lunes, 25 de junio de 2018

NOTAS SOBRE LA 107ª CONFERENCIA DE LA OIT. HABLA ALVARO ORSATTI.



Las conferencias de la OIT en junio convocan al sindicalismo mundial a través de su presencia fragmentada por estados a este gran evento de discusión y trabajo conjunto. La que se celebró este año, 2018, en un compás de espera ante los grandes fastos que se esperan para el centenario de la Organización el año que viene, ha merecido el resumen de un participante buen conocedor de la estuctura de la OIT y del desarrollo de los debates que en esta sede se efectúan. Se trata de Álvaro Orsatti, asesor personal de Víctor Báez en la Confederación Sindical de las Américas hasta hace muy poco, y un gran experto en el análisis del sindicalismo en la globalización. Dirige junto con Pere Beneyto la página RELATS (Red EuroLatinoamericana de análisis sobre el trabajo y el sindicalismo,  http://www.relats.org/ ) y se presenta con este relato de la Conferencia como corresponsal informal de la blogosfera de Parapanda en aquellos lares. Sea bienvenido por tanto. (En la imagen, posando con conspicuos integrantes del Colectivo Stepanov con sede provisional en la capital mendocina de la uva Malbec)

Más de 5.000 delegados acreditados de los 187 Estados miembros de la OIT asistieron a la 107.a reunión de la Conferencia Internacional del Trabajo. Esta nueva Conferencia se ha reunido  a la espera del acontecimiento mayor: la del año que viene, con la Iniciativa del Centenario, dedicada a el “futuro del trabajo” (algunos prefieren “el trabajo del futuro” o, incluso “el trabajo es el futuro”, como dice la muy posiblemente próxima secretaria general de la Confederación Sindical Internacional, la italiana Susana Camusso, socialista del sector metalúrgico que dirige la principal central italiana, la CGIL.

El tema principal ha sido la discusión por un futuro convenio internacional sobre “Violencia y acoso en el mundo del trabajo”, que ha tenido un desarrollo razonable (a la espera de la segunda reunión, el año que viene), y que podrá ser motivo de otra nota.  Alcanza con decir que, finalmente, el grupo de empleadores tuvo vergüenza de mantener su criterio inicial de que la futura norma se limitara a una recomendación, por la firme posición de los trabajadores y gobiernos, en favor de un convenio y recomendación de desarrollo de éste. Lo mismo vale, en términos generales, para su contenido.

Por otra parte, el Director General presentó su informe anual sobre La situación de los trabajadores de los territorios árabes ocupados . El informe se basó en una misión que recopiló y examinó información relativa a la situación de los trabajadores en el Territorio palestino ocupado, (Ribera Occidental, incluida Jerusalén Oriental, así como Gaza) y el Golán sirio ocupado. La visita del director general de la OIT a Palestina tenía por objetivo consolidar la cooperación entre la Organización y los socios palestinos. En esta visita, la OIT se ha comprometido con los representantes del gobierno, de los empleadores y de los trabajadores a seguir trabajando para promover el trabajo decente en el Territorio Palestino Ocupado a través de un nuevo Programa de Trabajo Decente para Palestina. El programa establece el marco de colaboración entre la OIT y Palestina para 2018-2020 y otorga prioridad a la promoción de empleo y los medios de subsistencia, al fortalecimiento de la gobernanza del mercado de trabajo y a los derechos laborales, y a un incremento de la seguridad social y de la protección social.

La Conferencia decidió además derogar seis Convenios internacionales, el Convenio sobre la inspección de los emigrantes, 1926 (núm. 21), el Convenio sobre el reclutamiento de trabajadores indígenas, 1936 (núm. 50), el Convenio sobre los contratos de trabajo (trabajadores indígenas), 1939 (núm. 64) ; el Convenio sobre las sanciones penales (trabajadores indígenas), 1939 (núm. 65) ; el Convenio sobre los contratos de trabajo (trabajadores indígenas), 1947 (núm. 86) y el Convenio sobre la abolición de las sanciones penales (trabajadores indígenas), 1955 (núm. 104) todos ellos textos que se remontaban a la etapa colonial y postcolonial del imperialismo que se supone que hoy es una realidad superada en la globalización y las naciones soberanas. Asi también se decidió retirar dos recomendaciones respecto de inmigración que databan de 1939 y otra sobre horas de trabajo en la pesca de 1920.

