En el Curso de Expertos y Expertas Latinoamericanos/as en Relaciones Laborales que se está celebrando en Toledo, y del que Umberto Romagnoli fue su fundador y animador principal, junto con Pedro Guglielmetti, se ha celebrado el viernes 22 un homenaje a nuestro maestro y amigo en el que han participado, además de Joaquín Aparicio y Antonio Baylos, los dos ex presidentes del tribunal Constitucional, Miguel Rodriguez Piñero y Maria Emilia Casas, el director de la revista Lavoro e Diritto, Guido Balandi, el catedrático de la Universidad de Buenos Aires y ex becario del Curso Guillermo Gianibelli y, cerrando el acto, il Nonno Pedro Guglielmetti. En este acto debería haber estado presente Juan López Gandía, pero circunstancias especiales le impidieron acudir a Toledo, como habría sido su intención. En su muro de Facebook ha publicado una noticia del espléndido film de Nanni Moretti que ha dedicado a nuestro amigo Romagnoli. Nosotros ahora lo publicamos en esta entrada del blog, como homenaje a la memoria de Umberto.
El SOL DEL FUTURO. LA HISTORIA POR SUPOSICIÓN
Dedicado a Umberto Romagnoli y al homenaje que lleva a cabo
a lo largo de esta semana la Universidad de Castilla La Mancha en Toledo
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Moretti acaba de estrenar este
año “El sol del futuro” (“Il sole dell´ avvenire”), un film de emociones, melancolía,
humor y esperanza para una izquierda italiana huérfana. Y para ello viaja al
pasado, fílmicamente, al mostrar el rodaje de una película ambientada en los
años cincuenta y recurre no a la “infidelidad” histórica de Bellocchio, ni al
·”imaginemos que fue así” de Tarantino, sino a algo similar, lo que el mismo
director llama “historia por suposición”, una representación de la historia
expresamente expuesta como tal, en la que el artista se puede tomar libertades.
Y lo hace en un film dentro de otro film, que trata sobre la historia del
secretario de la sección “Antonio Gramsci” del PCI del barrio de Roma el
Quarticciolo que en 1956 se debe plantear cómo reaccionar a la invasión de
Hungría por el ejército soviético, un dilema entre su conciencia política y su
obediencia al partido.. Y Moretti, ante la opción suicida, no solo personal,
del secretario del partido, imagina que el partido comunista italiano de
Togliatti se desvincula en 1956 de su dependencia histórica del bloque
soviético.
Y celebra esta opción con un
final apoteósico y triunfal, también para el propio film que estamos viendo,
“Il sole dell´avvenire”, fusionando los dos tiempos, el histórico y el actual,
en un inmenso desfile triunfal de música, banderas, fiesta y alegría, una
manifestación en la que participan también muchos compañeros, amigos y artistas
que no salen en este film, un embrión de lo que podría ser- un deseo
implícito-, una nueva organización política de presente aunque no sea posible
recuperar “futuros perdidos en el pasado”.
Hay un film que dirige él mismo,
otro que produce su mujer en cuyas escenas interviene y otro film que imagina
sobre una joven pareja y su vida a lo largo de cincuenta años, un sueño del
propio director, acompañado de varias canciones italianas como la de Franco
Battiato“Voglio vederti danzare”, en una bella
escena en la que los actores como si se tratara de un musical giran como
derviches siguiendo lo que dice la propia canción (“i dervishes turners che
girano“), “Lontano, lontano” (1966) de Luigi Tenco, “La canzone dell’amore
perduto” de Fabrizio De André (de 1966, música de Telemann). El director mismo
y su mujer cantan “Think” de Aretha Franklin que compuso con su marido Ted
White en 1968, en la versión cantada con los Blues Brothers. Y como es coproducción franco-italiana “Et si
tu n’existais pas” (de Delanoe-Lemesle-Cutugno-Losito-Pallavicini) en la
versión francesa de Joe Dassin.
A partir de ahí, en el rodaje y
producción de esos films Moretti interviene continuamente para mostrar la
propia representación y sus tres capas,
sobre todo la del film imaginado, como un apuntador de teatro con los
actores a lo Tadeusz Kantor, reflexiona sobre muchas cuestiones tanto políticas
e históricas como privadas y personales y ofrece una mirada perpleja,
humorística, irónica y critica del actual presente, vacío y sin memoria
histórica, cartel final incluido: crisis existencial y matrimonial, la tópica
reunión familiar a la americana para ver una película sentados en el sofá
comiendo palomitas o un helado, en el caso de Moretti siempre la misma, “Lola”
(1961) de Jacques Demy, por estar interpretada por Anouk Aimée, la típica
historia de la relación de su hija, compositora de bandas sonoras de películas,
con un hombre mayor, los problemas de producción de su film, el cine actual
producido por plataformas y por los coreanos, reflexiones sobre la violencia en
el cine en la escena final del film que está produciendo su mujer. Es casi un
ensayo en imágenes. Y muchas citas fílmicas: el circo Budavari de “Palombella
rossa”, Moretti dando patadas a un balón de “La messa é finita”, nadando en la
piscina, con comentarios irónicos sobre el film de piscinas de Frank Perry y
Sydney Pollack de 1968 “El nadador”, sobre el que quiere hacer una nueva
versión, pero con saltos no solo de lugar, de una piscina a otra, sino también
temporales, referencias inevitables en cuanto a la idea de hacer una película
ambientada en la Italia de los años cincuenta en “Caro diario” y “Aprile”, la
escena final de “La dolce vita” de Fellini y el film último de Marcello
Mastroianni, dirigido por él mismo, unas memorias de su vida como actor, una
despedida, “Io mi ricordo, io mi ricordo”...
Es, por tanto, un film “da vedere”, sobre todo para los que
sigan a este director y disfruten de sus films y de escuchar las canciones y
sobre todo la voz del propio Moretti, en versión original, no la de su infame
doblaje...
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