Un día de huelga general de gran participación ciudadana fundamentalmente de los trabajadores de este país. Una serie de concentraciones y de manifestaciones impresionantes. En Madrid, la marea humana se ha hecho notar a partir de las seis y media de la tarde. Un gran día para recordar como el inicio de la recuperación de la izquierda social. Y un tema que sugiere muchas reflexiones, que se irán desgranando aqui. Por lo pronto, conviene leer las sugerencias que Metiendo Bulla ha colgado en su última entrada: http://lopezbulla.blogspot.com/2010/09/y-la-huelga-general-se-hizo.html
Información, discusión y propuestas sobre las relaciones de trabajo y la ciudadanía social
jueves, 30 de septiembre de 2010
UNA INMENSA PARTICIPACIÓN DEMOCRÁTICA
Un día de huelga general de gran participación ciudadana fundamentalmente de los trabajadores de este país. Una serie de concentraciones y de manifestaciones impresionantes. En Madrid, la marea humana se ha hecho notar a partir de las seis y media de la tarde. Un gran día para recordar como el inicio de la recuperación de la izquierda social. Y un tema que sugiere muchas reflexiones, que se irán desgranando aqui. Por lo pronto, conviene leer las sugerencias que Metiendo Bulla ha colgado en su última entrada: http://lopezbulla.blogspot.com/2010/09/y-la-huelga-general-se-hizo.html
martes, 28 de septiembre de 2010
ELOGIO DE LA HUELGA GENERAL
Los dados están ya rodando sobre la mesa. Es el día previo a la huelga general y todos los medios de comunicación intervienen en el conflicto porque saben que se trata de un hecho social y político extraordinariamente relevante. La huelga pone nerviosos a muchos y a otros les incomoda. Una buena parte de las fuerzas del privilegio económico quieren ahora banalizar el conflicto como si no tuviera ni relieve ni importancia. Todo sigue igual y debe seguir así, la huelga general de hoy no tiene los tintes épicos de la sublevación revolucionaria de antaño. Es sólo una pantomima. Así ayer hablaba Luis Solana en CNN+, con calderoniana ramplonería, señalando el “gran teatro” de la huelga y su impostura, coincidiendo por cierto con Gabriel Albiac (¡ay esas compañías!) que insistía en su púlpito antisindical de papel impreso en definir la huelga como un mero “un acto escénico”.
¿Qué es hoy una huelga general? ¿Es cierto que se trata de un acto sin sentido, incapaz de afectar a la realidad de las cosas “que importan”? ¿Qué significado tiene participar en la convocatoria del 29 – S, más allá de los contenidos concretos que se han esgrimido por los sindicatos, los motivos de la huelga y su colocación en un marco determinado de políticas económicas y (anti)sociales de salida de la crisis?
Luis Garcia Montero ha señalado que la huelga general es ante todo un proceso de aprendizaje. De aprender a decir no a un proceso de privatización de los espacios públicos y de las conciencias personales, no al olvido de muchos siglos de lucha por la igualdad. Y lo es porque la huelga general expresa la resistencia ciudadana a una situación resignada de subordinación y de restricción paulatina de espacios libres para una existencia segura. La huelga general significa poder decir no. Expresa la fuerza del número de los trabajadores en cuanto figuras subalternas en los procesos económicos y sociales frente a la fuerza que ostenta el poder económico y que constituye el mayor obstáculo a la libertad e igualdad de los ciudadanos. La huelga general nos enseña a oponernos a la sumisión como regla de comportamiento social y permite enseñar a su vez el orgullo – y la fuerza – de la negación de lo existente para afirmar algo distinto, un escenario alternativo que contradice el actual. La huelga general no es un monólogo sino un acto coral, un clamor que crece y es capaz de romper el recinto que protege el privilegio económico y la desigualdad.
La huelga general es por ello mismo un acto político – democrático importantísimo. Constituye un momento de participación democrática de los ciudadanos que, mediante su participación, demuestran su decisión de mantener un proyecto igualitario que vaya completándose en el tiempo. La huelga ha sido el instrumento mediante el cual se han ido consiguiendo la gran mayoría de los derechos sociales, conceptuados como derechos de ciudadanía plena. Un proyecto de reforma de lo existente que aumente el patrimonio colectivo de los derechos de la ciudadanía social. En ese sentido, se inscribe en una cultura reivindicativa que ha acompañado desde los tiempos más lóbregos a la clase trabajadora en sus demandas de mayor justicia e igualdad. La huelga general expresa el impulso colectivo hacia la construcción de un mundo mejor que, como señaló Almudena Grandes, permita que nuestros hijos vivan en un espacio cultural, social y político, más libre e igualitario que el que disfrutamos la generación anterior.
Y además, por una de esas paradojas que anidan en las relaciones sociales, la huelga general es un rechazo del trabajo dependiente, que precisamente permite reivindicar la centralidad del mismo en nuestra sociedad democrática. La huelga crea un espacio de visibilidad del trabajo que produce mercancías, bienes y servicios, no sólo las cosas confortables e imprescindibles para el bienestar humano, sino también las narraciones que nos emocionan, las canciones que nos acompañan, los conocimientos que nos enriquecen. Cuando no se celebran las funciones teatrales, se paralizan los rodajes de películas y de series televisivas, se suspende un concierto o las clases en el instituto o en la universidad, cuando las fábricas enmudecen y se detienen los transportes, en fin, se descubre que todo funciona gracias al trabajo y a las personas que prestan esa actividad. Se hace explícito que es el trabajo quien crea la riqueza material y cultural de un país, que es el trabajo el que está en el centro de las relaciones sociales y de la acción política. Un trabajo digno, con derechos, que permita hablar de ciudadanos y ciudadanas libres e iguales y no de personas sometidas a la dominación del poder privado y a la violencia terrible del mercado y del dinero.
Participar en la huelga general es pues imprescindible en cuanto se trata de un acto de pleno ejercicio de derechos democráticos que reivindica la dignidad de las personas que trabajamos. Refutando el trabajo concreto de la jornada laboral de mañana impugnamos la consideración de nuestro trabajo como una mercancía.
