viernes, 15 de abril de 2022

RECUPERANDO EL BLOG DESDE ITALIA: BERGOGLIO, FERRAJOLI, MÉLENCHON

 


El conjunto de las personas que siguen y frecuentan este blog ya habrán podido comprobar que su titular se ha dado una pausa en su alimentación con ocasión de las vacaciones de Pascua. Siempre resulta loable el respeto al descanso e incluso a la vacación, pero la verdad es que también el momento no anima demasiado a la “Información, discusión y propuestas sobre las relaciones de trabajo y la ciudadanía social”, que constituye el objetivo de esta página web. Felizmente desplazado por motivos de estudio fuera del territorio nacional, los sonidos de la religiosidad ritual que produce la entre nosotros llamada Semana Santa retumban muy lejos, sin avasallar las emisiones televisivas ni las portadas de los periódicos locales.

A cambio, en todas partes ocupa la primera plana de los medios de comunicación y forma parte de todos y cada uno de los debates televisivos, el desarrollo, las consecuencias y los pronósticos sobre la guerra en Ucrania. La homogeneidad de los comentarios y la orientación política que los sostiene incluye un apenas soterrado belicismo frente al cual son muy escasas las posibilidades de confrontarlo. Aquí en Italia, desde donde escribo, hay sin embargo algunos elementos que marcan una pequeña diferencia. Por ejemplo, el cuestionamiento del incremento del presupuesto de defensa, que el mayor sindicato del país, la CGIL, ha rechazado organizando incluso una manifestación en los momentos más complicados del comienzo de la guerra tras la invasión rusa, y una reiterada corriente de opinión se apoya en el art. 11 de la constitución italiana, que señala que “Italia repudia la guerra como instrumento de ofensa a la libertad de los demás pueblos y como medio de resolución de las controversias internacionales” para, a la vez que se opone con determinación a la guerra de agresión, preconiza – como consecuencia de la “identidad constitucional italiana”  - la obligación de ser mediadora en la resolución de los conflictos internacionales y en consecuencia del que se desarrolla en Ucrania para llevar la paz a las partes en conflicto. Ese rol de mediación naturalmente exigiría un cambio en las actitudes de los gobernantes que deben buscar un compromiso de paz y no alinearse con la petición de un “cambio de régimen” en Rusia o la imputación de la invasión del ejército ruso como un proyecto de “genocidio” del pueblo ucraniano.

Realmente lo más llamativo en este país es la posición antibelicista que protagoniza la Iglesia católica y muy en particular el papa Francisco, Jorge Maria Bergoglio, que acaba de publicar un interesante libro – no encíclica – con un título bien significativo: Contra la guerra. El valor de construir la paz (Solferino / Ediciones Vaticanas, 2022), que se ha distribuido en librerías el día de Jueves Santo, para nosotros además una fecha emblemática, la del 14 de abril y la memoria de la II República como anhelo de una sociedad más libre, igualitaria y culta en la que España como hoy hace la Constitución italiana, renunciaba a la guerra como instrumento de política nacional (art. 6º de la constitución republicana). El pensamiento pacifista radical que contiene este libro, y las continuas intervenciones del jefe de la iglesia católica exigiendo el fin de la guerra y de la invasión de Ucrania se replican en las banderas arcoíris de los balcones y en numerosas iniciativas en movimientos sociales de inspiración cristiana en convergencia con propuestas de acción laicas, fundamentalmente situadas en la izquierda del arco político. Pese a su importancia, es un discurso que apenas encuentra espacio (o visibilidad) en la narrativa de los medios de comunicación. Permanece sin embargo profundamente instalado en el nivel influyente de la conciencia colectiva de una amplia multitud de personas.

