Colectivo Bullejos
Termina con este “suelto” la tercera parte del informe que hemos
elaborado a petición del Blog “Según Antonio Baylos” sobre las fuerzas
políticas que se presentan en estas importantes elecciones del 25 de mayo del
2014. Si las dos anteriores giraban predominantemente en torno al Partido
Popular (la primera) y al Partido Socialista (la segunda), esta tercera
intervención se centra fundamentalmente en la candidatura de Izquierda Plural. Muchas gracias por su
atención y esperamos tenerlos nuevamente a bordo.
El cuestionamiento de la
construcción de Europa, sus fisuras y contradicciones, han preocupado
prácticamente desde su inicio a Izquierda Unida. De hecho la primera de sus
grandes crisis nace precisamente al diferir entre sus componentes sobre el
alcance y significado del Tratado de Maastricht y el tipo de proyecto social y
económico que éste ponía en marcha. Es posiblemente un debate seminal que
todavía se recuerda, aunque seguramente hoy se plantearía de otra manera. En
general la componente europea e internacional ha acompañado las preocupaciones
de esta coalición, comprometida seriamente con al antibelicismo y el pacifismo.
Los debates sobre la Constitución europea, en el 2005, que anunciaban el
despliegue sin restricciones ni límites político-democráticos de las libertades
fundamentales de mercado, hicieron que IU se inclinara por votar no en el
referéndum, y a partir del desencadenamiento de la gran crisis percibida en el
2009 y 2010, la crítica a las políticas de austeridad y a las reformas del
marco institucional de las relaciones de trabajo, de la seguridad social y de
la sanidad, ha sido constante.
Tras apaciguar de manera
significativa la división producida por los conflictos internos que ha marcado
desde su inicio la existencia política de Izquierda Unida, en las elecciones
del 2011 la coalición recogió una parte del voto de protesta frente a la
actuación del gobierno socialista en el marco de la crisis y de las políticas
de austeridad impuestas. Su actuación parlamentaria frente al acuerdo bipartidista
PSOE – PP de modificar el art. 135 de la Constitución sin convocar un
referéndum para ello fue un claro ejemplo de utilización democrática de las
formas parlamentarias pese a un reglamento del congreso basado en el predominio
aplastante de las decisiones de los dos partidos mayoritarios. Ya bajo el
nombre de Izquierda Plural, obtuvo en las elecciones generales de noviembre de
2011 casi un millón setecientos mil votos, aproximadamente un 7% del total de
los emitidos, constituyéndose en la tercera fuerza más votada. Ha participado
en las grandes movilizaciones del 2012 como uno de los actores políticos
destacados junto a sindicatos y otros movimientos sociales. Incluso a partir
del 2013 ha originado como decisión propia una serie de actos e iniciativas especialmente
en el tema de derechos y libertades.
Consciente de la necesidad muy
sentida en los sectores más castigados por las políticas de la austeridad de
impulsar un proceso de unificación de las fuerzas políticas a la izquierda del
PSOE como forma de capitalizar “en las instituciones” las reivindicaciones
esgrimidas en las calles y en las plazas, ha intentado hacer avanzar el
proceso, de forma que la lista electoral que presenta sería la plasmación
concreta del tipo de alianzas logradas. Las formas de confección de la lista,
los métodos para encauzar un debate complejo y las tomas de decisión colectiva en órganos de
dirección frecuentemente acompañada de ratificación posterior por la militancia
de la organización política coaligada, han generado críticas probablemente más
acertadas en cuanto a la disconformidad con el resultado final que en lo
relativo al método para definirlo.