Por ello yo, como tantos otros miles de compañeros y compañeras, voy a la huelga general del 29 de septiembre.
lunes, 27 de septiembre de 2010
Video del acto de la cultura y la universidad en favor de la huelga general
El video que recoge CCOO-Madrid del acto del sábado 25 en el Círculo de Bellas Artes de Madrid:
http://www.youtube.com/watch?v=_QMEaORE_Kg
Ciudad Nativa: Páginas web para seguimiento de la huelga general del 29-S
Las últimas aportaciones de las bitácoras amigas a la descripción y valoración del proceso de movilización en torno a la huelga general del 29-S.
domingo, 26 de septiembre de 2010
GENTES DE LA CULTURA Y DE LA UNIVERSIDAD PRESENTAN SUS MANIFIESTOS DE APOYO A LA HUELGA DEL 29-S EN MADRID
"Esta huelga general debería ser un grito, un plante y una línea a seguir por parte del movimiento obrero y la sociedad civil española, a fin de defender el patrimonio que heredamos de nuestros antepasados y el futuro de nuestros hijos", ha afirmado la escritora Almudena Grandes, encargada de dirigir el acto.
El presidente de la Unión de Actores de Madrid, Jorge Bosso, tomó la palabra a continuación para destacar "el apoyo que la cultura ha brindado siempre a los movimientos sociales". "Nosotros vamos a la huelga, porque hay una reforma laboral abusiva que nos afecta a todos los trabajadores", ha añadido. Asimismo, Bosso reclamó "respeto para los profesionales de la cultura, que representa un arma cargada de futuro". "Queremos que quede claro: esto no es una huelga contra un partido político, porque también estamos en contra de la situación en que la cultura se encuentra en Madrid".
La actriz Adriana Ozores leyó parte de un manifiesto en el que se criticaba la reforma laboral por "beneficiar solo a los causantes de la crisis" y el modo en que se había gestado "una farsa, un pacto del Gobierno con la derecha y los empresarios". Miguel Ríos llamó "a la ciudadanía a recordar que Europa les pertenece y que los políticos deben responder ante ella, no ante el FMI". Y el escritor Juan José Millas declaró que la reforma laboral "no solo es un ataque a los sindicatos, es una agresión a la democracia".
El manifiesto de universitarios fue leído por dos estudiantes, de magisterio y de medicina respectivamente, y a continuación intervinieron Antonio Baylos, que fundamentalmente habló del significado de la huelga general como acto de participación democrática y como forma de hacer visible el trabajo como centro de la sociedad, y Antonio Garcia Santesmases, que apoyó su intervención en el último texto publicado de Tony Judt – que regaló a los secretarios generales de CC.OO. y de UGT - relacionó la necesidad de la huelga con los valores de la democracia, resaltando la función educativa y pedagógica de la misma.
El secretario general de CC OO, el más duro contra Zapatero, recordó su promesa el día que ganó las elecciones en 2004: "No os fallaré". "El Gobierno nos dijo que en España no habría una reforma laboral lesiva para los trabajadores, y sin acuerdo. ¿Dónde ha quedado el no os fallaré?" Toxo recordó que "una gripe podía devenir en causa de despido en empresas de menos de seis trabajadores, y aseguró: "Ni en nuestras peores pesadillas, ni en los mejores sueños de Díaz Ferrán (presidente de la CEOE) se imaginaba una reforma como la que ha aprobado el Gobierno y el parlamento".
El líder de CC OO explicó la “hoja de ruta” a seguir tras la huelga del dia 29."Queremos poner otras propuestas sobre la mesa"- para rectificar la reforma laboral y añadió: "Si quiere suicidarse [Zapatero], será su responsabilidad. Si la derecha llega al Gobierno no será por la movilización que hemos puesto en marcha los sindicatos. En el palacio de Vistalegre se gritaba Zapatero dimisión, pero no escuché a nadie reclamar a Rajoy como presidente".
El secretario general de UGT, Cándido Méndez, por su parte, presentó la huelga como "una necesidad para defender nuestro crédito democrático" y confío en que el Gobierno modifique la reforma laboral después de la huelga", porque "lo que en principio era una pequeña ola", en referencia a los apoyos a la huelga, "se está convirtiendo en una gran ola de indignación y rechazo". A su vez, el máximo responsable de la UGT, aseguró que "la cultura no es un adorno. Por supuesto que tiene incidencia en términos económicos, pero es mucho más que eso: es necesario enseñar valores a las personas".
A la convocatoria se han sumado sindicatos culturales de Gran Bretaña, Noruega, México, Italia, Finlandia, Portugal, Argentina, Chile, Brasil y Canadá. También quisieron sumarse a los manifiestos en contra de la reforma laboral el cantante Joaquín Sabina, que se recupera de una caída, los escritores Rosa Regás y José Manuel Caballero Bonald y el actor José Sacristán.
viernes, 24 de septiembre de 2010
Trabajadores de la Universidad y de la cultura de Castilla La Mancha por la huelga general del 29-S
Profesores de la Universidad y profesionales de las distintas especialidades y trabajadores de la cultura han elaborado sendos manifiestos de apoyo a la huelga general del 29 de septiembre, que leyeron en el Paraninfo de la UCLM en Toledo, Cardenal Lorenzana, con el objetivo de que "este acto de participación democrática obligue a los poderes públicos a cambiar de política". A continuación un resumen de prensa del acto.
(EUROPA PRESS) El acto, que estuvo presidido por Antonio Baylos, catedrático de Derecho del Trabajo de la UCLM; Esperanza Elipe, actriz de la Unión de Actores; el secretario regional de CCOO, José Luis Gil; y el secretario de Organización de UGT de Castilla-La Mancha, Alberto Sánchez, culminó con el 'Canto a la libertad' del cantautor, profesor y político José Antonio Labordeta, fallecido este domingo.
