Ya estamos acostumbrados. Todos los días se
repiten las escenas de terror y masacre de la población palestina: niños,
ancianos, mujeres y hombres. Destrucción de escuelas, universidades y
hospitales. Eliminación de periodistas, amenazas a quien disienta de esa
espiral de destrucción. Tiro al blanco de quienes solo quieren recibir una
porción de comida. Hambruna entre la población. Y enfrente, la sonrisa de los
asesinos. Las fuerzas armadas de ocupación israelí están cometiendo espantosos
crímenes de guerra y el gobierno de Israel es perfectamente consciente de su
actuación colonial y genocida de todo un pueblo. Con el apoyo sin restricciones
de Estados Unidos, la única democracia de Oriente Medio lleva a cabo día
a día su tarea de destrucción y de masacre, inmune e impune, en gran medida
gracias a la complicidad de una buena parte de los gobiernos europeos y de la
propia Unión Europea que se niega a adoptar ni siquiera las medidas más
limitadas de suspender sus acuerdos comerciales con un país cuyo gobierno está
siendo enjuiciado por crímenes internacionales.
Se cuentan por millones las personas que nos hemos manifestado en todo el mundo contra esta ignominia. Y sin embargo la deshumanización de quienes forman parte del pueblo palestino continua. En los medios de comunicación todos los días somos testigos de esa masacre y del elogio de la pulsión de muerte que el Estado de Israel y su gobierno efectúan como justificación de su acción criminal. La indignación de tantas personas no basta para detener este genocidio.
Este blog no podía quedar al margen de esta desoladora situación. Joaquín Aparicio ha elaborado un texto en el que efectúa el parangón entre este tipo de actuaciones y las que realizó el III Reich alemán bajo la guía del partido nacionalsocialista. Como él mismo advierte, no es una comparación que complazca a quienes durante tanto tiempo hemos reconocido como víctimas de la devastación, de la Shoah que generó el holocausto del pueblo judío. Pero que hoy devuelve a todos quienes lo podemos ver, la imagen deformada de una identidad siniestra.
LAS PRACTICAS NAZIS DE ISRAEL CONTRA LA POBLACIÓN
PALESTINA
Es bien
sabido que la eliminación física de tantas personas se llevó a cabo de
distintas maneras: la horca, fusilamientos, bombardeos de poblaciones
(Varsovia), campos de concentración y los mecanismos industriales que acababan
en los hornos crematorios. A los que se añadía la hambruna programada. Resultan
estremecedoras las imágenes de los cuerpos famélicos encontrados en los campos.
Pero hubo un caso de utilización del hambre particularmente cruel por la
frialdad con que se tomó la decisión que se parece bastante a lo que ocurre en
la franja de Gaza, fue en el asedio de Leningrado. Con la invasión de la Unión
Soviética por los nazis, el llamado ejercito del norte, ayudado por tropas
finlandesas y las franquistas de la División Azul, tenía como misión conquistar
y destruir Leningrado, pero, al llegar a las inmediaciones de la ciudad la
resistencia que encontraron les inmovilizó. En esa situación el alto mando nazi,
con el conocimiento de Hitler, tomó la decisión de matar a la población de hambre
mediante un asedio que evitase la entrada de alimentos, para lo cual
bombardearon almacenes de comida y a las personas que a través del lago Ladoga
pretendían salir de la ciudad. Fue una
decisión premeditada. El asedio duró desde el 8 de septiembre de 1941 al 27 de
enero de 1944: 872 días. La resistencia fue, a pesar de todo, heroica, pero, efectivamente,
el hambre hizo estragos entre la población civil y provocó la muerte de un
millón de personas en una ciudad que antes del asedio tenía una población de
poco más de tres millones. Hay documentos aterradores de la situación vivida
con inviernos que alcanzaron temperaturas inferiores a los 35 grados bajo cero.
En los juicios de Nuremberg estos hechos se calificaron de genocidio.
Hoy vemos
a diario imágenes de cómo la población palestina de Gaza es bombardeada con las
más sofisticadas armas, recibe disparos de los soldados israelíes y es privada
del acceso al agua, los alimentos, las medicinas y el combustible con lo que la
hambruna ha hecho su aparición. Hay que tener una sensibilidad como la de una
piedra para que la visión de niños famélicos y heridos sin posibilidad de cura
no produzca conmoción y un desgarro en lo más íntimo de nuestro ser. Cuando las
autoridades israelíes bloquean la entrada de alimentos y otras cosas necesarias
para la vida, proscriben la actuación de la agencia de las Naciones Unidas, la
UNRWA, para encargar un miserable reparto de pseudo alimentos a una
organización mercenaria norteamericana y, además, dispara a la población
hambrienta que acude a los puntos de reparto de un poco de comida están
cometiendo genocidio.
Pero hay
más. El ejército de Israel está obligando cada vez más a la población de Gaza a
un desplazamiento forzoso a uno reducto vigilado, cerca de Rafah, cínicamente
llamado “ciudad humanitaria cerrada”, es decir, un campo de concentración. Por
otro lado, en Cisjordania colonos judíos ultraortoxos disparan a ciudadanos
palestinos como si fuesen piezas de caza con el objetivo de apoderarse de sus
posesiones sin que ni el ejercito ni la policía se molesten mucho por
controlarlos. Es el supremacismo lo que late tras todas estas prácticas y la
deshumanización de los palestinos. Los atentados de Hamás no pueden justificar
nada de todo esto. En resumen: Si el Estado de Israel deshumaniza a los
palestinos como lo hicieron los nazis, si procede a su eliminación física por
medio de bombardeos, disparos y hambre, si los confina en campos de
concentración, no queda sino decir que el Estado de Israel se comporta como un
Estado nazi y sus dirigentes, con Netanhyahu a la cabeza, deben ser sometido a
juicio por genocidio que es un delito imprescriptible. Sería bueno que Estados
como Alemania dejaran atrás su mala conciencia y vean lo tienen delante de sus
ojos. Pero ahora lo urgente es detener la masacre ya.
Joaquín
Aparicio Tovar
4 comentarios:
Muy bueno, necesario, compartido comentario y que hay que reiterar una otra vez, y hacerlo llegar al pueblo de Israel, a los hijos del tremendo holocausto nazi, para que vean que su gobierno está haciendo lo que le hicieron a sus padres y/o abuelos con la escusa de los actos condenables de Hamas.
Una repetición trágica de la historia en la que víctima y verdugo se reúnen en la búsqueda del genocidio del pueblo palestino ¿Una repetición de la historia también la del verdugo de entonces que se postula como la gran potencia militar de la Unión Europea?
Aparicio, gracias por tu escrito. Sencillo y claro, reflejo de esta realidad. EEUU autor en igual rango que Israel de este genocidio. Y Europa cómplice. Siento vergüenza. Nos tendríamos que movilizar más. No se, pero algunas medidas debemos tomar.
Un texto muy claro sobre lo que está ocurriendo.Es triste ver como no aprendemos de los errores
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