sábado, 9 de julio de 2022

LA CONVENIENCIA DE SUMAR


 

Aunque se esté fuera de España, las noticias de nuestro país recorren el mundo y la red global permite conocer y estar informado de los momentos más relevantes. Ayer, 8 de julio, fue uno de ellos. Se presentaba en el Matadero de Madrid, a las 19,30 – aunque esta medida del tiempo no se corresponde con la hora solar, como atestiguaron quienes se mantuvieron incólumes bajo el sol inclemente de la tarde – el proceso de escucha impulsado por Yolanda Díaz, Vicepresidenta Segunda y Ministra del Trabajo y Economía Social, bajo la denominación de SUMAR. El acto se retransmitió en streaming a través del canal de esta plataforma y constituyo un éxito indudable.

La estructura del acto era muy sencilla. Una serie de personas que representaban a diversos sectores de los movimientos sociales intervenían brevemente al comienzo, ocupando el escenario, junto con algunos breves videos de otros invitados. Presentadas por Nerea Pérez de las Heras, periodista y humorista, hablaron así Irene Rubiera, jurista y activista ecologista desde la ola de movilizaciones juveniles por el planeta de 2019; Valeria Castro, emprendedora digital, fundadora de la productora Platonic Games y actual presidenta de la Asociación Española de Videojuegos; Fernando García, rider y sindicalista de UGT; Miguel Ángel Castellano, representante de la lucha de los trabajadores y trabajadoras de Amazon de CCOO,  Carmen Rodríguez, profesora de la Universidad de Málaga y miembro del Foro de Sevilla y de Redes por una nueva política educativa; Carolina Elías, feminista y abogada defensora de los derechos de las mujeres migrantes empleadas del hogar; y Belén González, psiquiatra en un centro de salud mental del sur de Madrid. como exponentes conocidos del sector de la cultura grabados en video, el actor Antonio de la Torre, los escritores Bernardo Atxaga y Manuel Rivas o el cantante Kiko Veneno.

Tras esta exposición de intenciones, la relación directa de un proceso de conformación de un sujeto político a partir de movimientos sociales activos que persiguen la transformación social, se produjo la intervención de Yolanda Díaz, cuyo contenido puede consultarse casi en su integridad en los medios más solventes, desde los más potentes – El País con crónica de Paola Choza y Carlos Cué y La Vanguardia, con crónica de Pedro Vallín – hasta los digitales más activos – Público con Alexis Romero, El Diario con Íñigo Adúriz, Infolibre con Jose E. Monrosí – pero de toda su intervención se pueden resaltar algunos elementos a mi juicio de enorme interés.

Ante todo la insistencia en la reivindicación de la democracia como una noción sustancial que se basa en una combinatoria entre la libertad y la igualdad y que tiene que implantarse en la economía y en la empresa a través de una serie de intervenciones que atribuyan derechos a la ciudadanía y que nivele la profunda desigualdad y la injusticia que caracteriza la realidad material de las personas en su existencia social. La idea de democracia económica, que cuestiona el desequilibrio inmenso de poder existente, supone en el espacio público la necesidad de una reforma fiscal en profundidad, y en la empresa, el fortalecimiento de los derechos individuales y colectivos de las personas que trabajan y la participación colectiva en la determinación de las opciones organizativas del empleador. Una reivindicación de la democracia que se expande sobre los sujetos que la pueblan, con independencia de su condición nacional, raza o género y que requiere la consolidación de un universo de derechos sobre el cuerpo y sobre la propia capacidad de gestionar la propia existencia.

Ese es el contenido básico de un contrato social para la próxima década que requiere la participación activa de las personas, organizaciones sociales y movimientos convocados a ese proceso de escucha que durará hasta finales de año y que luego se volcará en una serie de conclusiones y propuestas que formarán un programa político de transformación social. Un contrato social que se presenta en este país pero que, y este es otro dato fundamental, tiene que incidir en Europa como espacio natural de la acción política. Una Europa que se reivindica esencialmente como social, que explícitamente debe rechazar el retorno, que siempre acecha, a las políticas de austeridad y que tiene que hablar de paz y buscar la paz, fuera de este furor belicista en el que la invasión rusa de Ucrania nos ha sumido- La Europa que tiene que crear unas condiciones de dignidad y de respeto de derechos humanos que impidan que se vuelvan a producir acontecimientos tan horrendos como los que hemos visto en la valla de Melilla.

El campo de acción de la política es el que marcan las personas y los colectivos activos en la defensa de sus derechos, los movimientos sociales. El proceso de escucha no se efectúa a través de las instituciones fundamentales para la gobernanza del país como son los partidos políticos, los sindicatos de trabajadores, las asociaciones empresariales. Este es el sentido de la iniciativa, que no niega la importancia estructural de estas instituciones, en especial de los partidos, en la conformación del marco de funcionamiento del sistema político. Pero SUMAR pretende justamente acudir a la base de la acción política, al lugar donde se expresan las necesidades sociales y las dificultades en demasiadas ocasiones casi invencibles para regir con dignidad la existencia social de las personas. Lo que ha comenzado en este acto de presentación del 8 de julio es un proceso de interacción entre la ciudadanía y un proyecto de construcción de un sujeto político que pueda conformar un espacio potente de transformación y cambio social con vistas a las elecciones de noviembre del 2023.

