lunes, 11 de agosto de 2025

SOBRE LA SITUACION DEL EMPLEO EN ESPAÑA


 

Es indudable que la situación del empleo en España es sólida y que la reforma laboral del 2021 ha producido un cambio importante en términos de estabilidad en el empleo, reduciendo a límites muy razonables el espacio de la temporalidad que había constituido la seña de identidad más llamativa de nuestro mercado de trabajo.

En un reciente artículo, Jesús Cruz ha resumido el marco de referencia en el que nos encontramos: “La población ocupada en España ha superado la cifra histórica de los 22,2 millones, según la encuesta de población activa, lo que supone un incremento respecto de cuatro años atrás en 2021, a la salida de la pandemia, de más de 2,5 millones de ocupados. En paralelo, se ha reducido significativamente el número de desempleados, que se sitúa en 2,5 millones, frente a los 3,5 millones de hace cuatro años, situándose la tasa de paro en el 10,2 %, frente al 15,4 % de 2021. Resulta incontestable que se ha producido un incremento espectacular del empleo en nuestro mercado de trabajo en este período de tiempo, a pesar del complejo escenario en el que nos hemos movido” (https://www.elnacional.cat/oneconomia/es/opinion/crecimiento-solido-empleo_1466138_102.html) En esta misma línea, este autor insiste correctamente en señalar la importancia que en esta buena situación del empleo ha tenido la reforma laboral del 2021. “La apuesta de esta reforma por la contratación por tiempo indefinido ha tenido un efecto decisivo en el sector privado, que es hacia donde se dirigía esta reforma, sin que las medidas en paralelo adoptadas en el ámbito del sector público hayan tenido resultados efectivos. En concreto, en el sector privado se ha pasado de una tasa de temporalidad del 24,1 % antes de la reforma al 12,55 % en la actualidad, cifra que ya se encuentra por debajo de la media de los países de la Unión Europea. Aunque ello ha impactado también reduciendo la rotación en el mercado de trabajo, incrementando la duración medida de los contratos de trabajo, ello no ha sido tan influyente como la caída de las tasas de temporalidad: el incremento del número de despidos, la caída de la indemnización media por despido, así como el aumento de las extinciones durante el período de prueba así lo prueban”.

Hay desde luego otros puntos críticos que requieren una reflexión específica, como el hecho de que el empleo ha crecido mucho más (2,5 millones) en comparación con el descenso del desempleo (1 millón), el incremento del trabajo en los asalariados respecto de los trabajadores autónomos, o las variaciones que se experimentan en el tema de la jornada laboral y las horas extraordinarias, y las variables del tiempo parcial, todas ellas variables que deben conjugarse en una política de empleo apropiada y en la aprobación de un nuevo marco regulador del tiempo de trabajo. Un análisis centrado y experto de estas variantes es siempre fundamental y permite que brote una reflexión rica y articulada, necesariamente compleja, del momento presente, partiendo ciertamente de la buena situación del mercado de trabajo en España en la actualidad.

Sin embargo, frente a estas aproximaciones objetivas y bien orientadas, es corriente encontrar en los aparatos de propaganda de la derecha extrema relatos que intentan denigrar o tergiversar estos buenos datos del empleo en España sobre la base del manejo de cifras que no se ajustan a la realidad.

Este es el caso de el diario El Mundo, que está dedicando las portadas de estos días de agosto a desmontar cualquier imagen positiva de la situación económica del país y en especial la del empleo.“Un país en el punto muerto” rotula el Mundo del 10 de agosto, y en el siguiente titular del 11 de agosto: “España necesita firmar 33 contratos por cada trabajador”. Añade como subtítulo: “El espejismo de los contratos cerilla”. El récord del empleo oculta el auge de los contratos encadenados y que se consumen en días. La Seguridad Social ha sumado 475.623 afiliados más en el último año al tiempo que se han firmado cerca de 15,5 millones de contrataciones. Cristina Alonso  firma la crónica, que comienza de este modo: “Los no ocupados rozan los 3,7 millones si se suman los ERTE y los fijos discontinuos inactivos y los demandantes de empleo ascienden a 4,28 millones”. De esta manera. La redactora suma conceptos para conseguir confrontar los 2,5 millones de desempleados con los dos millones más que extrae de este aglomerado de personas que bien buscan trabajo por primera vez o bien tienen garantizado su empleo pero tienen suspendido su contrato de trabajo y perciben una prestación de la seguridad social.