Tiene interés entre las Resoluciones adoptadas la relativa al diálogo social y el tripartismo, cuyo texto se puede consultar en el siguiente enlace: Resolución sobre el diálogo social

Pero aquí nos referiremos a otro  tema  que se vincula con la nueva iniciativa  PIICV, Programa de Investigación Interuniversitario sobre Cadenas de Valor -Argentina, Brasil, Costa Rica, España, Italia, Uruguay que, en términos históricos, da continuidad a las relaciones establecidas desde la década pasada entre intelectuales latinoamericanos y europeos en el marco del CELDS, Centro Europeo Latinoamericano de Dialogo Social,  desde la UCLM (mayores detalles en su banner institucional, en www.relats.org )

Pues bien: no siendo un tema agendado como tal para la Conferencia, la cuestión de los acuerdos marco internacionales (AMI, en adelante que también se reconocen como Acuerdos Marco Globales, AMG)) que es uno de los ejes del Programa, apareció  plenamente en la otra discusión triparta, por una resolución sobre diálogo social, que tenía un capítulo sobre diálogo social transfronterizo. Un dato contextual importante es que ya está agendada para 2019 (previo a la Conferencia) una Reunión de Expertos sobre este tema.

Pero en este caso, el grupo de empleadores participó con una consigna clara: demoler los avances que, de a poco, se han estado haciendo en favor de visualizar a los AMI como un instrumento importante en las relaciones capital-trabajo a nivel internacional.  Nos referimos a la actitud  positiva (primero curiosa y finalmente aprobatoria) de la OIT respecto de este instrumento,  que tiene una clara particularidad ( su  diseño bipartito colectivo) respecto de los siempre limitados códigos de conducta unilaterales y de los instrumentos intergubernamentales (la Declaración de OIT y las Directrices OCDE sobre multinacionales, y los Principios Rectores de Naciones Unidas sobre derechos humanos y empresas, ya no hablemos del Compact Global, que es “cartón pintado”). La única iniciativa más incisiva, la de abordar un tratado vinculante sobre Empresas Transnacionales y Derechos Humanos, está todavía en fase de discusión y preparación sin que parezca que su resolución final esté cerca.

Ello estaba reflejado en consideraciones del documento de base para la reunión  presentado por la Oficina (“Dialogo social y tripartismo”), que afirmaba: “los  AMI son  con mucho las herramientas más perfeccionadas de diálogo social transfronterizo” 

Esta perspectiva fue retomada por el grupo de empleadores, ya que las intervenciones de su vocero (que quedaron registradas en las actas), proponiendo que los AMI debieran “promoverse y reforzarse”, agregando que en ellos se encuentran actualmente “prácticas innovadoras en la ampliación de contenidos”, que deberán ser recogidas en la próxima reunión.  Las actas registran también opiniones favorables a los AMI por parte del gobierno de los Países Bajos.

Pero enfrente la OIT tenía a los empleadores: en su discusión en plenario (registrada en las actas, de donde se toman estos comentarios), afirmaron que “preocupa el excesivo hincapié” en este tema realizado por la Oficina. Y agregaba tres razones que consideraban de peso:  1. Que se ha firmado un número limitado de AMI; 2.  Que hay muchos otros instrumentos alternativos  (los de cuño empresarial voluntarios, los llamados códigos de conducta, instrumentos creados por la unilateralidad empresarial); 3. El más notable argumentalmente (que implica una crìtica a las multinacionales que los firman): son acordados por fuera de los sistemas de diálogo social nacionales, sin involucrar   a las organizaciones nacionales de empleadores y trabajadores.

Como resultado, la Resolución aprobada no hace mención alguna a los Acuerdos Marco Intenracionales (o Acuerdos Marco Globales), quedando solo una referencia general que, por ello, puede referirse a las cláusulas acordadas en los tratados de integración económica, que es la otra vertiente posible. 

Se trata entonces de un episodio más de la permanente  batalla capital-trabajo, que en el plano de la alta estrategia  tiene a la OIT como escenario privilegiado, y por ello tiene sentido reflejar su desarrollo.

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