Hoy es el
84º aniversario de la proclamación de la II República española, el periodo de
nuestra historia reciente más productivo en términos culturales, políticos y
sociales, salvajemente abortado por el levantamiento fascista y clerical de
julio de 1936. Es una fecha oportuna para dar noticia de una iniciativa muy
interesante para documentar la represión franquista desde 1968 a 1982, como
parte de la memoria histórica en la transición política de la dictadura a la
democracia.
El reconocimiento de la memoria
histórica y la necesidad de su recuperación cobra fuerza en España a partir del
2004 y se positiviza en la muy insuficiente Ley 52/2007, que con posterioridad
ha sido prácticamente anulada por el gobierno del PP cortando cualquier ayuda
pública a las asociaciones que realizan actividades de recuperación de la
misma. Pese a ello, ha habido un importante esfuerzo por hacer visible el odio
y la brutalidad de la represión de los sublevados contra la República, el
inmenso dolor y sufrimiento infligido a millares de personas por su ideología o
pertenencia de clase. Y se puede decir que este esfuerzo por restablecer una
narrativa histórica negada por el discurso oficial ha resultado eficaz,
especialmente en lo que se refiere a la guerra civil y a la intensa represión
subsiguiente hasta 1945, incluida la ejercida contra la guerrilla y el maquis de esos años.
Sin embargo el franquismo
continuó siendo un régimen represivo y autoritario hasta el final de sus días,
y la transición a la democracia se acompañó de una fuerte violencia represiva.
El golpe de estado en 1981 es la fecha de cierre de estos procesos. Sin embargo
este largo período histórico no ha sido analizado ni examinado con la atención
que se merece. De esta manera se ha podido localizar toda la violencia del
régimen en los primeros años de su existencia, afirmando que a partir de los
años cincuenta, se relajó el grado de coacción sobre la población civil y la
opresión política y económica se “normalizaron” en un contexto no democrático
ciertamente, pero más “permisivo”. Es el discurso que habla de “dictablanda”
como forma de describir lo que sucedía.
Nada más lejos de la realidad, y
bastaría con mencionar la represión y las torturas de Asturias en 1962 o el
fusilamiento de Julián Grimau para comprender que el franquismo tenía inscrito
en su ADN esa violencia homicida que nunca le abandonó. A partir de 1969, tras
el estado de excepción, esta característica se extendió y profundizó ante una
resistencia ciudadana, política y social, cada día más amplia.
La historia de la represión
franquista debe acompañarse de la recuperación de su memoria. El proyecto “Punto Final. Memorias de la Transición
(1968-1982) pretende documentar este espacio. Y lo hace justamente desde la
recopilación de los testimonios de lucha y represión en torno a los movimientos
sindicales, estudiantiles y vecinales con especial énfasis en las historias de
vida de aquellos que sufrieron persecución, cárcel, exilio, torturas o muertes
durante esta larga noche de piedra.
El proyecto queda dividido en cinco capítulos que cubren la totalidad de la
geografía del Estado. Hasta el momento se ha completado la grabación de
entrevistas y escenarios en las áreas de a) Madrid, b) País Vasco y c) Zona
Noroste: Galicia, Asturias, Cantabria y Castilla-León. El ciclo se completará
con las zonas d) Cataluña, Aragón y País Valenciá; y e) Zona Sur: Andalucía, Extremadura,
Castilla La Mancha y Canarias. Dentro de ellas se cubre también el exilio.
Es un proyecto que persigue recobrar
la historia a partir de la narración de las diversas historias de las personas
que las vivieron y que permiten reconstruir y hacer visible no sólo el riesgo y
el valor de éstas, su compromiso político y su capacidad de movilización, sino
la terrible resistencia del franquismo a abandonar su espacio vital de
impunidad y de coacción. En estos tiempos en donde se examina la transición política
como una sucesión de movimientos gimnásticos calificados en su corrección por
árbitros exigentes, es fundamental rescatar del olvido a muchos de los
protagonistas de las luchas que forzaron
la democracia, sacando del cono de sombra gentes y dinámicas sociales en un
periodo decisivo, de 1969 a 1982, y exhibir públicamente la memoria colectiva
de quienes lucharon en aquel tiempo pensando que era posible conseguir
simultáneamente el socialismo y la libertad.
Es un proyecto que no tiene
subvenciones públicas, y que requiere de la aportación de las personas que lo estimen
fructífero y positivo - en la medida de
las posibilidades de cada cual – para poder ser terminado. En esta página se
encuentra la exposición del proyecto y sus objetivos y las contribuciones que
cada uno puede realizar al mismo, desde 5 € hasta 1.000€: https://goteo.org/project/punto-final/home.
Merece la pena.
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