El primero en intervenir fue Antonio Baylos, catedrático de Derecho del Trabajo de la UCLM, quien como jurista del trabajo ha insistido en que hay otra forma de hacer política que, a su juicio, permite regular la crisis sin perder derechos sociales" y ha defendido que la huelga general se hace para defender los derechos de los trabajadores.
En este punto, Baylos ha criticado a quienes dicen que 'es una huelga que no defiende a los trabajadores', que 'es una huelga corporativa', y que 'es una huelga anacrónica' y ha opinado que la huelga general, "hoy más que nunca", es una manifestación de participación democrática y ha animado a secundarla para demostrar que los trabajadores "son el centro de la riqueza y no Wall Street".
Seguidamente, Esperanza Elipe leyó el manifiesto de los trabajadores de la cultura, y a continuación Alberto Sánchez, en representación de UGT, ha dicho que los trabajadores van a sufrir un retroceso si no "paramos" la reforma laboral. Además, ha asegurado que dicha reforma no va a crear ningún puesto de trabajo y sin embargo, ha lamentado, sí va a ser beneficiosa para los empresarios.
Para concluir, Gil ha afirmado que este huelga general concierne a "todo el mundo" y ha lamentado el debate "patético e interesado" de los últimos días en el que especialmente los empresarios defienden el derecho a trabajar el día 29 de septiembre. "Nosotros lo defendemos todos los días del año y algunos sólo se acuerdan de ese derecho cuando los sindicatos convocamos una huelga general", indica.
Gil ha reivindicado los piquetes informativos "contundentes" para que sean capaces de que los trabajadores que quieran puedan ejercer "libremente" el derecho a la huelga y evitar las "coacciones" y las "amenazas" que le consta al sindicato que "muchos empresarios, demasiados, están haciendo para desmovilizar e impedir que esta huelga general sea un éxito del conjunto de la clase trabajadora".
El manifiesto promovido por los profesores de la Universidad y profesionales de las distintas especialidades asegura que "la reforma laboral es perjudicial porque impone un cambio desigual en la regulación del trabajo que empeora y hace retroceder las garantías sobre el empleo de los trabajadores" y espera que la huelga general obligue a los poderes públicos a cambiar de política".
Por su parte, el manifiesto de los trabajadores de la cultura advierte de que "la huelga general no afecta sólo al movimiento sindical y dice que se trata de una llamada a todos los ciudadanos dispuestos a manifestar su oposición a una Europa gobernada por los mercaderes, sin lugar para la política y los espacios públicos del Estado". Se trata de una llamada a quienes no están dispuestos a que se recorten los valores cívicos, los derechos sociales y la dignidad de la ciudadanía".
miércoles, 22 de septiembre de 2010
UN MANIFIESTO DESDE AMERICA LATINA ANTE LA REFORMA LABORAL ESPAÑOLA
Un numeroso grupo de juristas del trabajo latinoamericanos y un conjunto de instituciones tanto continentales como de alguno de los países de aquella región, han hecho público en Toledo, aprovechando el Simposio sobre sindicalismo y movimientos sociales en Latinoamérica que recoge la fotografía, un manifiesto ante la reforma laboral. El secretario general de la Confederación Sindical de las Américas, (CSA-CSI) Víctor Báez, que participó activamente en el simposio, hizo público este llamamiento en una rueda de prensa junto con los secretarios generales de CC.OO y UGT de Castilla La Mancha en Toledo, el 21 de septiembre último. A continuación se inserta el manifiesto y las adhesiones - colectivas e individuales - más relevantes.
Las asociaciones firmantes y las personas que nos adherimos a este manifiesto nos caracterizamos por haber perseguido, en muchas ocasiones en condiciones muy difíciles, el establecimiento de un sistema democrático de relaciones laborales en nuestros respectivos países, en donde la ampliación de derechos sociales y la determinación de un trabajo decente para todos los ciudadanos era un objetivo irrenunciable. En ese objetivo seguimos luchando en el quehacer cotidiano colectivo e individual como profesionales del derecho y de las relaciones laborales.
En ese proyecto en el que nos identificamos, la existencia de modelos comparados de regulación del trabajo que se basan en una amplia base de derechos de los trabajadores y de protección social, ha sido siempre para nosotros una referencia de extraordinario relieve que nos permitía una relación dialéctica con la realidad social y legal de nuestros respectivos países e ir construyendo un proceso de convergencia cultural y crítica sobre el Estado social y los derechos de los trabajadores con las experiencias europeas sobre el llamado modelo social típico de ese espacio supranacional. En especial, la relación con el modelo español y los juristas del trabajo españoles que han trabajado desde perspectivas de progreso sobre su realidad normativa, nos ha sido especialmente apreciable y hemos llegado a establecer lazos permanentes de intercambio de ideas y de debate provechoso para ambas partes.
Por eso vemos con tremenda preocupación los últimos acontecimientos que se han producido en Europa a partir de la llamada “crisis griega” y, muy en particular, la deriva que las políticas económicas y sociales están adoptando en ese continente, que responden a orientaciones ideológicas claramente neoliberales. Dentro de este panorama, nos preocupan especialmente las reformas que está emprendiendo el gobierno español, que siguen al pie de la letra las consignas neoliberales. La reforma laboral que lleva a cabo el gobierno español no tiene relación con el recorte del déficit ni con la contención del gasto público, ni busca la recuperación económica. Se dirige a otro objetivo: abaratar, facilitar y subvencionar el despido, obstaculizando y debilitando el control judicial del mismo, modificando de manera muy significativa las causas para los despidos objetivos por causas económicas, tecnológicas, organizativas o de producción y sin que se arbitren medidas eficaces para impedir el fraude en la contratación temporal ni se impongan límites eficaces a la misma. Además rompe el sistema de negociación colectiva sectorial a través de su inaplicación en las empresas que aleguen dificultades económicas, da un impulso a la precarización a través de la externalización del trabajo mediante empresas de trabajo temporal en varios sectores sensibles y de riesgo, como la construcción y las Administraciones públicas y liberaliza las agencias privadas de colocación. A eso se une el recorte del gasto público y una ya anunciada disminución de la protección social a través de una regulación claramente regresiva de las pensiones de vejez.
