viernes, 24 de enero de 2025

MOVILIZACION SINDICAL Y DEROGACIÓN DEL ESCUDO SOCIAL

 


Hay días nefastos, repletos de malas noticias. Ayer una coalición de votos entre la extrema derecha, la derecha extrema de ámbito nacional y la derecha nacionalista catalana logró no convalidar el Real Decreto-ley 9/2024, de 23 de diciembre, por el que se adoptan medidas urgentes en materia económica, tributaria, de transporte, y de Seguridad Social, y se prorrogan determinadas medidas para hacer frente a situaciones de vulnerabilidad social. Con ello revalorización de pensiones, incremento de la cuantía del ingreso mínimo vital, ayudas al transporte colectivo urbano e interurbano,  prórroga del salario mínimo, suspensión de los desahucios sin alternativa habitacional,  normas fiscales y presupuestarias, medidas de reconstrucción para territorios afectados por catástrofes naturales, y otros aspectos, entre los que se ha destacado por el Partido Popular el traspaso al PNV de un palacete expropiado por la Gestapo en Paris que ahora ocupaba el Instituto Cervantes.

Como era previsible, mostrar el rostro violento del programa de las tres derechas impidiendo medidas fundamentales del escudo social y de la revalorización de pensiones, ha sido inmediatamente negado por el aparato mediático que sostiene devotamente a estas fuerzas políticas. Esta mañana he tenido la desgracia de coger un taxi cuyo conductor tenía sintonizada la COPE y me ha permitido comprender que, según la radio de los obispos, es el gobierno el culpable de esta derogación de normas sociales que afecta negativamente a pensionistas y a los sectores más vulnerables de la ciudadanía. Y esta atribución de culpabilidad al gobierno se debe a que este ha tenido la osadía de colocar en un solo texto este tipo de disposiciones y que tiene en su mano la posibilidad de evitar la lesión a los derechos ciudadanos volviendo a promulgar nuevos decretos leyes pero de forma separada para que puedan ser valoradas individualizadamente en un nuevo trámite de convalidación. Es decir, que el voto negativo del conglomerado de las tres derechas lo es a la iniciativa legislativa del gobierno, no a sus consecuencias que alteran tan profundamente las expectativas de derechos ya reconocidos y luego negados precisamente por el voto en el Congreso. Naturalmente todo esto es fruto, para los creadores de opinión de estos medios de comunicación tan potentes, de la arrogancia del presidente aborrecido por estos espacios.

Este argumento es más seguido e influyente que los que han esgrimido algunos de los portavoces de estos grupos políticos, que se basan en el rechazo del traspaso del palacete parisino expropiado por la Gestapo al PNV, o en la subida del IVA a los alimentos o la existencia de una subvención a los “okupas”.  Excusas ridículas cuando no bochornosas que no pueden impedir la imputación de responsabilidad política a quienes han causado directamente la derogación de los derechos sociales de  extrema importancia, y que ahora se pretenden eximir de la responsabilidad política que se deriva directamente de sus actos.

Es evidente que se deben recuperar estos derechos ya obtenidos durante el mes de vigencia del RDL 9/2024 para la ciudadanía y las personas trabajadoras. Y por tanto será el gobierno el que tendrá ahora que estudiar cómo reformular esta normativa, a expensas de nuevo de que la estrategia de acoso y derribo de las derechas extremas, secundadas de manera incomprensible por Junts en un mismo objetivo de desestabilización del gobierno que ha procedido a amnistiar a sus dirigentes, considerados en su día como terroristas y golpistas por la derecha nacional española.

Pero el acto político de forzar la no convalidación de la norma y por consiguiente derogar derechos fundamentales ya reconocidos en el ordenamiento jurídico, no puede quedar impune. La convocatoria inmediata de una jornada de protesta y de movilización por parte de CCOO y UGT implica plantear una respuesta  firme a este acto de agresión de enorme gravedad de quienes se reclaman ya como las futuras fuerzas políticas que deben gobernar el país tras de las elecciones generales que reclaman insistentemente. Esta carta de presentación – que por otra parte conecta con la práctica política del PP durante el ciclo de la crisis financiera y las políticas de austeridad – no puede quedar difuminada en un panorama mediático que se obstina en borrar la evidencia de un programa extraordinariamente agresivo contra los derechos sociales y laborales.

Es cierto que la derogación generará una fuerte contestación social. Pero es ilusorio creer que los interesados entenderán con claridad la causa de la degradación de sus derechos. En muchos casos porque hay una tendencia general a responsabilizar al gobierno de este tipo de decisiones, por mucho que se intente hacer comprender que ha sido el voto decidido de las derechas políticas quienes han impedido la continuidad de unos derechos ya adquiridos. A ello se une esa impresionante capacidad de influencia mediática, que llega a prácticamente la totalidad del espacio de la comunicación, que insistirá en desplazar al gobierno la incapacidad de reaccionar frente al acto derogatorio como si lo hubiera provocado él mismo, y por otra parte, la negociación de estos eventuales textos legales “troceados” permitirá a sus interlocutores políticos aparecer como los “salvadores” de una situación cuyo origen se imputará desenfadadamente, como de costumbre, al gobierno, sin que para ello importe tener en cuenta que esta regulación es justamente la que se ha negado mediante el voto contrario a la convalidación de la norma que reconocía estos derechos.

UGT y CCOO han manifestado su oposición absoluta a este ejercicio de oportunismo político con elevadísimos costes sobre las espaldas de la ciudadanía. Recuerdan que son millones las personas afectadas. Pensionistas que no verían revalorizada su pensión contributiva y no contributiva, así como las pensiones mínimas; perceptores del SMI y del IMV; usuarios del transporte público; personas vulnerables en riesgos de desahucio o que verán que desaparecen sus ayudas para pagar suministros básicos. Un verdadero golpe a los derechos sociales, una agresión sin precedentes a la mayoría social y especialmente a personas vulnerables, clase trabajadora y clases populares en general.

CCOO y UGT hacen un llamamiento a la ciudadanía a participar masivamente en estas movilizaciones e invitan a todas las organizaciones sociales, sindicales y políticas que compartan estas reivindicaciones a sumarse al proceso de movilizaciones que anunciamos para exigir:

- Aprobación por el Gobierno a través de la figura del Real Decreto Ley, de un nuevo paquete de medidas.

- La convalidación posterior de esas normas por parte del Congreso, evitando tomar a la población con mayores necesidades como rehén de este juego de oportunismo donde se vota en contra de medidas necesarias, muchas que ya han sido acordadas previamente, incluso con el voto favorable de quienes ahora han provocado esta anulación.

Una movilización por tanto imprescindible, de la que pese a una suerte de procrastinación del conflicto que recorre a la ciudadanía progresista, depende la recuperación de los derechos de protección social que el voto de las fuerzas de la derecha que quiere gobernarnos nos ha arrebatado. Todos a la calle el próximo 2 de febrero contra esta agresión que debe ser masivamente respondida y cuya responsabilidad política es indudable: Vox, Partido Popular y Junts per Catalunya.

 


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