Han
coincidido prácticamente en el tiempo dos iniciativas, una europea, impulsada
por la Confederación Europea de Sindicatos (CES) y otra nacional, protagonizada
por la Plataforma para la Democracia Económica, que resaltan, desde
perspectivas diferentes pero convergentes, la necesidad de incorporar a los
análisis sobre el momento actual en el que se está viviendo una enorme crisis
económica que genera la necesidad de nueva regulación de las relaciones de
trabajo, una aproximación que dé relieve a un impulso reformista sobre la
propia estructura de la empresa y los modos de adoptar decisiones en ésta, de
una parte, y de cómo reconducir su propia definición en el marco de un cambio
del modelo productivo y de la necesidad de poner en práctica instrumentos de
responsabilidad social efectivos en su actuación.
La primera iniciativa ha sido
lanzada por la CES bajo el título de “Más democracia en los lugares de trabajo”,
que continua la reivindicación ya señalada y adoptada en marzo del 2018 (https://www.etuc.org/en/document/etuc-resolution-strategy-more-democracy-work-0#:~:text=The%20ETUC%20is%20convinced%20that,Social%20Europe%20for%20all%20citizens.)
, en esta ocasión reforzada ante la
existencia de la pandemia y de la crisis económica subsiguiente. De esta manera
se ha visto reflejada esta iniciativa en la nota que al respecto ha publicado
CCOO y que puede consultarse aquí: https://www.ccoo.es/noticia:521066--La_CES_lanza_la_Peticion_Mas_democracia_en_el_trabajo_es_imprescindible!&opc_id=8c53f4de8f8f09d2e54f19daf8d8ed95
La democracia en el trabajo
garantiza que todos los trabajadores y trabajadoras tengan voz y participen
efectivamente en la vida cotidiana de su lugar de trabajo y en la toma de
decisiones en todos los centros de trabajo.
En medio de una pandemia mundial,
se están llevando a cabo planes de reestructuraciones masivas. El tiempo
apremia y se requieren medidas urgentes para garantizar procesos de
reestructuración responsables en los que se apliquen los derechos de
información, consulta y representación de los trabajadores.
Para hacer valer los derechos de
las personas trabajadoras y reforzar el marco jurídico actual, la CES y las
Federaciones Sindicales Europeas se movilizan y lanzan una Petición
europea de más democracia. Tras la iniciativa conjunta y reiterada de
la CES y sus afiliados, la Democracia en el Trabajo tiene que volver a estar presente
en la agenda europea y nacional.
La semana pasada, los ministros
europeos de Empleo y Asuntos Sociales emitieron una declaración sobre la
participación de los trabajadores, con un mensaje clave: están preparados para
defender la información, la consulta y la representación de los trabajadores a
nivel del Consejo de Administración, como parte del modelo social europeo y de
la economía social de mercado, con cuatro llamamientos concretos a la acción,
incluyendo una revisión de la Directiva de Comités de Empresa Europeos y el
marco de referencia para la información, la consulta y la representación a
nivel de los Consejos de Administración.
Durante una videoconferencia de
los ministros de Empleo y Asuntos Sociales celebrada el 13 de octubre de 2020,
los ministros mantuvieron un debate sobre la participación de los trabajadores
y trabajadoras, y el apoyo a las personas trabajadoras en las
reestructuraciones y sobre las medidas a nivel de la UE o nacional que podrían
contribuir a mejorar la protección del derecho de los trabajadores a la
información y la consulta en situaciones de reestructuración. En el contexto de
las grandes reestructuraciones en toda la UE, los ministros coincidieron en que
era muy importante garantizar la participación de los trabajadores en la
adopción de decisiones de las empresas. Insistieron en que la pandemia no debía
servir de excusa para recortar los derechos de las personas trabajadoras en
materia de información y consulta y subrayaron que era fundamental para la
recuperación económica y el éxito de las reestructuraciones garantizar un
diálogo social inclusivo a todos los niveles.
Una propuesta sindical europea
que en definitiva insiste en la necesidad de insertar un elemento de
negociación en la toma de decisiones económicas u organizativas de la empresa
que repercutan sobre el empleo, utilizando por consiguiente los instrumentos
que para ello proporcionan las normas europeas que regulan los derechos de información
y consulta de los representantes de los trabajadores en la empresa, la
actuación de los Comités de Empresa Europeos y las formas de participación en
intervención en las Sociedades Anónimas Europeas y su recepción en los
ordenamientos jurídicos de los Estados miembros, lo que varía de manera muy
importante en la práctica en función de la implantación real del sindicato, medido
no solo en términos de afiliación sindical, sino de otras variables
importantes, como la tasa de cobertura de la negociación colectiva, a lo que en
nuestro país deberíamos añadir la tasa de representación electiva a través de
la pertenencia sindical de delegados de personal y comités de empresa que miden la audiencia
electoral determinante de la mayor representatividad.