En principio, la lista de
Izquierda Plural pretendía hacer converger tres líneas de desarrollo. Por un
lado, debería ser capaz de expresar un verdadero compromiso federal más allá de
la estructura de la que se dota como organización, y normalizarlo como ejemplo
de lo que debería ser la configuración territorial del Estado español. De esta
manera, la presencia de Iniciativa – Los Verdes y de ANOVA responderían
positivamente a esta intención, aunque sin embargo se fracasó en la
incorporación de Chunta Aragonesa que rechazó la militancia de ésta al preferir
concurrir con Equo-Compromís. La segunda, integrar a figuras paradigmáticas que
permitieran articular la relación entre sectores clave de la resistencia
espontánea de los ciudadanos y que
pudieran ser representativas de los movimientos sociales que se desplegaban en
los procesos de movilización. En este aspecto las figuras de Albiol y Couso responden a ese objetivo, aunque no hubo la suficiente
flexibilidad para incorporar en los primeros puestos a Pisarello propuesto por EUiA, como elemento significativo de la
relación con los movimientos ciudadanos y la PAH en especial en Cataluña. La
presencia de López como número dos
avala la relación ahora especialmente privilegiada de IU con los sindicatos,
especialmente a partir de finales del 2011. En un tercer nivel, la nómina de
nombres intentaba integrar las organizaciones más potentes y combativas – o
significativas – de la estructura de IU, incluidas las corrientes ideológicas
en su seno. En este punto las dificultades fueron mayores y las críticas más
amplias, en concreto en torno a la decisión de situar a Meyer en el primer puesto y en la posposición del candidato de
Izquierda Abierta. Sin embargo, globalmente considerado, el objetivo parece
haberse cumplido de forma relativamente satisfactoria.
La interacción entre el espacio
europeo y el nacional / estatal es la base de partida de la exposición del
programa de Izquierda Plural, y se trata de un discurso que llevan haciendo
desde hace tiempo por lo que no les resulta incómodo reforzarlo en ocasión de
las elecciones europeas. Realmente lo que para la Izquierda está en juego es la
posibilidad de alterar y transformar las políticas europeas que imponen
sufrimiento a la ciudadanía a través de recortes sociales y degradación de
derechos laborales y sindicales. Son sin embargo consideradas realmente como
políticas europeas de los gobiernos nacionales, de manera que es el aparato de
la gobernanza – y no sólo del
gobierno en un sentido técnico estricto, por donde se insiste en el bipartidismo
como forma real de administración de la misma – el que pone en práctica estas
decisiones marcadas o indicadas por el complejo financiero – burocrático
europeo, la troika por resumir. Pero hay
una conciencia clara, aunque posiblemente no se haya explicado de forma
terminante, de que estas políticas concebidas en el espacio supranacional no
podrían ser aplicadas si no existiera el consenso de los gobiernos de los
Estados en donde se acomodan éstas y se desarrollan en lo concreto. Por eso la
importancia doble de defender propuestas contrarias y alternativas a las
políticas de austeridad dentro y fuera del perímetro del Estado español,
generando aquí un amplio refrendo
popular a las acciones y proposiciones que se van a mantener allí. La candidatura de Tsipras, que es la que más va a crecer
respecto de los diputados que se integren en el grupo de la lzquierda Unida Europea, puede convertirse en
un referente fundamental para la construcción paulatina de una estrategia de reformas
y de alianzas en Europa de la que ya se está comenzando a poner las bases.
En un espacio muy similar al de
la Izquierda Plural, se presenta la coalición Podemos, liderada por Pablo
Iglesias. Discrepante en los métodos de formación de la voluntad colectiva
de las organizaciones de partido – más allá de los procedimientos de selección
de las listas electorales – e incorporando elementos de democracia en red y
democracia “desintermediada” a través de la construcción de círculos “Podemos”
en una estructura capilar, se ha construido una alternativa política creíble en
términos electorales. Facilitada por la presencia mediática de Iglesias, hay en este movimiento un
“aire de familia” buscado con el movimiento conocido en Europa como
“indignados” o el 15-M. Hace más hincapié en las formas de obtener la
definición de objetivos y de propuestas que en el contenido de las mismas. En
el debate electoral, el discurso iba dirigido principalmente al plano nacional
estatal, pero focalizado sobre la condición subalterna de la precariedad vital
y la capacidad democrática de transformar la realidad y de resistir el dominio:
El miedo cambiará de bando. Europa aquí aparece como un lugar imaginado por el capital financiero como puro
mercado poblado por sujetos desprovistos de derechos sometidos a una casta de funcionarios
especializados en impedir la rebelión y la coalición para vencer esa
servidumbre impuesta.
