viernes, 7 de junio de 2019

INTERNACIONALIZACIÓN DE LAS RELACIONES LABORALES Y GLOBALIZACIÓN. UNA EXPERIENCIA (NO SOLO) DOCENTE. HABLA MILENA BOGONI



El estudio de la regulación jurídica de las relaciones de trabajo requiere más que nunca hoy en día insertarse en un contexto internacional y global. Los estudiantes del grado de Relaciones Laborales y RR.HH. frecuentan una asignatura optativa que remacha este aspecto como parte importante de su formación teórica. En la UCLM, Milena Bogoni, profesora ayudante doctora en el área de Derecho del trabajo y secretaria académica del Departamento de Derecho del Trabajo y Trabajo Social, ha puesto en marcha un seminario sobre esta materia del que da cuenta a continuación

El pasado lunes 13 de mayo de 2019 se celebró en la Facultad de Relaciones Laborales y Recursos Humanos de Albacete (UCLM) el cuarto y último seminario de un interesante ciclo de conferencias sobre “Internacionalización de las relaciones laborales y globalización”. Este ciclo de seminarios ha sido organizado, esencialmente, para los alumnos de 4º curso del Grado en Relaciones Laborales y Desarrollo de Recursos Humanos de la Facultad, pero también ha sido pensado, en su contenido y formato, para toda la comunidad científica y los actores (especialmente colectivos) políticos y sociales que trabajan y desarrollan estos temas en sus actividades cotidianas en la ciudad de Albacete. Se ha tratado, por tanto, de montar un espacio abierto en el que, alumnos, profesionales, académicos y ciudadanos puedan conocer y debatir temas centrales relacionados con el fenómeno (complejo) de la globalización, sus efectos sobre los derechos laborales legalmente articulados, así como para plantear, conjuntamente con los expertos invitados, posibles respuestas jurídicas, políticas y sociales para solventar los numerosos problemas aún sin resolver. El ciclo de seminarios, que ha contado con el apoyo de la Facultad de RR.LL. y RR.HH. de Albacete y de la 14ª edición del Master Universitario en “Empleo, Diálogo Social y Relaciones Laborales en Europa”, se inserta, además, en el marco de un interesante Proyecto de Investigación financiado por el MINECO y liderado por el Prof. Antonio Baylos Grau dedicado a “INNOVACIONES Y CONTINUIDADES EN LA RESPONSABILIDAD SOCIAL DE LAS CORPORACIONES ESPAÑOLAS EN LA CRISIS. DIAGNOSTICO COMPARADO Y ANALISIS TRANSNACIONAL” (DER2016 – 75815-R).

La estructura del ciclo de seminarios ha sido muy sencilla: en cada una de las cuatro tardes a disposición se ha contado con la presencia de profesores investigadores de la UCLM cuyos trabajos doctrinales y profesionales están relacionados con, respectivamente, los cuatro temas fundamentales elegidos. Se ha tratado de “flujos migratorios”, “movilidad transnacional de trabajadores”, “justicia social universal” y finalmente de “globalización en una perspectiva de genero”. Aprovechando el espacio del aula 12 de la Facultad, los invitados e invitadas han podido desarrollar el tema asignado con total libertad, intentado presentar los más recientes avances de sus investigaciones y debatirlos con los asistentes.