Son medidas que desgraciadamente conocemos demasiado bien en esta parte del mundo porque las hemos padecido durante la década de los 90 del pasado siglo como forma general de reducir los derechos y garantías de los ciudadanos de nuestros países, y contra las que hemos luchado y en algunos casos en especial continuamos luchando con fuerza. Sabemos muy bien lo que implica la dictadura de los llamados “mercados” sobre la voluntad de los pueblos, mancillando e inutilizando los mecanismos de control democrático del poder político y económico. Las recetas neoliberales del Fondo Monetario Internacional solo han causado en nuestras naciones sufrimiento, desigualdad y desolación. Sólo la revitalización democrática y el fortalecimiento del poder político dominando a los poderes económicos y contrayendo la desigualdad económica, social y cultural que impone el dominio del poder privado en las relaciones sociales y laborales, ha permitido una recuperación importante de los pueblos en los que estos procesos democráticos se han ido construyendo. La vigorización de los derechos sociales, concebidos como derechos humanos que han de ser protegidos y garantizados de forma prioritaria a la oportunidad de ganancia y al beneficio, ha ido además de la mano de una recuperación económica y un crecimiento razonable y sostenido de nuestras economías.
Desde nuestra experiencia, por consiguiente, deben ser abandonadas esas políticas de reforma que favorecen la desigualdad social y disminuyen los derechos de los trabajadores españoles. La convocatoria de una huelga general por los sindicatos españoles para el 29 de septiembre de este año está a nuestro juicio plenamente justificada, y destacamos de modo positivo que se inscriba en un llamamiento general de la Confederación Europea de Sindicatos a la movilización de los trabajadores de los distintos países europeos contra las políticas de la comisión europea que buscan una salida neoliberal a la crisis. Nos solidarizamos por tanto, individual y colectivamente, con esta protesta y manifestamos nuestra adhesión expresa a dicho acto de participación democrática y ciudadana que obligue al gobierno español a cambiar de política abandonando esta reforma laboral globalmente regresiva y socialmente injusta.
- ASOCIACIÓN LATINOAMERICANA DE ABOGADOS LABORALISTAS (ALAL)
- ASSOCIAÇAO LUSO-BRASILEIRA DE JURISTAS DO TRABALHO (JUTRA)
- ASOCIACIÓN NACIONAL DE ABOGADOS DEMOCRÁTICOS (MÉXICO)
- COLEGIO DE MAESTROS DE DERECHO DEL TRABAJO DE LA UNAM (MÉXICO)
- COMITÉ 68 (MÉXICO)
- SINDICATO NACIONAL, MINERO Y METALÚRGICO DE MÉXICO (MÉXICO)
- ASOCIACION DE ABOGADOS LABORALISTAS DE LA REPÚBLICA ARGENTINA
- ASOCIACIÓN DE ABOGADOS DE BUENOS AIRES (REPÚBLICA ARGENTINA).
- ASOCIACIÓN DE LABORALISTAS PLATENSES (ARGENTINA)
- INSTITUTO DE DERECHO SOCIAL DE LA UNIVERSIDAD NACIONAL DE LA PLATA (ARGENTINA)
- ASOCIACION ARGENTINA DE DERECHO DEL TRABAJO DE CÓRDOBA (ARGENTINA)
- OBSERVATORIO DE DERECHO SOCIAL DE LA CTA (ARGENTINA)
- CONFEDERACIÓN DE TRABAJADORES ARGENTINOS (CTA) (ARGENTINA).
- EQUIPO FEDERAL DE TRABAJO (REVISTA CIENTÍFICA) (ARGENTINA)
-
- ASOCIACION GENERAL DE ABOGADOS LABORALISTAS (AGAL), (CHILE).
-
- ASOLABORALISTAS (COLOMBIA)
- CORPORACION CULTURAL RAFAEL URIBE URIBE (COLOMBIA)
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- ASOCIACIÓN VENEZOLANA DE ABOGADOS LABORALISTAS (VENEZUELA)
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- ASSOCIAÇAO CATARINENSE ADVOGADOS TRABALHISTAS (ACAT), (BRASIL)
- ISTITUTO DE CIENCIAS JURICIAS E SOCIAIS DE BELO HORIZONTE, Minas Gerais (Brasil).
-
- INSTITUTO COMPLUTENSE DE ESTUDIOS JURÍDICOS CRÍTICOS (ESPAÑA)
- OBSERVATORIO DE DERECHOS ECONOMICOS, SOCIALES Y CULTURALES (DESC),(ESPAÑA).
- CENTRO ESTUDIOS POLITICOS Y SOCIALES (CEPS), (España)
- CENTRO EUROPEO Y LATINOAMERICANO PARA EL DIÁLOGO SOCIAL DE LA UCLM (ESPAÑA)
domingo, 19 de septiembre de 2010
LA REFORMA LABORAL ESPAÑOLA, DESDE LATINOAMERICA
El profesor Hugo Barretto, de la Universidad de la República de Uruguay en Montevideo, asesor sindical y parlamentario, ha publicado en el diario uruguayo La república el sábado 18 de septiembre, este artículo en el que da cuenta de un manifiesto de juristas latinoamericanos de apoyo a la huelga del 29-S en España, que será presentado en Toledo el martes 21, con la presencia del Secretario general de CSA, Víctor Báez, en un acto del que se dará cumplida cuenta en este blog. El artículo de Barretto resulta enormemente interesante en un panorama mediático en el que se impulsa la necesidad de una reforma laboral como sinónimo de degradación de derechos y garantías ciudadanas, sin valorar experiencias ya conocidas en donde esa misma orientacíón condujo a una mayor crisis económica y al insostenible crecimiento exponencial de la desigualdad social.
