jueves, 14 de abril de 2016

EL PILAR SOCIAL EUROPEO




En septiembre pasado, el presidente de la UE, Juncker, anunció la creación de lo que vino a llamar “un pilar europeo de derechos sociales”, y el 8 de marzo de este año la Comisión Europea ha lanzado una consulta pública de amplio espectro a organismos públicos, universidades, sindicatos, asociaciones empresariales, etc., que se extenderá hasta diciembre de 2016.

Marianne Thyssen, comisaria europea de Empleo, Asuntos Sociales, Capacidades y Movilidad Laboral, ha declarado al respecto que : «El mayor reto del siglo XXI es la evolución del mundo laboral. La globalización, la revolución digital y los nuevos modelos empresariales tienen un impacto sin precedentes en nuestra forma de trabajar. Tenemos que estar preparados para prever estas tendencias y esta evolución e influir en ellas. Debemos plantearnos las siguientes preguntas fundamentales: ¿las políticas sociales, en un sentido amplio, de nuestra Unión Europea y de nuestros Estados miembros son adecuadas a su finalidad para el siglo XXI? ¿Cómo podemos hacer que el modelo social europeo sea viable en el futuro? Con la consulta que hoy iniciamos, damos un primer paso hacia un pilar europeo de derechos sociales». El pilar europeo de derechos sociales establecerá una serie de principios esenciales para apoyar unos mercados laborales y unos sistemas de protección social que funcionen “correctamente y con justicia” dentro de la zona del euro. La Comisión se reclama del Informe de los cinco presidentes titulado «Completar la Unión Económica y Monetaria de Europa», de acuerdo con el cual, es necesario “centrarse más en los resultados en materia social y de empleo como parte de un proceso más amplio de convergencia al alza hacia unas estructuras económicas más resistentes dentro de la zona del euro”.

La última vez que la UE organizó un amplio debate cultural y social lo hizo a través de la presentación del llamado Libro verde para la Modernización del Derecho del trabajo en Europa, que generó un altísimo nivel de respuestas – en su mayoría críticas -  de las que a la postre la Comisión decidió salvar la idea fuerza de la flexiseguridad en torno a la cual estableció las orientaciones de sus políticas. A partir de la crisis y el desencadenamiento del mecanismo de estabilidad financiera, es evidente que el malestar social que se extiende por toda Europa – principalmente la Europa del Sur, pero cada vez se amplía más el círculo de países afectados – está generando desafección política y resistencia social en una parte y en otra una fuerte tendencia a la renacionalización y al impulso de políticas xenófobas con importantes rasgos de autoritarismo. La llamada por tanto a fortalecer el “pilar de derechos sociales” que ha sido expresamente combatido por las políticas de austeridad y la ideología neoliberal que las sostiene, es posiblemente un flatus vocis al que se ve obligada la mayoría socialdemócrata y liberal que gobierna Europa para dar alguna legitimidad a un proyecto que se desintegra desde una política que persigue consolidar una profunda desigualdad social, que puebla las relaciones laborales de sujetos sin derechos a merced de la necesidad, fomenta la exclusión social y alienta las respuestas nacionalistas y execrables que impiden cualquier acción humanitaria con flujos enteros de población refugiada.

Pero ello no impide que haya que considerar esta llamada a “evaluar el actual acervo social de la UE, a fin de reflejar las nuevas tendencias en los modelos de trabajo y en la sociedad y recabar puntos de vista y reacciones sobre los principios señalados en un esbozo preliminar del pilar” como un momento que debe integrar las posiciones alternativas de quienes todavía pensamos que otra Europa es posible  y que el camino tiene que pasar necesariamente por la democratización de sus estructuras, reforzando desde luego el espacio europeo como un espacio de derechos sociales. Es por tanto un momento para participar en esta consulta, lo que sin duda estarán preparando los sindicatos y las fundaciones culturales que han creado, pero es asimismo una tarea que debería interesar a los profesionales universitarios que nos dedicamos al estudio crítico del Derecho del Trabajo, puesto que procede un trabajo colectivo sobre la idea del sistema de derechos sociales, del modelo social en suma que nos sirva de referencia.

De esta manera, a iniciativa de Margarita Ramos, catedrática de la Universidad de La Laguna, y de Jesús Cruz, catedrático de la Universidad de Sevilla, se ha constituido un grupo de estudio para que elabore un documento-propuesta que pueda ser considerado fruto del consenso de una gran parte de los iuslaboralistas españoles. Un documento que, en palabras de sus impulsores,  requiere compartir una cierta dosis de homogeneidad de pensamiento para conformar una propuesta acerca de cómo y con qué garantías crear ese pilar social dentro de la UE, y que una vez elaborado pudiera ser dado a conocer y se solicitaran adhesiones al mismo. Se trataría, en suma, de poner de manifiesto y tomar postura acerca de los grandes debates que puedan atravesar la actualidad: ciudadanía europea y derechos inherentes a ella, derechos de personas de terceros países y refugiados, así como de minorías, desplazamientos trasnacionales y salarios mínimos, reticencias para ratificar el CEDU, condicionalidad en la lucha contra el déficit y reformas internas del mercado de trabajo. Y creo, también, que deberíamos formular cierta reflexión crítica del devenir de la jurisprudencia del TJU. Y, muy en particular, de las políticas de la Comisión.

La iniciativa es muy interesante. En este blog se seguirán algunos de los debates que se desarrollen en el seno de dicho grupo y, naturalmente, se dará cuenta del documento que se alcance para su oportuna divulgación. Los temas en presencia son decisivos, como se puede comprobar fácilmente del cuestionario que se resume a continuación.

El cuestionario que está en la base de la consulta es el siguiente:

Sobre la situación social y el acervo social de la UE

1. ¿Cuáles son, en su opinión, las prioridades más apremiantes en materia social y de empleo?

2. ¿Cómo podemos tener en cuenta las diferentes situaciones en materia social y de empleo que se dan en Europa?

3. ¿Está actualizado el acervo de la UE? ¿Cree que hay margen para que la UE adopte nuevas medidas?

Sobre el futuro del trabajo y de los sistemas de bienestar

4. ¿Qué tendencias consideraría más transformadoras?

5. ¿Cuáles serían los principales riesgos y oportunidades vinculados a esas tendencias?

6. ¿Hay políticas, instituciones o prácticas empresariales —existentes o emergentes— que recomendaría como referentes?

Sobre el pilar europeo de derechos sociales

7. ¿Está de acuerdo con el enfoque que se esboza aquí para el establecimiento de un pilar europeo de derechos sociales?

8. ¿Está de acuerdo con el alcance del pilar, con sus ámbitos y con los principios que se proponen en el presente documento? ¿Existen aspectos que hasta ahora no se han expresado o tratado adecuadamente?

9. ¿Qué ámbitos y principios serían más importantes como parte de una convergencia renovada para la zona del euro?

10. ¿Cómo deberían expresarse y hacerse operativos? En concreto, ¿cree que unos estándares mínimos o unos parámetros de referencia tendrían alcance y valor añadido en determinados ámbitos, y, de ser así, en cuáles?



El debate sobre otra Europa debe comenzar también en este resquicio que ofrece una consulta popular. Atentos a su desarrollo

1 comentario:

Anónimo dijo...

Me quedo asombrada al ver la diferencia de trato que el titular del blog da a los dos profesores, una en una foto de estudio y el otro, mirando al cielo como enajenado y sobre todo con un pie de foto surrealista, preguntando sobre si los españoles seremos los "nuevos chinos" de Europa. Se notan mucho las preferencias, desde luego.
N.M.