La primera sesión, del 18 de marzo de 2019, ha corrido a cargo de la Prof. Dra Nunzia Castelli que, después de “fotografiar” la situación actual de la inmigración interna (entre países de la UE) y exterior (desde países terceros) a través de un contrastado y profundo análisis estadístico orientado a desmitificar tópicos en la materia, se ha centrado en compartir con el auditorio un planteamiento muy sugerente y muy bien articulado sobre las “nuevas y viejas” políticas europeas en la materia. La ponente ha podido, en este sentido, profundizar en los aspectos jurídicos de la misma y sus problemáticas más controvertidas. Hablar de flujos migratorios y de globalización constituye, sin lugar a duda, un desafío. Por un lado porque hay que huir de (y destruir adecuadamente) los mitos y la manipulación mediática y política de la cuestión y, por el otro lado, porque el entramado jurídico sobre el cual se sustentan la mayoría de las disposiciones y normas europeas y nacionales se construye entendiendo, en su mayoría, el fenómeno migratorio como algo esencialmente monetario/económico. Las tutelas, los derechos y las obligaciones, así como los procedimientos y mecanismos de acceso a los mismos, se elaboran sobre la base del valor económico que los seres humanos que se desplazan tienen (y pueden aportar) al sistema económico del que salen y al que entran. La “economía de la inmigración” acaba dominando el discurso político, social y, inevitablemente, condiciona el tratamiento y enfoque jurídico. El mercado internacional globalizado engulle con voracidad seres humanos en las diferentes categorías de trabajadores y consumidores, convirtiendo los primeros en una “mano de obra fluctuante” en el espacio complejo de las fronteras-no fronteras y los segundos en los nuevos “ciudadanos del consumo”. En este esquema la tutela de los derechos humanos acaba reconfigurándose y es muy importante que no termine siendo un fenómeno marginal de paternalismo post-colonial o, peor, una estrategia de marketing político de bajo nivel. En este sentido, el espacio de reflexión y debate ofrecido por Nunzia Castelli ha constituido una ocasión excelente para que se pueda pensar y hablar de inmigración, en términos jurídicos-laborales (y no sólo), sin tapujos y con fundamentos. Esto ha favorecido el acercamiento, especialmente de los estudiantes, a las problemáticas más actuales de la materia, dibujando las herramientas más novedosas para la juridificación de la compleja relación entre globalización y flujos migratorios.

La segunda sesión, del 1 de abril de 2019, ha sido llevada a cabo por el Prof. Oscar Contreras, el cual, en un importante esfuerzo de aclarar y construir, colectivamente con los asistentes, los conceptos jurídicos que sirven de fundamento para comprender la regulación jurídica de la movilidad transnacional de los trabajadores, ha acabado explicando las complejas dinámicas del desplazamiento de trabajadores en un contexto de libre prestación de servicios, desde la perspectiva especifica del derecho social europeo. Sin descuidar en ningún momento el estudio empírico de la problemática y ahondando en las cuestiones de derecho interno (nacional) y transnacional (europeo y comparado) afectadas por el fenómeno del desplazamiento, Oscar Contreras ha sabido llevar, con soltura y sabiduría, los asistentes por el complejo análisis de las más importantes problemáticas en la materia aportando al debate significativos elementos de originalidad investigadora. Desde la relación entre los Tratados de Libre Comercio como el TTIP, el TISA o el CETA y la regulación europea de la libre prestación de servicios hasta las complejidades e incógnitas del Brexit respecto a la configuración de espacio estratégicos de movilidad de capitales (y empresas) transnacionales, hablar de movilidad internacional de trabajadores en el mercado global acaba siendo, cada vez más, un estudio de la “eterna” relación entre capital y trabajo, con la dificultad añadida que, esta vez, llega a faltar la histórica red de seguridad de los ordenamientos jurídicos nacionales. El “patrimonio constitucional común”, tejido a medida de los Estados sociales y democráticos de derecho, encoje y se desgasta en la dimensión internacional y globalizada de la elaboración jurídico-política y deja el espacio global parcialmente desregulado y posible presa del “capitalismo salvaje de tipo normativo”.

