martes, 31 de octubre de 2023

LA CUMBRE MUNDIAL DE #MAKEAMAZONPAY EN MANCHESTER


 

Los días 27 y 28 de octubre, coincidiendo por cierto con el Congreso organizado por la Fundación 1 de mayo sobre la extrema derecha en Valencia al que se refería la última entrada del blog, se ha celebrado en Manchester un congreso mundial convocado por UNI Global, la federación sindical mundial para el sector servicios, que reúne sindicatos nacionales y regionales en todo el mundo y cuenta con sindicatos afiliados en 150 países que representan a 20 millones de trabajadores. La Cumbre mundial se convocaba como una iniciativa del movimiento sindical en torno a la construcción de una red de representantes de las personas que trabajan para la poderosa empresa transnacional Amazon que ha desarrollado desde 2020, en plena pandemia, la marca #makeAmazonpay como una campaña de acción colectiva a nivel global.

Como subrayan sus impulsores, Amazon es una de las corporaciones más poderosas de la historia. Está rehaciendo el modo en que funciona la economía en el siglo XXI, exprimiendo hasta la última gota que pueda en todo momento.

Pero el modelo de negocio de Amazon:

Explota a los trabajadores: mientras triplica sus ganancias en el tercer trimestre de 2023, Amazon somete a los trabajadores del almacén y a los conductores a un entorno de alta presión que les destroza físicamente y, en última instancia, los obliga a renunciar.

Exprime a la ciudadanía: aunque recibe enormes subsidios y subvenciones de los distintos estados en los que localiza a sus sedes, la principal división de Amazon en el Reino Unido no pagó el impuesto de sociedades por segundo año consecutivo.

Exprime al planeta: si bien Amazon celebró una caída del 0,4% en las emisiones totales en 2022, la empresa aún necesitaría hasta el año 2378 para alcanzar su objetivo declarado de cero emisiones netas para 2040.

Por ello, a partir de 2020, la campaña Make Amazon Pay reúne a más de 80 organizaciones que trabajan por la justicia laboral, fiscal, climática, de datos y racial, y a más de 400 parlamentarios y decenas de miles de simpatizantes de todo el mundo. Desde 2020, hemos organizado cuatro días globales de acción, cada vez haciendo crecer nuestro movimiento planetario para evitar que Amazon exprima a los trabajadores, las comunidades y el planeta.

En este sentido, la campaña tiene dos objetivos muy claros. De una parte, organiza todos los años una acción transversal que pretende afectar a la actividad de la empresa a lo largo del globo. En este caso, durante el llamado Black Friday, el 24 de noviembre de 2023, quiere plantear “el mayor desafío a los abusos de Amazon en su historia: Somos trabajadores y ciudadanos divididos por la geografía y nuestro papel en la economía global, pero unidos en nuestro compromiso de hacer que Amazon pague salarios justos, sus impuestos y su impacto en el planeta”.

Pero el otro elemento que sostiene esta acción es la de conseguir la participación de una serie de personalidades influyentes en la actividad política que formen parte de esta campaña como una forma de reivindicar una plataforma de acción que incorpore a la lucha sindical en Amazon un pensamiento político alterglobalizador, en el sentido de caminar hacia “otro mundo posible” en donde la codicia corporativa no se reproduzca sobre la explotación laboral, la injusticia fiscal y la degradación de la sostenibilidad ambiental del planeta.

En estos días de octubre, este segundo aspecto de la campaña se ha plasmado en la convocatoria por primera vez en la Campaña, de esta Cumbre mundial que se ha celebrado en Manchester en un lugar especialmente simbólico, el Instituto de Mecánica de Manchester, Reino Unido, el edificio donde el movimiento laboral del Reino Unido encontró expresión política en la formación del Congreso de Sindicatos ( TUC) en 1868. La sede de esta Cumbre quería ofrecer un apoyo directo a los trabajadores de Amazon de Gran Bretaña, pero se inscribe en un proceso largo en el que las representaciones sindicales de los trabajadores de esta gigantesca corporación, han ido desarrollando estrategias eficaces para mejorar los derechos de los trabajadores.  Una cuestión que también tiene que ver con las reformas en el marco institucional que regula aspectos esenciales para el trabajo de esta empresa transnacional, como la propia convocatoria reconoce. “Sobre la base de recientes victorias progresistas, como la legislación de protección de los trabajadores de almacenes en los Estados Unidos, el impuesto a Amazon de Barcelona y la Ley de Jinetes de España, la Cumbre desarrollará soluciones políticas a nivel municipal, nacional e internacional para el abuso de Amazon: derechos de los trabajadores, impuestos, medio ambiente, monopolio. – así como estrategias para convertir el poder popular en cambios legislativos y regulatorios progresistas para hacer que Amazon pague”.

