sábado, 13 de septiembre de 2025

CULMINA EL CURSO DE EXPERT@S LATINOAMERICAN@S EN RELACIONES LABORALES

 


Tras dos semanas de intervenciones y debates, el viernes 12 de septiembre culminó la 34ª edición del Curso de Toledo que impulsaron en su inicio Umberto Romagnoli y Pedro Gulielmetti y que dio ligar a la constitución de una red de participantes – los llamados “ex becarios” de OIT, Bolonia y Castilla La Mancha – que organiza todos los años un Congreso en algún lugar de América Latina como forma de mantener la cohesión y la permanencia del grupo y de esta iniciativa. Este año el Congreso se llevará a cabo en Ciudad de México, los días 27 y 28 de octubre.

El Curso de Toledo tiene como característica fundamental que es impartido a mitad por profesores y expertos españoles e italianos. La segunda semana por tanto ha correspondido a la participación de los universitarios italianos, con un mayor peso de los de la Universidad de Bolonia, y la conferencia de clausura fue llevada a cabo por Gian Guido Balandi, profesor emérito de la Universidad de Ferrara, que puso en relación la construcción del sistema de Seguridad Social con los fundamentos básicos del Estado social y democrático.

La segunda nota caracterizadora de este Curso es el debate que se entabla entre los participantes a través de la creación de grupos de trabajo. Cada uno de los países representados efectúa un informe somero sobre los elementos principales que caracterizan su sistema de relaciones laborales e integran posteriormente a través de la discusión, los elementos que han aportado por la mañana las diferentes intervenciones del profesorado. En este tramo del Curso, los grupos de trabajo, la labor del coordinador del Curso, Guillermo Gianibelli, es decisiva. Finalmente, se discute un comunicado final en relación con el tema sobre el que ha discurrido el Curso, que se lee al final de la última sesión, antes de la ceremonia de entrega de los diplomas que efectuaron Joaquin Aparicio, Antonio Baylos y Andrea Lassandari.

Al terminar esta jornada, los asistentes a la misma hicieron una visita a las instalaciones del Convento de San Pedro Mártir que es el recinto en el que se localiza la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la UCLM en Toledo, en especial el patio central y el aula magna, la iglesia del Convento en el que está la tumba de Garcilaso de la Vega y de los cancilleres de Castilla López de Ayala, siempre guiados por Joaquín Aparicio que dio amplia noticia de la historia de estos lugares.

Comienza ahora ya la preparación del curso del año entrante, 2026. A partir de marzo se dará a conocer el tema seleccionado y se abrirá un proceso de selección de los solicitantes de las 30 plazas de que se dispone, con un cupo de cinco para aquellos “ex becarios” que quieran volver a realizar el Curso.

 El tema sobre el que se ha discurrido en esta edición ha generado incluso durante el tiempo de su realización, relevantes supuestos de reflexión sobre la irrupción negativa de la codicia corporativa sobre la estructura y funcionamiento de las democracias. El comunicado final de los participantes del Curso lo refleja claramente.

 Por su evidente interés, se reproduce en este blog a continuación.

 

Curso: Democracia en la encrucijada: Capitalismo oligárquico frente al derecho social

 

Toledo, 12 de Septiembre de 2025

 

El avance de las extremas derechas a nivel global ha profundizado la crisis social y económica mundial, en un contexto de acumulación mediante cadenas globales de valor y financiarización de la economía.

La fragilidad del mercado y sus derrumbes, así como la fuga de capitales de países dependientes y las nuevas formas de organización del trabajo, generan un impacto negativo en las relaciones laborales a nivel mundial. Sus consecuencias son conocidas: precarización, informalidad y prácticas anti sindicales, atentan contra el pilar fundamental del Estado social de derecho, la justicia social y la justa distribución de la riqueza.

La realidad actual del trabajo y las políticas económicas impuestas por las extremas derechas agudizan las grandes e históricas contradicciones entre capital y trabajo.

 La acumulación de capital con predominio absoluto del sector financiero habilita la ofensiva de los grupos concentrados de poder económico, que se expresa con virulencia en el territorio latinoamericano. Esta avanzada apunta a desmantelar el derecho protectorio del trabajo y profundiza las desigualdades estructurales de los países de la región. Crecen así la precarización, el desempleo, la pobreza, el hambre, la apropiación de los recursos naturales, y la expulsión del sistema de grupos históricamente vulnerabilizados (personas adultas mayores, personas con discapacidad, el colectivo LGTBIQ+, migrantes, pueblos originarios, infancias, etc.).

En este sentido, las guerras siguen siendo un instrumento del poder global para generar ganancias a través de la industria armamentista; para asegurar el acceso a materias primas y controlar mercados; y para consolidar el dominio de las potencias capitalistas mediante el colonialismo y el imperialismo. Esto se ve expresado claramente en la ocupación del territorio de Palestina por parte del Estado de Israel, y el genocidio perpetrado contra el pueblo palestino con la complicidad de los gobiernos del mundo.

Consideramos que el genocidio es la forma más extrema de violación de los derechos humanos fundamentales, e implica un desprecio por la vida y la dignidad de las personas.

Estos escenarios, sin dudas, ponen en tensión la vigencia del Estado social y de la democracia.

 El asalto reaccionario al Estado implica la creación de normas de derecho que perduran en el tiempo, tal como es el caso de todas las reformas laborales regresivas y de tinte neoliberal realizadas en América latina. Para ello, promueven discursos de odio, generan grietas y fragmentan a la clase trabajadora, profundizando así las discriminaciones interseccionales.

En ese contexto, resulta necesario que el movimiento obrero y los actores del campo popular asuman su condición de sujetos políticos y, como tales, generen nuevos escenarios de ampliación de derechos en clave biocéntrica, con el objetivo de poner fin a las políticas extractivistas y depredadoras de las empresas transnacionales. El porvenir del Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social en Latinoamérica dependerá de la capacidad de organización de las fuerzas populares que resistan la captura oligárquica.

Por tal motivo, entendemos que es central estrechar los lazos de solidaridad entre los pueblos latinoamericanos, en especial, entre las personas trabajadoras y sus organizaciones. Esta constituye la única alternativa para enfrentar al neoimperialismo, los neocolonialismos y las oligarquías. Y es también la única posibilidad para construir un futuro de fortalecimiento de derecho del trabajo y de ampliación de su cobertura hacia los sectores que hoy están afuera de sus márgenes.

 

Grupo de Expertos/as latinoamericanos/as 2025



jueves, 11 de septiembre de 2025

EL DIA DESPUÉS DE LA DEVOLUCIÓN DEL PROYECTO DE LEY DE REDUCCIÓN DE JORNADA

 


Toda la audiencia de este blog conoce perfectamente la vicisitud que ha rodeado la larga negociación de un acuerdo sobre una ley de reducción de jornada a 37,5 horas semanales que finalmente concluyó con la firma de un texto negociado con CCOO y UGT, la difícil traslación del mismo a un proyecto de ley ante la oposición del área de economía del PSOE y la posterior negociación de éste con los grupos políticos que conforman la mayoría parlamentaria que sostiene el gobierno que al final se centró en intentar obtener la retirada de la enmienda a la totalidad presentada por Junts per Catalunya. El fracaso final de estas conversaciones permitió que ayer miércoles los votos convergentes de la derecha nacionalista catalana con la ultraderecha y la derecha extrema española rechazaran el texto legal, devolviéndolo al Gobierno.

Este largo proceso ha traído al primer plano del discurso político y sindical el problema de la confrontación de clase. Una cuestión que normalmente permanece en sordina en muchos de los relatos que atraviesan la opinión pública, pero que en esta ocasión ha cobrado un justo protagonismo. Quienes han obtenido realmente una victoria en esta ocasión han sido las asociaciones empresariales, que al negar su concurso al acuerdo derivado del largo proceso de casi un año llevado a cabo en el diálogo social, hicieron pública su apuesta política: sin su consenso no cabe aprobar ninguna norma. Especial ímpetu puso en esta dirección el presidente de Foment del Treball, Josep Sánchez Llibre  - en Wikipedia se le define como “empresario, economista y ex político español de ideología democristiana”- que atacó frontalmente el acuerdo entre el Ministerio de Trabajo y los sindicatos y blasonó de que jamás se aprobaría porque ningún partido catalán lo apoyaría. Un rechazo a la posibilidad de regular legalmente la jornada máxima que también secundó la patronal de la pequeña y mediana empresa catalana, Pimec. Además de ello la CEOE y otras formaciones satélites, en especial de federaciones especialmente afectadas como la agroalimentaria o la hostelería y patronales de grandes almacenes, insistieron en que un acuerdo con los sindicatos sin el consenso de los empresarios sería revertido en el Parlamento.

La primera conclusión de este día después es evidente. El empresariado español tiene un apoyo incondicional en partidos políticos que se pueden confrontar de manera intensa en aspectos importantes sobre la estructuración territorial del Estado o sobre la propia forma de este y su conformación democrática, pero que mantienen una unanimidad horizontal inquebrantable en la defensa de las posiciones enunciadas por la representación orgánica de la empresa. Asimismo mantiene una interlocución muy provechosa con sectores importantes del área económica del PSOE. Algo muy diferente a lo que sucede con las personas trabajadoras, cuyos intereses no se ven recogidos con esta contundencia por los partidos políticos de la izquierda fragmentada en identidades nacionales y en la búsqueda de hegemonías rivales que obstaculizan la realización de un proyecto reformista de avance social gradual.