El ciclo de seminario siguió el día 6 de mayo de 2019 con la ponencia del catedrático emérito de la UCLM Joaquín Aparicio. En esta ocasión el prof. Aparicio presentó a los asistentes el difícil e interesante tema del papel de la OIT en la afirmación y defensa de la paz y justicia social en sus, recientemente cumplidos, cien años de historia. Después de diferenciar las organizaciones supranacionales en función de si su origen se debe, como en el caso de la UE, a fenómenos de integración determinantes de cierto grado de cesión de soberanía y de competencia, o en cambio, como es el caso de la OIT, en relaciones intergubernamentales que condicionan, en función del nivel de compromiso de los Estados integrantes, el nivel de capacidad de acción y de incisividad de la misma organización internacional, Joaquín Aparicio procedió a delinear un interesante excursus por la historia de Europa, cruzando el análisis de la configuración y consolidación de la OIT con los principales acontecimientos de la historia moderna del continente europeo. De este brillante recorrido queda claro que eventos como la Revolución de Octubre o el estallido de la Segunda Guerra Mundial tienen un reflejo directo en importantes instrumentos jurídicos fundamentales en la historia de la OIT y la ONU, como por ejemplo es el caso del Preámbulo de la Constitución de la OIT de 1919, de la Declaración Universal de Derechos Humanos de la ONU de 1948 o en la Declaración de Filadelfia de 1944. La relación directa entre la búsqueda incesante de una paz mundial y el esfuerzo político y jurídico de lograr la justicia social, atraviesa toda la historia de la Europa moderna y contemporánea y se fundamenta en principios e ideas claves como son: “el trabajo no es una mercancía” y “la pobreza en el más recóndito lugar del mundo constituye un peligro y una amenaza para la estabilidad y el bienestar de todos los demás países del globo”. La idea de globalización que trasciende de esta reflexión, por tanto, se construye sobre la base de un objetivo claro de igualdad social, en el que el control (y regulación) del mercado, nacional y global, lejos de constituir un elemento más en las estrategias geopolíticas de control del mundo en el constante debate entre nacionalismos e internacionalismos y entre dignidad del trabajo y mercantilización de los seres humanos, es el camino para la lucha a la inestabilidad social que lleva, en cuanto conditio sine qua non, a la paz y prosperidad globales. Esta idea, potente y “tradicionalmente revolucionaria”, de globalización contribuye a poner en el centro del debate el papel del derecho de trabajo como una dimensión jurídica ineludible en el sistema normativo transnacional y obliga a pensar en la internacionalización de las relaciones laborales (con tutelas efectivas) como el espacio de redefinición de los derechos laborales tradicionalmente establecidos en el marco de los ordenamientos jurídicos internos. Esta redefinición, además, no puede que ser de escala y dimensión global ya que la interconexión de los sistemas económicos y jurídicos hace que las debilidades sociales de determinados lugares del mundo debilitan, a su vez, la estabilidad social del conjunto del resto de los Estados (incluidos de aquellos que, aparentemente, se consideran “a salvo” de los peligros del dumping social en la rebaja de estándares jurídicos en la regulación de las condiciones de trabajo).

La ultima sesión del ciclo organizado se ha celebrado el 13 de mayo y ha tenido como ponente invitada a la Profa. Dra. Patricia Espejo. En este caso el tema a debatir ha sido “Globalización económica y explotación femenina: un mundo de pobreza y desigualdad”, y la ponente ha escogido un abordaje del tema a partir de las estrategias jurídicas dirigidas a la lucha contra la trata de seres humanos en su relación directa con la regulación (o falta de regulación) de la prostitución. Tomando como punto de salida el impacto que la globalización, como fenómeno económico complejo, ha tenido respecto a la creación y mantenimiento de un mercado global difícilmente regulable en el que todo (o casi todo) se vuelve mercancía, la utilización del trafico de mujeres y niñas con fines de explotación sexual constituye un tema de constante y dramática actualidad.

