lunes, 11 de noviembre de 2019

LECCIONES Y OPCIONES TRAS LAS ELECCIONES DE NOVIEMBRE



Los resultados de las elecciones de ayer 10 de noviembre han sido ya publicitados, comentados y resumidos por los principales diarios, los grandes medios de comunicación, las redes sociales. No arrojan buenas noticias para la ciudadanía, y han constituido un ejemplo de cómo el tacticismo del gobierno puede conducir a salidas políticas extremadamente complicadas que ponen en riesgo el propio desarrollo de nuestro estado democrático. Dejando de lado el número de escaños obtenidos por cada fuerza política, que como de costumbre supone una desviación sobre el peso de los votos y que ha castigado especialmente a las fuerzas de ámbito nacional a la izquierda del PSOE, es decir a Unidas Podemos y a Mas País, interesa en esta entrada poner de relieve la evolución de los sufragios en esta nueva convocatoria electoral que nunca debió haberse producido.

El bloque que suma más diputados (158) es el que convencionalmente se denomina la izquierda, El partido que ha obtenido mayor número de votos es el PSOE, que ha logrado 6.750.000 papeletas, un 28% del total, pero que en el camino desde las elecciones de abril se ha dejado casi tres cuartos de millón de sufragios y tres diputados. La opción de convocar las elecciones – una convocatoria que ahora se denomina “automática” para resaltar puerilmente que no tuvo origen en la decisión gubernamental – ha resultado un fracaso de las expectativas planteadas. El PSOE pensaba de esta forma asestar un buen golpe a izquierda y derecha (UP y Ciudadanos) y fortalecer su presencia electoral para acordar libremente sus políticas desde un gobierno monocolor, prescindiendo de los condicionantes de la izquierda y de una parte de los independentistas. Su situación ahora es más endeble y se le complica más el panorama de la formación del nuevo gobierno, ante el giro a la derecha que en su discurso de campaña ha desplegado como forma de “ganar el centro”, en el que aparecía no solo una actitud de rechazo a cualquier intento de negociación política sobre el tema catalán, sino la indicación neoliberal de su política económica simbolizada en la designación ante tempus como vicepresidenta económica de Nadia Calviño, defensora de la irreversibilidad de la reforma laboral del 2012 y promotora de nuevas medidas lesivas de los intereses de los trabajadores como la ya famosa “mochila austriaca”.

Unidas Podemos (UP) ha resistido las presiones de un relato aceptado por la gran mayoría de los medios que hacían recaer en esta formación el fracaso de la investidura de gobierno, y que hacían prever que su presencia electoral iba a ser muy limitada en esta nueva convocatoria. Además la comparecencia de un concurrente directo, Mas País, que se presentaba en 18 provincias, hacía presagiar una derrota épica de esta coalición. Sin embargo UP ha resistido, y sigue siendo la referencia más potente de la izquierda del PSOE. Ha obtenido un poco más de 3 millones de votos (un 12,8 %) pero en el camino se ha dejado 640.000 papeletas y siete diputados, descendiendo de los 42 que había obtenido en abril a los 35 que posee actualmente. Por su parte Más País (MP), que aparecía como una opción vencedora tras su decisión de acudir a las elecciones nacionales, y como tal fue saludada por la gran mayoría de los medios de comunicación, ha obtenido un sonoro fracaso en cuanto a los resultados electorales, pese a los intentos de ultima hora por asociar a una figura emblemática como Manuela Carmena a su campaña. Ha sumado más de 600.000 votos, pero tan solo ha ganado dos diputados por Madrid y uno por Valencia, en coalición con Compromís.

La izquierda por tanto ha sufrido un desgaste respecto de los resultados de abril. Continua mostrando que es mayoría frente a las fuerzas de la derecha - más en votos que en escaños, como es costumbre ante el sistema electoral deficiente que tenemos -, pero no ha podido impedir el ascenso increíble del franquismo ni cambiar, como era la intención del PSOE, la correlación de fuerzas en su conjunto. Una comparación entre este resultado y las primeras impresiones que este blog dedicó a las elecciones de abril, es muy significativa. (https://baylos.blogspot.com/2019/04/primeras-impresiones-tras-las.html)