En su origen se concebía más bien
como una expresión particularizada del programa derivado de las movilizaciones
sociales del 2012 y 2013, un fenómeno por lo demás esencialmente madrileño,
adaptado y corregido en función de los sujetos participantes y movilizados en
el mismo, fundamentalmente jóvenes alejados de “la política” como forma
alienada de un dominio que se manifiesta en su cotidianeidad económica y social
en la existencia diaria de tantas personas incapaces de reconocerse en esa
representación de intereses a través de los partidos, incluso los de la
izquierda radical. Esta primera percepción – que era muy común en el interior
de IU, que a fin de cuentas era la fuerza política que más había interiorizado
como programa el conjunto de las reivindicaciones sociales – ha ido cambiando a
medida que se fortalecía en la opinión pública como opción electoral y se
extendía por el territorio del Estado español. Actualmente parece tratarse de
una opción estratégica más a largo plazo, que pretende perpetuarse en el
panorama político y electoral interno, proponiéndose como un modelo que atraiga
asimismo a sectores sociales y a estructuras partidarias situadas fundamentalmente
en el espectro de la izquierda política donde Izquierda Unida está bien
instalada y progresando. Hay muchos modelos de desarrollo de esta escala de
acciones.
Lo que resulta evidente es la
necesidad de condensar en voto popular este esfuerzo de resistencia colectiva
que ha mantenido la sociedad española durante un proceso mantenido con 2012
como punto crítico, pero continuado en 2013 y en lo que va de año 2014. Hay
algunos datos que avalan la desafección electoral hacia las dos grandes opciones
hasta el momento dominantes, el PP y el PSOE. En el 2011, la concentración del
voto emitido sobre los dos grandes partidos era del 75%, mientras que en el
2008 había llegado al 82 %, su mayor score.
Es casi seguro que en las elecciones de mayo, vuelva a bajar, de forma que el
espectro de grupos y partidos no asimilados a los dos grandes partidos siga
aumentando, o, a la inversa, que siga disminuyendo la concentración del voto
hasta niveles asimilables a las primeras elecciones de 1977, donde UCD y PSOE concentraron
el 65 % de los sufragios. El otro vector es el número absoluto de votos
emitidos. Como ya hemos dicho, el escenario de una fragmentación de
asociaciones y coaliciones políticas que convergen en el rechazo y en la
necesidad de otra política para Europa, debería ser capaz de obtener una
densidad representativa medible en número de sufragios que, aunque emitidos
para la pluralidad de fuerzas presentadas, puedan ser en su conjunto imputadas
a un bloque probable de sujetos políticos que repudian las políticas dela troika y defienden una propuesta
alternativa, comenzando desde luego por el grupo más potente y organizado, el
de Izquierda Plural. Nosotros la hemos fijado en tres millones de votantes,
porque es ya una cifra importante de ciudadanos que toman decididamente partido
contra las políticas de la restricción y de la pérdida de derechos. Iniciar un
proceso destituyente del sistema requiere, como primer paso, situarse, en el
conjunto de las fuerzas que no integran el bipartidismo imperfecto que caracteriza
al sistema español, en torno a un 15% de los votos. A partir de ahí se pueden
comenzar a condicionar seriamente las decisiones lesivas para la ciudadanía y
mostrar la importancia de la acción política institucional para el Estado
Social y los derechos ciudadanos.
Así que manos a la obra. Las
elecciones del domingo requieren muchos votos de izquierda. Hay que ponerse a
ello. Los resultados electorales posiblemente constituyan una nueva entrega de
este comentario a la nueva conformación del Parlamento europeo.
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