Los medios conservadores han enfatizado este aspecto para intentar destacar un elemento de división y de conflicto entre este proyecto político y la existencia partidaria de Podemos, cultivando la idea de que este partido se siente ignorado por el discurso de Yolanda Díaz en su importante participación a la regeneración democrática y en los evidentes sufrimientos que ha padecido como objeto de una conducta claramente antidemocrática y difamatoria por parte de sectores muy poderosos tanto en la economía y en la política en alianza con elementos de las fuerzas de seguridad y con la complicidad de exponentes muy conocidos de los medios de comunicación. En este sentido, la prensa conservadora querría provocar en la militancia y la dirección de Podemos un sentimiento de resentimiento como el que en alguna manera se provocó entre los militantes de IU ante la emersión de Podemos en el horizonte político en el 2014-2015.

Pero el discurso de SUMAR no es de confrontación con lo “viejo” ni de ignorar la relevancia del partido político en la construcción institucional de la gobernanza. Se sitúa en otra dimensión, en la construcción de un movimiento social que interactúe con una idea de política como una acción útil y cercana a la existencia de las personas, que pueda servir para cambiar a mejor su vida. En ese sentido es en el que Yolanda Díaz hablaba ayer de la política como “algo muy sencillo”, la posibilidad de encontrar soluciones a los problemas reales de la gente: un contrato fijo, poder ser asistido en un centro hospitalario a tiempo, recibir una prestación suficiente ante una situación de práctica exclusión social, poder acceder a los alimentos y bienes de primera necesidad sin la angustia de no tener renta suficiente. Por eso la política es ante todo escucha – y también diálogo, subrayó Díaz – y en ese proceso saber qué es lo que está sucediendo y no separarse de la calle es decisivo.

Naturalmente que el enfoque y la perspectiva de la política radica en una ideología, pero en el acto de SUMAR se insistió en que ese elemento no puede impedir el cambio social basado en una política clara de transformación de la sociedad y de la cultura política dominante. Porque pensando diferente se puede caminar juntos, y esta idea explica cómo la consolidación de un pensamiento determinado en instituciones importantes como los partidos no debería ser un obstáculo a la elaboración de una subjetividad política profundamente anclada en movimientos sociales y en las necesidades de una ciudadanía diferente y desigual que se expresa a través de la interacción iniciada en este proceso de escucha en torno a SUMAR.

Y este es el dato que permite señalar la diferencia con la dinámica en la que se está inmerso en la lógica de la acción electoral como marco exclusivo de la acción política. En España cada semana , si no antes, se publica una encuesta en la que inexorablemente se anuncia que el ciclo de cambio político iniciado con el gobierno de coalición ha terminado y que el próximo gobierno debe pasar a las manos de los administradores seguros de los poderes del privilegio económico: el Partido Popular y la ultraderecha, una vez concluida con éxito la misión que se encomendó a Ciudadanos. El discurso de SUMAR se rebela ante esta condición inexorable que los medios anuncian como un destino inmodificable. “No me resigno”, decía ayer Yolanda Díaz y hablaba de la necesidad de un discurso en positivo, alejado del odio, en el que querer y ser solidario implicaba también querernos y valorarnos como personas, en donde cupiera la ternura que existe y se da en las relaciones personales, entre las generaciones de jóvenes y viejos que sin embargo una narrativa oficial y deshumanizada pretende enfrentar y oponer. En esa mirada positiva, en la que “alguien debe ocuparse de la esperanza” como señalaba Manuel Rivas, hay la simiente de un gran proceso colectivo que canalice la promesa de un futuro mejor y más justo para los próximos diez años.

Bienvenida por tanto SUMAR y el proceso que abre de ilusión y de esperanza que ayer se pudo palpar en el Matadero de Madrid entre tantas y tantas personas que desbordaron el reciento con su entusiasmo.


1 comentario:

Anónimo dijo...

Somos hermosamente incorregibles, no perdemos la esperanza de que finalmente terminaremos, desde nuestras diferencias, entendiéndonos. El momento es difícil estamos inmersos a nivel internacional y nacional bajo la tormenta perfecta, pero a pesar de la furia mentirosa con la que nos tratan los medios reaccionarios de este país, que por desgracia son demasiados, vamos a salir adelante.

Ahora más que nunca con SUMAR, hay que mostrar esa inteligencia de la que tanto presumimos y no siempre con razón el pensamiento progresista español. Esto hay que sacarlo adelante con cabeza y con corazón porque nos va a hacer falta y mucho de ambos.