Junto a esta llamada a la
mediación sindical en los procesos de reestructuración empresarial, en España
se ha producido una interesante iniciativa que se quiere instalar en una
corriente de reformas imprescindibles de nuestro modelo legal de participación
en la empresa. Se trata de la Plataforma por la Democracia Económica,
una institución que impulsó, antes del comienzo de la pandemia, una iniciativa
para poner las bases de un proyecto legislativo sobre participación de los
trabajadores españoles en las empresas, y que se situaba en un marco más
general de reforma de la empresa, presente en el manifiesto Hacia una
empresa inclusiva (https://democraciaeconomicablog.wordpress.com/hacia-una-ley-que-impulse-la-participacion-del-trabajo-en-la-empresa/
) cuya divulgación, sin embargo,
quedó en gran parte truncada ante la irrupción del covid-19. Para los
impulsores de esta interesante iniciativa, la crisis es tan grave que urge
implantar soluciones en dirección a una reforma de la empresa como condición
necesaria para que no se regrese a las alternativas basadas en desempleo y
ajustes salariales.
En esa dirección, la Plataforma
PxDE ha elaborado un documento muy ajustado al momento actual cuyo título es
claramente indicativo de su propósito: “Covid19, un cuatrimestre decisivo. Reformar el modelo empresarial para cambiar el modelo
productivo”
La necesidad de superar la crisis a través de un cambio en
el modelo productivo y de importantes modificaciones en el sistema-empresa
aparece como el único camino que se puede recorrer con garantías de éxito en el
inmediato futuro. Merece la pena comenzar a incorporar este tema al debate de
las alternativas posibles para un nuevo marco de relaciones laborales en
nuestro país. Combinar la importancia de la mediación sindical en la
consecución de una flexibilidad contratada (interna y externa) y poner las bases
de una empresa participada socialmente, en un contexto de cambio de modelo de
gestión y de una nueva definición de las políticas públicas de promoción y
dirección del tejido empresarial, es por consiguiente
5 comentarios:
Querido maestro: le aviso de que su escrito se ha cortado en las frases finales (se ha quedado atrancau en una expresión asociada al llamado felipismo 😄)
muchas gracias, es que al corta-pega del artículo en word se le había olvidado el ultimo párrado. Ya ha sido reparado.
Paco Rodríguez de Lecea
Muy interesante. Dos objetivos: uno, a más corto plazo, dar voz a la fuerza de trabajo en las decisiones que le afectan; dos, a más largo plazo, cambiar el modelo productivo, yo diría "la lógica" del modelo productivo, en el sentido de una mayor democratización. Son cuestiones en las que falta un larguísimo camino por recorrer, pero por algún sitio hay que empezar. Si la conciencia de clase se limita a reclamar más salario y menos jornada, esa será siempre una conciencia de "clase subordinada".
Pedro López Provencio
Me parece que se deberá de distinguir entre empresas que fabriquen con máquinas automáticas dirigidas por algoritmos y obreros coadyuvantes, de aquellas en las que el intelecto humano tenga cabida directa en la producción, la construcción o el servicio. Lo que nos lleva a que el cambio en el modelo de producción conlleve especialmente la de la organización del trabajo y su reparto.
Paco Rodríguez de Lecea
Pedro López Provencio, habrá que distinguir cuando se trate de cuestiones técnicas, pero el consenso necesario de los asalariados va mucho más lejos. Caso emblemático, el de CAF de Beasain, cuyo comité de empresa objetó la construcción para Israel de un ferrocarril que unía asentamientos de colonos cruzando por medio de territorio palestino. Baylos, Bulla y yo escribimos sobre aquel asunto, insólito en su momento. ¿Tiene la dirección la última palabra en un caso así, o en el de las corbetas de Navantia para Arabia Saudí en guerra con Yemen? En ese tipo de problemas, y en otros menos dramáticos, el "intelecto humano" de los asalariados debe tener voz también en los criterios de la producción y la programación.
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