Mientras
el espacio de la opinión pública está pendiente de los comentarios sobre las
recientes elecciones generales y se prepara ya ante la nueva campaña de finales
de mayo que los creadores de opinión presentan como si fuera un segundo asalto
de una pelea entre izquierda y derecha, hay otras noticias que merecen ser rescatadas
de su invisibilidad mediática pese a que tenga un significado simbólico muy
importante.
Por primera vez desde hace
setenta años, el Estado español ha decidido homenajear a los más de diez mil
españoles que fueron deportados y dieron su vida en los campos de trabajo y
exterminio del nazismo. Privados de la nacionalidad española por el franquismo,
llevaron el triángulo azul de los apátridas con la letra S de spanier en el centro. La organización clandestina
del campo reposó sobre los españoles, los presos más veteranos y con más capacidad
de resistencia y de estructuración de la solidaridad y la ayuda. Es conocido
que cuando el Ejército norteamericano entró en Mauthausen, el 5 de mayo de
1945, banderas republicanas habían sustituido a las banderas nazis y la puerta
del campo estaba cubierta por una gran pancarta en la que se podía leer: «Los
españoles antifascistas saludan a las fuerzas libertadoras». Muchos de esos
republicanos, comunistas y libertarios, no podrían ver en vida la caída del
franquismo, que sin embargo ellos pensaban segura una vez derrotado
militarmente el nazifascismo en Europa. En gran medida la guerra fría y el
anticomunismo impidió esa necesidad democrática.
La colusión entre el régimen de
Franco y el nazismo va más allá de una coexistencia amistosa, era complicidad y
coautoría criminal, como Almudena
Grandes ha retratado magistralmente en su novela Los pacientes del doctor García.
Se ha reiterado hasta la saciedad en una hagiografía vergonzante del franquismo
que la relación con la Alemania Nazi se centró únicamente en una convergencia
en la lucha contra el comunismo – la tristemente famosa División Azul – lo que
por tanto permitiría al régimen, una vez derrotado el III Reich, continuar con
lo que denominaba política anticomunista - realmente de hostilidad antiobrera - esta
vez en el interior del país, con el beneplácito de Estados Unidos como
principal sostenedor de la dictadura. La connivencia con el nazismo era
identidad política, y es importante recordarlo en un momento en el que
determinadas fuerzas políticas en democracia restauran la memoria de Franco
como un “gobernante ejemplar”. Nadie debería olvidar hoy lo que supuso esa
sintonía entre el régimen del 18 de julio y el III Reich como un ejemplo evidente
de conducta criminal de masa. Y entre los muchos episodios de ésta, la retirada
de la nacionalidad española a quienes su único delito había sido defender el
régimen democrático republicano frente al golpe militar de los sublevados
facciosos, y su reclusión en un campo de internamiento de extrema dureza – la cantera
de granito – y de trabajo esclavo que a
partir de 1939 concentró prácticamente de forma exclusiva el ingreso de
represaliados políticos.
Cerca de 9 millones de personas
fueron asesinadas en estos campos de internamiento y de exterminio. La
documentación sobre sus identidades fue destruida en gran parte, de manera que de
muy pocos se sabe las circunstancias concretas de su muerte y la fecha de la
misma. Este es otro de los elementos que se quiere solventar recuperando los
libros de registro de campo que se harán públicos en breve para el conocimiento
de sus familiares y las asociaciones de la memoria histórica.