En el presente caso, la actuación política de las asociaciones empresariales a través de una coalición de partidos cuyas identidades nacionales y sus formas de entender el Estado son completamente opuestas se traduce en la afirmación oligárquica: no hay posibilidad de discutir en el Parlamento una reforma legal sobre las relaciones laborales si no está aprobada o acordada con los representantes de la empresa. No cabe discusión dentro de las formas democráticas de un proyecto normativo en el que las diferentes fuerzas representadas en el Parlamento puedan condicionar o incluso desvirtuar el contenido de la norma proyectada. La discusión democrática no puede prevalecer ante la decisión oligárquica de impedirla, porque los acuerdos bilaterales del poder público con los sindicatos de trabajadores, representantes institucionales del trabajo en nuestra Constitución, deben ser declarados públicamente papel mojado, un hecho sin trascendencia del que cabe prescindir en el futuro. Para la oligarquía corporativa el diálogo social solo cobra validez si lleva su aprobación y los sindicatos son meras comparsas de su decisión determinante.

La segunda conclusión tiene que ver con la capacidad de los firmantes del Acuerdo – Ministerio de Trabajo y sindicatos – de convertir esta derrota política en una situación de ganancia y reforzamiento social y político del proyecto reformista. La movilización sindical que ha acompañado a la última fase de la toma en consideración del proyecto de ley tiene necesariamente que extenderse y profundizarse. Especialmente en Catalunya, donde la prepotencia patronal ha sido más activa, pero también en los sectores especialmente afectados por la reducción de jornada pactada. La reivindicación del conflicto lleva consigo la extensión entre la gente trabajadora de lo que ha significado la votación en el Congreso de ayer. No solo, como se insiste con razón, en la posible repercusión electoral de esta decisión del bloque conservador – teniendo en cuenta que según las encuestas, la medida es ampliamente bien acogida entre los votantes de todas esas fuerzas políticas – sino muy especialmente resaltando la autoría real de esta acción, que corresponde a la representación orgánica de las grandes corporaciones, es decir a los exponentes de la clase empresarial. Hay que explicar lo que se ha perdido, pero fundamentalmente para reivindicarlo y hacerlo real. Las concentraciones y asambleas en los lugares de trabajo deben aprovechar lo que en términos reales ha supuesto un error de la oligarquía corporativa, mostrando su codicia y su prepotencia. Lo que implica reforzar esa perspectiva de clase en los análisis sindicales.

El Ministerio de Trabajo y en general el espacio de SUMAR debe inscribir también su actuación en esas mismas líneas, privilegiando la consecución del bloque de progreso que ha apoyado el proyecto de ley y atrayendo a los sectores del PSOE que se han mantenido reticentes ante la medida al compartir de fondo la posición empresarial de que sin ellos no es posible legislar. Es sintomático que en la sesión de ayer no estuvieran presentes los ministros socialistas, salvo Bolaños, lo que avala la posibilidad de que el sector del gobierno siempre reticente al acuerdo con los sindicatos quiera ahora presentar un proyecto que pudiera aceptar el empresariado, remitiendo la reducción de jornada a un momento posterior en relación con la media lograda en la negociación colectiva e introduciendo una serie de subvenciones para la pequeña y media empresa. Algunos asesores directos del Ministro de Economía y de FEDEA optan por “un gran acuerdo social” – dando por supuesto que el que se logró con los sindicatos no tiene esta consideración -que pueda “acelerar” la reducción de jornada “sin intervención legal directa”. Obviamente este sería un mal escenario para la izquierda que consagraría la rendición plena del proyecto de reformas al condicionamiento oligárquico corporativo.

Por el contrario, la intervención de Yolanda Díaz en el Congreso ha colocado el debate justamente en la perspectiva clasista que le subyace, señalando la gran contradicción entre fuerzas que dicen representar el interés nacional y su sumisión estricta a las órdenes de los representantes del capital. Ha desvelado la falsa coartada del independentismo catalán y su patriotismo de clase en términos contundentes  Es un discurso directo que tiene la fuerza de la evidencia y que desde luego se retroalimenta con una actuación institucional claramente escorada hacia la defensa de los intereses de las trabajadoras y trabajadores que reivindica la libertad del poder público de fijar las líneas de su programa de reformas sin la aprobación o tutela de las decisiones del empresariado.

Pero además, como ya se ha anunciado, algunas medidas importantes que estaban en el proyecto de ley pueden ponerse en marcha sin necesidad  de cobertura de una norma legal. En un cierto sentido, la consigna empresarial de la “no intervención legal” se invierte en su contrario. Una intervención pública directa por el desarrollo reglamentario de una norma ya existente. En efecto, el desarrollo reglamentario del art. 34 ET, sobre el registro de jornada impacta directamente sobre las horas extraordinarias no pagadas y permite un control horario más estricto de la jornada pactada en convenio. Es sin duda una medida parcial pero no querida por las patronales más reticentes a la imposición de una jornada máxima más reducida, y que el Ministerio de Trabajo debería poner en marcha de inmediato, conectándola con la oposición patronal a ampliar el tiempo de descanso de las personas trabajadoras.

Este es pues el camino que hay que trazar para lograr revertir la derrota parlamentaria en una situación de ventaja para las posiciones de reforma social y laboral que además pueda compactar al bloque de progreso que incluye fuerzas nacionalistas y soberanistas pero para quienes la componente social y laboral es un modo de afirmar su propia identidad nacional. Y desde luego desde la vertiente sindical, la puesta en marcha de una constante impugnación del dictado oligárquico del empresariado no solo se debe llevar a la conflictividad en la negociación colectiva, sino que debe impregnar un debate profundo sobre el tiempo de trabajo y sus implicaciones. En esta línea hay ya algunas iniciativas en marcha que se reforzarán tras el rechazo del parlamento al proyecto de ley, como el seminario que se está llevando a cabo en la Fundación 1 de Mayo del que se ha hecho eco este blog.

Un momento histórico interesante. Entre tanto ruido ambiente, finalmente se puede discutir sobre aspectos fundamentales para la vida de la mayoría de la ciudadanía, los derechos fundamentales que se deben ejercitar en el trabajo y la aspiración a obtener más tiempo colectivo frente a la captura de una gran parte de este por la actividad subordinada al desarrollo del proceso de producción dirigido por la empresa para la que se trabaja. Un discurso clasista que atraviesa verticalmente la política y la economía, se proyecta sobre las condiciones de vida y de trabajo de la gran mayoría de la población y gana un espacio propio en la opinión pública. Apliquémonos a ello

 


viernes, 5 de septiembre de 2025

HA COMENZADO EL CURSO DE TOLEDO PARA EXPERT@S LATINOAMERICAN@S EN RELACIONES LABORALES

 


El martes pasado, 2 de septiembre, dio comienzo el Curso para expertos y expertas de Latinoamérica en relaciones laborales, el precipitado académico que pusieron en marcha Pedro Guglielmetti y Umberto Romagnoli en asociación con la sede de la OIT en Turín y la Universidad de Bolonia. El curso desde hace años se celebra al comienzo de septiembre en la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la Universidad de Castilla La Mancha (UCLM) en Toledo, en el bellísimo convento de San Pedro Mártir, y en esta ocasión, como conoce la amable audiencia de este blog, (https://baylos.blogspot.com/2025/03/democraica-en-la-encrucijada.html) se dedica al análisis crítico de las embestidas que el capitalismo oligárquico está realizando contra la democracia social.

El curso fue inaugurado por Joaquin Aparicio, director del Curso junto con Antonio Baylos, la directora del departamento de Derecho del Trabajo y Trabajo Social, Maria José Romero, y el profesor titular de cátedra de Derecho del trabajo en la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires, Guillermo Gianibelli, como coordinador del curso. En esta edición, que es la trigésimo cuarta, asisten especialistas de seis países latinoamericanos, Argentina, Chile, Uruguay, Brasil, Colombia y Perú, en una distribución del itinerario formativo dividida en dos áreas. Por la mañana, dos intervenciones sobre los temas del programa, seguidas de debate en cada una de ellas, y por la tarde, discusión en grupo desde las respectivas experiencias nacionales, bajo la coordinación de Guillermo Gianibelli.

Los primeros cinco días – del martes al lunes – los ponentes son personas expertas del ámbito hispano parlante, mientras que los últimos cuatro días se reservan para profesores y profesoras italianas, fieles a la idea inicial del grupo conocido por otra parte como “ex becarios” de Bolonia y Castilla La Mancha en la denominación coloquial que adoptan. En esta edición, han intervenido – o van a intervenir – en esta primera parte Joaquin Aparicio, Antonio Baylos, Laura Mora, Francisco Trillo y Nunzia Castelli, todos ellos del área de Derecho del trabajo y de la seguridad Social de la UCLM, junto a Gerardo Pisarello, profesor en la Universidad de Barcelona y Vicesecretario primero del Congreso de los Diputados, Adoración Guamán, catedrática de Derecho del trabajo de la Universidad de Valencia y Consejera laboral del Reino de España en Quito (Ecuador), y Joaquin Pérez Rey, él también profesor en la UCLM en servicios especiales y actualmente Secretario de Estado de Trabajo. La semana entrante será el turno de Laura Calafá, de la Universidad de Verona, Valeria Nuzzo, de la universidad de Campania “Luigi Vanitelli”, Guido Balandi, de la Universidad de Ferrara, y los profesores de la Universidad de Bolonia Federico Martelloni, Ester Villa, Giulio Centamore y Andrea Lassandari.