El análisis de las problemáticas de la trata de seres humanos, esclavitud sexual y globalización, tiene que empezar por el estudio de los factores más importantes que conectan las transformaciones del sistema mundial de producción, en función del paradigma de la globalización económica, con el progresivo empobrecimiento de buena parte de la población mundial y con el aumento drástico de los niveles de desigualdad social. En un contexto en el que la competitividad de las empresas en un mercado global es el objetivo principal de toda trasformación del modelo productivo, las disparidades regionales, las desigualdades entre sectores socioeconómicos y grupos de personas así como el deterioro de las condiciones de vida y trabajo de, especialmente, las personas más vulnerables, representan un “efecto colateral” totalmente asumido y tolerado por parte del sistema capitalista. Además, esta “vulnerabilidad generalizada” en la que se encuentra una amplia parte de la población mundial, se acentúa especialmente si se habla de mujeres y niñas y si se relaciona de manera directa con el negocio transnacional de la trata de seres humanos y de la explotación de la prostitución. De hecho, en el Informe de la OIT “Una alianza global contra el trabajo forzoso. Informe global con arreglo al seguimiento de la Declaración de la OIT relativa a los principios y derechos fundamentales en el trabajo” presentado en ocasión de la 93ª reunión de la Conferencia Internacional del Trabajo en 2005, ya se subrayaba que, si bien la explotación económica forzosa de personas en el mundo que se suele dar en los sectores productivos a los que acude una gran masa de población con menores calificaciones y alta vulnerabilidad (como por ejemplo en el caso de la agricultura, la construcción, los talleres manufactureros informales, la fabricación de ladrillos) afecta en proporciones similares a mujeres y hombres, la explotación forzosa sexual con propósitos comerciales tiene claramente un sesgo de género, siendo las mujeres y niñas las mayores victimas a nivel mundial. Según datos reciente del Informe sobre Desarrollo Humano publicado en el marco del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), “las mujeres realizan más de la mitad del trabajo en el mundo y, sin embargo, sólo un tercio del mismo es remunerado”. Lo cual nos indica que la vulnerabilidad de las mujeres se amplifica, por la aplicación de esquemas patriarcales en el reparto de tareas domésticas y en el mayor o menos grado de poder adquisitivo y de decisión. Este substrato de pobreza, precariedad vital y laboral o desempleo, acompañado del hecho que las cargas familiares en muchos casos recaen sobre las mujeres, hace sin duda más fácil la labor de captación, traslado y explotación sexual por parte de las mafias que aprovechan las falsas promesas de bienestar y futuro deseable para esclavizar estas mujeres y niñas.

Esta reflexión se cruza, inevitablemente, con la consideración que la globalización ha operado como factor determinante en el fomento y expansión del “comercio del sexo”, llevándolo al estatus de mercado transnacional bajo supuestos de libre mercado, defensa de la propiedad del capital y de las mercancías, propiciándose de esta manera la existencia de condiciones más rentables para la explotación con altos márgenes de ganancias (puesto en que en muchos casos no existe “retribución” alguna) de las esclavas sexuales. Las redes de crimen organizado, con alcance nacional e internacional, aprovechan, por tanto, el espacio global con extrema facilidad y óptimos resultados, desarrollando sistemas de explotación basados en una estructuración eficiente de la organización delictiva, la corrupción de agentes del Estado en todos los niveles, cierto beneplácito de la estructura social y la para-legalización de las actividades económicas que sirven de cobertura al ejercicio del delito. Esta acción económico-delictiva  se traduce, en su fase inicial, en una vulneración sistemática y absoluta de la identidad y de la comunicación de las mujeres traficadas, al ser incomunicadas e indocumentadas en países donde son extranjeras, y se prolonga en el tiempo bajo las formulas más variadas de trabajo esclavo. Estas reflexiones conllevan, necesariamente, a la parte final de la intervención de Patricia Espejo centrada en relatar, brevemente, las estrategias jurídicas de carácter internacional (en el marco de organismos internacionales y regionales como ONU y UE) en la lucha a la trata de seres humanos así como a la explotación sexual de los mismos a través de un trabajo esclavo. Estas conclusiones se presentaron conjuntamente por parte de la ponente con el análisis de las principales cuestiones relacionadas con el actual debate sobre legalización o prohibición de la prostitución, a escala nacional y global.

Con el seminario de mediado de mayo se puso, por tanto, punto y final a esta fructífera e interesante experiencia que, principalmente, ha involucrado los alumnos de 4º curso de la Facultad de Relaciones Laborales y Recursos Humanos de Albacete. Además de permitir un debate profundo del temario propuesto en la asignatura de “Internacionalización de los derechos laborales y globalización” a través del estudio de cuestiones concretas, ha sido una ocasión para transformar las aulas en un espacio de confrontación y aprendizaje en el cual, la realidad no ha servido de simple objeto de estudio, sino que se ha convertido en un espejo colectivo en el que reflejar, proponer y dibujar el presente y el futuro del derecho del trabajo en clave internacional.

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