miércoles, 23 de julio de 2025

DESHUMANIZACIÓN, CRÍMENES DE GUERRA, GENOCIDIO: LA COTIDIANEIDAD DEL TERROR EN PALESTINA

 


Ya estamos acostumbrados. Todos los días se repiten las escenas de terror y masacre de la población palestina: niños, ancianos, mujeres y hombres. Destrucción de escuelas, universidades y hospitales. Eliminación de periodistas, amenazas a quien disienta de esa espiral de destrucción. Tiro al blanco de quienes solo quieren recibir una porción de comida. Hambruna entre la población. Y enfrente, la sonrisa de los asesinos. Las fuerzas armadas de ocupación israelí están cometiendo espantosos crímenes de guerra y el gobierno de Israel es perfectamente consciente de su actuación colonial y genocida de todo un pueblo. Con el apoyo sin restricciones de Estados Unidos, la única democracia de Oriente Medio lleva a cabo día a día su tarea de destrucción y de masacre, inmune e impune, en gran medida gracias a la complicidad de una buena parte de los gobiernos europeos y de la propia Unión Europea que se niega a adoptar ni siquiera las medidas más limitadas de suspender sus acuerdos comerciales con un país cuyo gobierno está siendo enjuiciado por crímenes internacionales.

Se cuentan por millones las personas que nos hemos manifestado en todo el mundo contra esta ignominia. Y sin embargo la deshumanización de quienes forman parte del pueblo palestino continua. En los medios de comunicación todos los días somos testigos de esa masacre y del elogio de la pulsión de muerte que el Estado de Israel y su gobierno efectúan como justificación de su acción criminal. La indignación de tantas personas no basta para detener este genocidio.

Este blog no podía quedar al margen de esta desoladora situación. Joaquín Aparicio ha elaborado un texto en el que efectúa el parangón entre este tipo de actuaciones y las que realizó el III Reich alemán bajo la guía del partido nacionalsocialista. Como él mismo advierte, no es una comparación que complazca a quienes durante tanto tiempo hemos reconocido como víctimas de la devastación, de la Shoah que generó el holocausto del pueblo judío. Pero que hoy devuelve a todos quienes lo podemos ver, la imagen deformada de una identidad siniestra.

 Este es el texto de Joaquín Aparicio:

  

LAS PRACTICAS NAZIS DE ISRAEL CONTRA LA POBLACIÓN PALESTINA

 Cuando se acusa al Gobierno de Netanyahu de aplicar medidas nazis contra la población palestina se alzan de inmediato por doquier voces airadas que niegan tal cosa porque los nazis llevaron a cabo un genocidio contra los judíos en Europa, como si eso le pusiera a salvo de prácticas semejantes. Pero miremos algunos relevantes hechos. La base del holocausto estaba en la previa deshumanización de los judíos y de paso de gitanos, comunistas o enfermos. Si no eran humanos la solución final no implicaba cometer asesinatos masivos ya que las víctimas eran poco menos que animales.

 

Es bien sabido que la eliminación física de tantas personas se llevó a cabo de distintas maneras: la horca, fusilamientos, bombardeos de poblaciones (Varsovia), campos de concentración y los mecanismos industriales que acababan en los hornos crematorios. A los que se añadía la hambruna programada. Resultan estremecedoras las imágenes de los cuerpos famélicos encontrados en los campos. Pero hubo un caso de utilización del hambre particularmente cruel por la frialdad con que se tomó la decisión que se parece bastante a lo que ocurre en la franja de Gaza, fue en el asedio de Leningrado. Con la invasión de la Unión Soviética por los nazis, el llamado ejercito del norte, ayudado por tropas finlandesas y las franquistas de la División Azul, tenía como misión conquistar y destruir Leningrado, pero, al llegar a las inmediaciones de la ciudad la resistencia que encontraron les inmovilizó. En esa situación el alto mando nazi, con el conocimiento de Hitler, tomó la decisión de matar a la población de hambre mediante un asedio que evitase la entrada de alimentos, para lo cual bombardearon almacenes de comida y a las personas que a través del lago Ladoga pretendían salir de la ciudad.  Fue una decisión premeditada. El asedio duró desde el 8 de septiembre de 1941 al 27 de enero de 1944: 872 días. La resistencia fue, a pesar de todo, heroica, pero, efectivamente, el hambre hizo estragos entre la población civil y provocó la muerte de un millón de personas en una ciudad que antes del asedio tenía una población de poco más de tres millones. Hay documentos aterradores de la situación vivida con inviernos que alcanzaron temperaturas inferiores a los 35 grados bajo cero. En los juicios de Nuremberg estos hechos se calificaron de genocidio.