Contra lo que en principio estaba pensado, la necesidad de someterse a un escrutinio médico ha impedido a Pedro Guglielmetti, “il Nonno”, estar en Toledo este año, donde estaba prevista una conversación con él, moderada por la Directora del Departamento de Derecho del Trabajo y Trabajo Social, Maria José Romero, sobre el tema central de debate, la encrucijada en la que se encuentra la democracia, ya sin adjetivar, ante la preponderancia alcanzada por el capital financiero y por las oligarquías que gozan de extraordinarios poderes por su dominio de sofisticadas tecnologías. Es decir, responder a la gran pregunta sobre hasta qué punto es compatible el constitucionalismo democrático alumbrado en el siglo XX con el fuerte aumento de las desigualdades sociales y económicas y la irrupción en la escena política de modo directo de grandes oligarcas, lo que implica preguntarse por la suerte del Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social y, por ende, la vida de las personas trabajadoras. Este último momento del debate en el Curso se hará mediante una mesa redonda entre los directores y coordinadores del curso junto con Andrea Lassandari.

Tras la cena común de profesores y alumnos en la noche del jueves, en el último día del Curso, se da a conocer el informe de los grupos que elaboran una reflexión común a los países participantes en el mismo, que por consiguiente implica un esfuerzo de síntesis sobre el amplio debate que se ha ido teniendo en los grupos de trabajo durante este período. Finalmente, el curso se cierra con la entrega de diplomas.

Es importante recordar que todos los asistentes a los cursos se integran en un colectivo de “ex becarios” que organizan a su vez anualmente un congreso en algunos de los países de América Latina sobre dos temas de interés colectivo, al que también están invitados profesores de la UCLM y de la Universidad de Bolonia.

En síntesis, un curso de especial interés que reitera la capacidad de circulación de los modelos democráticos de relaciones laborales en Europa y América Latina como un espacio de debate y de reflexión que protagonizan los juristas del trabajo de ambas orillas del Océano.

 



domingo, 31 de agosto de 2025

SOBRE LA NUEVA REGULACIÓN DE LOS PERMISOS POR NACIMIENTO Y CUIDADO. HABLAN FRANCISCO TRILLO Y ELENA CARDEZO

 


Acaba el mes de agosto y recobramos el temario y el ritmo habitual correspondiente a la vuelta al trabajo y al comienzo del curso académico. Como se dio cuenta en este blog, (https://baylos.blogspot.com/2025/08/vacaciones-sobrevaloradas.html)  se publicó en el BOE de 30 de julio el RDL 9/2025, que reforma el Estatuto de los trabajadores, el Estatuto de Empleo Público y la Ley General de Seguridad Social,  para dar cumplimiento a la Directiva 2019/1158 del Parlamento Europeo y del Consejo, de 20 de junio de 2019, relativa a la conciliación de la vida familiar y la vida profesional de los progenitores y los cuidadores, que no se había traspuesto completamente en nuestro país. Esta norma ha sido a su vez cuestionada por algunas interpretaciones de la misma frente a las que Francisco Trillo y Elena Cardezo en rigurosa exclusiva para este blog, efectúan una pormenorizada explicación. Sin duda con este texto está garantizada una atenta lectura de la norma y de su indudable importancia.

 

AVANZANDO EN LA CONCILIACION DE LA VIDA FAMILIAR Y LABORAL: PERMISOS POR NACIMIENTO Y CUIDADO A PARTIR DEL RD-LEY 9/2025

 

Francisco Trillo y Elena Cardezo

 

Tras un tortuoso proceso de negociación, en un panorama de prórroga presupuestaria y con un requerimiento de la Comisión Europea, finalmente, el Real Decreto-ley 9/2025, de 29 de julio, por el que se amplía el permiso de nacimiento y cuidado y se completa la transposición de la Directiva (UE) 2019/1158 de conciliación, ha introducido en el ordenamiento jurídico español un panorama ampliado de los derechos de conciliación de la vida familiar y laboral. Pretendemos con este breve escrito poner de relieve la importancia del cambio normativo, así como las razones de la técnica finalmente escogida para trasponer del todo la citada directiva.

El dato más relevante es que se amplían tres semanas por progenitor los permisos de nacimiento y cuidado desde las 16 a las 19 semanas, y a las 32 semanas en caso de familias monoparentales. Dos de esas semanas, 4 en caso de familias monoparentales, se pueden disfrutar hasta que el niño o la niña cumpla 8 años y además dan acogida a los nacimientos producidos desde agosto de 2024, fecha en la que España tenía la obligación de incorporar totalmente a su ordenamiento la Directiva. Esta ampliación se justifica, según la exposición de motivos, en aplicación de la denominada “cláusula pasarela” del artículo 20.6 de la Directiva, que permite computar como permiso parental retribuido cualquier período de ausencia laboral por razones familiares que conlleve remuneración.

El Real Decreto-ley amplía los permisos parentales a través del artículo 48 del Estatuto de los Trabajadores que regula el permiso por nacimiento y “cuidado” que, como se sabe, da lugar a una prestación, perfectamente ensayada en nuestro sistema de Seguridad Social. Esta opción normativa parece responder, al menos, a cuatro motivos:

A)      Una razón protectora, porque en el marco del artículo 48 ET se reconoce una prestación que suple el salario total que deja de percibir la persona trabajadora y deja de abonar la empresa, asumiendo así el Estado el coste de la suspensión del contrato, sin trasladárselo a las empresas, mediante la técnica del permiso retribuido. Con ello, se da debido acomodo a la pérdida salarial que comportaría poner entre paréntesis el contrato de trabajo por estos motivos a la vez que se refuerza el carácter social del Estado español en una materia tan sensible para la sociedad como es la de la conciliación de la vida familiar y laboral. En septiembre de 2024, el CIS publicó el primer estudio sobre Fecundidad, Familia e Infancia (https://www.cis.es/documents/d/cis/es3475mar-pdf) en el que se puso de manifiesto que la conciliación, el dinero y el precio de la vivienda continúan siendo los principales obstáculos que la población tiene para concretar el deseo de formar una familia. Siete de cada diez encuestados aseguraban que tienen pocos hijos por falta de medios económicos y casi la mitad no los tiene "por problemas de conciliación" entre la vida familiar y laboral. La imposibilidad de encajar un proyecto familiar con la carrera profesional es uno de los principales motivos de que los nacimientos hayan caído un 25% en la última década (nacieron 322.000 niños en 2024 frente a los 426.000 de 2013) y de que la población infantil en España represente solo el 14% del total frente al 19% de los mayores de 65 años. La ampliación del permiso por nacimiento y cuidado supone un avance más en el objetivo de hacer converger el proyecto vital y contractual-laboral de las personas trabajadoras.  

Además, esta opción legislativa, la del art. 48 ET, trasladada al erario público el coste de las medidas de conciliación sin elevar el coste para las empresas. De hecho, la medida introducida por la norma supone un gasto para el Estado de 1.500 millones de euros en su implantación y 1.000 millones al año posteriormente. ¿Se imaginan las y los lectores qué estarían ahora diciendo los empresarios de este país si se les hubieran incrementado tres semanas de golpe los permisos de sus trabajadores?

Una razón organizativa y práctica, ya que el recurso al artículo 48 ET permite el reconocimiento de la prestación asociada a la suspensión del contrato de forma inmediata, sin necesidad de costosas adaptaciones informáticas ni incertidumbres; de hecho, el INSS ya ha divulgado los enlaces de solicitud (https://prestaciones.seg-social.es/servicio/prestacion-nacimiento-adopcion-cuidado-menor.html). Los experimentos en materia de políticas públicas mejor dejarlos para la esfera teórica porque, de otro modo, la experiencia demuestra que los acaba pagando la ciudadanía.

Una razón de economía legislativa, ya que se responde a las exigencias de la Directiva, estableciendo una fórmula de disfrute del todo flexible simplemente elevando la edad del menor de los 12 meses hasta los 8 años.

Finalmente, un motivo importante de ámbito subjetivo, una vez que la  vía del 48 ET permite extender los derechos de conciliación a las y los trabajadores autónomos, que no quedarían protegidos por motivos evidentes a través de la técnica de los permisos retribuidos.

Al operar por el artículo 48 ET, el 48 bis no requiere ninguna modificación. Se podrían haber remunerado las dos nuevas semanas “flexibles” del 48 con cargo al 48 bis, pero se ha decidido expresamente no hacerlo para ampliar todo lo posible los derechos de conciliación de las personas trabajadoras, de modo que a las tres semanas retribuidas que incorpora novedosamente el Real Decreto-ley se le suman las 8 no retribuidas del 48 bis.

