El 13 de
diciembre se presentó en una librería madrileña el libro editado por la
Fundación 1 de Mayo y La Catarata sobre la huelga general del 14D. Al acto
asistieron los autores de la obra colectiva y un numeroso público de extracción
preferentemente sindical. En la mañana del día siguiente, un gran acto unitario
en la sede de la UGT de Madrid en la Avenida de América ha conmemorado el acto
y más tarde se ha inaugurado un monolito en RTVE en memoria del famoso apagón
de las 12 de la noche que dio la señal para el comienzo de la huelga general.
Es tiempo de aniversarios en
España. Frente al más publicitado de la Constitución, que ha cosechado una
catarata de artículos de opinión, mesas redondas, scoops televisivos y un
intenso agitar de las redes sociales donde los elogios se han amontonado junto
a las críticas – en mucha menor cantidad éstas – y en la revisión del espacio
ideológico que se imputa a quienes defienden la Constitución y quienes la
atacan, la ignoran o la pretenden derogar, un cuarenta aniversario que ha
producido una buena cantidad de libros analizando desde varios ángulos posibles
el significado de la Constitución entonces y su reformulación actual, hay otros
acontecimientos que, difundidos con mucha menor fuerza, merecerían sin embargo
atraer la atención de la opinión pública en términos análogos a la efeméride
tan mediáticamente reiterada.
El caso es el de la huelga
general del 14 de diciembre de 1988, un acontecimiento muy importante del que
nos separan treinta años pero que conviene precisamente poner de manifiesto
como un contrapunto muy concreto a lo que supuso la Constitución como institucionalización
de un modelo democrático de relaciones laborales. El 14D respondió de manera
colectiva y general a las políticas de modernización que llevó a cabo el
gobierno del PSOE en sustitución de una verdadera democratización del país, y
que se construyeron desde la división sindical con el intento de seleccionar un
solo sujeto sindical institucionalmente activo en el gobierno de las relaciones
de trabajo, el acuerdo social subalterno a la política gubernamental de
flexibilización laboral, y la restructuración del gasto en pensiones mediante
una primera intervención restrictiva sobre éstas. Hizo evidente la presencia de
una ciudadanía activa y orgullosa de sus derechos que exigía respeto a su
pasado heroico en la lucha contra la dictadura a la vez que revindicaba la
capacidad de intervenir en el diseño del marco económico y social que les
afectaba de manera directa.
La gran huelga del 14 de
diciembre de 1988 tuvo efectos constituyentes muy relevantes para el futuro de
las relaciones laborales de este país, porque a partir de ahí la unidad de
acción entre las dos grandes confederaciones sindicales fue un elemento
característico de la práctica de la acción colectiva y sindical en España, que
pese al cambio de dirigentes de ambas organizaciones, se ha preservado como un
hecho imprescindible que condiciona cualquier proyecto de regulación presente y
futura en materia laboral. Puso de manifiesto además la capacidad del
sindicalismo de presentarse unido en su interior y de conectar con otros
sectores sociales tradicionalmente situados en una longitud de onda diferente
respecto del sindicalismo confederal, un esfuerzo de inclusión reivindicativa
que desbordaba las exigencias concretas que se mencionaban en el preaviso de
huelga y que abarcaba identidades profesionales muy diversas que convergían en
ese acto de empoderamiento social de clase.
El libro que se comenta, fruto de
la coordinación de dos investigadores de sendos archivos históricos de las
Fundaciones sindicales 1 de Mayo y Cipriano García, José Babiano y Javier Tébar, respectivamente, está construido a
partir de una serie de intervenciones que mezclan el enfoque histórico con la
perspectiva de la memoria. Prologado por el actual secretario general de CCOO, Unai Sordo, no pretende un examen
detallado de los acontecimientos y del contexto en el que se fue desplegando el
curso de los acontecimientos que desembocaron en la acción del 14D, un trabajo
que ya había realizado Sergio Gálvez
en una obra reseñada en este blog en abril de 2018, al ser publicada Crónica de la Gran Huelga General , sino que pretende una cierta contención en la descripción de los hechos,
dando más relevancia a la huella que esta “huelga total” ha dejado en la
actualidad. Ese propósito es explícito en el capítulo 1 de Babiano y Tébar, - “La época del 14D vista desde hoy” – y en el
confeccionado por Laura Mora Cabello de
Alba, que aúna memoria personal y simbología de la acción colectiva en un
título muy sugerente, “la huelga de los hombres buenos”, pero es también
determinante del mensaje contenido en el texto de quien fue uno de los
protagonistas de la huelga en su condición de secretario general de CCOO, Antonio Gutiérrez. El capítulo de Carmen Rivas, por su parte, explica la
recepción que el fenómeno histórico tuvo en los medios de comunicación de la
época, y el libro se cierra con tres testimonios de dos mujeres y un hombre – Mercedes de Pablos, Pilar del Río y Joan
Gimeno – que dan un significado especial a la memoria de tantas y tantas
otras personas que vivieron de una manera irrepetible ese día impresionante.
La celebración del 14D se centra
en el recuerdo de un hecho “determinante y sin precedentes” – en palabras de
Antonio Gutiérrez – que acompaña la memoria de tantas y tantos luchadores de
hace treinta años y que constituyó sin duda alguna el momento más alto de la
demostración de la potencia sindical y su capacidad de articular una presión
colectiva en defensa de los intereses de las clases subalternas. Todas las
huelgas generales posteriores la han tenido como elemento de comparación y en
todas ellas el resultado ha sido más reducido. La conmemoración del 14D no sólo
debe limitarse a la exaltación de la épica de la lucha de aquel tiempo. Como
señala en el prólogo a este libro Unai
Sordo, las formas de representación y de mediación clásicas son en esta
sociedad cuestionadas y es necesario un proceso de relegitimación democrática
del sindicato en una cierta perspectiva multiescalar, organizando una clase
trabajadora hoy heterogénea y fragmentada y a la vez, englobando la acción del
sindicato en un espacio socio-político, como expresión del trabajo organizado
en esa dimensión. El 14D funciona entonces como una alegoría de la necesidad de
una forma de renovación de la legitimidad democrática de las formas de
representación de los intereses de las y los trabajadores de este país.
14D HISTORIA Y MEMORIA DE LA
HUELGA GENERAL. EL DÍA QUE SE PARALIZÓ ESPAÑA
José
Babiano y Javier Tebar (Coords). Fundación 1 de Mayo / La Catarata, Madrid,
2018, 126 pags.
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