Las
elecciones presidenciales en Argentina son cruciales no solo para ese país,
sino para todo el continente suramericano. Tras el terrible precedente de Bolsonaro
en Brasil, la victoria de Milei implicaría un terrible golpe a la
democracia y a la convivencia ciudadana. La preocupante deriva de las
formaciones políticas de lo que se denominaba centro derecha hacia el sostén de
posiciones extremistas de un populismo reaccionario – o de pura extrema derecha
– es muy preocupante, como lo atestigua el manifiesto de apoyo que ocho
expresidentes latinoamericanos, entre ellos el expresidente español Mariano
Rajoy han hecho público pidiendo el voto para el candidato Milei en
las elecciones presidenciales (https://www.publico.es/es/internacional/rajoy-vargas-llosa-y-ocho-expresidentes-latinoamericanos-piden-el-voto-para-milei-en-las-elecciones-argentinas/)
. Esta disolución del pensamiento conservador en el populismo extremista
reaccionario que une autoritarismo y ultraliberalismo como ejes de las
políticas proclamadas, nos sitúa ante un escenario muy complicado en el que la
reacción frente a cualquier propuesta de cambio social y de avance en derechos
de la ciudadanía se confronta con especial violencia y oposición decidida con
la complicidad del Estado profundo y los medios de comunicación.
El panorama político de toda
América Latina ha sido objeto de un seguimiento continuo por parte de las
intervenciones que aparecen en este blog. En esta ocasión, la situación
argentina merece un análisis especial ante el carácter de la contienda
electoral planteada. El Centro Europeo y Latinoamericano para el Diálogo Social
(CELDS), instituto de investigación de la UCLM, que cuenta con profundos vínculos
con el espacio cultural de los juristas del trabajo de toda América Latina, ha
hecho público un comunicado al respecto bajo la fórmula de una Carta abierta
que, por su evidente interés, merece ser publicado en esta bitácora. El
texto del mismo, que también se publica en la página web de este instituto, es
el que se transcribe a continuación.
LA REPRESENTACIÓN POLÍTICA DE
LOS DERECHOS LABORALES EN TIEMPOS DE CRISIS ECONÓMICAS Y DE ELECCIONES: CARTA
ABIERTA ANTE LA SEGUNDA VUELTA DE LAS ELECCIONES PRESIDENCIALES EN ARGENTINA
Los ciclos de crisis económicas suelen afectar de forma muy
negativa sobre los derechos laborales, tanto en su vertiente individual como
colectiva. Con independencia de las causas que motivaron la situación de crisis
económica con carácter general, resulta intercambiable el país o la región del
mundo donde ésta acaece, se establece una suerte de culpabilización ante las
condiciones de vida que las personas ostentan con ocasión de su prestación de
su trabajo. Este tipo de conductas, tantas veces experimentadas en las
sociedades que se ordenan en torno al trabajo, alumbran fenómenos de
agudización de la precariedad y la pobreza de amplias capas de la sociedad a la
vez que, en paralelo, un número reducido de personas se enriquece
exponencialmente. Si, además, la crisis económica coincide con un proceso de
elecciones se muestran de forma muy evidente determinadas representaciones
políticas del trabajo que banalizan la dignidad del conjunto de las personas
trabajadoras. Para estas opciones no importa si esta banalización de los
derechos sociales y laborales horada las previsiones constitucionales de las
reglas que ordenan e informan las relaciones laborales. Estos proyectos
políticos de despolitización del trabajo permiten asomarse a la ventana de
ciertas concepciones sociales ultraliberales en las que el menosprecio por las
personas trabajadoras constituye la base del enriquecimiento exacerbado de las
élites económicas. No importa si para ello se sobreexplotan sin medida a las
personas o los recursos naturales que permiten la vida.
Esta situación es la que hoy están viviendo las personas
trabajadoras en Argentina. Ante la situación de crisis económica que deriva de
un proceso inflacionario intenso y prolongado, la convocatoria de elecciones
presidenciales está dejando ver con demasiada claridad la representación
política de cierta opción electoral sobre muchos ámbitos de la vida que la
Constitución argentina entiende valiosos. Dos son los ejemplos más evidentes:
el trabajo y el medio ambiente.
En relación con el trabajo, llama la atención que se vuelvan a
proponer fórmulas tan ensayadas, aquí y allí, como ineficaces desde el punto de
vista económico y extremadamente feroces con las condiciones de vida y de
trabajo de las mayorías sociales. De este modo, el proyecto que no entiende que
la igualdad es el alma de la libertad; de hecho, no existe libertad sin ella
(Frances Wright) insiste tozudamente en la realización de un paquete de acción
en la normativa laboral de corte netamente neoliberal. Flexibilizar la
normativa laboral para hacer más atractivo el desarrollo económico-empresarial,
degradando el derecho al trabajo a través de la afectación del principio de
estabilidad en el empleo y fomentando el despido arbitrario, proponiendo para
ello la creación de un fondo de capitalización ante extinciones unilaterales de
relaciones de trabajo por parte empresarial; individualización de las
relaciones de trabajo y de previsión social que se concentran sobre la
sustitución de fórmulas de solidaridad de esta última a favor de la
privatización de las necesidades sociales ante la ausencia de rentas
provenientes del trabajo; el desprecio por las reglas del trabajo asalariado
que persiguen la igualdad entre mujeres y hombres; la instauración de la
supremacía del espacio empresa en el que las personas trabajadoras no tienen
derecho a participar; o, por poner un ejemplo más, degradar la función de
representación colectiva de los intereses y derechos de las personas
trabajadoras a través de conductas atentatorias del derecho de libertad
sindical, impulsando al amarillismo sindical… son todas ellas medidas que
producen un vaciamiento del artículo 14.bis de la Constitución argentina.
Resultan más impactantes e
irresponsables si cabe las medidas propuestas por esta opción política en
materia de medio ambiente que, de igual modo, atacan el sentido y contenidos
del texto constitucional, en este caso del artículo 41 de la Constitución. Confiar
al mercado el derecho a un ambiente sano, equilibrado, apto para el desarrollo
humano en el que las actividades productivas no pongan en peligro a las
generaciones futuras es un ejercicio de irresponsabilidad política y jurídica
precisamente en un momento donde la transición climática forma parte
transversal de los Objetivos de Desarrollo Sostenible previstos en la Agenda
2030, donde caben ser destacados de manera especial los ODS número 13, 14 y 15.
Es a través de la acción de los poderes públicos como se han de
asegurar la consecución de estos objetivos, no siendo posible la delegación de
esta responsabilidad política en manos privadas in una mediación y control
públicos.
Desde el Centro Europeo y Latinoamericano por el Diálogo
Social (CELDS-UCLM) mostramos nuestro compromiso con los contenidos
constitucionales que no resulten contrarios al desarrollo cada vez más pleno
del Estado Social y democrático de derecho, entre los que sin duda no caben
planteamientos como los que en estos días se tienen conocimiento de un país tan
próximo como Argentina.
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