Esta solución, a nuestro juicio la más oportuna y protectora por todas las razones expuestas, satisface plenamente las exigencias de la Directiva. Nótese que tras el Real Decreto-ley, las personas trabajadoras cuentan con 19 semanas remuneradas de permiso por nacimiento y cuidados, 5 semanas por encima de lo exigido por la UE, en el caso de las madres, y ¡17 en el supuesto de los padres! Se trata de una sensible mejora de los derechos de conciliación de la vida familiar y laboral que supera incluso las exigencias de la propia Directiva, ya que se introduce sin merma salarial, con una retribución del 100% y de forma igualitaria para los dos progenitores, duplicándose en el caso de familias monoparentales, realidades normativas tampoco urgidas por la trasposición de la Directiva europea.

Por lo demás, la acumulación del permiso por lactancia permite alcanzar 22 semanas remuneradas de permisos, derecho cuyo origen, se ha de recordar, se sitúa en la acción legislativa del gobierno de coalición a través del RDL 2/2024.

Por otra parte, el Real Decreto-ley 9/2025 extiende este nuevo modelo al empleo público mediante la modificación del artículo 49 del EBEP, integrando la transposición de los artículos 4 y 5 de la Directiva (UE) 2019/1158 en el ámbito de la función pública. Se reconoce un permiso retribuido de diecinueve semanas y un permiso parental no retribuido de ocho semanas, de modo que el nuevo régimen estatutario satisface de forma completa y coherente las exigencias europeas.

En definitiva, con este conjunto de medidas, España alcanza e incluso supera el umbral de ocho semanas retribuidas exigido por el Derecho de la Unión Europea. El nuevo modelo de permisos por nacimiento y cuidados mejora las recomendaciones internacionales, alineándose con la Recomendación núm. 191 de la OIT, que, si se recuerda, aconseja un mínimo de dieciocho semanas para el permiso de maternidad.

Una última reflexión nos gustaría hacer para terminar. No cabe ninguna duda de que el RDL 9/2025 conlleva una mejora muy sustancial de los derechos de conciliación. Tras su aprobación, los niños y las niñas de nuestro país podrán disfrutar de sus progenitores durante seis semanas más y, en el caso de familias monoparentales, dieciséis semanas. Un avance sin precedentes.

Sin embargo, esta mejora evidente de los derechos contrasta con algunos juicios que los juristas teóricos han vertido sobre la norma y que parten de no entender la técnica utilizada (el art. 48 y no el art. 48.bis). Más allá de señalar que, como resulta obvio, la Directiva no impone ninguna técnica particular para su incorporación al ordenamiento nacional, es llamativa esta suerte de presunción de superioridad del saber teórico sobre la acción legislativa.

Mirar al legislador por encima del hombro muchas veces ocasiona un cierto infantilismo en los análisis que parecen creer que la acción normativa, en cualquiera de sus niveles, puede desarrollarse en una especie de sand box, en el que no existen condicionantes presupuestarios, políticos o burocráticos. Esperemos que estas líneas contribuyan a esclarecer el porqué del RDL 9/2025 y de sus opciones normativas.

 


martes, 26 de agosto de 2025

CANTO POR EUROPA, DE PAOLO RUMIZ (LECTURAS DE VERANO IV)

 


La lectura es siempre compartida y los libros no solo se leen, se comentan, se utilizan como elementos de los argumentos que utilizamos en nuestros debates, forman parte de nuestro saber y entender cotidiano. En estas lecturas de verano, Joaquín Aparicio nos envía desde su lugar de vacaciones al pie de la sierra de Gredos – amenazada en estos días pasados por un grave incendio – un comentario sobre un libro que le ha gustado mucho, Canto por Europa, de Paolo Rumiz, escritor y periodista italiano, natural de Trieste, muy conocido por sus libros de viaje. La obra la ha traducido Alida Ares, y está editada por Lapislátzuli editorial, Barcelona, 2023. Una muy buena recomendación para la amble audiencia del blog en estos últimos momentos del descanso anual de las vacaciones.

 

¿Qué ha sido del sueño de una Europa como un espacio en el que floreciesen la igualdad, la fraternidad, la libertad en el respeto y protección de los derechos humanos?  Un espacio en el que todos sus habitantes pudieran disfrutar de los bienes que con su trabajo han contribuido a producir y que, en un mundo turbulento, podría ser un faro que iluminase todo el orbe. La evolución de la azarosa integración europea desde finales del siglo XX  y sobre todo en el presente XXI, ha llevado a que se olviden de los valores esenciales fundacionales, entre ellos la paz. La vergonzosa negociación en Escocia entre la representación de la Comisión Europea con el dictadorzuelo fascistoide que hoy ocupa el cargo de presidente de los Estados Unidos ha sido una cruda representación del hundimiento de aquellos valores. “Humillados y ofendidos”, se ha dicho.

 Pero la resignación, la indiferencia y el abandono de la lucha por tales valores no puede ser el camino a seguir, es necesario avivar la llama de la esperanza como hace Paolo Rumiz en su libro Canto por Europa, en donde nos dice “ si el sueño se extingue -nuestro European dream- ¿a qué aferrarse? ¿cómo volver a encontrar la dignidad de ser hijos de una tierra, que tras haberse infringido a sí misma y a sus colonias más de cien millones de muertos en un siglo, ha sabido dar vida al mayor proyecto de paz de la humanidad? ¿Cómo impedir que nuestros pueblos la conviertan, como ya es habitual, en un cómodo chivo expiatorio y que desmantelen desde dentro esta última isla feliz sin defenderla de las olas de violencia, esclavitud y dictaduras que azotan sus fronteras? ¿Cómo protegerla del regreso de los nacionalismos que corroen el edificio de la Unión como termitas? Pobre Europa, extrema trinchera de los derechos, las reglas y las garantías, actualmente tan desconcertada y genuflexa.”

 El Canto por Europa es una poética narración de un viaje por el Mediterráneo, sobre todo por los mares Egeo y Jónico, en la pequeña y antigua nave británica, Moya, con una llamativa vela roja, capitaneada por un griego y con otros tres tripulantes a bordo: el cocinero turco de madre alemana, el contramaestre francés hijo de un askenazi y el narrador del que solo sabemos su origen dálmata. Es difícil sustraerse al recuerdo de la Odisea y al capitán Petros no buscarle similitudes con Ulises. En el puerto de Tiro acogieron a una joven prófuga de la guerra de Siria llamada Evropa que había sufrido toda clase de penalidades y a la que ocultan a los ojos de las autoridades con las que se cruzan.

 Las peripecias del viaje enfrentan a los navegantes con algunas de las crudas y miserables realidades que arruinan el sueño europeo y el capitán Petros no podía entender como las gentes europeas habían dado la espalda a ese sueño y a un mundo tan diverso que él amaba. “Entre montaña, océano y estepa, no conocía otras tierras capaces de juntar abedul, higuera y pita, catedrales y refugios alpinos, archipiélagos y ríos vagantes, sinagogas y faros y alminares…” En las distintas etapas del viaje se enfrentan a la peste del turismo masivo que roe el alma de los pueblos y que tiene una brutal expresión en los enormes cruceros que vomitan cientos de personas en pequeñas islas o ciudades, aunque algunos de sus habitantes traten de defenderse ante la invasión de estos nuevos bárbaros. Precisamente en Miconos un anciano ciego (cómo no recordar a Tiresias) que resistía el pandemonio de la isla le dijo a la joven prófuga, ansiosa de llegar a occidente, que quitara la ‘v’ dura de su nombre para rebautizarse “Europa”. “Advierte, le dijo, la dulzura renovada de esas tres sílabas…Si digo Europa veo lo que eres, aunque yo sea ciego, hija mía. Veo una madre fértil de vida, veo la luna tras el archipiélago, veo el principio de una estirpe nueva”… “¡Europa!”, el nombre estalló entre nosotros, redobló el tambor de los corazones, resonó como el cuerno de un carnero”.

 Vieron la fea cara de la Unión en el maltrato dado a las personas que tratan de pasar sus fronteras. Vieron el Mediterráneo como una enorme fosa común y advirtieron a la joven de la dureza que le esperaba cuando llegase a esa tierra en la que aspiraba a vivir, pero ella era una inspiración. “Ahora entiendo, amigos, dijo Petros a sus compañeros. Esta tierra es la ilusión de quien no la posee, de quien atraviesa el mar con fatiga. Es el sueño de quien es rechazado, no de quien sacio la habita hace siglos”.

 Europa, un pequeño extremo de la gran masa continental asiática, se ha formado en la diversidad, en la riqueza de la inmigración y la emigración. En este momento en que muchos de los habitantes de los pueblos europeos andan sumidos en la incertidumbre, el desconcierto y en el individualismo egoísta que abre la puerta a un nuevo fascismo, Paolo Rumiz recurre al mito y en el epílogo escribe “¿Cómo, si no es con el mito, me dije, se puede reavivar la esperanza en una tierra que tras haber abatido muros, hoy se blinda con infames alambradas?”.  Europa, la joven una vez raptada por Zeus en forma de toro, preña de sentido a una nueva Europa que se alza frente al machismo militarista que llega allende el océano.

