Han sido muchos años de lucha, pero es que el adversario
era grande y poderoso. No sólo la gran multinacional, sino la propia
configuración institucional de la norma laboral, que cambió en el 2012 degradando
derechos y garantías y posibilitó una operación de ingeniería jurídica para
reorganizar la empresa que lesionó gravemente los derechos laborales. Así
surgió Coca Cola en lucha, los 300 y las Espartanas, en un proceso de
movilización que ha combinado la acción directa de la huelga, las
manifestaciones y la presencia en las calles, los campamentos y la utilización
de las redes sociales, el acceso del conflicto a los medios de comunicación – los
spots de Navidad y el muy famoso posado en Interviú
– y una acción jurídica impecable dirigida por Enrique Lillo con una fuerte capacidad de representación, la
convergencia de las identidades masculina y femenina en la defensa del trabajo
digno, la ligazón con el sindicato como espacio de solidaridad y de apoyo
reivindicativo, y sobre todo ello, el gesto heroico de la resistencia colectiva
que mantiene vivo un proyecto de futuro en torno al derecho al trabajo.
La lucha de los hombres y de las mujeres de Coca Cola en Fuenlabrada
llamaría la atención en otros países como objeto de estudio sobre el que se
escribirían artículos y libros, y como material para documentales, series
televisivas de ficción, películas de éxito. Habría estado presente como sección
fija en las columnas de los principales periódicos del país, como lo ha sido
durante ya años la “cuestión catalana” y ahora amenaza con convertirse el
emergente fascismo de Vox, se habría infiltrado en los debates políticos de los
candidatos en las elecciones generales. Sin embargo, nada de eso ha sucedido,
salvo en pocos casos. Se ha colocado este proceso insólito de resistencia
colectiva en defensa del derecho al trabajo en los márgenes de la información y
en la periferia de la atención política y académica. Hay excepciones, desde
luego, aquí se recuerdan algunas.
Gracias a Eddy Iglesias, la editorial La
Oveja Roja publicó una autobiografía colectiva extremadamente interesante, Somos Coca Cola en Lucha, la vicisitud
jurídica del pleito de Coca Cola desde la importantísima sentencia del Tribunal
Supremo que declaró la nulidad de los despidos por vulneración del derecho de
huelga y las peripecias obstruccionistas posteriores de la empresa, han sido
seguidas de manera regular en la Revista de Derecho Social,
precisamente a través de intervenciones de su abogado, Enrique Lillo, y la sentencia ha sido considerada uno de los casos
emblemáticos de la jurisprudencia limitativa del diseño regulativo presente en la
reforma laboral del 2012, la persecución penal que sufrió Juan Carlos Asenjo con el objetivo indisimulado de escarmentarlo
por su tenacidad en la dirección del conflicto, también fue recogida en la
crítica jurídica que se llevó a cabo en conjunto a la persecución penal de
sindicalistas, también en artículos publicados en la Revista de Derecho Social,
en el contexto del debate sobre otro conflicto emblemático, el de los 8 de Airbus. En la arena de la
política, sólo Izquierda Unida y Podemos participaron activamente en la defensa
de los trabajadores de Coca Cola en lucha. La prensa sindical, algunos blogs - como señaladamente este mismo - y ciertos articulistas siguieron los avatares del conflicto, pero siempre en la periferia de la centralidad mediática, en periódicos y televisiones.
Pero en general, la visibilidad de esta lucha ha sido posible gracias a una
relación virtuosa entre el sindicato – las estructuras confederales de acción
sindical, con Ramón Górriz y la
intervención del propio secretario general, Ignacio Fernández Toxo en un momento muy delicado en el interior
del debate sindical con una confrontación entre la Federación Agroalimentaria y
el comité de empresa – y el colectivo que han formado no solo los trabajadores
sino también sus familias y en especial las mujeres, que han sabido construir
imaginativamente un espacio de solidaridad que ha ganado a cientos de miles de
ciudadanos a la comprensión y a la empatía con esta causa. La solidaridad no
sólo se ha manifestado en el Campamento
Dignidad y en los aplausos en todas las manifestaciones en las que las
camisetas rojas de Coca cola en lucha desfilaban, sino en la consideración de
este conflicto como una piedra de toque en la construcción de estrategias de
resistencia y de movilización por el derecho al trabajo.
Tras cien triquiñuelas y obstáculos, el conflicto se ha terminado mediante
un acuerdo satisfactorio. La explicación del mismo la ha efectuado el Comité de
empresa Coca Cola en Lucha, a través de un comunicado que este blog publica por
cortesía de nuestro compañero Juan
Carlos Asenjo. La moraleja de la historia es muy clara. Las luchas obreras
se pueden ganar por muy grande que sea el adversario, si se mantiene la unión
entre el colectivo afectado, se presiona con inteligencia combinando la acción
directa con la acción jurídica de defensa de los derechos, y se desborda la
comprensión del conflicto obteniendo la solidaridad de todas y todos los
trabajadores y la ciudadanía. La reivindicación del derecho al trabajo es el
centro de esta lucha. Por eso es imprescindible, porque hace ver a todo el
mundo que l trabajo es el centro de la actividad social y política sin el cual
la democracia no tiene sentido.
Este blog por tanto se complace enormemente en poder difundir el comunicado
de Coca Cola en Lucha. Es el texto de una victoria, una victoria lograda por
trabajadores y trabajadoras organizadas sindicalmente que han sostenido
tenazmente una lucha desigual con un resultado extremadamente positivo. Algo
que conviene recordar en estos tiempos sombríos en los que predomina el miedo y
el desconcierto.
