viernes, 15 de marzo de 2024

ELECCIONES EN PORTUGAL: UN PRIMER ANÁLISIS

 


En este torbellino electoral en el que nos sitúa el año 2024, con especial incidencia en el caso español, donde a las elecciones gallegas seguirán las vascas y las catalanas, para culminar el 9 de junio en las decisivas elecciones al Parlamento europeo, los resultados que han obtenido las fuerzas políticas en Portugal han constituido un aldabonazo sobre el fuerte crecimiento de la extrema derecha. El Instituto Novos Paradigmas, con sede en Porto Alegre (Rio Grande do Sul, Brasil), que preside Tarso Genro, ha hecho una primera aproximación al tema que por su interés se reproduce en este blog a continuación, oportunamente traducido.

El resultado de las elecciones legislativas portuguesas del 10 de marzo no fue exactamente una sorpresa, ya que se puso fin a un período de victorias sucesivas de la izquierda desde 2015, en la era posterior a la troika. Antes de eso, los sondeos ya indicaban que la extrema derecha crecería considerablemente y que el Partido Socialista (PS) corría el riesgo de perder frente a la derecha, representada en estas elecciones por la Alianza Democrática (AD), que reúne a dos partidos de derecha - PSD y CDS.

Para los observadores más atentos de la política local, tampoco fue una sorpresa la operación judicial  a la brasileña ("Lava Jato", contra Lula)  que, meses antes, provocó la caída del gobierno socialista de António Costa. Con el escándalo inflado por los medios de comunicación, el presidente del país, Marcelo Rebelo de Sousa, no apoyó la continuidad de Costa pese a la falta de pruebas contra el ex primer ministro y decidió aceptar la dimisión del socialista, disolver el Parlamento y convocar nuevas elecciones.

Durante la campaña, la extrema derecha monopolizó el discurso anticorrupción, a pesar de que algunos de sus cuadros estaban implicados en sospechas y causas judiciales pendientes, según el diario Público (www.publico.pt) . Una serie de protestas de la policía del país en las semanas previas a las elecciones también potenció el discurso de los extremistas que asocian los problemas de seguridad ciudadana con la inmigración. El barrio de Mouraria, tradicional bastión de la comunidad inmigrante en Lisboa, fue escenario de contenidos producidos por candidatos extremistas para las redes sociales que reforzaban el discurso antiinmigración y motivaron una casi manifestación de un movimiento abiertamente nazi que sólo no tuvo lugar en las calles del barrio porque estaba prevista una contramanifestación para el mismo día y a la misma hora.

Las redes sociales fueron el motor de este discurso de la extrema derecha portuguesa, al igual que ha ocurrido y sigue ocurriendo en otras partes del mundo. Destaca su atención al tipo de contenido que gusta a los algoritmos de las redes. Por esta razón, el uso de vídeos cortos en un formato similar al utilizado en TikTok fue muy explotado, como fue el caso de Milei en Argentina recientemente, y resultó muy eficaz para traducirse en muchos votos de los jóvenes. También se identificó el uso de técnicas conocidas por los promotores de la desinformación, como la clonación de portales de noticias para dar cierta credibilidad a la noticia falsa. Utilizando este tipo de contenidos, el partido de extrema derecha Chega se convirtió en el que más seguidores tenía en las redes sociales y el que más interacciones online generó durante la campaña, según un estudio académico de la Universidad de Beira Interior (UBI).

Ahora, con el resultado sobre la mesa, nadie quiere asumir la culpa de este enorme lío político. Ni el presidente, considerado simpatizante de la derecha, ni los portugueses del bando progresista pueden ocultar su vergüenza por conmemorar el cincuentenario de la Revolución de los Claveles, que derrocó a la dictadura militar el 25 de abril de 1974, al mismo tiempo que se refuerza en el Parlamento una extrema derecha racista y xenófoba: la bancada Chega ha cuadruplicado su tamaño y hará mucho ruido.