Es obvio que estas crónicas manipulan la realidad y pretenden mostrar a la opinión pública que la excepcional situación del mercado de trabajo español, con más de 22 millones de personas trabajando, en realidad es un espejismo que oculta un marco de desempleo y de precariedad. Desde esa mirada sesgada, la reforma laboral ha sido un fiasco y el mercado de trabajo español no ha evolucionado apenas desde los días terribles de la austeridad y de la salida a la crisis del gobierno de Mariano Rajoy. Se trata de un objetivo político que sería atendible si no fuera porque se basa en un manejo de datos estadísticos equivocado y sesgado hacia el logro de sus conclusiones, que por consiguiente buscan confundir a la opinión pública.

De manera indirecta, y sin citar el relato periodístico al que posiblemente contesta, Joaquín Pérez Rey ha mencionado algunos datos importantes en su perfil de Linkedin.

“Una de las razones de la buena marcha de la economía en España es el buen desempeño del mercadolaboral. La última EPA certificó que se habían superado con creces los 22 millones de ocupados, transcurridos apenas 4 años de la reforma laboral que ha conseguido poner fin a la gran lacra de la temporalidad abusiva en nuestro país.

Los datos así lo demuestran, por eso os dejo algunas consideraciones:

Gráfico

El contenido generado por IA puede ser incorrecto.

1. Para empezar el número de contratos registrados por cada aumento de afiliados es un indicador fallido, dado que los años de destrucción de empleo esta ratio se convierte en un absurdo. En el gráfico adjunto se ve que en ocasiones arroja un número negativo de contratos por afiliado. De ser así: ¿firmas millones de contratos y no creas ni un solo empleo? ¿Significa el indicador que a mayor número de contratos se destruye más empleo? Es obvio que no existe una correlación directa entre ambos registros. A pesar de ello, en los años de crecimiento del empleo previos a la #reformalaboral de 2021 (2014-2019) se tuvieron que firmar hasta 53 contratos por cada aumento de 1 afiliado.

2. Hay que recordar (y no olvidar) que en 2024 se han registrado 15,4 millones de contratos, que son 7 millones de contratos menos que en 2019, cuando se registraron 22,5 millones. Es especialmente espectacular la reducción de contratos temporales que han pasado de 20,4 millones en el año 2019 a 8,9 millones en 2024.

Gráfico, Gráfico de barras

El contenido generado por IA puede ser incorrecto.

3. Si hablamos de contratos que duran menos de una semana, en el año 2019 se registraron 6,1 millones de estos contratos, mientras que el año 2024, se han celebrado 3,3 millones. Es casi la mitad: 2,8 millones de contratos menos.

4. Además, los contratos de duración indeterminada (obra y servicio fundamentalmente) han pasado de 7,5 millones en 2015 a 1,1 millones en 2024. (tercer dato)”

Gráfico, Gráfico de barras

El contenido generado por IA puede ser incorrecto.

En síntesis, la situación del empleo es muy positiva, aunque se debería aprovechar para dar el empujón necesario hacia la reducción del desempleo y llegar a una situación de desempleo estructural que pueda acercarse a la propuesta constitucional del pleno empleo que se contiene en el art. 40 CE. No son de recibo por tanto los intentos de manipulación basados en alquimias aritméticas que no tienen en cuenta ni el proceso histórico en el que nos movemos ni el diferencial existente entre la economía española y el resto de las grandes economías de Europa.

Parece que las buenas noticias, producto de una actuación reformista que considera el trabajo asalariado como un elemento central de la acción política de mejora de la existencia de los y las ciudadanas de nuestro país, molestan a los medios de comunicación empotrados en la defensa de las organizaciones económicas y políticas que se oponen cada vez de manera más virulenta al mantenimiento y desarrollo de este proyecto. Conviene siempre ponerlo de manifiesto y exigir que el argumentario ideológico no se nutra de la manipulación y la tergiversación de los datos.

 

No hay comentarios: