Ayer se debatía en el pleno del Congreso la toma en
consideración de la proposición de Ley del Grupo Confederal de Unidos Podemos /
En Comú Podem / En Marea sobre igualdad retributiva entre mujeres y hombres a
la que en este blog se ha hecho referencia ( y que puede encontrarse en este
enlace Según Baylos / Brecha salarial y ahora también en el digital Nueva Tribuna en este otro enlace Nueva Tribuna / Igualdad salarial ).
Se trata de una iniciativa legislativa de indudable valor que afecta a un
tema especialmente candente en estos días, en donde está convocada una huelga
general parcial el 8 de marzo como punto de inflexión en el tratamiento de la
discriminación de la mujer, y que asoma críticamente en todos los estudios que
se están efectuando sobre la configuración de nuestro “mercado de trabajo”, la
diferente jerarquización salarial en él presente y en definitiva la
depreciación del trabajo de la mujer de igual valor que el del hombre
trabajador en un contexto generalizado de devaluación salarial tras la crisis. La
discusión en sede parlamentaria de un proyecto normativo que plantea de manera
muy concreta la reforma del marco institucional vigente para condicionar
positivamente la igualdad retributiva entre mujeres y hombres, constituía una
oportunidad política para debatir sobre este tema, la conocida brecha salarial
y sus causas, así como para que la opinión pública pudiera comprobar el
compromiso que con el principio de igualdad tienen las distintas fuerzas políticas representadas
en el Congreso, y en su caso, el grado de aceptación que esta iniciativa
suscitaba.
El espectáculo que se pudo comprobar en el pleno del congreso de ayer fue extremadamente
preocupante. En efecto, ni un solo miembro del gobierno estuvo presente en él,
denotando un absoluto desprecio por esta propuesta de ley y el contenido de la
misma. Se justificó luego la ausencia sobre la base de que algunos de los
ministros tenían una sesión de preguntas en el senado, pero a nadie se le
escapa el significado simbólico de la ausencia de cualquier miembro del
gobierno de un debate de estas características, abandono de su responsabilidad
que se conecta con las declaraciones del presidente Rajoy cuando respondió con un “no nos metamos en esto” a una
pregunta precisamente sobre la discriminación salarial entre mujeres y hombres.
El gobierno subestima altaneramente las iniciativas del Grupo Unidos Podemos,
pero ignora a su vez que éstas se corresponden con las necesidades de la
mayoría de la población y, en el caso concreto de la igualdad retributiva, con
el compromiso de los poderes públicos al que les obliga el art. 9.2 de nuestra
Constitución para que la igualdad sea real y efectiva. Pero el gobierno rechaza
las formas democráticas de respeto al Parlamento y no se siente vinculado por
la Constitución salvo en las partes de ésta que entiende le son propicias.
Este impulso constitucional es el que hizo que ayer en la cámara todos los
grupos parlamentarios presentes hicieran pública su posición favorable a la
toma en consideración de esta proposición de ley. Lo hizo el PSOE, que hoy
mismo presentará otra proposición de ley sobre el mismo tema y que es en buena
medida coincidente con las medidas presentes en la de Unidos Podemos como ha
señalado la prensa digital en este enlace Coincidencias entre propuestas legislativas de igualdad retributiva, porque como señaló su portavoz, marcando un poco el tono general de las
intervenciones de los distintos grupos, el tema de la igualdad es un tema
central para la democracia y hay que estar a favor de cualquier iniciativa que
la respalde y fortifique. También lo hizo Ciudadanos, siempre sobre la base de
que se trata de un problema que debe enfocarse desde todos los ángulos
posibles, así como los nacionalistas vascos del PNV, la portavoz de igualdad de
ERC, los portavoces de Compromis, de PDeCat, y de EH Bildu, e incluso el representante de
Foro Asturias. Para todo este abanico de fuerzas políticas, la situación es “calamitosa”
y hay que remediarla, y esta iniciativa va en la buena dirección y debe ser
aprobada.
Sin embargo el Partido Popular votó en contra de tomar en consideración
esta proposición de ley. Este es un hecho que han subrayado todas las
informaciones aparecidas sobre el particular en los diarios digitales –
Eldiario.es, Público, Infolibre – aunque no así en otras cabeceras más
oficiales, como la de El Pais, que titula asépticamente que “El congreso apoya
impulsar una ley contra la brecha salarial”, si bien añade a continuación que “el
PP considera que ya trabaja en esa iniciativa de Unidos Podemos”, siempre sin
mencionar que este partido ha votado en contra de esta proposición de ley.
Siempre ocultado el voto en contra del PP, el ABC señalará que “El Congreso
pondrá en marcha esta tarde la ley de Podemos para la igualdad retributiva”, y El
Mundo indicará que “El Congreso da el primer paso para eliminar la brecha
salarial de las mujeres”. Una lección de cómo presentar un debate político manipulando
su contenido.
El PP no ha apoyado la toma en consideración de la propuesta legislativa
sobre la base de consideraciones irrisorias sobre la extensión del machismo en
la sociedad - que a juicio de su
portavoz, también se extiende por el grupo de Unidos Podemos – y sobre la base
de que es muy difícil y complicado acabar con esta “lacra”, aunque el Gobierno
está trabajando en esa dirección, lo que debería bastar a todos. Este es el
pretexto, mas que el texto del discurso, pero lo que realmente comunica el
mismo es la oposición a unas medidas que pretenden impulsar la igualdad
salarial entre mujeres y hombres. Una oposición cuya causa se encuentra desde
luego en la consideración de la relación salarial como una relación sometida
estrictamente al mercado y por tanto donde los diferenciales retributivos derivados
del tiempo parcial o del trabajo precario, o de los diferentes complementos
salariales percibidos por mujeres y hombres, por señalar los más relevantes, son
funcionales al desarrollo económico desigual que se presenta como la salida
practicable de la crisis.
Es importante constatar que en este debate parlamentario, el PP se ha
opuesto a una propuesta legislativa que combate de forma intensa la brecha salarial,
en un texto que está seria y profundamente razonado y desarrollado, y que la
razón de su negativa a suscribirlo no se basa en la inidoneidad de las medidas
propuestas para obtener el resultado declarado, sino en la convicción política
del partido gobernante de que en definitiva, la desigualdad salarial forma
parte del marco institucional del mercado de trabajo y es por tanto incorrecto
querer impedir mediante una norma coactiva lo que no supone sino una ley
decisiva de funcionamiento del desarrollo económico de las empresas.
El PP posiblemente elija al final optar por la abstención, para no mostrar
públicamente su voto negativo frente a una mayoría abrumadora en el Congreso. Se
lo recomiendan sus asesores de imagen, sus constructores de opinión. Pero este
embellecimiento de su voto no puede hacer olvidar el dato fundamental que ha
mostrado el debate parlamentario de ayer: Un partido, el partido que nos
gobierna, que toma partido por la desigualdad. Tomemos nota y no permitamos que
esta realidad se difumine en los diferentes relatos que concurren a la
formación de la opinión pública actual.
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