Nosotros y la reforma laboral española
Por Hugo Barretto Ghione - Prof. agregado en derecho del trabajo y la seguridad social Udelar
Un grupo de académicos, de organizaciones sociales y sindicales y de asociaciones de laboralistas latinoamericanos acaban de hacer público un manifiesto en relación a la reforma laboral española, una iniciativa gubernamental que flexibiliza diversos aspectos de la legislación del trabajo de ese país. Como es sabido, la consigna de la reforma es establecer mejores condiciones para el funcionamiento del mercado de trabajo, atribuyendo las dificultades actuales a la "rigidez" de la regulación laboral. Algunos críticos han calificado a las medidas desrreguladoras como un "uso antisocial de la crisis económica" y quienes suscriben el manifiesto expresan similares posturas críticas además de expresar su adhesión a la huelga convocada por el movimiento sindical español para el próximo 29 de setiembre.
El término "reforma laboral" en estas latitudes latinoamericanas es una manera de convocar a Belcebú: todavía está fresco el recuerdo de la desrregulación imperante en los años noventa. Por otra parte, denota también la previsibilidad del contenido y de las medidas propuestas; todo semeja a cosa ya vista, a película repetida, sin sorpresa ni suspenso, con argumento pedestre y torpe desarrollo. Italo Calvino hablaba, justamente, de aquellos libros ya leídos sin necesidad siquiera de ser abiertos. Es el caso.
Los firmantes del manifiesto se presentan como comprometidos con el progreso del derecho social y reconocen "haber perseguido, en muchas ocasiones en condiciones muy difíciles, el establecimiento de un sistema democrático de relaciones laborales en nuestros respectivos países, en donde la ampliación de derechos sociales y la determinación de un trabajo decente para todos los ciudadanos era un objetivo irrenunciable".
Aprecian con "con tremenda preocupación los últimos acontecimientos que se han producido en Europa a partir de la llamada "crisis griega" y, muy en particular, la deriva que las políticas económicas y sociales están adoptando en ese continente, que responden a orientaciones ideológicas claramente neoliberales".
Juzgan muy severamente la propuesta del gobierno español, en tanto sostienen que la reforma "no tiene relación con el recorte del déficit ni con la contención del gasto público, ni busca la recuperación económica". Por el contrario, "se dirige a otro objetivo: abaratar, facilitar y subvencionar el despido, obstaculizando y debilitando el control judicial del mismo, modificando de manera muy significativa las causas para los despidos objetivos por causas económicas, tecnológicas, organizativas o de producción y sin que se arbitren medidas eficaces para impedir el fraude en la contratación temporal ni se impongan límites eficaces a la misma". Agregan que se "rompe el sistema de negociación colectiva sectorial a través de su inaplicación en las empresas que aleguen dificultades económicas, da un impulso a la precarización a través de la externalización del trabajo mediante empresas de trabajo temporal en varios sectores sensibles y de riesgo, como la construcción y las Administraciones públicas y liberaliza las agencias privadas de colocación". En materia de seguridad social se anuncia una disminución de la protección social a través de una regulación claramente regresiva de las pensiones de vejez.
Concluyen solidarizándose "individual y colectivamente, con esta protesta y manifestamos nuestra adhesión expresa a dicho acto de participación democrática y ciudadana que obligue al gobierno español a cambiar de política abandonando esta reforma laboral globalmente regresiva y socialmente injusta".
Visto desde nuestra comarca, las políticas de desrregulación laboral prometieron un aumento del empleo, de la producción y del ingreso de los trabajadores que paradojalmente sólo pudo obtenerse en un proceso de protección y galantismo laboral como nunca antes impulsado, tal como aconteció desde 2005 al momento. Si no fuera un lugar común, podría decirse que la reforma laboral española es "mas de lo mismo" y que tiene un desenlace inevitable. Entretanto, corresponde denunciar el artilugio y trasparentar las verdaderas intenciones de los promotores de esas políticas. Y al final y en definitiva, contra toda monserga, recordar que Ezra Pound recomendaba "dejemos hablar al viento/ese es el paraíso".
Link: http://www.larepublica.com.uy/editorial/424275-nosotros-y-la-reforma-laboral-espanola
jueves, 16 de septiembre de 2010
DISCURSOS CONTRA LA HUELGA
Como han podido comprobar las personas que aparecen en la foto, en estos días de septiembre se reproducen cíclicamente una serie de argumentaciones que tienen como objetivo deslegitimar y desvirtuar la convocatoria, por parte de UGT y CC.OO, de la huelga general para el 29 de septiembre. A continuación se inserta un texto que quiere reflexionar sobre estos discursos, y que ha sido publicado por el muy interesante diario digital Nueva Tribuna.
El primer bloque de argumentos enfrenta al sindicato y sus delegados sindicales con los trabajadores. Viene a señalar que la huelga la convocan y la hacen los representantes sindicales, no los trabajadores, y que por consiguiente los intereses de unos y otros son diferentes. Tiene grandes raíces en nuestro país, porque se trata de un discurso que entronca con el que desarrollaba el franquismo diferenciando entre los trabajadores y los “agitadores” sindicales, que naturalmente eran algo distinto y externo a los “sanos productores”. De hecho es un argumento que se prolonga en la oposición entre la “política” y el “trabajo”, de manera que la actuación reivindicativa por los derechos de los trabajadores era siempre “política” y en consecuencia “ajena” al interés de los trabajadores. Al igual que hoy se contraponen “liberados” sindicales que son pagados por no trabajar y para “alterar” la armonía en las relaciones de trabajo, el franquismo establecía que los “agitadores” no trabajaban sino que eran remunerados para que cumplieran sus objetivos subversivos. “Agitadores a sueldo” que simulaban compartir la suerte de los obreros y que sin embargo eran generosamente remunerados por las organizaciones clandestinas que les enviaban para agitar el clima laboral. La imagen del activista que luego de la asamblea se daba opíparas comidas y llevaba una vida de ricachón era muy utilizada por los sumisos medios de comunicación de entonces. En ese sentido, el extinto Tribunal Central de Trabajo vino a establecer una doctrina judicial según la cual, ante una huelga – que era siempre ilegal – no se podía despedir a todos los trabajadores participantes en la misma, sino tan sólo a sus “cabecillas”, afirmando además que al resto de los trabajadores “comunes” no se les podía exigir una conducta de resistencia ante la agitación de éstos. El discurso actual ha transmutado esta condición de “activista” como elemento externo a los trabajadores que emponzoña las relaciones de trabajo en las empresas, a la del “liberado” sindical cuya función es precisamente la de utilizar a los trabajadores en beneficio de los intereses del sindicato, para cuyo fin actúan y son remunerados. De esta manera, cuando el sindicato convoca una huelga general, no lo hace para defender a los trabajadores, sino en beneficio propio y exclusivo, para no perder sus privilegios. La huelga es así extralaboral.
