La asunción de la presidencia de los EEUU por Donald Trump va a suponer un revulsivo importante en el interior del país en términos de libertades y de derechos sociales, aunque las repercusiones de su mandato en materia de política exterior son aún más inquietantes. Un contencioso abierto desde la campaña electoral, que alimenta la xenofobia y el racismo junto al sectarismo social, es la relación con México. Las protestas en aquel país frente a los planes de vecino del norte han procedido sobre todo de la sociedad civil, puesto que las reacciones de los poderes públicos han sido muy contenidas e incluso melifluas. A continuación se inserta un comunicado de Oscar Alzaga y Raúl Jiménez, de la ejecutiva de la Asociación Nacional de Abogados Democráticos (ANAD) de México, en la que se hace una reflexión muy correcta sobre la relación entre ambos estados en el período que se abre.
Trump, una amenaza para México y para el mundo
Raúl
Jiménez y Oscar Alzaga*
El muro
de la frontera, la deportación masiva de mexicanos y el orden económico mundial
arbitrario que busca imponer el nuevo presidente de Estados Unidos (EEUU), representan
una agresión a la humanidad, una amenaza a los derechos humanos universales y
al desarrollo de las naciones. Porque viola: el Principio de no agresión de la
Carta de San Francisco, ONU, el Pacto Internacional de Derechos Civiles y
Políticos de la Convención Americana de Derechos Humanos, OEA, la Convención
Internacional sobre la Eliminación de todos formas de Discriminación Racial y
los Principios rectores del CELAC y de la política exterior de la Carta Magna
de México,
Trump ha
dado sobradas muestras de un racismo extremo y enfermo, amenaza a México con el
muro y su cobro, con reducir la economía nacional a su arbitraria decisión.
Pero el muro de la frontera no solo agrede a México, porque es regresivo para
el desarrollo mundial: será un muro entre el Primer Mundo y el Tercer Mundo, de
inmediato entre EEUU-Latinoamérica. Divide al mundo entre ricos y pobres.
A México
le impide su derecho de autodeterminación y no intervención extranjera en
asuntos internos, amenaza con imponer el pago del muro, violenta la soberanía
nacional y popular, rompe la igualdad jurídica y la cooperación internacional
entre las naciones, pone en riesgo el diálogo pacífico entre ambos países.
Además
impone a la económica internacional los privilegios para EEUU, a costa del mundo.
No se trata de un país árabe u oriental, sino del más poderoso económica y
militarmente del mundo, con predominio en la ONU, OTAN, FMI, BM, etc. A la
vista de todos resurge el imperialismo más rapaz y agresivo de la era global,
abusivo, racista y amenaza la paz y la seguridad mundial.
No es
sólo un problema de los mexicanos y centroamericanos. Ya Alemania, Francia y
China protestaron las descabelladas pretensiones de Trump, de imponer su
jefatura al mundo: ordenó a las empresas europeas que salgan de México. Impone
la irracional fuerza por encima de los tratados internacionales y las leyes
universales.
La
política de Trump viola los derechos humanos de la ONU y OEA, lo mismo que los
derechos internacionales del desarrollo y del derecho público, ya que agrede el
libre comercio internacional y más contra las naciones en desarrollo.
Consecuentemente, debemos acudir a los organismos internacionales y llamar a
todas las naciones a frenar las agresiones, antes de que la amenaza se vuelva
incontrolable.
Las agresiones
y los conflictos ya iniciaron, antes de tomar el cargo Trump, ¿Debemos esperar
para actuar? México debe convocar a las naciones latinoamericanas a defender los
derechos humanos y el derecho del desarrollo sin trabas ni amenazas de nadie.
Con el apoyo latinoamericano, luego convocar a un foro mundial, con ese
propósito. A la vez, llamar al pueblo de EEUU a frenar al irracional Trump. Todo
en el marco del derecho.
Muro para seres humanos, no para las drogas, armas y
narcos.
El muro
es exclusivo para indocumentados, trata a los migrantes como delincuentes,
cuando no lo son ni ilegales, así lo señala la ONU y los organismos de derechos
humanos, ya que por razones económicas emigran. Antes fueron expulsados de su
país de origen, por la falta de empleo y por los bajos salarios: son víctimas
de aquí y de allá.
Pero EEUU demanda
esa mano de obra para su economía en tres áreas, al menos: en el campo, la
construcción y la limpieza de edificios, industrias y calles. EEUU no le hace ningún
favor a los migrantes, ellos van a desquitar su salario y sus derechos, con
trabajo honesto.
En cambio,
el narcotráfico pasa de ida y vuelta, con tolerancia oficial. Porque EEUU es el
mayor consumidor de droga del mundo: ¿Qué país produce y vende las armas a los
narcos? ¿Quién financia la droga y el consumo en EEUU? Para eso no hay muro y ni
es ilegal el tráfico. En México la droga solo ha dejado muertos, desaparecidos,
inseguridad y violencia creciente. Para la droga no hay muros ni opinión de Trump.
El TLC de
1994 abrió las fronteras para el capital y las mercancías, no para los
ciudadanos, igual ocurre con el Pacto Transpacífico. En el marco del derecho internacional del desarrollo
y del público se deben denunciar las violaciones de Trump en la ONU y OEA; y en
el marco de los derechos humanos denunciar las violaciones en los tribunales
respectivos. Es evidente que Trump abusa del poder económico y militar de EEUU,
para imponerse al mundo, sobre todo a países de economías dependientes y
débiles, como la de México.
¿El gobierno tiene el apoyo ciudadano para defender al
país ante el poder de Trump? ¿Cuenta con el apoyo internacional?
Sabemos
que no existe la unidad nacional, cuando la ciudadanía está inconforme con la
política económica y social oficial. El gasolinazo es solo la última expresión
de una política injusta que lleva 4 años y 30 más de gobiernos neoliberales. ¿Qué
beneficios han traído al pueblo las reformas del gobierno actual? Ninguna, al
contrario: solo han enriquecido más a la oligarquía y al capital extranjero y
reducido los salarios, los contratos colectivos, el empleo y crece la
emigración.
Ante la
creciente inconformidad popular, el gobierno no cambia su política económica,
solo hace promesas. No asume una política de austeridad y racionalidad que
beneficie a las mayorías y al desarrollo del país. No frena los excesos de la
oligarquía, gobernantes, tres poderes y partidos. Y de todos ellos no erradica
la corrupción.
El
gobierno no debe acudir a leyes que militaricen a la nación, sacar a los
militares a las calles, lo que una y otra vez fracasó. Legalizar lo ilegal.
Militarizar el país es reconocer el fracaso de la democracia y la convivencia
pacífica: amenaza las elecciones. Cuando lo que requiere el país es de
confianza, paz y cambios para una economía social. México tiene alternativas
nacionales e internacionales que impulsar, tiene historia de grandes enseñanzas
y patria con dignidad.
*Presidente
y Coordinador de la ANAD.
1 comentario:
Me parece un buen post , hablando de Mexico hoy por hoy mientras que algunos hombres construyen muros y no suficientes puentes, creo que debemos apoyar ideas como las de esta empresa de europa esta dando a usuarios mexicanos uso gratis de su sistema de reservas como protesta al muro que haran en su frontera https://www.sagenda.com/es/oferta-especial-para-usuarios-de-sagenda-en-mexico/
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