Llevan ya
diecinueve ediciones, y las Jornadas de Motril (Granada) sobre migraciones que organiza,
año tras año, Luis Carlos Nieto, mantiene tanto su peciuliar formato
como el renovado interés por un tema en el que la violencia del Estado se une cada
vez más a un contexto ideológico en el que la ultraderecha quiere afirmar su xenofobia
como un activo electoral que le impulse en su programa de odio y deshumanización
del adversario político )y enemigo social).
Las Jornadas de Motril unen
discusión política, análisis jurídico, con literatura y arte. Ese es el formato
muy original que hace que su realización tenga un valor especial. En su
promoción y elaboración participa la UNED, en el centro asociado de Motril, y
la asociación Juezas y Jueces para la Democracia. Este año las XIX Jornadas
sobre Derechos Humanos y Migraciones están organizadas por el magistrado Luis
Carlos Nieto junto a Pilar Tello (UNED), Fátima Mateos (JJpD)
y Eduardo Granados (funcionario de justicia), y participan Felipe
Villa Rodríguez, Abogado y Presidente de la Asociación “Derechos Humanos y
migraciones” de Motril, José Antonio
Ruiz Caballero, Director del Centro Asociado de la UNED de Motril, Begoña
López Anguita, Magistrada, Gerardo Esteva Vallejo, Abogado y
Presidente Cruz Roja Motril y Gonzalo Sáenz Quilez, de la Fundación Abogacía
Española. Además de ello, un recital contra la exclusión a cargo de Pedro
Pastor, un homenaje a Mariano Maresca, filósofo y pensador que ha acompañado
estos encuentros, la proyección del documental “M” la voz a ellos debida, los testimonios
de 14 menores migrantes que llegaron solos a Europa, y la intervención del
poeta Juan Carlos Mestre en un acto sobre “la justicia de la memoria”.
En definitiva, tres días, del 29
al 31 de marzo, en el que se discute y se vive en torno a este tema fundamental,
que en el momento actual – y más visto desde Italia – constituye uno de los
elementos más terribles de la pretendida capacidad europea de autodefenderse de
los flujos migratorios considerados como amenaza externa y reducida a una
cuestión de orden público. El libro de Nunzia Castelli “Las migraciones
internacionales. Una mirada crítica a la regulación internacional y europea
desde la perspectiva laboral”, que publicó Bomarzo en 2019 sigue teniendo una
vigencia crítica y propositiva muy importante ante estos fenómenos.
Las Jornadas son ya un espacio de
encuentro y una experiencia importante que se ha convertido en una referencia
fundamental sobre este tema. En esta
edición son presentadas por su inspirador y organizador de la siguiente manera:
Un año más nos vemos esta
primavera en Motril para hablar sobre migraciones y refugio en un momento en el
que más del 3% de la población mundial está migrando. La guerra de Ucrania ha
provocado un desplazamiento
masivo de personas que ha hecho que se superen los cien millones de desplazados
forzados en el mundo, una cantidad muy superior a la que se produjo después de
la Segunda Guerra Mundial. Esta es la realidad que nos puede ayudar a
dimensionar el fenómeno migratorio.
El cartel que este año anuncia
las Jornadas es un cuadro del pintor Mintxo Cemillán, inspirado en su
participación y las reflexiones que tuvieron lugar en las jornadas del año
pasado en Motril. El proceso creativo lo inició con un pequeño círculo rojo al
que dejó sangrar por un lienzo todavía blanco y a partir de ahí una pintura
envolvente que atrapa conciencias y avanza sumergida entre la música de Antton
Valverde y la precisión de la poética de Patxi Zubizarreta, para el
que los encuentros de Motril han servido de inspiración de varias obras
literarias. El lugar donde se pintó también es muy simbólico, el salón de actos
del Museo Preindustrial de la Caña de Azúcar de Motril, y a sus trabajadores
queremos agradecer la generosidad de permitirnos realizar el acto, incluso
fuera de horario. Muchas gracias.