El segundo bloque tiene un origen mas neoliberal, porque contrapone a un sindicato que representa a los trabajadores estables y fijos frente a un mapa de población activa en la que los parados y los precarios son mayoría. En la huelga general, el sindicato defiende a los trabajadores por tiempo indefinido, y por eso mismo la huelga lesiona los intereses de los parados y trabajadores temporales. Algún personaje político lo ha dicho de forma muy gráfica. “Yo, en la huelga general, estoy al lado de los parados”. En cierto sentido este discurso es más conocido porque se relaciona con la propia filosofía de la reforma laboral frente a la que se convoca la huelga, es decir, la consideración de que la reducción de los derechos individuales y colectivos de los trabajadores, la degradación de las garantías sobre el empleo y el recorte del gasto social y de la protección de la Seguridad Social favorece la creación de empleo y el crecimiento económico. El abaratamiento y facilitación del despido subvencionado y sin tutela judicial, será la causa eficiente de la creación de empleo en un futuro próximo y en consecuencia el sindicato que no acepta esta forma de razonar impide objetivamente la recuperación del mercado de trabajo. La huelga es así, corporativa.
El tercer bloque pone el énfasis en la obsolescencia de la huelga como forma de presión y su impracticabilidad en un espacio económico y productivo como el actual. Se piensa que la huelga, como el sindicato, son instrumentos que tuvieron sentido en el pasado, pero que hoy se encuentran plenamente anticuados. En ocasiones este argumento se refuerza con una valoración directa de la implantación sindical, que sólo se verifica en el sector industrial, mientras que está ausente del sector servicios, que es el determinante de la economía y de la cultura industrial. Incluso en aquellos servicios en donde existe una cierta presencia sindical, ésta se desarrolla con completa exclusión del conflicto. Como prueba de estas afirmaciones, en fin, se trae a colación la escasa disposición de los trabajadores a participar en la huelga general, por mucho que en su conjunto puedan valorar positivamente sus motivaciones, como resultaba de una encuesta publicada en un importante diario recientemente y que tuvo una amplia repercusión. La huelga es así anacrónica.
Naturalmente que estos tres discursos se entrelazan y se comparten en muchas intervenciones y se reiteran por los formadores de opinión, aunque en función de su orientación política se empleen con más profusión unos que otros. La extralaboralidad de la huelga, por ejemplo, se solapa en estos días con elementos de hostilidad antisindical, lo que debe ser analizado de forma independiente como un rasgo distintivo del debate político e ideológico que ha focalizado el grueso de su agresividad sobre los sindicatos como elementos de resistencia al dominio. Por ello este último extremo debería examinarse en un contexto no sólo post-franquista, en el sentido que los liberados sindicales se presentan como unos “vagos” porque no trabajan, es decir, porque no están sometidos a los riesgos “naturales” del trabajo: el despido, la sanción, la disciplina obediente, sino directamente antisindical de negación de las condiciones de ejercicio de la función representativa del sindicato. La consideración de la convocatoria de la huelga como egoísta y corporativa en la defensa de unos privilegios que deben ceder para que todos puedan acceder a un empleo, es el leit motiv del reproche político del partido en el gobierno a la intransigencia sindical frente a una política de reformas “con sentido de Estado”. O, en fin, la consideración del anacronismo de la huelga – y por extensión, del sindicalismo – va muy ligada a la celebrada ineficacia de esta medida de presión frente a la incapacidad del gobierno de poder cambiar su política, dictada por los mercados financieros y el FMI.
La critica de estos discursos es útil, una vez que se delimitan y se aíslan, pero la fuerza de los mismos reside precisamente en que siempre reflejan distorsionadamente una parte de la realidad. Es decir que no solo hay que combatir el sesgo antidemocrático que llevan consigo, sino entender simultáneamente que se están refiriendo a problemas existentes en las relaciones laborales actuales que el sindicalismo tiene que afrontar y resolver en el marco de su propio debate político-ideológico. Tanto es así, que se pueden encontrar versiones simétricas de estos discursos de dominación en planteamientos inequívocamente de izquierda, que denunciarían la burocratización de las estructuras sindicales, la incapacidad del sindicato de asumir las reivindicaciones de las nuevas identidades de género, de raza o de edad, en sus plataformas reivindicativas, o la incapacidad de la huelga para alterar y subvertir la normalidad productiva en algunos sectores clave tecnológicamente muy desarrollados. Se trata en gran medida de problemas que afectan a la función representativa del sindicato y su actualización en un momento histórico concreto, frente a las cuales es necesario continuar y en ocasiones emprender una discusión larga y compleja, como corresponde a los temas abordados y a las experiencias con las que se cuenta.