 

Hoy vemos a diario imágenes de cómo la población palestina de Gaza es bombardeada con las más sofisticadas armas, recibe disparos de los soldados israelíes y es privada del acceso al agua, los alimentos, las medicinas y el combustible con lo que la hambruna ha hecho su aparición. Hay que tener una sensibilidad como la de una piedra para que la visión de niños famélicos y heridos sin posibilidad de cura no produzca conmoción y un desgarro en lo más íntimo de nuestro ser. Cuando las autoridades israelíes bloquean la entrada de alimentos y otras cosas necesarias para la vida, proscriben la actuación de la agencia de las Naciones Unidas, la UNRWA, para encargar un miserable reparto de pseudo alimentos a una organización mercenaria norteamericana y, además, dispara a la población hambrienta que acude a los puntos de reparto de un poco de comida están cometiendo genocidio.

 

Pero hay más. El ejército de Israel está obligando cada vez más a la población de Gaza a un desplazamiento forzoso a uno reducto vigilado, cerca de Rafah, cínicamente llamado “ciudad humanitaria cerrada”, es decir, un campo de concentración. Por otro lado, en Cisjordania colonos judíos ultraortoxos disparan a ciudadanos palestinos como si fuesen piezas de caza con el objetivo de apoderarse de sus posesiones sin que ni el ejercito ni la policía se molesten mucho por controlarlos. Es el supremacismo lo que late tras todas estas prácticas y la deshumanización de los palestinos. Los atentados de Hamás no pueden justificar nada de todo esto. En resumen: Si el Estado de Israel deshumaniza a los palestinos como lo hicieron los nazis, si procede a su eliminación física por medio de bombardeos, disparos y hambre, si los confina en campos de concentración, no queda sino decir que el Estado de Israel se comporta como un Estado nazi y sus dirigentes, con Netanhyahu a la cabeza, deben ser sometido a juicio por genocidio que es un delito imprescriptible. Sería bueno que Estados como Alemania dejaran atrás su mala conciencia y vean lo tienen delante de sus ojos. Pero ahora lo urgente es detener la masacre ya.

 

 

Joaquín Aparicio Tovar


4 comentarios:

A.n.f dijo...

Muy bueno, necesario, compartido comentario y que hay que reiterar una otra vez, y hacerlo llegar al pueblo de Israel, a los hijos del tremendo holocausto nazi, para que vean que su gobierno está haciendo lo que le hicieron a sus padres y/o abuelos con la escusa de los actos condenables de Hamas.

Paco Trillo dijo...

Una repetición trágica de la historia en la que víctima y verdugo se reúnen en la búsqueda del genocidio del pueblo palestino ¿Una repetición de la historia también la del verdugo de entonces que se postula como la gran potencia militar de la Unión Europea?

Anónimo dijo...

Aparicio, gracias por tu escrito. Sencillo y claro, reflejo de esta realidad. EEUU autor en igual rango que Israel de este genocidio. Y Europa cómplice. Siento vergüenza. Nos tendríamos que movilizar más. No se, pero algunas medidas debemos tomar.

Anónimo dijo...

Un texto muy claro sobre lo que está ocurriendo.Es triste ver como no aprendemos de los errores