lunes, 7 de julio de 2014

AL GO MÁS QUE UN ENCUENTRO DE METALÚRGICOS DEL SUR


Ha llegado a orillas del rio Cam la realización, hace una semana, de una interesante reunión en la que se han encontrado las Federaciones Metalúrgicas italiana y española, con sus dos secretarios generales al frente, Agustín Martín por la Federación de Industria de CCOO y Maurizio Landini por la FIOM-CGIL. Como tampoco creo que a muchos de nuestras lectoras y lectores les haya llegado esta noticia, a continuación se inserta un comentario al encuentro y la información que del mismo han dado las fuentes sindicales normalmente bien informadas.
 
El 30 de junio y el 1 de julio se ha celebrado en Madrid un encuentro a alto nivel entre la dirección de la FIOM – CGIL italiana y la Federación de Industria de CC.OO. Se trataba de una reunión para intercambiar experiencias y opiniones sobre la negociación colectiva y “la situación del sindicato”. El encuentro bilateral era muy significativo porque se desarrollaba a nivel de rama de industria – cuando normalmente estas relaciones se desarrollan en el plano confederal – y la FIOM-CGIL es, después de la IG Metall alemana, la más poderosa organización sindical de los trabajadores del metal de Europa. Respecto de CCOO, la Federación de Industria es uno de los elementos vertebrales no solo de la estructura sindical, sino del tipo de cuadro sindical realmente existente que ha desarrollado su actuación sindical en la media y gran empresa inserto en una cultura colectiva muy determinada que, conviene recordarlo, enlaza con la memoria antifranquista del movimiento obrero.
La FIOM-CGIL se mueve en dos escenarios plenamente convergentes. En el plano interno, la FIOM ha luchado de forma directa contra la estrategia de la empresa FIAT de división sindical y de exclusión del sindicato metalúrgico del derecho a negociar el convenio colectivo de empresa, pretendiendo establecer un nexo directo entre la legitimación para negociar y la aceptación de la propuesta empresarial. La FIOM ha mantenido una inmensa batalla legal contra esta concepción de la FIAT que de hecho la permitía seleccionar sus interlocutores colectivos, y ha resultado vencedora tanto en los tribunales ordinarios, como, de manera fundamental, en el Tribunal Constitucional italiano que ha anulado el art. 19 del Statuto dei Lavoratori por entenderlo inconstitucional al ligar la representatividad en la empresa y el reconocimiento de la personalidad jurídica del sindicato en ésta al hecho de suscribir y ser parte del convenio colectivo de la misma. Esta declaración de inconstitucionalidad abría una posibilidad de intervención legislativa sobre la representatividad de los sindicatos, pero han sido sin embargo éstos los que han forzado un acuerdo tripartito interconfederal CGIL – CISL – UIL en el que reorientan la decisión del Tribunal Constitucional en materia de representación, que ha sido criticado por la FIOM precisamente por dejar muy poco espacio a la voluntad concreta de los trabajadores y su opción en un proceso de negociación. Para la FIOM, en efecto, el sindicato debe fortalecer su carácter de representante de los trabajadores – de todos los trabajadores y trabajadoras – y por consiguiente, verificar el consenso de éstos a las decisiones relevantes del mismo. No puede convertirse por tanto la organización sindical en lo que Umberto Romagnoli ha definido de forma muy precisa: una institución para-pública que se comporta como un tutor con los sujetos que representa, a los que contempla como sujetos a medio camino entre la capacidad y la incapacidad de obrar. La revalorización del referéndum entre los trabajadores como forma de consulta y la interlocución sindical sobre la base de una referencia general, unitaria del conjunto de personas que trabajan en la empresa, son las señas de identidad de este modelo sindical.
En el plano externo, la FIOM_CGIL  ha mantenido desde el inicio de la crisis y las primeras medidas de austeridad del gobierno Berlusconi, luego del de Monti y en fin, tras la crisis política del 2013, respecto a los gobiernos de Letta y ahora de Renzi, una actitud crítica impulsando procesos de movilización social generalizados. Landini, su secretario general, se ha convertido en un referente político de primera fila, junto con otras personalidades muy respetadas, en ese estilo clásico italiano de que la sociedad civil es capaz de generar una plataforma social y política que se ofrece a la participación ciudadana. Lo hicieron mediante la petición de un referéndum para derogar una norma insólita que permitía que el convenio colectivo de empresa se impusiera frente al convenio nacional de sector o incluso frente a una norma estatal, y lo han vuelto a realizar mediante la oposición a las reformas constitucionales que está impulsando actualmente el presidente del Consejo de Ministros Renzi. Es como sucede con tantos sindicalistas italianos de raza, un buen escritor. Javier Aristu ha traducido al español su último libro, “Fuerza de Trabajo” que en breve estará disponible en versión electrónica en la Fundación 1 de Mayo. Merece la pena leerlo.