 Joaquín Aparicio Tovar

 


domingo, 24 de agosto de 2025

LOS ÍNTIMOS DE MARTA SANZ (LECTURAS DE VERANO III)

 


Leer literatura en el verano es en muchos casos un homenaje a la amistad de quienes nos recomendaron obras y autorías como prolongación de su afecto. En estas vacaciones, he podido leer La llamada de Leila Guerrero por intercesión de Gratiela Moraru, que tiene un club informal de lectura en el que circulan transversalmente una buena colección de novelas y novelistas. Y he descubierto gracias a Ramón Sáez una maravillosa novela de Elena Garro, Los recuerdos del porvenir , publicada en 1964 y que nunca vi inscrita entre las obras que se recuerdan del llamado “realismo mágico”. La lectura del verano para quienes nos consideramos lectores aficionados a este hábito, permite luego intercambios de opiniones, incorporación de sus relatos a las narraciones cotidianas, y desde luego nuevas propuestas de futuras lecturas.  Pero junto a estos libros que se desprenden de los consejos que acompañan a la acción de compartir los afectos, están aquellos que uno escoge sin necesidad de indicación previa, es decir, los libros y los autores que en un tiempo se llamaban de cabecera una expresión que la IA de Google traduce con arreglo a este significado: “a menudo, es un autor al que se le tiene un gran aprecio o que se utiliza frecuentemente como fuente principal de información”. En mi caso, esta autora es Marta Sanz. En este blog somos todos muy de Marta Sanz.

La pude conocer personalmente con ocasión de un curso de formación a magistrados organizado por el CGPJ y dirigido por Ramón Sáez, en el que insertó el visionado de la película Up in the air que debíamos presentar al alimón Marta Sanz y yo mismo a los jueces y juezas en formación (académica, se entiende). Así que debió ser en torno al 2010, con el inicio de los despidos colectivos en bloque y la adopción de las políticas de austeridad que culminarían en la reforma laboral del 2012. Ella leyó un texto maravilloso sobre la peripecia del despido y de sus ejecutores, que siempre quise rescatar para el blog, sin éxito. Creo que acababa de publicar su Lección de anatomía y esta tremenda y apasionante forma de autobiografiarse hizo que a partir de entonces incorporara cual imperativo categórico comprar sus obras como ávido lector de sus textos.

Aunque no siempre he seguido este compromiso moral, si he leído así muchas obras de Marta Sanz tras su apabullante y gozosa Lección de anatomía. Me revolvió por completo Clavícula, su rabia y su ironía, ese espléndido humor negro del que hace siempre gala, pero antes leí Daniela Astor y la Caja Negra, y me sobrecogió  Pequeñas mujeres rojas, que pude leer en plena pandemia y que con mi amiga Maria José Alonso coincidimos en que era una de las mejores novelas que habíamos leído en los últimos años. Pero también he apreciado ese experimento en que consiste Parte de mí, la distopía angustiosa de Persianas metálicas bajan de golpe, el manifiesto de Monstruas y centauras. Pero ya ven que hay otros muchos títulos pendientes, que iré agotando progresivamente.

A ello va a cooperar sin duda la lectura de su última obra, Los íntimos (Memoria del pan y las rosas), [Anagrama, Barcelona, 2024] en la que aborda, a partir de una serie de textos conectados de manera transversal por el trabajo como escritora, las obras producidas y las personas que rodean el espacio público y privado de su actuación profesional, toda su trayectoria personal hasta el 2023.

Marta Sanz confiesa en esta obra que es una excelente escritora de fajas de libros, de mensajes sofisticados y concretos para describir y valorar las obras que se ofrecen al tráfico mercantil. En la contraportada de Los íntimos introduce algunos de los elementos que podrían utilizarse para explicar su contenido: unas memorias, un diario, un libro de viajes, un ensayo sobre la literatura y el mundillo literario, una crónica de la literatura española entre los siglos XX y XXI, una novela social, una carta de suicidio o más bien un exorcismo. Todo a la vez y en todas sus partes podría ser. Pero realmente lo que creo que la novela significa – y eso es particularmente apropiado para el contenido de este blog – es la consideración de la escritura como un trabajo que debe ser remunerado porque es el medio de vida del que depende la persona que lo experimenta. Un trabajo “del que resulta muy feo hablar porque no se considera un trabajo”. Pero lo es. Y Marta Sanz, coherentemente, está muy interesada en la literatura que habla del trabajo, y el libro lo aborda así, es un ejemplo – en ello insiste en varios momentos – de “literatura social”. Trabajar y hacerlo bien, en un espacio peculiar en el que la crítica, las editoriales, los lectores, la imagen pública y su reflejo mediático, ofrecen aristas hirientes y complican necesariamente ese trabajo, más aún si la escritora es mujer y de izquierdas. Hablar de la realidad de la escritura como trabajo se considera una vulgaridad y “el arte, el auténtico arte, debe ignorarla”.

Pero escribir no es sólo “contar una historia”, porque ese es tan solo “uno de los planos de representación de los que se vale el lenguaje para ofrecer una tambaleante visión del mundo”. Busca las “palabras distintas que despiertan las figuras distintas”. Habla desde un lugar diferente a la mayoría porque busca desvelar lugares que no se aprecian, que no se quieren ver. “Lugares difíciles pero posibles, pese a que resulte tan complicado escapar del texto y del capitalismo y del capitalismo en el texto”.

Ese es el tenor del espléndido libro. Un recorrido por los productos que el trabajo de la autora ha ido efectuando, las dificultades para su publicación, su reconocimiento editorial y en espacio cultural español, la traducción a otros idiomas como síntoma de calidad, la trasposición a otros lenguajes como el teatro o el cine, la necesidad de arriesgarse con las palabras y con las tramas, crear un estilo propio y reconocerse y que nos reconozcan en él. Pero esa trayectoria va enlazada a las personas que la acompañan, y que en gran medida son figuras muy relevantes en la literatura española de entre dos siglos. Los íntimos son ellos y ellas, la obra habla mucho de estas relaciones que están directamente relacionados con el proceso de trabajo que se manifiesta en las diferentes obras que se van desgranando. Los retratos que Marta Sanz deja de cada uno de estos amigos y amigas son de gran intensidad, los convierte en figuras literarias de su propia novela. Solo describe así a sus amigos y amigas, a la gente que quiere, de los que ha aprendido, a quienes valora. Del resto -los que la han tratado mal o la han ignorado -  solo hay algunos rastros perdidos a lo largo de las páginas.

Además en el libro aparece esa faceta activa o activista de la autora, que va a institutos y clubs de lectura, presenta libros, viaja continuamente por España y por el mundo, y de ese recorrido surgen encuentros especiales, momentos peculiares y algunas anécdotas imborrables como la de quedarse sin gasolina por la noche en una autopista en La Paz, en Bolivia, el rechazo del billete del AVE en la estación de Valladolid o atravesar Washington Square entre las ratas y las hojas del otoño. Que habla en la radio en programas culturales y graba audiolibros, escribe en periódicos, sigue desplegando su trabajo en tantos otros lugares. Un trabajo en el que ante todo interviene como sujeto activo, consciente, explicando los textos – aunque “explicar tu propio trabajo te debilita” – y construyendo a su vez conocimiento. Es siempre difícil, lo sabemos, integrar en un tiempo futuro la sociedad presente, pero Los íntimos no nos permite concebir un futuro bloqueado.

Yo soy una de esas personas a las que alude en su libro que la saludan con afecto en tantos actos y presentaciones y ella no reconoce, aunque sabe que ha generado esa alquimia por la que la escucha de su intervención se convertirá necesariamente en lectura de su escritura, esos “pequeños triunfos en los salones de actos” en los que las felicitaciones a su intervención “tienen su eficacia”.

Ese es el objetivo, desde luego. Lean Los íntimos. En este blog somos muy de Marta Sanz, como ya saben. Y luego comentamos.


lunes, 18 de agosto de 2025

INCENDIOS FORESTALES. UNA MIRADA SINDICAL. HABLA JESÚS CAMACHO


Los incendios en este agosto extremadamente seco castigado por una ola de calor muy continuada, ha llevado al primer plano de la opinión pública tanto la controversia sobre la actuación de los poderes públicos, dada la competencia autonómica de este tema junto con la necesidad del concurso de las fuerzas del Estado en especial a través de la UME, como los elementos que rodean el tema d ela preservación de la naturaleza y la prevención de los incendios. En todos estos debates, en los que las cantidades presupuestadas para el mantenimiento del servicio público son muy relevantes, no se suele mencionar la cuestión fundamental de quienes son las personas cuya actividad laboral posibilita la prevención y la extinción de incendios. Este es el objeto de esta entrada del blog.

En efecto, Jesús Camacho, ex dirigente de CCOO de Castilla La Mancha y buen amigo, ha escrito para el periódico digital Mi Ciudad Real  ( https://www.miciudadreal.es/2025/08/17/incendios-forestales-de-jornaleros-del-monte-a-trabajadores-con-derechos/) un artículo que tiene una clara intención didáctica y que explica, desde la perspectiva sindical, un elemento fundamental de este tema tan debatido de los incendios forestales. Este es el texto que ahora se reproduce con sumo gusto por parte del titular del blog.

