miércoles, 22 de marzo de 2023

LAS JORNADAS DE MOTRIL SOBRE DERECHOS HUMANOS Y MIGRACIONES

 


Llevan ya diecinueve ediciones, y las Jornadas de Motril (Granada) sobre migraciones que organiza, año tras año, Luis Carlos Nieto, mantiene tanto su peciuliar formato como el renovado interés por un tema en el que la violencia del Estado se une cada vez más a un contexto ideológico en el que la ultraderecha quiere afirmar su xenofobia como un activo electoral que le impulse en su programa de odio y deshumanización del adversario político )y enemigo social).

Las Jornadas de Motril unen discusión política, análisis jurídico, con literatura y arte. Ese es el formato muy original que hace que su realización tenga un valor especial. En su promoción y elaboración participa la UNED, en el centro asociado de Motril, y la asociación Juezas y Jueces para la Democracia. Este año las XIX Jornadas sobre Derechos Humanos y Migraciones están organizadas por el magistrado Luis Carlos Nieto junto a Pilar Tello (UNED), Fátima Mateos (JJpD) y Eduardo Granados (funcionario de justicia), y participan Felipe Villa Rodríguez, Abogado y Presidente de la Asociación “Derechos Humanos y migraciones”  de Motril, José Antonio Ruiz Caballero, Director del Centro Asociado de la UNED de Motril, Begoña López Anguita, Magistrada, Gerardo Esteva Vallejo, Abogado y Presidente Cruz Roja Motril y Gonzalo Sáenz Quilez, de la Fundación Abogacía Española. Además de ello, un recital contra la exclusión a cargo de Pedro Pastor, un homenaje a Mariano Maresca, filósofo y pensador que ha acompañado estos encuentros, la proyección del documental “M” la voz a ellos debida, los testimonios de 14 menores migrantes que llegaron solos a Europa, y la intervención del poeta Juan Carlos Mestre en un acto sobre “la justicia de la memoria”.

En definitiva, tres días, del 29 al 31 de marzo, en el que se discute y se vive en torno a este tema fundamental, que en el momento actual – y más visto desde Italia – constituye uno de los elementos más terribles de la pretendida capacidad europea de autodefenderse de los flujos migratorios considerados como amenaza externa y reducida a una cuestión de orden público. El libro de Nunzia Castelli “Las migraciones internacionales. Una mirada crítica a la regulación internacional y europea desde la perspectiva laboral”, que publicó Bomarzo en 2019 sigue teniendo una vigencia crítica y propositiva muy importante ante estos fenómenos.

Las Jornadas son ya un espacio de encuentro y una experiencia importante que se ha convertido en una referencia fundamental sobre este tema.  En esta edición son presentadas por su inspirador y organizador de la siguiente manera:

Un año más nos vemos esta primavera en Motril para hablar sobre migraciones y refugio en un momento en el que más del 3% de la población mundial está migrando. La guerra de Ucrania ha provocado un desplazamiento masivo de personas que ha hecho que se superen los cien millones de desplazados forzados en el mundo, una cantidad muy superior a la que se produjo después de la Segunda Guerra Mundial. Esta es la realidad que nos puede ayudar a dimensionar el fenómeno migratorio.

El cartel que este año anuncia las Jornadas es un cuadro del pintor Mintxo Cemillán, inspirado en su participación y las reflexiones que tuvieron lugar en las jornadas del año pasado en Motril. El proceso creativo lo inició con un pequeño círculo rojo al que dejó sangrar por un lienzo todavía blanco y a partir de ahí una pintura envolvente que atrapa conciencias y avanza sumergida entre la música de Antton Valverde y la precisión de la poética de Patxi Zubizarreta, para el que los encuentros de Motril han servido de inspiración de varias obras literarias. El lugar donde se pintó también es muy simbólico, el salón de actos del Museo Preindustrial de la Caña de Azúcar de Motril, y a sus trabajadores queremos agradecer la generosidad de permitirnos realizar el acto, incluso fuera de horario. Muchas gracias.