¿Tragedia o compromiso?
¿Esperanza o convencimiento? El cartel puede trasmitir diferentes cosas, pero a
quienes organizamos esta convocatoria nos ha servido para reforzar ese
andamiaje de solidaridades del que hemos hablado en tantas ocasiones con
supervivientes de las rutas migratorias. Ideas y emociones para reivindicar la
hospitalidad, que al fin y al cabo es el origen de la fiesta y el canto, como
dice el poeta Claudio Rodríguez. Hospitalidad también en sentido
político y jurídico, que fundamenta el deber de acogida de quien huye del
hambre o de la guerra. Y llegamos a estas Jornadas con más violencia en las
fronteras de Europa.
La falta de respeto a la
inmemorial ley del mar que obliga a rescatar a los náufragos y llevarles a
puerto seguro ha dejado en Calabria a finales de febrero más de 70 muertos, muchos de ellos niños,
que solo son parte de los casi 26.000 muertos del Mediterráneo, según cifras de
la Organización Internacional de las Migraciones. Las muertes en la frontera de
Melilla de 23 personas según datos oficiales, 37 según el informe de Amnistía
Internacional que además recoge otros 77 en paradero desconocido, con una
exhibición de violencia que repugna a la decencia y que supone una violación
flagrante de los derechos más elementales, el derecho a la vida, devoluciones
sin garantías, falta de asistencia médica, han supuesto uno de los acontecimientos
más graves contra las personas desplazadas forzadas de los últimos tiempos.
Estas políticas de inmigración y
asilo basadas en el cierre de fronteras que se resuelven con una violencia
impropia de Estados democráticos pretenden lanzar un mensaje desmotivador de
las migraciones, que además no es efectivo y solo consigue cambiar de lugar las
rutas migratorias, abriéndose otras más peligrosas. Y también muestran violaciones
del derecho internacional de los derechos humanos sin ningún pudor, como la
supresión del derecho fundamental de asilo, sea Grecia en 2020 o el anuncio
hecho ahora por Reino Unido o sus pretendidas deportaciones de solicitantes de
asilo a Ruanda. Todo esto parte de una errónea concepción nacionalista de los
derechos humanos, que por definición son de todas las personas, se enraízan en
la dignidad de los seres humanos y por tanto son universales. Como hemos
reiterado en tantas ocasiones los derechos o son de todas las personas o no son
derechos, cuando solo son de unos pocos son privilegios.
Pero hay señales que abren
ventanas de esperanza. La invasión de Ucrania ha provocado un desplazamiento
forzado de personas sin precedentes y ha supuesto que la UE haya activado
mecanismos de protección y ayuda para quienes huyen de una guerra injusta con
una movilización de recursos y acogida importantes, cuya prórroga hasta el 2025
ya se ha anunciado. La decisión de proteger a estos refugiados ha permitido
evitar un aumento de la tragedia en Europa y es muy loable, demostrando que
tenemos mecanismos jurídicos para dar protección a los refugiados. Nos queda
reclamar que estas medidas se amplíen para los refugiados de tantos países,
sean sirios, afganos, africanos o americanos. ¿Cuánto hace que no oímos hablar
de la guerra en Yemen? En fin, sobran motivos para que sigamos convocando estas
ya veteranas Jornadas de Motril, en las que este año hablaremos sobre las
distintas respuestas basadas en los derechos en el convencimiento de que otra
forma de gestionar las migraciones es posible, sin tanto dolor, sin tanta dosis
de muerte.
Agradecer a las gentes de la
costa de Granada su participación y apoyo a este proyecto de inclusión y
reconocimiento y a los trabajadores del Centro Asociado de la UNED de Motril su
entrega en la organización.
Luis Carlos Nieto García
1 comentario:
Enhorabuena y mil gracias a Luis Crlos Nieto y a todos los que hacéis posible esa cita imprescindible que son las Jornadas de Motril!!
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