En el polo laico de un pacifismo radical y propositivo, y antes de la invasión de Rusia y el comienzo de la guerra, Luigi Ferrajoli ha publicado en enero de este año su libro “Por una Constitución de la Tierra”(Feltrinelli, 2022), que en España con su acostumbrada oportunidad, la editorial Trotta ha publicado (Por una constitución de la tierra. La humanidad en la encrucijada) en marzo de este año traducido por Perfecto Andrés Ibañez (https://www.trotta.es/libros/por-una-constitucion-de-la-tierra/9788413640594/#:~:text=El%20proyecto%20de%20una%20Constituci%C3%B3n,la%20supervivencia%20de%20la%20humanidad.) En él, aunque el eje de su reflexión se asienta en la crítica al camino de devastación que supone tanto la catástrofe global ecológica como la generalizada vulneración de los derechos humanos – lo que impone la necesidad de generar un sistema de límites en un constitucionalismo supranacional que restrinja los poderes privados salvajes  en un constitucionalismo de los mercados -  Ferrajoli participa de la idea kantiana de la guerra como un acto “intrínsecamente antidemocrático e inmoral, además de criminal” y en el proyecto de Constitución de la Tierra que incorpora al libro, se declaran como bienes ilícitos y se prohiben (art. 53) “la producción, la experimentación, el comercio, la posesión y la difusión de armas nucleares, de armas químicas, de armas bacteriológicas o de otro tipo de armas que produzcan efectos similares a éstas”, además de establecer, en su art. 77,  la “superación de los ejércitos nacionales” en aras de un dispositivo de seguridad y de pacificación global que reside en el denominado “Comité del Estado Mayor de la Seguridad Global”. La propuesta del libro se despliega por tanto como un proyecto de futuro que oriente un pensamiento alterglobalizador y emancipatorio. En él, por tanto, y esto es lo destacable en este momento, el componente pacifista sigue siendo un elemento que lo califica junto con el ecologismo y la defensa a ultranza de los derechos humanos a nivel universal.

De esta manera, la semana de Pascua se desliza hacia su fin entre comentarios y opiniones que aprovechan el importante esfuerzo electoral de la Francia Insumisa y Mélenchon para discutir sobre la necesidad de recuperar la idea de la izquierda y su autonomía – un problema di vecchia data… - en donde el pacifismo y el rechazo al rearme y al incremento de gastos militares constituyan una pieza importante del discurso emancipatorio. El viejo tema del nuevo sujeto, que pueda avanzar electoralmente con un programa que una la necesidad de la reforma social y ambiental, esta última revitalizada ante la crisis energética que las medidas económicas contra Rusia ha generado en los países europeos, con una concepción de la política de seguridad y de relaciones internacionales en la que ese pacifismo activo tiene que ocupar un sito relevante.

Mientras tanto, en España, se da más relieve en los medios a las insólitas declaraciones de los llamados caseteros de la feria de abril que exigen jornadas de doce horas prohibidas por la ley que a los datos sobre el empleo del mes de marzo, que pese a la incidencia de la crisis, son extremadamente favorables; se habla de la inflación para recomendar como única solución la pérdida de poder adquisitivo de los salarios, indicando que las reivindicaciones sindicales sobre cláusulas de revisión salarial supondrían la pérdida de control sobre los precios y un desastre económico, y se presenta como en un romance de ciego, las escenas sucesivas de los comisionistas de la etapa más terrible de la pandemia del covid19 en Madrid, que se han lucrado con el sufrimiento de tantas personas, pero de manera tal que la siguiente escena haga olvidar a la primera y asi sucesivamente, en un relato de la infamia que ha crecido a la sombra de esa administración considerada el ejemplo de futuro para toda España, la Comunidad y el Ayuntamiento de Madrid.

Un contraste interesante. Seguiremos explorando en las próximas entregas de esta ciberbitácora, confiando en que resulte interesante a sus seguidores y lectores de ambos sexos ( y edades).


3 comentarios:

Livina Fernandez Nieto dijo...

Livina Fernández Nieto
Me identifico con esta entrada suya en el blog, obviamente no con las referencias a los desalmados caseteros ni con las hienas carroñeras comisionistas, pero el libro de Ferrajoli tiene muy buena pinta.

Paco Rodriguez de Lecea dijo...

Interesantísimo: la iniciativa de la CGIL, los libros de Bergoglio y Ferrajoli, las ideas que sostienen un pulso decidido por la paz y la humanidad. Gracias, Pedro Flinstone.

J. S. Vila dijo...

Animo y adelante con el trabajo propuesto y con el auto impuesto.

El artículo es curioso y elaborado.