El mayor cambio se ha dado en las filas de la derecha. El Partido Popular ha subido más de tres puntos porcentuales respecto de su pésimo resultado en abril, y se afianza como la formación política que lidera la derecha. Ha obtenido un poco más de cinco millones de votos, es decir ha ganado 660.000 votos, pero su victoria se ha construido sobre un programa muy autoritario en lo político, negándose a cualquier apertura política en Catalunya, y extremadamente liberal en lo económico, con bajadas de impuestos y cotizaciones y defensa a ultranza de la reforma laboral. Ha asistido con evidente satisfacción al práctico aniquilamiento de Ciudadanos, que pretendía competir en el liderazgo de las posiciones más reaccionarias y que había sido el socio preferente para obtener, junto con la ultraderecha, el gobierno de regiones tan importantes como Andalucía o Madrid, o el ayuntamiento de Madrid, como la “joya de la corona”. Pero se encuentra acosado  a su derecha por el precipitado político del franquismo con el que desde su comparecencia en el mercado electoral no ha tenido ningún escrúpulo en pactar, el franquismo agresivo de Vox, lo que posiblemente extreme la pulsión autoritaria y neoliberal del PP de Casado como forma de competir con la ultraderecha.

Ciudadanos se ha derrumbado. Ha perdido 47 diputados de una tacada y ha pasado de tener casi el 16% de los votos a un 6,8% de los mismos, perdiendo en seis meses más de dos millones y medio de votos. La radicalización reaccionaria de su mensaje sobre la identidad española ha encontrado en los electores respaldo a través de su migración a partidos abiertamente anticonstitucionales y a la derecha clásica, mientras que su negativa obstinada a pactar con Sánchez permitiendo un gobierno del PSOE , que era el diseño que los grandes poderes económicos habían amparado y repetidamente indicado como la solución frente a la posibilidad de un programa de cambio social, ha sido castigado por otra buena parte de su nicho de mercado. Su posición ahora en los gobiernos regionales y municipales en los que participa junto con el PP y el partido franquista, es más delicada, y no se debería descartar nuevas turbulencias en el interior de este partido que fue creado como oferta electoral conservadora de la ”nueva política”.

Lo más preocupante es el ascenso del franquismo y la extrema derecha que ha pasado de un 10 por ciento de los sufragios y 28 diputados a constituirse en un referente europeo para los grupos xenófobos y autoritarios, con un 15,1 % y más de tres millones y medio de votos, con casi un millón de adhesiones sumadas a los resultados de las elecciones de abril. Es evidente que este partido, que ha sido incorporado sin ningún problema a la gobernanza regional y municipal por parte de las otras dos formaciones de la derecha, se sitúa en un claro plano anticonstitucional y reivindica con orgullo – y apoyo masivo entre una parte significativa de la ciudadanía, lo que es más grave – un Estado unitario y autoritario, que tiene al franquismo como referente histórico plenamente compatible con el sistema democrático, una contradicción que busca destituir el esquema fundamental de la democracia consensuada en 1978: la forma territorial compleja del Estado de las autonomías y el estado Social con el que se compromete el art. 1.1 de la Constitución. En su discurso la mentira y la ignorancia forman parte central de su argumentación, especialmente activa contra los inmigrantes, segregando un odio racial, y contra el feminismo, justificando la violencia de género. Su peso específico después de las elecciones en los gobiernos en los que participa, influirá directamente en la adopción de políticas y decisiones cada vez más orientadas a valores antidemocráticos. Que la convocatoria de estas nuevas elecciones haya permitido el fortalecimiento de la derecha franquista aprovechando el tratamiento emocional e identitario de la cuestión catalana, es seguramente el elemento más negativo de este proceso del que hay que sacar conclusiones relevantes de futuro.

No se trata de un partido democrático, ni mucho menos constitucionalista, calificativo que se empeñan en autoatribuirse sus dirigentes, con la complicidad de las otras derechas. Sus intervenciones racistas y violentas deben ser contrastadas con lo que (al menos hasta el momento) ha dicho el Tribunal constitucional, y que recientemente recordaba en su blog Joaquin Aparicio. “Así pues, de la conjunción de ambos valores constitucionales, dignidad e igualdad de todas las personas, se hace obligado afirmar que ni el ejercicio de la libertad ideológica ni la de expresión pueden amparar manifestaciones o expresiones destinadas a menospreciar o a generar sentimientos de hostilidad contra determinados grupos étnicos, de extranjeros o inmigrantes, religiosos o sociales, pues en un Estado como el español, social, democrático y de Derecho, los integrantes de aquellas colectividades tienen el derecho a convivir pacíficamente y a ser plenamente respetados por los demás miembros de la comunidad.” Algo que no está en el proyecto de Vox ni en sus sostenedores que anoche gritaban un “a por ellos” anticipatorio de enfrentamientos ciudadanos muy graves.