Eso explica la trascendencia que en esta Cumbre se da a las personalidades – delegados – que asisten a la misma. Entre ellos, personas muy conocidas como Bernie Sanders, senador en Estados Unidos, junto a congresistas por Minessota y de Nueva York y Andrea Orlando, diputado y ex Ministro de Trabajo de Italia, junto con una amplia nómina de diputados de los parlamentos de Francia, Holanda, Bélgica, Irlanda, Reino Unido, e Italia en Europa, además de otros diputados de Brasil o de India. A este conjunto de personas se unen una buena representación de sindicalistas – globales y nacionales – y otro buen número de exponentes de organizaciones no gubernamentales (ver la nómina completa en https://makeamazonpay.com/summit/)

La participación española ha sido muy relevante. No solo han asistido dos diputadas de SUMAR, Tesh Sidi y Verónica Martínez Barbero, sino también la Vicepresidenta segunda del Gobierno y Ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz. Esta intervino en remoto e incidió en lo que a su juicio constituía el elemento más valioso de la reunión, “reforzar las alianzas internacionales entre progresistas, pensar y actuar con perspectiva global para ofrecer nuevas certezas y derechos”, porque este hecho en laza con una constante en su discurso sobre “la necesidad de construir una internacional democrática que ponga los intereses de las personas trabajadoras por encima de los intereses de aquellos que siempre han gozado de privilegios en nuestros países”. Se trataría así, de ir construyendo una “internacional democrática”, que en definitiva tendría que ser “antes que nada, una internacional laborista. Una internacional, esto es, con el sindicalismo como motor de cambio y los derechos laborales en el centro”.

Esta constatación de la importancia de la coordinación de la acción sindical en el espacio global fue de nuevo reiterada por la Vicepresidente de Gobierno y líder de SUMAR: “Hemos visto nuevas formas de organización, innovadoras vías para reivindicar nuevos y viejos derechos laborales, como vuestra campaña en el Black Friday. El movimiento sindical, en todas sus formas, es hoy más necesario que nunca. Hoy, el sindicalismo, ecologismo y feminismo nos demuestran que las luchas por el trabajo decente, la igualdad de género y un planeta habitable son una y la misma lucha (…) Hoy vivimos, como en tantos otros momentos históricos, un conflicto por quién paga los costes de la inflación, un conflicto entre beneficios y salarios, entre la avaricia de unos pocos y la posibilidad de una vida digna para la mayoría social. No es exclusivo de Amazon. Va mucho más allá. Por eso es tan importante alzar la voz y pedir cosas que, aunque poco comunes, son de sentido común: que las grandes empresas respeten los derechos humanos; que tengan un impacto positivo en las comunidades en las que se asientan; que paguen lo que deben; que contribuyan más y mejor al principal desafío que tenemos hoy como humanidad, la emergencia climática”.

Sin perjuicio de reivindicar la escala nacional – estatal en la construcción y fortalecimiento de derechos, la intervención de Yolanda Díaz insistía en el objetivo implícito en la Cumbre convocada por UNI Global. “Ahora, debemos estirar la imaginación y pensar en nuevas fórmulas para financiar una planificación ecológica que sea realmente democrática y justa, a la que Amazon, y tantas otras corporaciones, contribuyan de verdad. Pensemos, por ejemplo, en la tasa climática a las grandes fortunas que proponen Chancel y Piketty; en el gravamen a los beneficios extraordinarios de la industria fósil del que hablaba, ni más ni menos, el Secretario General de Naciones Unidas; o, por qué no, en una tasa global a la riqueza que puede tomar muy diversas formas. Sigamos pensando en nuevas alternativas, desarrollándolas. Sigamos trabajando juntos y juntas, movimientos sociales, sindicatos, fuerzas políticas y, sí, también Gobiernos, para empujar en la dirección correcta”.

Aprovechar por tanto la organización del espacio colectivo del interés de las personas que trabajan dentro y alrededor de la gran corporación transnacional a la que la pandemia de 2020 consolidó como una de las grandes empresas globales, como uno de los territorios donde se puede intentar formar una opinión común y una coordinación de esfuerzos que oriente hacia posiciones de tutela de derechos e introducción de procedimientos de negociación y de participación en la práctica de una de las mayores corporaciones mundiales, a la vez que se edifica un edificio entero de representación y de acción sindical  en esta dimensión global. A su través, y cumulativamente a la estrategia concreta del sindicalismo en la empresa, contribuir a la creación de un nuevo espacio de discusión y de la correlativa agregación de consensos sobre las reformas fundamentales en este aspecto en la escala global en donde la estrategia sindical, la acción política y el ideario de grupos, coaliciones y partidos, tiene que desempeñar un papel ampliamente relevante y dirigente.

Este es el reto, la campaña mencionada un paso adelante en la buena dirección.

 

 

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