Si evaluamos el resultado en términos de porcentajes, vemos a AD y PS casi empatados (29% x 28%) y a Chega, el partido de extrema derecha, unos diez puntos por detrás de ambos (18%). En cuanto al número de diputados, AD tendrá 79, el PS 77 y Chega 48. Sin embargo, si evaluamos los resultados en función del número de votos - para pensar en cuánta gente consiguió movilizar cada fuerza política en unas elecciones que registraron la tasa de abstención más baja desde 1995 - AD tuvo 1,8 millones, el PS 1,7 millones y Chega 1,1 millones. Los demás partidos tuvieron menos de 300.000 votos: Iniciativa Libera 312.000, Bloco de Esquerda 274.000, Comunistas 202.000, Livre 199.000, PAN 118.000 y, por último, el extraño fenómeno ADN, que tuvo 10 veces más votos que en las últimas elecciones -pasó de 11.000 a más de 100.000- y hay sospechas de que se debió a una confusión entre su nombre y el de AD, la alianza de derechas.

El hecho es que, en el año del 50 aniversario del fin de la dictadura de Salazar en Portugal, el partido de extrema derecha, que agrupa a quienes añoran aquel periodo de falta de libertad, obtuvo más de un millón de votos en un país de poco más de 10 millones de habitantes. Fue el partido más votado en la región del Algarve e incluso eligió a un parlamentario brasileño - ¿sabemos cómo tratar el hecho irónico de que el primer parlamentario brasileño de la historia de Portugal sea un negro elegido por el partido que creció sobre la base del racismo y del discurso de odio contra los inmigrantes?

En el ajedrez político propio de un régimen parlamentario, el resultado electoral ha puesto a Portugal en una curiosa situación: todos, incluido el presidente, quieren evitar que la extrema derecha forme parte del Gobierno -en vísperas de las elecciones, Marcelo Rebelo de Sousa declaró al diario Expresso que haría cualquier cosa por ello-. También en este sentido, la AD advirtió que "no es no" en referencia a la posibilidad de una coalición con Chega y reforzó su negativa tras su victoria en las urnas. El PS, por su parte, asumió su responsabilidad como líder de la oposición. Así pues, la extrema derecha se encuentra en el limbo, ni gobierno ni oposición.

A pesar de estar momentáneamente en el limbo, Chega parece haber consolidado su posición como tercera fuerza política del momento. Así que uno se pregunta cuál será el futuro de la extrema derecha en Portugal. Porque, si el ritmo de crecimiento del partido extremista continúa así, Chega podría aumentar su bancada en unas futuras elecciones legislativas o elegir a su líder Presidente de la República en la próxima votación para el cargo institucional del Estado, en 2026. ¿O será el futuro del movimiento similar a lo que ocurrió al lado en España, donde el partido que representa a la extrema derecha aparentemente ha tocado techo y sigue siendo la tercera fuerza política del país?

Debatir el escenario electoral en Portugal para comprender el fenómeno que afecta al país en estos momentos es aún más necesario, por lo que se ha confirmado la celebración del "Coloquio Internacional Patrimonio Universal de Abril" los días 20 y 21 de junio en la Fundación José Saramago de Lisboa (Casa dos Bicos, Rua dos Bacalhoeiros, 10). Promovido por el Instituto Nuevos Paradigmas (INP) en colaboración con la Fundación Abierta, la Fundación Saramago, la Asociación 25 de Abril y el Instituto Futuro, el seminario pretende debatir las conexiones entre la Revolución de los Claveles y las luchas democráticas en América Latina. El objetivo del evento es celebrar el acontecimiento histórico y evaluar sus efectos en los logros democráticos del siglo pasado. Teniendo en cuenta el auge de los movimientos políticos fascistas y de extrema derecha, esta evaluación es especialmente importante.

Referencias
Jornal Público: Chega quer "limpar Portugal", mas tem deputados com problemas na Justiça

Radar das Legislativas - LabCom - Universidade da Beira Interior

Jornal Público: Contas do Chega clonam jornais para partilhar informação falsa nas redes sociais

Jornal Expresso: Em 2024 "fecha-se um ciclo da nossa História e abre-se outro", diz Marcelo. PR apela ao voto porque "tempos são muito difíceis lá fora"

 

 


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