En la cartografía electoral, los partidos nacionalistas – que Vox pretende ilegalizar en su conjunto, como Ciudadanos pretendía anular políticamente impidiendo su acceso al Parlamento español  con un suelo mínimo de votos del 3% a nivel estatal – se han fortalecido. El nacionalismo vasco ha alcanzado un resultado histórico con siete diputados, y en Catalunya el independentismo republicano que tiene a su presidente en prisión ha perdido dos diputados, pero la CUP y su reivindicación de ingobernabilidad del país ha obtenido esos dos que faltan a ERC, y el independentismo más afincado al presidente exilado vicariamente representado por el actual President de la Generalitat ha mejorado también sus resultados con 8 diputados. La necesidad de iniciar un espacio de negociación entre estos partidos y el resto de los partidos democráticos españoles para solventar la cuestión catalana es, desde el punto de vista de la gobernabilidad del Estado español, un necesidad ineludible.

La situación a la que nos ha llevado la convocatoria de estas nuevas elecciones es extremadamente negativa. Pero hay que sacar de estos resultados una lección y es la de que se requiere un acuerdo o frente amplio democrático entre los partidos que se sitúan en la necesidad de un cambio social. Un amplio acuerdo sobre elementos centrales hoy en la regulación de las condiciones de existencia de la mayoría de la población que impliquen un impulso decidido hacia la profundización de la democracia social. Sin este acuerdo, del que habrá que explorar todas sus posibilidades y modalidades, desde el gobierno de coalición hasta la pactación de los presupuestos, elaboración de un programa común con instrumentos e instituciones de garantía y apertura de una mesa de partidos en el caso catalán, no cabe concebir un marco institucional que pueda resolver los enormes problemas que se ciernen sobre la población de este país. La responsabilidad mayor en conseguir un acuerdo de este tipo recae sobre el PSOE como partido que goza de una mayor representación parlamentaria. Es conveniente que se aleje de tentaciones cesaristas y se abra a un amplio acuerdo de gobernabilidad sobre bases de progreso. Ese es el objetivo en el que convergen también sindicatos y movimientos sociales. No se les puede defraudar otra vez.




3 comentarios:

Juan López Gandía dijo...

Juan López Gandía Totalmente de acuerdo. Solo algunas precisiones; Más País en realidad solo ha sacado dos diputados pues el de Compromis, o sea Baldoví, es el único que ha sido elegido por Valencia y ya lo tenían..la presencia de Errejón en la Comunidad Valenciana solo ha aumentado en 3.000 los votos de Compromis, .Donde se ha notado es en Madrid, al sacar los dos diputados, uno que ha arrebatado al PSOE y otro a Podemos, con unos 200.000 votos en Madrid (Teruel existe solo ha necesitado 39.000 votos para obtener un diputado). De los 577.000 votos de Más País, hay que descontar 175.000 de Compromis...Es en Madrid con 200.000 y en el resto del Estado con otros 200.000 lo que ha restado escaños al PSOE y a UP. A ello hay que añadir el 6% de la abstención que ha perjudicado más al bloque de la "izquierda". El bloque de la derecha ha perdido 766.000 votos en relación con abril y el de la "izquierda" 900.000 mil. La diferencia entre ambos se ha acortado, quedando reducida a 45.000 votos, cuando en abril era de 220.000 votos. Una nuevas elecciones llevarían a más abstención y a un triunfo de una derecha bicéfala; una con franquismo latente, oculto, y otra con franquismo explícito y obsceno, que se quita la máscara....Dejo a un lado lo que suponen los partidos con implantación no estatal.

Laura Morada dijo...

Laura Morada : Sánchez y Errejón ya han recibido la respuesta a su irresponsabilidad. Solo que la vamos a tener que sufrir toditos todas. De los cavernícolas, con perdón al origen de nuestra especie, ni hablamos. Me reconforta saber que una parte de la gente de izquierdas del PSOE no se ha creído la jugada de su élite.
Yo veo que es una estrategia de salvaguardia del bipartidismo neoliberal.

Lorenzo Zoppoli dijo...

Caro Antonio,
ho letto la tua interessante analisi e ti ringrazio di avermela inviata. Vedo che la situazione spagnola evolve rapidamente. Speriamo in un governo che almeno duri qualche anno facendo sgonfiare il successo della destra. In tutta Europa abbiamo gran bisogno di una politica che recuperi razionalità e serietà, affrontando i tanti gravi problemi con un po’ di lungimiranza . Più che di rivoluzioni oggi abbiamo un gran bisogno di non perdere o addirittura ricostruire legami socio/culturali non effimeri.
Un grande abbraccio
Lorenzo