En toda Italia, el libro que se comenta en esta entrada del blog de Luciano Gallino ha sido objeto de felices y agradecidos comentarios. Algunos medios de comunicaicón, como Il Manifesto incorporan a su análisis una buena parte de las ideas en él contenidas. En la fotografía, un grupo importante de juristas del trabajo europeos discuten animadamente sobre los temas que plantea el libro aprovechando una cena ofrecida por la CGIL en Roma. No es seguro que en la mesa del fondo se encuentre el autor de la obra ni su interlocutora, pero tampoco estamos en condiciones de negarlo categóricamente.
Luciano Gallino es un sociólogo muy conocido y activo en
temas laborales y de protección social. Posiblemente los lectores del blog
recordarán dos de sus títulos más conocidos. “La empresa irresponsable” (2005)
y “El trabajo no es una mercancía. Contra la flexibilidad” (2011).
En esta ocasión, ha elegido el formato de libro-entrevista,
que es muy cómodo para sus lectores, aunque posiblemente algunos de ellos añoramos sus antiguos
trabajos más sistemáticos. La entrevista es llevada a cabo por Paola Borgna, también socióloga de la
Universidad de Torino. El libro lo publica la reputada editorial Laterza (roma,
Bari), y la primera edición de marzo de 2012 ha conocido ya dos más, la última
de mayo de 2012.
El libro analiza de forma directa, inteligente y sugestiva,
los tiempos de la crisis global a partir de 2007, con especial hincapié en a
experiencia europea y, claro está, italiana. La tesis general es muy correcta.
Aprovechando el esquema marxista sobre el significado de la clase social –
clase en sí y para sí – lo aplica de forma muy convincente a una clase dominante
transnacional compuesta de forma abigarrada por actores de nuevo tipo – en relación
con la composición de las clases dominantes pre-globales – en donde convergen top managers y gestores del capitalismo
por delegación (gestores de fondos de pensiones con propiedad accionaria
atomizada), empresarios, banqueros y políticos con la participación siempre
importante de un cierto número de académicos y universitarios, la clase
capitalista transnacional dirige ahora la lucha de clases contra la clase
obrera y las llamadas clases medias. Es decir, frente a una aproximación clásica de la lucha de
clases desde abajo hacia arriba, la constatación de una lucha de clases desde
arriba hacia abajo. Las políticas del mercado global y la acción legislativa
concertada en la Unión Europea como
política “de salida” a la crisis, consolidan de forma evidente una
orientación jurídica y política que busca la recomposición de la tasa de
ganancia y la consolidación de los privilegios de esa clase construida a nivel
global.
En este proceso de imposición generalizada de políticas de
rigor o de austeridad que implican sacrificios y recortes en los servicios
públicos y en la condición social de una gran parte de la ciudadanía, la
producción ideológica es fundamental. Por eso en este largo proceso de lucha de
clases (después de la lucha de clases) es decisivo el proceso de elaboración
ideológica y de anulación de los medios de comunicación independientes que esta
clase dominante global es capaz de generar. Como lo es, de forma evidente, la
interrelación inmediata y profunda entre los aspectos económicos y políticos de
estas medidas ante la crisis. La descripción de los mecanismos de incorporación
del discurso crítico a espacios
irrelevantes o conceptuados como “acientíficos” es decir separados de la
normalidad social y sin que encuentren un referente real en sujetos colectivos
potentes, es uno de los elementos que caracterizan el cierto pesimismo
subyacente al discurso poderos de denuncia y de crítica que el libro lleva
adelante.
Por lo demás, el discurso crítico insiste en la
desestructuración y negación progresiva del Estado social y de las prestaciones
sociales de éste, pero deja de lado la intervención directa sobre la disciplina
de fábrica y el reflejo de la extensa pérdida de empleo sobre el agravamiento
de las condiciones laborales en el país. Sin que tampoco se elabore un esquema
de sistematización sobre los condicionantes del poder privado y su extensión
ilimitada durante la crisis, y del significado que este hecho reviste. Sólo en
los dos últimos capítulos del libro se dedica a analizar “el trabajo flexible
en una sociedad rígida” y en fin, la lucha de clases en la vida cotidiana.
Cada vez más se asoman al panorama de las publicaciones y de
los ensayos, títulos que explican críticamente la realidad de la crisis y sus
consecuencias sobre los trabajadores, la clase “vencida” en la tesis de Gallino. Sería óptimo que este libro encontrara pronto
una traducción al español. Merece la pena.
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