No es preciso insistir en que entre las múltiples malas noticias
que se producen en este escenario de la globalización desenfrenada, ayer se
produjo una muy buena y de una importancia excepcional, la firma del Acuerdo de
Paz entre el Gobierno Colombiano y las FARC, efectuada en Cartagena de Indias
ante una multitud impresionante que fue seguida por millares más en varias
ciudades del país y en muchas capitales de América y de Europa. En Madrid, a
las 18,30 de la tarde, en la Puerta del Sol, se reunieron un amplio grupo de
ciudadanas y ciudadanos colombianos a festejar ese momento decisivo.
La firma del Acuerdo ha sido larga y laboriosa. Ha sido el fruto de más de
cuatro años de negociaciones en La
Habana entre las partes, con la participación de los gobiernos de Noruega y
Cuba, en condición de garantes; y de Venezuela y Chile, a modo de acompañantes.
En ese largo proceso ha habido también mediaciones importantes, como la del
propio Papa Francisco, y el equipo negociador ha realizado una labor
verdaderamente titánica. Humberto de la Calle, el jefe del equipo negociador
del gobierno colombiano, se llevó una larga ovación en el acto de la firma.
Al acto asistieron la práctica totalidad de dirigentes latinoamericanos,
todos ellos vestidos de blanco como correspondía al simbolismo del momento. En
las fotos se puede ver a Bachelet y a Maccri, a Maduro y a Correa, a Vázquez y
a Raúl Castro, junto al secretario general de la ONU, Ban-Ki-Moon. Se ponía fin
a 52 años de guerra civil. La firma del presidente Santos y de Rodrigo Londoño
(Timochenko) fue emocionante.
Como resume el diario digital Info Libre, el pacto consta de diez puntos en
los que se desglosan las medidas de justicia de transición que se podrán
aplicar a los guerrilleros que decidan abandonar las armas, así como medidas de
resarcimiento para las víctimas de los crímenes. El acuerdo establece la
creación de un tribunal especial para juzgar los crímenes de guerra cometidos
en el marco de este conflicto armado. Es un ejemplo de justicia transicional
verdaderamente ejemplar.
Se ha hablado mucho del Acuerdo, y en ocasiones diciendo cosas inexactas. Por eso en esta entrada nos ha parecido importante rescatarlo en su literalidad. El texto del Acuerdo es el siguiente:
1. "El Gobierno de Colombia y las FARC-EP reafirman su compromiso con
los acuerdos logrados hasta la fecha: Hacia un Nuevo Campo Colombiano: Reforma
Rural Integral, Participación política: Apertura democrática para construir la
paz y Solución al Problema de las Drogas Ilícitas".
2. "Reafirman su compromiso con una fórmula de justicia que satisfaga
los derechos de las víctimas y contribuya a la construcción de una paz estable
y duradera. Con ese propósito estamos construyendo un Sistema Integral de
Verdad, Justicia, Reparación y No Repetición. En ese marco hemos acordado que
se creará una Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad, la Convivencia y
la No Repetición y hemos logrado acuerdos importantes en materia de reparación
de las víctimas".
3. "Acuerdan crear una Jurisdicción Especial para la Paz, que contará
con Salas de Justicia y con un Tribunal para la Paz. Las Salas y el Tribunal
estarán integrados principalmente por magistrados colombianos y contarán con
una participación minoritaria de extranjeros que cumplan los más altos
requisitos. La función esencial de las Salas y del Tribunal para la Paz es
acabar con la impunidad, obtener verdad, contribuir a la reparación de las
víctimas y juzgar e imponer sanciones a los responsables de los graves delitos
cometidos durante el conflicto armado, particularmente los más graves y
representativos, garantizando la no repetición".
4. "El componente de justicia prevé que a la terminación de las
hostilidades, de acuerdo con el derecho internacional humanitario (DIH), el
Estado colombiano otorgará la amnistía más amplia posible por delitos políticos
y conexos. Una ley de amnistía precisará el alcance de la conexidad. En todo
caso, no serán objeto de amnistía o indulto las conductas tipificadas en la
legislación nacional que se correspondan con los delitos de lesa humanidad, el
genocidio y los graves crímenes de guerra, entre otros delitos graves como la
toma de rehenes u otra privación grave de la libertad, la tortura, el
desplazamiento forzado, la desaparición forzada, las ejecuciones
extrajudiciales y la violencia sexual. Estos delitos serán objeto de
investigación y juzgamiento por parte de la Jurisdicción Especial para la
Paz".
5. "La Jurisdicción Especial para la Paz tendrá competencia respecto
de todos los que de manera directa o indirecta hayan participado en el
conflicto armado interno, incluyendo a las FARC-EP y a los agentes del Estado,
por los delitos cometidos en el contexto y en razón del conflicto, en especial
respecto de los casos más graves y representativos".
6. "La Jurisdicción Especial para la Paz contempla dos tipos de
procedimientos: uno para quienes reconocen verdad y responsabilidad y otro para
quienes no lo hacen o lo hacen tardíamente. A los primeros se les impondrá una
sentencia, fundada en las conductas reconocidas después de haber sido
contrastadas las investigaciones de la Fiscalía General de la Nación, las
sanciones impuestas por otros órganos del Estado, las sentencias judiciales
existentes, así como la información que provean las organizaciones de víctimas
y de derechos humanos. Los segundos enfrentarán un juicio contradictorio ante
el Tribunal".
7. "Las sanciones que imponga el Tribunal tendrán como finalidad
esencial satisfacer los derechos de las víctimas y consolidar la paz y deberán
tener la mayor función restaurativa y reparadora del daño causado. Para todos
aquellos que reconozcan responsabilidades por los delitos competencia del
Sistema, la sanción tendrá un componente de restricción de libertades y
derechos que garantice el cumplimiento de las funciones reparadoras y
restauradoras de las mismas mediante la realización de trabajos, obras y
actividades y, en general, la satisfacción de los derechos de las víctimas.
Las sanciones para quienes reconozcan delitos muy graves tendrán un mínimo
de duración de cumplimiento de 5 años y un máximo de 8 de restricción efectiva
de la libertad, en condiciones especiales. Las personas que hagan dicho
reconocimiento de manera tardía ante el tribunal serán sancionadas con pena de
prisión de 5 a 8 años, en condiciones ordinarias.
Para tener derecho a la pena alternativa, se requerirá que el beneficiario
se comprometa a contribuir con su resocialización a través del trabajo,
capacitación o estudio durante el tiempo que permanezca privado de la libertad.
Las personas que se nieguen a reconocer su responsabilidad por tales delitos y
resulten culpables serán condenadas a pena de prisión hasta de 20 años, en
condiciones ordinarias".
8. "Para acceder a cualquier tratamiento especial dentro de la
Jurisdicción Especial para la Paz es necesario aportar verdad plena, reparar a
las víctimas y garantizar la no repetición".
9. "En el caso de las FARC-EP, la participación en el sistema integral
estará sujeta a la dejación de armas, que deberá comenzar a más tardar a los 60
días luego de la firma del Acuerdo Final".
10. "La transformación de las FARC-EP en un movimiento político legal
es un objetivo compartido, que contará con todo el apoyo del Gobierno en los
términos que se acuerden".
El movimiento sindical colombiano ha apoyado decididamente este proceso de
paz, que requiere ser aprobado en referéndum el próximo 2 de octubre. Las tres
centrales sindicales colombianas -CGT, CTC y CUT- dieron su firme apoyo a la
campaña por el "SÍ" en el plebiscito sobre los acuerdos de paz, para
poner fin a décadas de conflicto en el país. En el transcurso de un acto
organizado por las tres centrales sindicales que tuvo lugar en Medellín el 15
de septiembre y que contó con la presencia de cerca de 5.000 personas, se dejó
constancia del respaldo al Acuerdo. El senador y ex presidente de Uruguay, José
"Pepe" Mujica pronunció un discurso ante los asistentes al acto,
junto con los presidentes de las organizaciones sindicales colombianas; el
Secretario General de la CSA, Víctor Báez; y el Secretario General Adjunto de
la CSI, Jaap Wienen. "Hay generaciones de colombianos que no conocen la
paz", señaló Mujica, añadiendo que "la guerra debe ser contra la
pobreza, contra el hambre". Báez describió el acto de Medellín como
"el mayor acto político realizado en el país en la campaña por el SÍ y
demuestra que el movimiento sindical, nacional e internacional, defiende y
defenderá la paz como principio". Wienen habló de la importancia de la
iniciativa unitaria de las centrales en la realización del evento y en la
campaña por el SÍ. "Es alentador y
merece un gran respeto que, a pesar de su sufrimiento, su sacrificio y la
pérdida de tantos camaradas, ustedes están preparados para continuar jugando un
papel crucial en el seguimiento y en la implementación del acuerdo de
paz", añadió.
Frente a la movilización por el Si, existen fuertes tendencias en Colombia a
opoenrse a este acuerdo de paz. El ex
presidente Uribe, que favoreció la acción de grupos paramilitares y
ultraderechistas, está haciendo una importante campaña por el no. Uribe fue el
gran aliado del presidente Aznar y del
PP español, lo que también se ha puesto de manifiesto en las críticas de éste
al acuerdo de paz, de manera que para él
“no es una buena idea” que ante el Tribunal Especial mencionado en el acuerdo
se puedan interponer denuncias no solo contra integrantes del grupo
guerrillero, sino también contra militares o empresarios que hubiesen cometido
delitos, y hace solo una semana insistió en el “recelo” que le producía el
acuerdo de paz obtenido por los “riesgos” para el gobierno colombiano, expresó su
preocupación por "la presencia de terroristas en instituciones públicas,
especialmente en el Congreso y en la llamada justicia de transición", e hizo
una analogía con el fin de ETA y se mostró escéptico sobre si un acuerdo como
el del gobierno de Colombia con las FARC se hubiera aceptado en España.
"¿Aceptaría un presidente español del gobierno un tribunal designado por
terroristas?", fue su conclusión. Una conclusión que desprecia la voluntad democrática colombiana y rezuma superioridad moral sobre lo que son capaces de "aceptar" los dirigentes democráticamente elegidos de aquel país
Es importante resaltar estas connivencias de la extrema derecha colombiana,
representada por el ex presidente Uribe que amparó durante su mandato masacres
campesinas y fomentó los grupos paramilitares, con la derecha española
representada por el ex presidente Aznar, en posiciones abiertamente contrarias
al derecho internacional y a los derechos humanos y que en el caso del proceso
de paz colombiano, se posicionan de manera abierta contra el mismo.
Felizmente los resultados del referéndum serán positivos y la terminación
del conflicto generará nuevos espacios de convivencia política y social en un
país desgarrado por la guerra y la muerte. Es un momento extraordinariamente
importante no sólo para Colombia sino para todos aquellos que confían en la
capacidad de los seres humanos de poder encontrar soluciones admirables a
problemas enquistados que aparentemente no pueden jamás solventarse. La paz
merece todos los esfuerzos que se han hecho, todas las concesiones de parte, y
las propuestas de integración que están por desarrollarse en el inmediato
futuro. Un buen día para la humanidad, finalmente.
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