No se trata sólo de un homenaje
simbólico, como el que se ha efectuado hoy en el campo de Mauthausen (confirmando, una vez más, la incapacidad de algunas autoridades institucionales de entender el significado profundamente democrático y antifascista del acto que no podía retorcerse para apoyar diferencias políticas actuales), sino de
un acuerdo oficial que instaura de forma solemne este día, el 5 de mayo, como
una jornada de homenaje a los muertos y deportados republicanos víctimas de la
barbarie del nazismo. Un acuerdo del Consejo de Ministros del viernes 26 de
abril, es decir dos días antes de la celebración de las elecciones generales, y
publicado en el BOE del 30 de abril, ha creado este día de manera oficial. Este
es el texto del Acuerdo:
Acuerdo sobre la instauración del
día de homenaje a los españoles deportados y fallecidos en Mauthausen y en
otros campos y a todas las víctimas del nazismo de España
El 5 de mayo se conmemora la
liberación en el año 1945 por parte de las tropas aliadas del campo de
concentración de Mauthausen, donde fueron internados alrededor de siete mil
quinientos españoles, del total de diez mil españoles que estuvieron en todos los
campos de concentración nazis. Desprovistos de su nacionalidad española por
decisión del gobierno franquista, declarados apátridas, los españoles en campos
de concentración nazis padecieron innumerables atrocidades, perdiendo la vida
cinco mil ciento diecisiete. Estos españoles, en su mayoría exiliados
republicanos que abandonaron nuestro país al final de la Guerra de España,
representan una parte fundamental de la memoria democrática de España y enlazan
la historia de nuestro país con la historia de Europa. Su padecimiento y muerte
constituyen un ejemplo insuperable del sacrificio mostrado como luchadores por
la democracia y la libertad y se merecen un reconocimiento público al más alto
nivel. Esa finalidad de agradecimiento y reparación es la que lleva al Gobierno
de España a tomar la decisión de instaurar en España, al igual que existe ya en
otros países europeos, un día de homenaje, con carácter anual, que sirva para
honrar su memoria. En su virtud, a propuesta de la Ministra de Justicia, el
Consejo de Ministros, en su reunión del día 26 de abril de 2019,
ACUERDA
Primero. Instaurar el «Día de
Homenaje a los españoles deportados y fallecidos en Mauthausen y en otros
campos y a todas las víctimas del nazismo de España», con objeto de honrar y
servir de acto de reconocimiento de la injusticia que supuso el exilio de
muchos españoles y su internamiento en campos de concentración nazis.
Segundo. Este Día se celebrará el
5 de mayo, coincidiendo con la conmemoración de la liberación del campo de
concentración de Mauthausen.
Tercero. En el acto que a tal
efecto se desarrolle, se honrará y recordará a los españoles internados y
fallecidos en Mauthausen y en otros campos y a todas las víctimas del nazismo
de España.
Un homenaje merecido que es oportuno resaltar. Pero no
olvidemos que todavía entre nosotros la exaltación de la dictadura es una
práctica frecuente, que va asociada a intentos de criminalización de sus
críticos que lamentablemente en muchas ocasiones encuentran eco en algunos
exponentes judiciales. El franquismo no fue sólo
una dictadura, como el directorio militar de Primo de Rivera, fue un régimen criminal e ilegítimo que se
identificó política e ideológicamente con el nazismo y el fascismo hasta su
derrota militar al terminar la Segunda Guerra Mundial y que colaboró
directamente y activamente en la eliminación física de sus adversarios
políticos. Recordarlo, como hace Alemania con su pasado nazi, Francia con el
Régimen de Vichy, e Italia el 25 de abril en el día de la Liberación frente a
la República de Saló y la invasión nazi, es una asignatura pendiente todavía de
nuestra ya madura democracia.
2 comentarios:
Mauthausen, destino final: descubre cómo llegaron los deportados españoles al campo de concentración.
https://bit.ly/2IN3qVw
Mi recuerdo preferido de los españoles de Mauthausen es el de Antonio García Barón, a quien encontré en la selva boliviana, a orillas de un afluente del Amazonas, tras sobrevivir a la Guerra Civil española y a cinco años de internamiento en el campo de concentración. Antonio mantenía en su refugio amazónico su anhelo de un mundo más justo. Manuel Leguineche escribió un precioso relato de la vida de Antonio: "El precio del paraíso", publicado en Espasa Hoy. Yo quiero recordar hoy a Antonio que me acogió en su cabaña en 1985.
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