Valencia, Carlos L. Alfonso. En resumen, un
conjunto de figuras representativas de las áreas de estudio y reflexión de la
Fundación, especialmente activa en la investigación y el debate en materia
económico y social, jurídica y cultural. La significación de este aniversario en
los momentos actuales es muy evidente, como también su importancia. Ausente de
España en esas fechas, el texto que sigue se ha dirigido a la organización del
evento como forma de participación en el mismo.
En unos momentos en los que es
clave que la hegemonía cultural del discurso político no sea capitalizada por
las fuerzas conservadoras, la instalación social y la presencia cultural de la
Fundación 1 de Mayo, es un hecho reconfortante. Lo es porque su programa de
acción se concentra sobre el valor político y democrático del trabajo y del
sujeto que organiza a los trabajadores y trabajadoras para convertirse en su
interlocutor frente al poder privado del empresario y al poder público de la
autoridad política. En el trabajo y desde el trabajo. Sabe reconocer que ese
sujeto colectivo, la figura social del sindicato como representante general de
los trabajadores, viene de lejos y tiene una historia, de la que conserva y cuida
su memoria, como forma de conocimiento del presente. Un presente en el que el
sindicato es una de las pocas formaciones sociales que mantiene una fuerte
capacidad de movilización social y una competencia reconocida en la elaboración
de propuesta. Pero que resulta hostigado y acosado ideológica y mediáticamente
hasta extremos inconcebibles en un
sistema democrático.
El sindicato y el sindicalismo,
el estilo y el procedimiento de la representación y las facultades de acción en
un mundo que ha cambiado drásticamente
las coordenadas organizativas y económicas de la producción y la significación
de los procesos sociales que la conforman, es uno de los principales temas
sobre los que es necesario reflexionar en el siglo XXI. Esta es la tarea de la
Fundación 1 de Mayo, desempeñada con el talento de quien sabe y puede crear un
espacio real de discusión y de debate, en el interior y al lado de la actuación
cotidiana de defensa de los intereses de los trabajadores. Un cometido
desarrollado con enorme capacidad de influencia efectiva mediante la
disposición para incrementar un pensamiento crítico que arme un lenguaje para
que el mundo del trabajo pueda comunicarse y hacerse entender. Una narrativa en fin que se confronte al
discurso hegemónico dominante en la economía y en la política, en la que se
resalte la centralidad del trabajo en la sociedad y su potencia emancipatoria.
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