No
lo sabemos de forma científica, pero es evidente que la reforma laboral está
modificando profundamente las relaciones de poder y la posición de las partes
en los lugares de trabajo. El incremento del autoritarismo de empresa y del
desprecio por los derechos no es sólo una constante de los dirigentes empresariales
de cúpula, sino que permea toda la realidad social.
Como
sintetiza en un mensaje desesperanzado
un buen conocedor de la realidad de la media y gran empresa, “los despidos no cesan, los ERE's
son descarados, las devaluaciones salariales radicales”. Una narración de
este período servirá para comprobar el aumento del sufrimiento y de la
injusticia a la que está conduciendo una política irracional y equivocada de “austeridad”
o de “rigor”, materializada en las relaciones laborales en la debilitación del
poder colectivo de la representación de los trabajadores y la configuración de
un poder organizativo y contractual empresarial desorbitado. Esos hechos conforman realidades deprimentes,
historias de degradación inconcebibles hace tan solo unos años. Ahí van dos casos
rigurosamente reales como ejemplo.
I
En una web
de anuncios de Guadalajara, febrero del 2013, apareció un anuncio con este texto,
presentado como “Oportunidad de negocio en Guadalajara”:
"Alojamiento
y manutención por trabajo. Se busca varón de entre 20 a 40 años para realizar trabajos,
ayudar y cuidar animales. Persona seria, responsable y con buenos hábitos. Imprescindible
conocimientos en construcción y electricidad. A cambio de alojamiento y manutención,
facilidad de desplazamiento y posibilidad de un sueldo en el futuro".
El anuncio de trabajo
esclavo – pero formalmente libre, como “oportunidad de negocio” – ha sido
oportunamente denunciado por CCOO de Castilla La Mancha a la Inspección de
Trabajo y a la Fiscalía para que inste la oportuna acción penal. No ha sido
tenido en cuenta, posiblemente porque el anuncio representa la máxima de la
economía ortodoxa liberal. Si a menor salario, mas empleo, a salario cero – lo que
requiere el anunciante – empleo infinito. Aunque con posibilidad de obtener “en
el futuro” un salario a cambio de su trabajo de cuidar animales, con “imprescindibles”
conocimientos en construcción y electricidad.
II
Victoria Abad,
limpiadora, madre de dos hijos y separada de hecho, con 37 años, es
diagnosticada de un cáncer de mama. Trabaja a tiempo parcial, pero su jornada
es completa. Lo comunica a su empresaria, anunciándole que tiene que pedir la
baja para someterse al tratamiento de quimioterapia y la empresaria le comunica
que ha hablado con la gestoría de su caso y que esta oficina le ha dicho que
tiene que despedirla, porque mantener de baja a una trabajadora con cáncer es
muy caro y a la larga no rinde.
La trabajadora acude a
un abogado del sindicato a la que está afiliada, y pide la baja por enfermedad. La empresa le envía a los seis meses una
carta de despido por “extinción” de la empresa. Naturalmente la misma
empresaria continua el negocio de limpiezas en las mismas contratas. Lamentablemente
nadie piensa en denunciarla a la Inspección de Trabajo ni a la Fiscalía porque
la conducta de la empresaria se atiene a la lógica del beneficio que el
Gobierno entiende que debe guiar las relaciones entre las personas que trabajan
y las que emprenden negocios para obtener un lucro del mismo, creando así
riqueza para el país. Si para ello es necesario alterar la morfología de su
empresa, no pasa nada. No en vano en las cuentas económicas de las medias y
grandes empresas se pueden apreciar movimientos de dinero, reformulación de las
sociedades y descapitalizaciones que podrían ser en otro contexto económico caracterizados como actividades ilícitas
susceptibles de infracción administrativa o incluso penal. Siempre habrá, en el peor de los casos, una amnistía económica, una regularización de delincuentes fiscales, un perdón para los condenados.
Victoria Abad lucha
contra el cáncer y está ganando la partida, pero piensa que será muy difícil mantener
el puesto de trabajo porque su enfermedad la hace una trabajadora costosa y de
menor rendimiento. Es decir un trabajo que no incita a su mantenimiento ni a su
estabilidad porque su prestador tiene una enfermedad que requiere cura y tiempo
para sanar. Algo que no es rentable en un tiempo que se quiere sin derechos. Lo que la reforma laboral del 2012 pretende que sea el marco cotidiano de las relaciones de trabajo.
1 comentario:
La reforma laboral nos hace esclavos, no trabajadores. Los recortes sociales nos convierten en subditos, y dejamos de ser ciudadanos....buen artículo maestro, pero negro futuro!!!
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