domingo, 4 de mayo de 2014

FLEXIBILIDAD INTERNA E INNOVACIÓN EN LA EMPRESA



Un proyecto de investigación de la EHU/UPV, un seminario en Oñati, con prueba gráfica incluida, y por fin un libro, editado y coordinado por Juan Pablo Landa. He aquí una reseña de su contenido:

El libro comentado es fruto de un proyecto de investigación y de un encuentro internacional en Oñati, dirigidos ambos por Juan Pablo Landa, editor del volumen colectivo. Es un trabajo que se inserta en la línea de análisis doctrinal sobre la noción de flexiseguridad, referida esta vez a la innovación tecnológica examinada a través de varios estudios de casos y de los modelos legales de algunos ordenamientos. En el “horizonte 2020”, la referencia a la flexiseguridad  sigue siendo constante como  elemento clave para la competitividad empresarial, y lo que se pretende realizar en este trabajo colectivo es un esfuerzo de precisión crítica sobre esta relación en una combinatoria entre estrategias empresariales concretas y modelos legales que movilizan determinados instrumentos de flexibilidad con esta finalidad. De este modo, ya desde el inicio se puede comprobar que la apelación a las políticas de  flexiseguridad como “gestión eficaz de las transiciones” entre modelos productivos y eficiencia empresarial (que describe con toda propiedad Ignacio Camós en el primer capítulo del libro), se resuelve de manera exclusiva en el uso de la flexibilidad interna o funcional como forma de impulsar la productividad de las empresas en época de crisis y la innovación tecnológica que ésta requiere. La perspectiva con la que se enfoca el tema está en la línea de los planteamientos sindicales frente a las reformas laborales españolas en el tiempo de la crisis que se materializaron en los Acuerdos del 2010 y del 2012, es decir, la conveniencia de desarrollar medidas de flexibilidad interna como forma de evitar la flexibilidad numérica o externa como ajuste de las empresas, considerando el ámbito de la innovación tecnológica especialmente idóneo para ello.

Desde ese punto de vista, la aproximación al estudio de la flexibilidad interna revela la importancia de que ésta sea contratada o negociada con los sindicatos o los representantes de los trabajadores en la empresa. El “diálogo social” en la empresa, las prácticas de consulta y de negociación, son condicionantes de la eficacia de estas medidas. Así lo ponen de manifiesto el estudio que efectúa sobre empresas multinacionales alemanas, holandesas y francesas Teun Jaspers, enormemente rico de sugerencias y matices, o el que lleva a cabo Stefania Scarponi centrándose en la dinámica de las estructuras de representación de los trabajadores en empresas transnacionales europeas en orden a la adopción de medidas de reducción de jornada o de promoción de cualificaciones de sus trabajadores. Esta perspectiva aparece reforzada mediante el análisis de las medidas de flexibilidad interna en Alemania, entendiendo por tales la utilización de horarios y jornadas flexibles en la forma concreta en la que lo regula el sistema negocial alemán, que analiza críticamente Eva Kocher, o el examen específico del llamado “tiempo de trabajo en confianza”, una especial utilización del uso del tiempo de trabajo para reducir tiempos de trabajo improductivos, que analiza Janire Mimentza. La negociación colectiva aparece así como el cauce obligado para la puesta en práctica de estas medidas, lo que se confronta en el estudio del sector de las empresas del conocimiento y alta tecnología en Norteamérica que lleva a cabo Marci Seville, un sector compuesto por nuevas empresas y nuevos trabajadores no sindicalizados, que le permite a la autora sin embargo destacar distintos casos en los que se aprecia un resurgir del sindicalismo en estos ámbitos y el inicio de nuevas perspectivas organizativas en estas empresas.

Tras este enfoque comparado – en el que se inserta disfuncionalmente un análisis microeconómico de la relación entre flexibilidad interna y estrategia innovadora de las empresas de producción que se presenta como un “hecho neutro” en donde la “complementariedad” entre las dos flexibilidades parece ser la solución, sin poder afirmar un “modelo óptimo” de gestión de recursos humanos al respecto – el libro se concentra en el caso español, y lo hace correctamente a partir de experiencias de negociación colectiva. En primer lugar, Jose Luis Goñi analiza de manera exhaustiva  la experiencia de la empresa Volkswagen en Navarra y las aportaciones que se desprenden de la negociación colectiva en esta transnacional de la automoción, y Edurne Terradillos y Santiago Collado examinan el panorama resultante de la negociación colectiva en el País Vasco a la hora de regular alguna de las técnicas de flexibilidad interna más relevantes, como la clasificación, movilidad funcional y formación continua.  Un examen especial de las empresas vascas – cooperativas y mercantiles - ricas en tecnologías del conocimiento que describe las trayectorias laborales de los “trabajadores activos” de las mismas, es llevado a cabo por Aránzazu Fernández y Miren Alazne Odriozola, sin que en el mismo nos den cuenta de la relación existente entre esta incorporación a las decisiones técnico-productivas sobre la innovación y la contratación o participación colectiva de estos procesos.

La última parte del libro se dedica al modelo legal español y en consecuencia discurre sobre las reformas legislativas de la crisis. Juan Pablo Landa analiza los cambios en la normativa sobre flexibilidad interna en el contexto de las innovaciones resaltando el desequilibrio existente entre un impulso fuerte a la desregulación no compensado por un incremento de las instancias y de los procesos de participación como eje de la gobernanza en la empresa. Este encuadre general se complementa con un examen de la flexibilidad de tiempos de trabajo que efectúa Francisco Trillo y la crítica de nuevo a la asimetría en la bidireccionalidad de esta regulación que debería posibilitar tanto una organización del trabajo altamente competitiva mediante una gran flexibilidad en los horarios y en la duración de la jornada como un uso colectivo e individual del tiempo de vida de los trabajadores y de las trabajadoras que modalice la extensión la intensidad del tiempo de trabajo, y, en fin, con el capítulo de cierre de la obra, de Jaime Cabeza, que insiste en denunciar el elemento clave de la reforma laboral española, el reforzamiento del poder unilateral del empresario en detrimento de instancias de participación y de negociación, que desequilibra y anula el elemento base de las políticas de flexibilidad interna mantenidas en el derecho comparado y las propias estrategias de las empresas líderes en innovación tecnológica.


Se trata por tanto de un trabajo colectivo que suministra materiales muy valiosos para la reflexión y que permite dotar de fundamento sólido en la negociación colectiva y la capacidad sindical de contratación del poder de dirección empresarial cualquier perspectiva de flexibilización, contando siempre con la ambivalencia entre las políticas que se quieren seguir, las reglas que las viabilizan y la realidad empresarial que las materializa. Si desde ese punto de vista la obra refuerza por tanto los enfoques sindicales respecto a la regulación de la organización concreta del trabajo en las empresas en la perspectiva de superación de la crisis – y por tanto con el fomento de las medidas de flexibilidad interna en las mismas – por otra parte señala, para el caso español y las sucesivas reformas legales sufridas, en especial la del 2012, un escenario que se aparta de manera evidente de los modelos comparados y de las estrategias empresariales más punteras, imponiendo un esquema autoritario y violento de ajuste que es disfuncional no sólo a la retórica de la flexiseguridad europea como regla de gobernanza empresarial – que el libro no discute como punto de partida- , sino también a la gestión de la innovación  en términos económicos y productivos. 

FLEXIBILIDAD INTERNA E INNOVACIÓN EN LA EMPRESA.
Juan Pablo Landa (Ed.), Instituto Internacional de Sociología de Oñati, Dykinson, Madrid, 2013, 355 pp., 25 €

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