Se cumplen 80 años desde aquel 25
de abril que significó en Italia la liberación del país del dominio
nazifascista y el fin de la guerra. Un día que fue instituido fiesta nacional desde
abril del año siguiente, 1946, por la «liberación total del territorio
italiano», que, tras el armisticio del 8 de septiembre de 1943, se había
convertido en un «territorio de guerra» ocupado por las fuerzas nazis, apoyadas
también con armas por los combatientes de la República Social Italiana, como
recuerda Adalberto Perulli en su ventana de Facebook de hoy.
Celebrada como la fiesta del
antifascismo y de la victoria armada en la guerra civil contra los fascios de
combate que ayudaron al ejército alemán, la figura del partisano es, junto con
la de su himno Bella Ciao el elemento central de esta efeméride. Sin
embargo, se da la paradoja de que esta exaltación del antifascismo se da en un
país cuya primera ministra (aunque ella prefiere nombrarse en masculino singular)
pertenece a un partido Fratelli d’Italia, heredero del partido MSI que
reivindicaba el legado “positivo” del fascismo italiano. Giorgia Meloni nunca
ha renegado de su formación política en ese círculo y lo atestigua en cada
conmemoración desde que fue designada presidenta del consejo de ministros,
ausentándose cada año por el 25 de abril, dejando al Presidente de la república,
que si representa a una parte de esa importantísima corriente antifascista, marcar
el sesgo de la fiesta. Este año además ha querido aprovechar la muerte del Papa
Francisco para reducir el alcance del 80 aniversario de la liberación. Ha
decretado cinco días de luto para que el luto oficial impidiera bailes o
festejos en la calle o actividades festivas. Algo que naturalmente ha sido
ignorado en muchos lugares, pero que da idea del rechazo de Meloni al
significado profundamente democrático de esta fiesta nacional.
Una fiesta que desde hace tiempo
se dice que no es oportuna ni conveniente porque “divide a los italianos”. Una
monserga que conocemos bien en España, puesto que es repetida por el Partido
Popular para negar la reivindicación de la memoria democrática en nuestro pais, que carece de una fecha en la que pdoer expresar la conexión necesaria entre antifranquismo y democracia fuera del día de la Constitución, el 6 de diciembre, que ni siquera es consderada como un momento de reconciliación entre españoles, sino qie suele presentarse como expresión de una ordenada transición de un estado (autoritario) a otro (democrático) sobre la base de una cierta continuidad entre ambos. Pero las fechas son signficativas. Por eso el
gobierno actual italiano - una alianza entre Fratelli d’Italia, la Lega y Forza Italia - está sugiriendo cambiar la fiesta nacional al día en que se logró la proclamación del reino de Italia, en 1861, o a alguna otra fecha de este jaez.
La hostilidad contra el 25 de
abril se basa además no solo en lo que representa en cuanto pasado – la derrota
del fascismo aliados a los nazis, pero también la prohibición de volver a
fundar el partido y la ejecución popular de su caudillo, Benito Mussolini en
Piazzale Loreto, sino de manera muy potente en la idea de la resistencia a la injusticia,
la desigualdad y el autoritarismo que tiene actualmente una proyección muy
clara en un contexto italiano, europeo y global en el que los planteamientos
antidemocráticos están ganando terreno, ignorando el derecho internacional y
haciendo caso omiso de los compromisos fundamentales de carácter universal de
respeto de los derechos humanos. Y también significa el final de la guerra y el
rechazo de la guerra y el armamentismo como una característica de la democracia
social. Otro elemento que en el momento actual reviste la mayor de las
relevancias, en un país en el que el pacifismo está muy interiorizado en el discurso
político y sindical.
El 25 de abril es por tanto una
fecha para reivindicar la democracia y la profundización de la misma, en la que
el componente popular se liga necesariamente a la regulación del poder. Un
poder económico que condiciona el ejercicio político y que en democracia tiene
que equilibrarse tanto en el espacio público como en el espacio el poder
privado que se asienta en la empresa y en los lugares de trabajo. Sobre este
tema hay previstas en el mes de mayo algunas iniciativas de interés que
relacionan el respeto a la democracia con la tutela del trabajo y de su valor
como elemento que funda la democracia y de ellas dará cuenta en su momento este
blog.
Baste hoy con este pequeño recuerdo
del 80 aniversario de la liberación de un país de su sumisión a la dictadura,
al terror y a la violencia de las fuerzas del privilegio económico y de la
reacción y que hoy sigue reivindicando esa fecha como eje de la resistencia al
autoritarismo y de la defensa de una verdadera democracia social.
2 comentarios:
Importante informação que faz uma homenagem aos grandes lutadores antifascistas de todo o mundo! Grande Antonio Baylos!
EU, Tarso Genro, quem fez o comentário acima.
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