INCENDIOS FORESTALES. DE ”JORNALEROS DEL MONTE” A TRABAJADORES CON DERECHOS

Jesús Camacho Segura

El largo y cálido verano incendia montes y bosques, este año con especial virulencia y efectos más desastrosos. Las consecuencias son terribles: vidas humanas, vida animal, bienes y viviendas en zonas rurales  y una inmensa masa forestal arrasada por el fuego; el color vegetal ha sido sustituido por el negruzco paisaje desolador, miles y miles de hectáreas calcinadas. Y, aunque cueste admitirlo, siempre se puede hacer más, es posible, necesario e imprescindible hacer mucho más.

En Castilla La Mancha, mi sindicato –CCOO- decidió, hace años, intervenir para cambiar un estado de cosas en el ámbito de las condiciones laborales y profesionales de los equipos de prevención y extinción. Fue un proceso largo para cambiar las cosas, para afrontar un nuevo tiempo con una visión diferente de la protección medioambiental y de los profesionales que lo hacen posible. Se combinó, para ello, la movilización con la negociación institucional. Había que generar un notable cambio en el concepto y en la gestión que las Administraciones tenían de las “cuadrillas” de extinción y del tiempo de trabajo disponible para mantener activ, a la lucha contra los incendios forestales y los periodos de trabajos preventivos.

No fue tarea fácil, había resistencias para romper esa inercia paralizante que mira más al coste económico que al beneficio global. También para acabar con el “compadreo” de alcaldes que sólo pensaban en dar ocupación durante tres meses a una cuadrilla de su pueblo, lo que hacía más difícil que se abordara un proceso para salir de ese atrasado concepto de “salario social en el ámbito rural”. El objetivo sindical era combatir ese pensamiento, que se asemejaba más a lo asistencial que a lo profesional, logrando una profunda transformación que, decididamente, se estableciera un tiempo de trabajo sostenible, un empleo más estable, mejoras retributivas, homologación de todo el operativo, convenio colectivo propio, régimen general de la seguridad social y otras actuaciones encaminadas a una mayor profesionalización. Así, se pasó de los tres meses de trabajo y un mes complementario de prevención acordado en febrero de 2001, a seis meses de trabajo firmado en mayo de 2003 con el entonces Vicepresidente Barreda y el Director General del Medio Natural –Alberto Saiz-. Se iba dejando atrás el pago de salarios con el convenio del campo y la consideración de “jornaleros de temporada” – contratados por diversas empresas adjudicatarias-  de los esforzados miembros de vigilancia, prevención y extinción de incendios forestales.

 El siguiente hito de mayor profundidad, en el proceso reivindicativo, comenzaba en la reunión de diciembre de 2004 con los interlocutores del Gobierno Regional (Secretaria General Técnica y  Director General del Medio Natural), a los que se expuso la necesidad de acelerar el cambio de modelo sustentado en tres aspectos fundamentales: a) Nueva regulación laboral para un nuevo tiempo en la gestión ambiental, b) Empleador único Regional  c) Cambio sustancial en las condiciones profesionales, formativas y medios técnicos. Una reclamación que les causó asombro y reticencias porque la consideraban demasiado ambiciosa, máxime cuando se desgranó el conjunto de medidas de esos tres puntos básicos.

Por fortuna, la reflexión de la Consejería de Medio Ambiente, a la que se había comunicado, a su vez, la necesidad de avanzar en la creación de una empresa pública de gestión ambiental (hoy GEACAM) en reunión de marzo de 2005, y la comprensión y convencimiento del Presidente Barreda, investido en 2004, permitió un diálogo más ágil. En ese contexto se dieron  pasos que hoy, analizados con serenidad, fueron hitos históricos en el compromiso para el desarrollo de la prevención y extensión de incendios forestales en Castilla La Mancha.  El acuerdo de 9 de junio de 2005 llevó a la consecución de ocho meses de trabajo consecutivos, la adquisición de fijos discontinuos, la creación del plus de antigüedad, la jornada semanal de 35 horas y el compromiso de optar por un único empleador regional. No obstante, quedaron algunas demandas pendientes para sucesivas conversaciones.

El terrible y doloroso incendio de Guadalajara en julio de 2005, aceleró los cambios pendientes y, el 26 de Septiembre,  el Presidente Barreda se compromete de nuevo, con los Secretarios Generales de CCOO y UGT, para ampliar la campaña a nueve meses de trabajo e iniciar la creación de la Empresa Pública de Gestión Ambiental. Lo que para algunos era una quimera de CCOO –la creación de la empresa pública- se abría camino de forma explícita y pública. El anteproyecto de Ley de GEACAM se debate y aprueba en las Cortes Regionales en marzo de 2006 y el 24 de junio se publica en el BOE la ley 1/2006 de 23 de marzo de la creación de la Empresa Pública de Gestión Ambiental de Castilla-La Mancha. Finalmente en mayo de 2008 se firma el acuerdo para una nueva etapa: 12 meses de trabajo, integración del operativo en Geacam, primer Convenio Colectivo en la Empresa Pública, y otras acciones y actuaciones relevantes sobre el Plan Infocam y la segunda actividad por razones de edad.

En Enero de 2012, los compañeros de CCOO de Castilla León nos llamaron a una jornada sindical del personal de extinción de incendios forestales en su Comunidad Autónoma.  Necesitaban conocer el tránsito, las conversaciones y elementos que nos llevaron en Castilla La Mancha a conseguir lo que, para ellos, era un objetivo para salir de unas precarias condiciones de trabajo, aunque se encontraban con la nula correspondencia del gobierno para abordar un proceso de cambios en su Comunidad Autónoma. Querían empaparse de la experiencia de nuestro largo proceso reivindicativo y de la capacidad de movilización y de interlocución que nos llevó a conseguirlo. Es decir, buscaban una hoja de ruta para llegar a una meta similar para el colectivo de su zona;  aunque parecía que les iba a requerir un esfuerzo extraordinario con un gobierno regional que consideraba poco los planteamientos sindicales. Pruebas hemos ido conociendo del talante de esos gobernantes, más dolorosas oírlas  en estas infernales semanas.

En aquella jornada también les expusimos un peligro. La etapa de la presidenta Cospedal que, en diciembre de 2011, llegó con la segunda fase de recortes a GEACAM. Recortes y despidos en la Empresa Pública que contó con la oposición de CCOO para que evitar la maniobra del ERE que  recortaba derechos y retrocedía  en la garantía de estabilidad del empleo durante todo el año, el operativo pasaba a la condición de “fijos discontinuos” de 9 meses de actividad. Afortunadamente, con el retorno del gobierno del PSOE a la Comunidad Autónoma,  una nueva intervención sindical logró que, en enero de 2016, volvieran los 12 meses de trabajo –acuerdo firmado por CCOO y UGT con el Consejero de Agricultura-.

Actualmente, con la experiencia adquirida, con la actuación permanente de los representantes sindicales, se mantienen vivas las reivindicaciones y reclamaciones. Aunque, ahora, no es entendible que de 122 días de período mínimo de extinción, se haya pasado a  considerar sólo 90 días mínimo; aunque se tengan 12 meses de trabajo. Una decisión del gobierno de Page reprochable y nada razonada, por lo que sería deseable que  la Consejería y la dirección de GEACAM volvieran a la fórmula anterior. De igual manera, el colectivo no puede recibir la pasividad de la gerencia de la empresa ante la negociación del nuevo convenio colectivo, que ha concluido su vigencia en diciembre de 2024. Por ello, se insiste en que las unidades tengan las dotaciones mínimas para ser operativas, se soluciones con urgencia todas las carencias detectadas y que nunca falten personal y medios.

Ahora, los incendios forestales toman una especial presencia en debates, tertulias y declaraciones públicas de gobernantes. En ocasiones, demasiadas, para lanzarse acusaciones cruzadas del “y tú más”. Los sindicatos sabemos del nivel competencial de cada Comunidad Autónoma para atender esta responsabilidad; por lo tanto no valen trampas, ni buscar refugio en la escasez presupuestaria o en la falta de ayudas. El problema de los incendios forestales es de una magnitud y trascendencia que supera cualquier localismo infantil, por lo que los sindicatos de clase reclaman sentido de estado, reprobando actuaciones negacionistas sobre el cambio climático y la insuficiente asignación presupuestaria. Hablamos de la vida, del futuro, de la protección del medio natural, del retorno a las zonas rurales, de la seguridad de sus habitantes, y de las condiciones profesionales de colectivos de prevención y extinción. En ello está el sindicato, manteniendo el pulso con sus reivindicaciones, defendiendo un modelo eficaz y suficiente para un reto social y medioambiental con futuro. No es cuestión de voluntarismo y “postureo”, es una razón de estado que reclama compromisos legislativos, acuerdos con los representantes sindicales, revisión de procedimientos y un fuerte incremento de inversiones. Todos los gobiernos tienen responsabilidad. Todas las Comunidades Autónomas tienen competencias. 

sábado, 16 de agosto de 2025

¿AGOTAMIENTO DEL CICLO POLÍTICO? (LECTURAS DE VERANO II)

 


Perdonen las elucubraciones de esta entrada veraniega, porque la verdad es que, si se atiende a las noticias que se conocen en este tiempo de descanso anual, no cabe más que inquietarse seriamente. Así, por ejemplo, Putin obtiene su primera victoria importante al romper su aislamiento y negociar directamente con Trump en Alaska mientras el gobierno ucraniano tiembla y la Unión Europea asume posiblemente “sin entusiasmo” su posición subalterna e impotente en materia internacional. En España, al socaire de los terribles incendios favorecidos por la ola de calor, crece la polémica en los que no se pueden controlar en las comunidades autónomas dirigidas por los recortes del Partido Popular en los servicios públicos, mientras se discute sobre las competencias autonómicas y estatales, un debate que solo conduce a oscurecer las soluciones en un cielo oscurecido por el humo y el fuego y en donde las condiciones de trabajo de los bomberos forestales – y los otros – deberían estar en el centro de la discusión. Y así sucesivamente.