¿Tragedia o compromiso? ¿Esperanza o convencimiento? El cartel puede trasmitir diferentes cosas, pero a quienes organizamos esta convocatoria nos ha servido para reforzar ese andamiaje de solidaridades del que hemos hablado en tantas ocasiones con supervivientes de las rutas migratorias. Ideas y emociones para reivindicar la hospitalidad, que al fin y al cabo es el origen de la fiesta y el canto, como dice el poeta Claudio Rodríguez. Hospitalidad también en sentido político y jurídico, que fundamenta el deber de acogida de quien huye del hambre o de la guerra. Y llegamos a estas Jornadas con más violencia en las fronteras de Europa.

La falta de respeto a la inmemorial ley del mar que obliga a rescatar a los náufragos y llevarles a puerto seguro ha dejado en Calabria a finales de febrero más de 70 muertos, muchos de ellos niños, que solo son parte de los casi 26.000 muertos del Mediterráneo, según cifras de la Organización Internacional de las Migraciones. Las muertes en la frontera de Melilla de 23 personas según datos oficiales, 37 según el informe de Amnistía Internacional que además recoge otros 77 en paradero desconocido, con una exhibición de violencia que repugna a la decencia y que supone una violación flagrante de los derechos más elementales, el derecho a la vida, devoluciones sin garantías, falta de asistencia médica, han supuesto uno de los acontecimientos más graves contra las personas desplazadas forzadas de los últimos tiempos.

Estas políticas de inmigración y asilo basadas en el cierre de fronteras que se resuelven con una violencia impropia de Estados democráticos pretenden lanzar un mensaje desmotivador de las migraciones, que además no es efectivo y solo consigue cambiar de lugar las rutas migratorias, abriéndose otras más peligrosas. Y también muestran violaciones del derecho internacional de los derechos humanos sin ningún pudor, como la supresión del derecho fundamental de asilo, sea Grecia en 2020 o el anuncio hecho ahora por Reino Unido o sus pretendidas deportaciones de solicitantes de asilo a Ruanda. Todo esto parte de una errónea concepción nacionalista de los derechos humanos, que por definición son de todas las personas, se enraízan en la dignidad de los seres humanos y por tanto son universales. Como hemos reiterado en tantas ocasiones los derechos o son de todas las personas o no son derechos, cuando solo son de unos pocos son privilegios.

Pero hay señales que abren ventanas de esperanza. La invasión de Ucrania ha provocado un desplazamiento forzado de personas sin precedentes y ha supuesto que la UE haya activado mecanismos de protección y ayuda para quienes huyen de una guerra injusta con una movilización de recursos y acogida importantes, cuya prórroga hasta el 2025 ya se ha anunciado. La decisión de proteger a estos refugiados ha permitido evitar un aumento de la tragedia en Europa y es muy loable, demostrando que tenemos mecanismos jurídicos para dar protección a los refugiados. Nos queda reclamar que estas medidas se amplíen para los refugiados de tantos países, sean sirios, afganos, africanos o americanos. ¿Cuánto hace que no oímos hablar de la guerra en Yemen? En fin, sobran motivos para que sigamos convocando estas ya veteranas Jornadas de Motril, en las que este año hablaremos sobre las distintas respuestas basadas en los derechos en el convencimiento de que otra forma de gestionar las migraciones es posible, sin tanto dolor, sin tanta dosis de muerte.

Agradecer a las gentes de la costa de Granada su participación y apoyo a este proyecto de inclusión y reconocimiento y a los trabajadores del Centro Asociado de la UNED de Motril su entrega en la organización.

Luis Carlos Nieto García


1 comentario:

Javier de Lucas dijo...

Enhorabuena y mil gracias a Luis Crlos Nieto y a todos los que hacéis posible esa cita imprescindible que son las Jornadas de Motril!!