Pero fundamentalmente la FIOM trabaja en la dimensión europea buscando la creación de un frente común sindical frente a la política de austeridad, y en este sentido se debe leer el encuentro con la Federación de Industria de CCOO. Desde una aproximación global, la FIOM entiende que la crisis no lo es en un sentido técnico, limitada a los parámetros económico-financieros que conocemos. Se trata por el contrario de una crisis que se inscribe en un estado de emergencia para la democracia política y social tal como la conocemos y la teorizamos en la actualidad, y que está abriendo un tránsito entre épocas a partir del cual los sujetos y los contextos en los que se desenvuelven las acciones no podrán volver a plantearse en los mismos términos que antes de la crisis.  En este punto hay una cierta indefinición, porque reconocienmdo este cambio radical en proceso, la FIOM sigue pensando que los objetivos finales del “pasado” – solidaridad, mediación colectiva, impulso contra la desigualdad – deben seguri proponiéndose como forma segura de “guiarse” en el cambio que se está gestando y en el que la clase trabajadora no participa ni dirige. Por eso revalorizar la dimensión internacional y en concreto la europea, es decisivo para este planteamiento de la FIOM. Los sindicatos del sur de Europa tienen que hacer explícito al resto del movimiento sindical europeo, más allá de la contención que pudieran exigir los usos diplomáticos entre confederaciones nacionales, que los efectos de la crisis están generando nuevas asimetrías Norte / Sur en la Unión Europea que el sindicalismo del centro y del norte tiene que combatir, a la vez que presionar directamente también en el interior de sus estados-nación para abandonar estas políticas de austeridad más allá de las fronteras de sus estados. No basta con la presión de las fuerzas políticas, sino que es necesario articular un frente sindical potente anti-austeridad que sea capaz, como sucedió con la convocatoria de huelga general europea para el 14 de noviembre del 2012, de presentarse como sujetos fuertes con presencia en el escenario de la Unión Europea. La asimetría Norte /Sur se repropone además en cada uno de los países internamente entre trabajadores desiguales y trabajadores “ordinarios”, precarios y estables, complicando la capacidad de respuesta sindical.
Como es lógico, este planteamiento “dice” mucho a CC.OO. Por eso la iniciativa del encuentro entre ambas federaciones es síntoma de una percepción diferente, más exigente, del “papel” de los sindicatos en una sociedad en crisis. En la reunión además participaron no sólo sindicalistas, sino especialistas en derecho laboral, como Umberto Romagnoli invitado por la FIOM y Joaquin Aparicio, invitado por CCOO, que sostuvieron con los sindicalistas una sesión de debate muy intensa, coordinada por Juan Blanco. Tras la sesión de trabajo, el grupo más reducido celebró una cena informal y a la mañana siguiente acudieron todos a la concentración en Callao en defensa del derecho de huelga frente a la represión penal de la misma.
A continuación se inserta la nota de prensa de la Federación de Industria de CCOO
FIOM-CGIL y CCOO de Industria intercambian reflexiones sobre la situación de la negociación colectiva y el papel de los sindicatos
  • Esta semana ha tenido lugar en Madrid un encuentro bilateral entre la federación italiana y la española
Durante los últimos años, Italia y España se han visto sometidas a sucesivas reformas laborales que han impactado de lleno en el marco de la negociación colectiva. Para intercambiar experiencias sobre el asunto, y recibir información sobre lo que está sucediendo en los dos países, esta semana se han reunido en Madrid los secretarios generales de CCOO de Industria y de FIOM-CGIL, la federación del metal más importante del continente tras la alemana IGMetall
En la reunión que esta semana han mantenido en Madrid los secretarios generales de CCOO de Industria y FIOM-CGIL, Agustín Martín y Maurizio Landini abordaron en profundidad cuestiones que preocupan a los dos sindicalistas: cómo amortiguar el impacto de las reformas laborales en la negociación colectiva y cuál es el papel que deben jugar los sindicatos en el contexto europeo.

En cada uno de estos debates estuvieron acompañados por Umberto Romagnoli, catedrático de la Universidad de Bolonia y ex presidente de la Asociación Italiana del Derecho del Trabajo y la Seguridad Social. Se unieron al grupo Sandra Petrucci, responsable de Europa en la federación italiana y Juan Blanco, secretario de Internacional de CCOO de Industria. Otros miembros de la ejecutiva participaron puntualmente en la reunión.

Las dos delegaciones llegaron a la conclusión de que el sujeto sindical debe tener, en el contexto europeo, un elevado componente de propuesta. Partiendo de las especificidades de las condiciones sociales, económicas e industriales de Italia y España, acordaron trabajar en un documento, que dirigirán al sindicalismo europeo, donde se reconozca la asimetría de la crisis.
 
 


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