Europa está en el centro del debate político, social, sindical y jurídico de nuestros días. Como se afirma a continuación, la dimensión europea es clave en la consideración del marco normativo que regula el trabajo en esta región. Un encuentro próximo en Florencia se dedica a esta cuestión y aquí se da cuenta del mismo.
Nadie puede pensar estrategias de reforma social en la actualidad sin
afrontar la cuestión Europa. Esto es particularmente cierto respecto de la situación
del derecho laboral, sometido a la presión incesante de la remercantilización del trabajo especialmente intensa a partir de
las llamadas reformas estructurales urgidas por las políticas de austeridad.
Pero las últimas tendencias políticas en Gran Bretaña con el Brexit rompen el
tejido conectivo que la subsistencia del modelo social europeo había ido
asentando en todo el espacio supranacional trabajosamente creado, poniendo en
riesgo una amplia serie de derechos reconocidos en el Reino Unido precisamente
a partir de la trasposición de las directivas europeas. Y el auge de los
partidos nacionalistas y xenófobos en Hungría, Polonia, Holanda, Francia e
incluso Alemania, demuestra la fragilidad de una situación ante la cual es
ineludible fortalecer los derechos sociales y extender el principio de
democracia en todo el espacio europeo. En la Europa del Sur, las reformas de
las respectivas legislaciones laborales de los países endeudados ha implantado
un verdadero estado de excepción en cuanto a los derechos sociales vigentes en
los mismos, con importantes episodios de degradación y de retroceso social. La
continua equiparación entre la gobernanza europea y el neoliberalismo
autoritario que la sostiene está deslegitimando el europeísmo como vía de
avance hacia un horizonte de reforma social sostenida, en el marco de un modelo
social fuerte que se construye en paralelo a un verdadero federalismo político
en la región.
Todos estos son problemas acuciantes que se plantean a diversos niveles,
desde la complejidad del sistema que regula las relaciones de trabajo y que
afecta también a las propias formas de producción del derecho. El sindicalismo
europeo es muy consciente de esta situación, pero su forma de reaccionar es
lenta y complicada, sobre la base de su carácter superestructural y escasamente
operativo en orden a adoptar decisiones generales y vinculantes a las que no
puede acceder sin la regla no escrita de la unanimidad. Pero en el nivel
estatal-nacional, este problema se plantea cada vez con más urgencia, en
especial en aquellos países sobre los que la crisis ha sido coartada para
decisiones políticas y normativas que han vaciado el contenido de los derechos
de negociación colectiva y sindicales junto con la degradación de los derechos
individuales a través del crecimiento incontrolado de la precariedad laboral y
del trabajo fragmentado y dislocado merced a una organización de empresa que
busca evitar la responsabilidad laboral y que fortalece la codicia corporativa
y su inmunidad. El debate sindical interno que en estos meses se está dando en
CC.OO. es una buena muestra de la perentoriedad con la que estos temas se
incorporan a un debate abierto y sin demasiadas respuestas seguras.
Pero es asimismo un elemento acuciante para otros sujetos no siempre
visibles en un panorama que demasiadas veces resulta oscurecido o manipulado en
el espacio mediático, desorientando y confundiendo a la opinión pública. Es el
caso de expertos laboralistas, juristas dedicados al derecho del trabajo, asesores
sindicales y profesores e investigadores académicos, que mantienen, normalmente
sin que los focos de la atención pública se dirijan a los mismos, un ya
relativamente largo debate sobre estas cuestiones, no sólo analizando desde
varios puntos de vista las características de la terrible situación actual,
sino elaborando propuestas y generando fundados y sólidos apoyos para medidas
posibles de cambio y reforma que acompañen a su vez proyectos políticos y
sociales alternativos a los existentes que se inscriben en una gobernanza que,
contra lo que afirman sus valedores, acentúan la crisis y el desmoronamiento de
la Unión Europea.
En gran medida estos movimientos se organizan en red, y obtienen su fuerza
de la puesta en común de opiniones, pareceres y discurso jurídico y político;
de la contaminación mutua de ideas y proyectos. Uno de ellos lleva ya algunos
años muy activo, organizando una reunión anual, buscando de manera definida que
ésta tenga lugar en el sur de Europa como territorio típico de experimentación
de las políticas desreguladoras neoliberales, y está compuesto por un colectivo
de abogados europeos dedicados a la defensa de los trabajadores, un grupo formado en su origen por abogados y abogadas
alemanes, ingleses, franceses, belgas y holandeses, que se denomina European Lawyers for Workers Network (EWL),
y que en esta ocasión han previsto un encuentro en Florencia para los días 12 y
13 de mayo. El encuentro cuenta además con la participación de la Asociación
Europea de Juristas por la Democracia y los Derechos Humanos Universales (ELDH)
y el patrocinio pleno de la CGIL Toscana, sin el cual no se habría podido
celebrar, merced a la mediación activa del profesor de la Universidad de Siena,
Antonio Loffredo, que ha sido el
alma de esta reunión.