Pero saber que los discursos ideológicos de dominación siempre llevan consigo una visión deformada de problemas reales no impide discutirlos de raíz. La huelga general convocada defiende los intereses de los trabajadores y de sus derechos frente a los poderes públicos y privados, supone un momento de solidaridad que simboliza la unidad de intereses de todos los trabajadores en cuanto tales, es decir con independencia de su actividad o inactividad respecto del trabajo o del remolino de las identidades que se expresan en la materialidad del mismo. Y ello es así porque mediante la huelga se prioriza ante todo la tutela de los desocupados y precarios y la defensa de los derechos de los pensionistas, como forma de afirmar un proyecto igualitario y nivelador para la generalidad de los trabajadores. Y, en fin, la huelga sigue siendo hoy en día la manera emblemática de hacer patente que el trabajo subordinado y dependiente es el eje de las sociedades del siglo XXI, porque es el trabajo el que crea y construye la riqueza de las naciones y que no resulta concebible la cotidianeidad de nuestras vidas sin la presencia de un trabajo decente, que atribuye derechos y constituye la dignidad de la persona a la que se refieren los textos internacionales que fundan nuestra civilización.
miércoles, 15 de septiembre de 2010
SIMPOSIO EN TOLEDO SOBRE SINDICALISMO Y MOVIMIENTOS SOCIALES EN LATINOAMERICA
La Fundación Amela que crea Vidal-Beneyto, acrónimo de Área Mediterráneo-Latinoamericana quiere impulsar una convergencia operativa "lo más aguda posible" entre los países mediterráneos y los de la América Latina, como bloques separados y como un bloque conjunto. Antonio Baylos y el fallecido José Vidal-Beneyto, en sus encuentros científicos y periódicos en París meses antes de su fallecimiento, concretamente el 6 de Diciembre de 2009, consideraron la oportunidad de celebrar en primer lugar un Encuentro científico que tuviera el propósito de realizar una exploración real, "un levantamiento del mapa situacional" en el área del sindicalismo y de los movimientos sociales en América Latina. Esta primera fase, designada "teórico-doctrinal", es la que se va a celebrar en Toledo durante los días 20 y 21 de septiembre de 2010, y que debe culminar en un libro publicado por la editorial Pre-Textos con todas las contribuciones realizadas y propuestas formuladas, y que constituirá un material de consulta y de trabajo que se pretende de extrema utilidad para formular futuras recomendaciones en el espacio político y cultural iberoamericano.
lunes, 13 de septiembre de 2010
CIUDADANIA EN LA EMPRESA
Se trae a colación un fragmento del artículo que la Revista de la Asociación de Abogados de Sao Paulo (AASP) ha solicitado sobre el tema Ciudadanía y trabajo. En esa Asociación, los abogados laboralistas con muy determinantes y alguno de ellos, como Luis Carlos Moro, es toda una referencia en la lucha por los derechos de los trabajadores. En la foto, una primicia de nuestros archivos, Luis Carlos Moro charla animadamente con otro gran laboralista brasileño histórico, Luiz Salvador.
La versión a través de la que se incorpora la expresión ciudadanía en la empresa es la que se expande en los años setenta del pasado siglo, que se refiere al goce en los lugares de trabajo de los derechos clásicos de libertad. Es decir, la libertad ideológica o religiosa, las libertades de expresión y de información, o bien los derechos conectados con la privacidad del individuo, el derecho a la intimidad personal, a la propia imagen, al aspecto personal, que se ponen en relación con una amplia tutela antidiscriminatoria basada en ciertos supuestos que pueden converger o no con el ejercicio de dichas libertades. En una trasmutación de las palabras clásicas, se habla de la verja de la fábrica y del desdoblamiento esquizofrénico de la persona que deja fuera del recinto laboral su condición de ciudadano mientras entra a producir despojado de cualquier atributo personal que no esté relacionado con la cantidad y calidad del trabajo por prestar, o se describe el vestuario en el que el trabajador deja en la taquilla de la empresa junto con sus efectos personales el conjunto de sus derechos fundamentales reconocidos como ciudadano, que recogerá después de la jornada laboral para poseerlos, sin tiempo material efectivo para ejercitarlos, en el trayecto a su casa y de nuevo de vuelta al trabajo.
Se enuncia así una manera de estar democrática, la de considerar que los derechos ciudadanos no deben perderse por el hecho de estar sometido a una situación de subordinación técnica, económica, social, en un círculo en el que la conducta de las personas está determinada y ordenada por otra desde una posición de dominio. La relación de trabajo es el paradigma de esta situación de poder privado, y sobre ella se derivará el debate sobre las condiciones de ejercicio de la condición de ciudadano. En otros dominios el debate se prolongará, no necesariamente en esos mismos términos al no imponer al trabajador como sujeto: la cárcel, el ejército, la familia, la escuela establecen como referencia central la característica de la edad y del género.
En el debate sobre la ciudadanía en la empresa se han planteado sin embargo problemas de orden fundamentalmente técnico que han generado importantes dificultades para la aceptación y normalización en los sistemas jurídicos democráticos de la plenitud de este principio.
En primer lugar las resistencias desde la propia teorización de la vigencia de los derechos fundamentales, que no resultan exigibles sino ante los poderes públicos y no entre los particulares. Consecuencia de una concepción según la cual los derechos fundamentales son esferas de inmunidad frente a la intervención de los poderes públicos, la autonomía del individuo implica la abstención del Estado porque las relaciones privadas son preservadas de lo que se define como una relación unidireccional entre el ciudadano y el Estado, que resulta definida en materia social por una forma de acción que consiste en la erogación de prestaciones públicas que se articulan en una serie de compromisos públicos respecto de los ciudadanos. Esta nueva manera de reproponer la escisión continua entre hombre y ciudadano se orienta sin embargo hacia una solución que se pretende satisfactoria, lo que significa que el problema se centra en la exigibilidad de los derechos fundamentales, por lo que se traslada a la esfera normativa del Estado y en concreto a la garantía jurisdiccional de estos derechos en las relaciones entre particulares. Por esta vía se suele alumbrar lo que se denomina eficacia directa de los derechos fundamentales inter privatos, mediante la consideración de la garantía judicial de dichos derechos como determinante y la correspondiente “asunción judicial” de la violación del derecho entre particulares.