Este es el comunicado
COMITÉ DE EMPRESA - COCA COLA EN LUCHA FUENLABRADA
INFORMA
Tras 5 años de conflicto y lucha con la organización Coca Cola y su
Embotelladora CCIP-CCEP, os comunicamos que la RLT y Trabajador@s de
Fuenlabrada, ponemos fin a este
conflicto laboral y social basado en los siguientes términos:
A través de un dialogo de varios meses, hemos conseguido nuestro objetivo
de retornar al fondo de la sentencia firme del TS de abril de 2105 la cual fue
modificada, y desde ese punto de partida en negociación se ha alcanzado un
preacuerdo que ha sido ratificado ampliamente por l@s trabajador@s afectados
del centro de trabajo. Preacuerdo avalado por más del 95% de la plantilla.
Desde ese punto simulado de retorno judicial a 2015, solo cabían dos
posibilidades para poner fin al conflicto que venimos manteniendo con Coca Cola
como consecuencia de esa modificación de sentencia firme en su fase de
ejecución. Una irresponsabilidad política y judicial que los trabajadores hemos
tenido que subsanar a base de lucha y conflicto con Coca Cola. En negociación
la RLT ha contemplado dos posibilidades para terminar con el conflicto, la
ejecución real de la sentencia o la aplicación simulada de la LRJS y la
filosofía del art 284, que contempla la liberación de prestar servicio con retribución
de salarios hasta que se cumpla dicha sentencia con las garantías personales
acordadas.
Hemos alcanzado un preacuerdo que contempla el compromiso de Coca Cola de
retornar a un proyecto fabril en la zona centro (Madrid, Radio de 70 KM) en un
plazo máximo de 2 años para todos los trabajadores menores de 58, los
Trabajadores mayores de 52 años pasarían a activar su prejubilación en enero de
2019 y enero de 2021 respectivamente en función de su edad, los Trabajadores
que a fecha de enero de 2021 no tengan los 52 años de edad para acceder a la
prejubilación, estarán durante 2019 y 2020
con permiso retribuido y su salario actual durante los 2 años hasta
activarse ese compromiso fabril que contempla el preacuerdo.
Ante la posibilidad de que Coca Cola no cumpla con ese compromiso de
instalar una fábrica en base a su historial de no someterse a cumplir las
resoluciones judiciales desde 2014 con Fuenlabrada, se ha incorporado al
preacuerdo un Plan Social como garantía individual para toda la plantilla para
ese supuesto, puesto que la plantilla será 7 años mayor que cuando estalló el
ERE y el conflicto, la edad de la
plantilla estaría en una media de 55 años, es una garantía personal en caso de
no existir ese proyecto fabril. Esa garantía contempla el cobro de salarios
pactados con liberación de prestación de servicio a la empresa hasta la edad de
jubilación de la plantilla, habiéndose acordado el abono del 80℅ del salario
neto como media para el colectivo de menores de 52 años. Para los Trabajadores
mayores de 52 años, se activará la prejubilación con extinción de contrato por
incumplimiento del proyecto logístico COIL con salarios medios del 93℅ para este colectivo. Para mayores de 61 años,
extinción con indemnización y pago único pactado para su acceso a la Jubilación.
Se ha conseguido el compromiso fabril de la sentencia de 2015, y en su
defecto, se ha alcanzado un plan social con salarios abonar basado en la filosofía del art 284 de la
LRJS. El cauce jurídico de este preacuerdo colectivo será la ejecución de las demandas individuales del
Juzgado de lo Social de Móstoles que
dictó nuevamente NULIDAD sobre el proyecto Logístico “COIL” sobre las
condiciones de readmisión en ese centro de creación exclusivamente unilateral
de COCA COLA con la única intención de modificar las condiciones Sustancial de
trabajo y de la readmisión.
Hemos conseguido anular el proyecto Logístico que Coca Cola puso
unilateralmente al modificarse la sentencia, quedando anulado ese centro/gueto
de maltrato laboral y psicológico con el que hemos estado obligados a convivir
durante 3 años, el cual, COCA COLA ha
reconocido que no necesita y que sólo tenía el objetivo de liquidación de la
plantilla de Fuenlabrada y terminar con los procesos judiciales con está
planilla. Nuestra lucha y objetivo durante 5 años nunca ha sido para vivir
maltratados en un gueto laboral.
Está victoria que pone fin al conflicto de Fuenlabrada, es un triunfo de
toda la clase trabajadora y social, de todos/as que desde la cercanía o lejanía
nos habéis ayudado a que nuestra plantilla evitase un ERE ilegal, anuláramos
los despidos, recuperásemos nuestro centro de trabajo y que nadie quedará al
desamparo de la exclusión social. Ello será posible por la vía del compromiso
fabril, o en su defecto, por las
garantías individuales del Plan Social, una victoria para la clase trabajadora
y que debe servir de esperanza e ilusión
para no someterse y luchar ante las injusticias y adversidades como las
reformas laborales. Además de escarmiento para las empresas/multinacionales que
no respetan los derechos de sus trabajadores. Estamos seguros que Coca Cola ha
tomado nota por el coste que le ha supuesto este conflicto en todos los
sentidos, lo cual debe servir como aviso para el capital salvaje, irresponsable
y sin escrúpulos que tenemos en nuestro País.
El fin del conflicto debería llegar por el Proyecto fabril en esa fase
temporal de dos años, sería lo razonable social y laboralmente, de no ser así,
nuestro futuro y el de nuestras familias estará garantizado.
“Que viva la lucha de la clase Obrera”
“GRACÍAS”
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