 Por si fuera poco, con la vista en el futuro imperfecto, los medios de comunicación nos recuerdan con insistencia que la ultraderecha gana cada día más adeptos incluso (o sobre todo) en los estratos populares más bajos, y en los tramos de edad masculinos más jóvenes. El mañana les pertenece, como cantarían los rubios arios en Cabaret, y en esa identidad parecen complacerse no solo las fuerzas políticas de las que extraen su segura victoria electoral, sino también, con un cierto masoquismo inconsciente, fuerzas progresistas que deducen de su ineluctabilidad una necesaria travesía del desierto que nos conducirá a nuevos espacios de insumisión constituyentes en un porvenir asimismo asegurado: Les lendemains qui chantent. Y en este pronóstico, el partido ya no es el príncipe sino un profeta que declama a los cuatro vientos: “el fin del ciclo se acerca”

Porque por doquier se habla de agotamiento del ciclo. El ciclo es la palabra clave porque sugiere un gradual proceso de conquista de derechos gracias a condiciones objetivas favorables unidas a la acción de un sujeto informe, popular en su sentido más primigenio, lúcidamente representado por un sujeto partido-movimiento que cuestiona las formas partidistas hasta el momento existentes porque éstas llevaban la marca de Caín de la que se definía como indigna transición política a la democracia. Este partido que se declara heredero del 15M ha sabido extraer de una resistencia articulada por los movimientos sociales un nuevo paradigma construido sobre la necesaria transformación de elementos fundamentales de la regulación del espacio público y ciudadano. Acompañando a otros sujetos colectivos, ha forzado políticas sociales y garantistas por parte del Estado que han cristalizado en posiciones ventajosas para grupos especialmente vulnerables social y culturalmente discriminados. Ciudadanía social e identidades de género parecen ser, para este ciclo político, los ejes centrales por los que avanza. No se sabe por qué se omite en este discurso que en el centro está el trabajo y su contemplación simultánea como sujeto político y objeto de regulación como condición de una existencia colectiva que da seguridad y dignidad a la mayoría de la población, pero no es de buen tono subrayar que este elemento ha sido el determinante real del proceso reformista.

Parece que errores e insuficiencias de todo tipo y el agotamiento de la comprensión especialmente social de la intervención pública tras la etapa Covid, ha propiciado, comenzando en las elecciones del 2023, confirmadas en las europeas de junio de 2024, un giro conservador y la captura del marco de referencia mediático y cultural por parte de la ultraderecha. Esto se ha definido como agotamiento del ciclo progresista e inicio de un nuevo ciclo en un sentido contrario, donde la ultraderecha ocupa una posición cultural y mediáticamente hegemónica orientando el marco de discusión pública. Así que los analistas políticos – y los creadores de opinión – explican que el ciclo que comenzó en el 2011 (para éstos influyentes no hay resistencia ni alternativa política válida en España antes de esa fecha) se agota quince años después y se invierte circularmente la situación, en una especie de vuelta a la tortilla por el lado incorrecto de la historia.

La verdad es que, como diría un castizo, la cosa está cruda. También la tortilla. Históricamente el movimiento emancipador tenía como referencia un cambio radical, profundo, de las estructuras económicas, sociales y políticas. Es decir, era fundamentalmente revolucionario. Me refiero a tiempos remotos, por ejemplo, años treinta del siglo pasado, antes de la guerra civil que fue una guerra de clase, la dictadura triunfante y la transición a la democracia, es decir, en España de antes del 2011, desde luego. Pero el motor de esta lucha se basaba en la negación de la explotación y la dominación en el trabajo asalariado, puesto que era el trabajo el centro neurálgico de la conformación de una subjetividad colectiva alternativa y confrontada al orden del capital en sus diversos estratos. En este proceso se fundían de forma compleja - ¿dialécticamente? – las luchas cotidianas contra la explotación que perseguían la mejora de las condiciones de vida o trabajo de hombres y mujeres, con una meta o destino general, común a todas y todos, la subversión del sistema político y económico o su colapso o al menos su transformación decisiva.

Miremos hacia atrás sin ira. Nunca la socialdemocracia manejó bien esta doble referencia, y en su mejor época, con Karl Kaustky, utilizó la teoría revolucionaria al servicio de la política reformista, convencida por otra parte por un determinismo histórico muy fin de siglo que encuadraba los procesos sociales en el ámbito del “devenir natural”, convencidos de la certeza ineludible del advenimiento del socialismo y el consiguiente declive del capitalismo, e incapaces de fusionar luchas cotidianas y sustitución del sistema. En el juicio ponderado de esta ideología progresista que ha resultado la única en subsistir tras el corto siglo XX, Lelio Basso (Socialismo e rivoluzione, Feltrinelli, Milán, 1980) afirma que el marxismo de la II Internacional supuso “un gradual abandono de las aspiraciones subversivas y una gradual aproximación a las instituciones, a los valores, a la cultura y en fin, a la ideología fundamental de la sociedad burguesa” en una asimilación de ésta que se fue produciendo ciertamente de manera no uniforme (pp. 256-257). El derrumbe del sistema era en todo caso un acicate o un incentivo del momento “subjetivo” expresado en el voto, con independencia de las condiciones materiales y los procesos “objetivos” de transformación de la realidad.

Ha corrido muchísima agua bajo los puentes y la forma de concebir el cambio social y político ha cambiado a su vez de manera profunda. El segundo aspecto a que antes nos referíamos, el objetivo final de la acción política de resistencia y oposición al sistema capitalista, ha desaparecido por completo de los programas, de la estrategia y de la táctica de los partidos progresistas. Incluso los que se declaran anticapitalistas reconocen que no hay un modelo político de sociedad socialista que pueda ser verosímilmente compatible con el marco geopolítico en el que se mueve la acción política democrática en el estado español. Es decir que el cuestionamiento radical del tipo de sociedad en la que vivimos y la formulación de otro tiempo y lugar que posibilite la emancipación del dominio y la explotación en todos los espacios públicos y privados de las clases subalternas, ha ido desapareciendo poco a poco, asimilado a un orden de valores y de representación de la realidad que en líneas generales reproduce la concepción del mundo burgués y liberal que se considera inmodificable. Lo que no impide la crítica, ciertamente. No es una sociedad justa – como le gustaría a Daniel Chandler, Libres e iguales. Un manifiesto por una sociedad justa, Paidos, Barcelona, 2025, en su cerrada defensa de la Teoría de la Justicia de Rawls y su aplicación a la sociedad actual – y el capitalismo “de libre mercado” genera una creciente desigualdad, incrementada exponencialmente en la etapa del globalismo y la epifanía del pensamiento neoliberal y las políticas correspondientes – como desde hace tiempo viene recordando Piketty, y recalca en la conversación que mantienen él y M.J. Sandel, Igualdad. Qué es y por qué importa, Debate, Madrid, 2025 – dando lugar a un cuestionamiento generalizado del concreto proceso de plasmación de la realidad normativa, social y cultural de la economía capitalista hiperglobalizada y financiarizada.

No hay sin embargo una alternativa verosímil que pueda sugerirse como una propuesta atractiva de superación del momento actual. La ciudad futura está difuminada, borrosa, y no se puede ni entrever sus contornos en una niebla conceptual y argumentativa. Solo cabe resistir y enmendar lo existente, y ese conservacionismo resignado, cuando no entusiasta, es la tónica general de una parte del gobierno de coalición en nuestro país que la minoría de Sumar no es capaz de transformar y poner en marcha.

Posiblemente haya una cierta dificultad en transferir, en el plano político-electoral, las mejoras evidentes en las condiciones de trabajo logradas a través de la acción combinada de la movilización sindical y la reforma impulsada desde las instituciones públicas estatales en materia de trabajo y de Seguridad Social a un conjunto amplio de personas que experimentan emocionalmente una sensación de rechazo y de repulsa hacia las condiciones en las que se desarrolla su propia existencia y que provoca una reacción violenta respecto de su propia infelicidad. Pero es evidente que esto va construyendo una corriente de opinión difusa, también informe, marcada por la hostilidad y la desafección hacia el ámbito específico de la política, que se percibe como un lugar sembrado por la corrupción y la ineficacia. Una constante que es reiterada por la propaganda masiva de la ultraderecha y sus sostenedores e inversores. La constatación de la ineficacia de la política que la izquierda concibe como un instrumento para cambiar las cosas y la vida de la gente, se transmuta en rabia contra la propia política y sus actores principales, que se expresa a su vez en el momento subjetivo del voto mediante el apoyo a las opciones que desprecian la democracia y el pluralismo y refuerzan los valores de autoridad y violencia. Una violencia que se quería proyectar contra el espacio público administrado por las fuerzas democráticas y pluralistas pero que realmente se convertirá en su momento en violencia contra ellos mismos.