El encuentro se dedica genéricamente a los retos que se abren al Derecho
del Trabajo en Europa, con la intención expresa de recuperar la iniciativa en
los proyectos y acciones emancipatorias. Desde ese punto de vista, se examinan
problemáticas singulares en algunos países sobre los derechos colectivos – la eficacia
de la huelga en el trabajo atípico o en las nuevas formas de trabajo, la
criminalización de los piquetes como forma de desactivar la presencia de la
huelga en el espacio público – o en general sobre el trabajo objeto de tutela
legal, como en el caso de Uber (a cargo respectivamente de A. Jacobs, A. Baylos y V. De
Stefano). Pero fundamentalmente se atiende a una problemática especialmente
europea, el dumping social derivado
de la mala solución que la directiva de desplazamiento de los trabajadores con
una especial atención a las empresas falsas en el sector del transporte que
contratan a conductores de camión supuestamente en el país en el que tienen su
sede y les aplican por tanto las condiciones de trabajo y salariales más bajas
(para lo cual intervendrán dos reputados expertos en el tema, G. Orlandini y M. Houwerzijl). El segundo gran tema es el de los derechos
laborales y las cláusulas sociales en la contratación pública, y la problemática
que lleva aparejada la última Directiva del 2016 sobre contratación pública en
relación con las trasposiciones de la misma en los distintos países de la UE,
tanto analizando el texto de la directiva como los aspectos más relevantes de
cláusulas sociales y salud y seguridad en el trabajo (que llevarán a cabo J. Cremers y R. Helm), junto con una mirada general de la más reciente jurisprudencia
del TJUE y del TEDH que efecuará R. Buschman.
El encuentro se cierra con una amplia mesa redonda en donde se expresan una
serie de expertos sobre la situación actual de la Europa de los derechos y la posibilidad
de recuperar la iniciativa en este terreno. Presidida por A. Loffredo, se da un amplio espacio a la situación en Grecia, con
la participación de D. Travlos y de W. Daübler, que ha formado parte de un
grupo de expertos para la revisión de las instituciones del mercado de trabajo
griego, así como al problema británico, con la participación de J. Hendy sobre el Manifiesto sobre el
Derecho del Trabajo como proyecto de cambio político ineludible en una Gran
Bretaña sacudida por las consecuencias del Brexit, y de A. Lassandari, que explicará la propuesta de la CGIL sobre la Carta
de Derehos Universales del Trabajo, terminando con el análisis que E. Lynch, secretaria confederal de la
CES , hará sobre el “asi llamado” Pilar Social Europeo. El encuentros e cerrará
con las palabras de la secretaria general de la CGIL, Susana Camusso.
Del mismo enunciado de los temas se comprueba que se trata de un debate
sobre puntos sustanciales que afectan a la práctica de las relaciones laborales
europeas y que comprometen un modelo de regulación que tiene necesariamente que
ser modificado. Como dirá el comunicado final de la Conferencia, la participación
de expertos desde diferentes campos de la teoría y de la práctica –
sindicalistas y asesores de sindicatos, en especial de la DGB y de la CGIL,
profesores y juristas académicos de Holanda, España, Italia, Grecia y Alemania,
abogados y miembros de organizaciones internacionales como la OIT – permite la
adopción de una “perspectiva multifacética y competente para estudiar y
discutir aspectos problemáticos del derecho del trabajo en Europa”. La conclusión
no obstante sigue siendo problemática, porque el único horizonte posible es el
de reforzar los derechos sociales que den sentido a la existencia digna de la
mayoría de la población europea, y para ello se requiere un largo camino para
recuperar la iniciativa colectiva y social con ese propósito, una lucha que es
también cultural para instalar este pensamiento colectivo en sectores dinámicos
de los trabajadores y sus representantes venciendo el “sentido común” que
prescribe la sumisión voluntaria a los postulados neoliberales de grado o por
la fuerza a través de la violencia permanente de los poderes públicos y
privados.
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