Lo que parece entonces es que el tan manido fin de ciclo político quiere decir que no es ya posible focalizar la acción colectiva en nuevas y mejores condiciones de vida y de trabajo ni de conectar la angustia y el desasosiego personal con la exigencia de lograr un nuevo orden social y económico. Hay una corriente principalmente emocional que aprovecha el momento individual en el que se produce el escrutinio popular sobre la acción política – y de los políticos – para expresar una recusación completa de los actores a los que se señala como más visibles y presentes en una escena que se repudia. La brutalidad de las ideologías iliberales que personifica Trump y que entre nosotros ha capturado Díaz Ayuso se complace en estimular esa rabia como seña de identidad de unas comunidades políticas regidas por el autoritarismo y la imposición.

Pese a lo que opinen tantos sobre la inevitabilidad de este marco de referencia y de sus conclusiones electorales, es importante insistir en la posibilidad de una política para todas y todos que progresivamente haga mejor la existencia de las personas. Aunque eso implique contradecir la natural evolución pendular que se predice para los ciclos políticos que supuestamente oscilan de izquierda a derecha y vuelta a empezar buscando un equilibrio inexistente. Pero desconfiemos de estas certezas si realmente queremos poner en práctica las políticas emancipatorias en el actual contexto de desigualdad económica, social y cultural  que a la postre reposa en la explotación y el dominio sobre la fuerza de trabajo.


martes, 12 de agosto de 2025

NOTAS SOBRE INMIGRACIÓN (LECTURAS DE VACACIONES I)

 


El país arde por los incendios derivados de la ola de calor y las altas temperaturas y como siempre sucede en estos casos, se descubre que la perspectiva liberal de reducción del gasto público en servicios esenciales desemboca en riesgo grave y daños al común de la ciudadanía, con puesta en peligro de bienes ambientales importantes. Pero también arde no Mississipi, como el emblemático film de Alan Parker sino su versión española en algunos pueblos de Murcia, Torre Pacheco y últimamente en Jumilla, en la consideración de la inmigración principalmente musulmana como personas a las que se niega el acceso a un espacio público de ejercicio de derechos constitucionales.

Criminales y delincuentes, también terroristas, en el discurso de Trump, elementos nocivos para la democracia que amenazan con romper la comunidad nacional para Starmer en el Reino Unido, carga insoportable para la Unión Europea, que sin embargo supo acoger con prontitud a los refugiados e inmigrantes de la invasión y guerra de Ucrania. Y, finalmente, en la ordalía de los utraderechistas españoles, violadores, ladrones y asesinos que destrozan la convivencia e imponen sus bárbaras costumbres – en especial los que profesan la religión musulmana – sobre el honrado pueblo español. Este último mantra, el desorden, la inseguridad, la ocupación de viviendas y los atracos, es el que ha prevalecido en algunos medios, y ha favorecido los progroms anti-islámicos en algunos pueblos del sudeste español en los que la mano de obra inmigrante se ha instalado en el sector de la economía agraria de la que depende la subsistencia – y el bienestar  - de sus ciudadanos.

Se trata de un tema que, fuera de estos momentos bárbaros en los que se incita al linchamiento y a la persecución de los inmigrantes, lleva ya demasiado tiempo en el centro de muchas de las discusiones políticas y ha ganado el centro del debate mediático, alentado por periódicos digitales, redes sociales y telediarios. Desde la aproximación de la filosofía política, el maestro Javier de Lucas ha escrito páginas decisivas sobre este tema. Lean, si les es factible, el texto de Paco Laporta en el número especial de Cuadernos Electrónicos de filosofía del derecho escritos en su honor, y que lleva por título “Javier de Lucas y la ética de la inmigración”, para un análisis preciso de estas posiciones que pretenden fundar tanto las políticas públicas como la construcción de una opinión basada en el respeto de los derechos humanos y la contradicción latente entre derechos morales universales y fronteras nacionales. Es un texto esclarecedor que se puede consultar completo en este enlace (https://turia.uv.es//index.php/CEFD/article/view/25946)

Es interesante asimismo sobreponer a este discurso el de la revalorización del elemento que define de manera precisa el hecho migrante como flujo de mano de obra y movimiento de fuerza de trabajo, y en donde la noción de frontera se traslada desde las que marcan la soberanía nacional y la determinación de su territorio a los límites derivados de su utilización como trabajo productivo. En este blog  hace relativamente poco tiempo se ha reseñado un interesante librito de la escritora albanesa Lea Ypi, cuyo título ofrece una clara orientación el discurso mantenido: “Fronteras de Clase”. (https://baylos.blogspot.com/2025/05/fronteras-de-clase-un-debate-sobre.html). Son  las condiciones de opresión de trabajadores nativos e inmigrantes las que deberían fundar la solidaridad entre ambos grupos, no una particular ética de pertenencia social, lo que requiere un esfuerzo políticamente coordinado de creación de recursos políticos para superar una condición compartida de opresión.

Esta forma de abordar el tema es especialmente interesante y debe abrirse paso en el argumentario de la izquierda política, resaltando este hecho clasista del que se puede abstraer una condición general derivada de su inserción social como trabajadores en donde se incrementa con dureza la explotación por su trabajo. En un último artículo de Alberto Garzón publicado en El Diario.es  (https://www.eldiario.es/opinion/zona-critica/izquierda-pierde-compra-marco-miedo_129_12528615.html  )    y en el que comentaba críticamente la entrevista con Gabriel Rufián, hay una nota muy interesante que copio literalmente: “En este artículo he mantenido deliberadamente una diferenciación entre las categorías de “clase trabajadora” e “inmigración” a fin de mantener el mismo marco analítico de la entrevista y al que estamos acostumbrados. Sin embargo, en realidad esto debería problematizarse dado que las personas inmigrantes son parte de la clase trabajadora y además tienen valor para el sistema capitalista en tanto se trata de una fracción de clase fácilmente explotable y particularmente barata. Eso lleva a la paradoja de que los reaccionarios quieren productos baratos cosechados por esta mano de obra, pero al mismo tiempo no quieren ver a sus productores en los mismos espacios vitales. Una izquierda consecuente no debería mantener esta diferenciación en sus análisis más completos”.

Desde el unto de vista del jurista del trabajo, es  el trabajo quien crea las condiciones para adquirir derechos y estos tienen que ser compartidos por aquellos que efectivamente realicen esta actividad, con independencia de la nacionalidad que ostenten. Por ello el trabajo tiene que ser la base y la condición de acceso en primer lugar a todos los derechos laborales y de protección social conectados con el desempeño del mismo, con independencia del hecho administrativo del que se deduzca un empleo “autorizado”. Es un objetivo político importante también desde el punto de vista de la disuasión a los empresarios para emplear irregularmente fuerza de trabajo inmigrante, sin perjuicio de la infracción administrativa a la que este hecho pueda dar lugar.

Es cierto que el ataque cultural, mediático y político contra la inmigración no olvida que, según las consideraciones económicas del sistema de producción capitalista, estas mismas personas deben ser conservadas como trabajadoras, es decir en su función imprescindible de creadores de la riqueza de los propietarios de las empresas para las que prestan su actividad.  Pero en ocasiones parecería que la seguridad de que este contingente puede ser siempre reemplazado por otro diverso y por tanto que su función económica está siempre garantizada, posibilita, al menos de manera inconsciente, la hostilidad y la agresión contra quienes están ya asentados en la comunidad y a los que se les niega el acceso a un espacio público de dignidad y de derechos, impulsando o procurando su expulsión del pueblo en su doble sentido, geográfico y social.

Lo decía con la ferocidad envidiable que le caracterizaba Karl Marx al hablar de la esclavitud: Las consideraciones económicas que brindan cierta seguridad de tratamiento humano si identifican el interés del amo con la conservación del  esclavo, una vez que se practica la trata se convierten en motivos para explotar al máximo su tarea porque cuando puede llenarse rápidamente su lugar gracias al aporte de criaderos extranjeros de negros, la duración de su vida, mientras sobreviva, se vuelve asunto de menos importancia que su productividad”. Ese “ganado humano” al que quiere reducirse a la fuerza de trabajo inmigrante, parangonando su situación de sobre explotación con la esclavitud que criticaba Marx, tiene que resignificarse políticamente como un fenómeno de explotación y de dominación sobre el que diseñar las nuevas fronteras de clase fundadas en el trabajo en el proceso de producción capitalista.

¿Es posible reconstruir un discurso en torno a las “fronteras de clase” que trascienda el que se fija en las fronteras nacionales, o en las identidades culturales derivadas de un marco de referencia diferente del que es mayoritario en el territorio en el que se fija la residencia este grupo de personas en busca de un trabajo? Este tema es en estos momentos una prioridad para el pensamiento progresista y en particular para el sindicalismo, enmarcado en una reflexión más amplia y global sobre el proyecto de emancipación que se apoya precisamente en la valorización política del trabajo como elemento fundamental en la construcción de una sociedad igualitaria y justa.