De esta forma la empresa no es un territorio impenetrable a las libertades públicas que los trabajadores gozan como ciudadanos fuera de ella. De manera solemne la Sentencia del Tribunal Constitucional español nº 88/1985, de 19 de julio afirmaba que a la Constitución le repugnaban “las manifestaciones de feudalismo industrial” consistentes en privar o despojar transitoriamente en el seno de la relación de trabajo de los derechos que al trabajador corresponden como ciudadano, lo que no estaba amparado por la cláusula de libre empresa del art. 38 CE, ni se puede justificar porque las organizaciones empresariales sean “mundos separados y estancos del resto de la sociedad”. En última instancia, la referencia del art. 10 CE a la dignidad de la persona y de los derechos que le son inherentes justificaría por sí sola la necesaria vigencia de los derechos fundamentales en el interior de la empresa. Pero el que la dignidad de la persona y de los derechos que le son inherentes goce de una cierta universalidad de dirección y, en consecuencia, que también el trabajador en la prestación de su actividad pueda ser considerado un sujeto dotado de libertad y dignidad, no implica que la inserción de éste en una relación jurídico – laboral no lleve consigo consecuencias limitadoras del ejercicio de estos derechos fundamentales.
La ciudadanía en la empresa no tiene en efecto el alcance que se deduciría de estas afirmaciones de principio. La jurisprudencia constitucional española – pero es un dato común con los pronunciamientos judiciales de otros ordenamientos europeos - condicionará la vigencia de estos derechos en la empresa a importantes límites derivados de la inserción del trabajador en una “organización ajena” que refleja “otros derechos reconocidos constitucionalmente en los arts. 38 y 33 de la Constitución Española CE”, es decir, a la cláusula de libre empresa y al respeto del derecho de propiedad. El elemento que impide la vigencia plena de tales derechos es, precisamente, el contrato de trabajo. En efecto, los derechos fundamentales son limitados en virtud de las obligaciones asumidas por el propio trabajador en el contrato de trabajo de forma que es la propia autonomía individual del trabajador expresada en la relación obligatoria concluida la que hace que él mismo se autoexcluya del goce de determinados derechos fundamentales que tiene reconocidos como ciudadano. La clave de la restricción se encuentra en primer término en el contenido de las obligaciones que se hayan fijado en el objeto del contrato, porque ahí se determina expresamente el conjunto de tareas que pueden condicionar o impedir el ejercicio de los derechos ciudadanos. En segundo término, el desarrollo de estos derechos debería en todo caso someterse a las exigencias de la buena fe contractual, un canon de conducta que se proyecta sobre las fases de ejecución del contrato. Fuera de la limitación de lo expresamente contratado y requerido según la buena fe, las exigencias organizativas de la empresa funcionan como otro límite adicional. Se establece sin embargo un principio de adecuación entre el interés del trabajador y el derivado de la organización empresarial que se manifiesta en lo que el TC llama necesidades organizativas estrictas, es decir, que las órdenes o requerimientos del empresario que restrinjan la eficacia de los derechos fundamentales impliquen una necesidad, de manera que no exista otra forma de alcanzar el objetivo organizativo perseguido que la limitación del derecho ciudadano del trabajador.
Al margen de la repercusión práctica de esta formulación constitucional, de evidente importancia porque ha permitido afirmar en la empresa un cierto espacio de libertad ciudadana, lo que esta construcción parece decir es que las categorías de los derechos fundamentales, que son típicamente políticas, no se construyen con un fundamento contractual, de manera que existe una cierta contraposición entre constitución y contrato de trabajo, donde las libertades públicas pueden no ser aceptadas ni consentidas por ambas partes de la relación individual, trabajador y empresario. Aparece por tanto una convergencia entre interés de empresa y autonomía de las partes expresada en el contrato de trabajo que parece responder más a un tipo de construcción teórica neo-armonicista que a lo que se puede apreciar desde una visión conflictual de la relación laboral. De esta manera, la vigencia de los derechos fundamentales se basa en una imposición externa de origen público - y en ocasiones también desde la autonomía colectiva - que tiene que acoplarse y hacerse compatible con la organización de empresa y lo acordado en uso de la autonomía individual de trabajador y empresario.
Se puede concluir que hay una dinámica de dos ciudadanías, dentro y fuera de la empresa, sin “continuidad” entre ambas, de forma tal que es difícil hablar que los trabajadores sean ciudadanos también en la empresa. Se insertan mas bien en un orden segregado – un “universo cerrado” – en el que existen mecanismos de racionalización y limitación del poder privado del empresario que le impiden corromperse en puro arbitrio y que crean progresivamente una especie de legalidad de empresa, una cierta ciudadanía de empresa que se configura como un sucedáneo del sistema de derechos y garantías que caracteriza el régimen político democrático.
viernes, 10 de septiembre de 2010
LLAMAMIENTO DE SINDICALISTAS HISTÓRICOS DE CCOO Y DE UGT A LA HUELGA GENERAL DE 29-S
http://japariciotovar.blogspot.com/2010/09/llamamiento-de-veteranos-sindicalista.html
A continuación se incorpora un extracto de ese interesante texto:
LLAMAMIENTO EN APOYO A LA HUELGA GENERAL DEL 29-S
Por UGT:
Nicolás Redondo
Antón Saracíbar
José María Zufiaur
José María Romero
Miguel Ángel Ordóñez
Suso Mosquera
Carlos Trevilla
Por CCOO:
Julián Ariza
Nicolás Sartorius
José Luís López Bulla
Eduardo Saborido
Tomás Tueros
Antonio Montalbán
El Gobierno, en contradicción con sus promesas electorales y sus declaraciones de no proceder a recortes de derechos sociales, ha adoptado una serie de medidas que entendemos lesivas para los trabajadores y otros colectivos sociales, así como para la recuperación de nuestra economía.
(…)
…Es preciso destacar que las medidas tomadas tanto en España como en los demás países de la UE se inscribirían en una lógica que, de no combatirse, conducirían a la idea de que para competir en los mercados globales Europa tiene que recortar su Estado de Bienestar. Tal idea no es nueva y se presenta con fuerza cada vez que hay una crisis económica, cuando se pretende presentar como criterios de la ciencia económica lo que no es más que vieja ideología conservadora de sobrada insolvencia. Lo peligroso de un periodo como el actual es que en él concurren la hegemonía política de la derecha en casi toda Europa y la falta de un proyecto claro de la izquierda, lo que hace temer que esta vez los recortes pueden ser, si no lo evitamos, además de profundos de difícil arreglo. Y especialmente delicado en el caso de España donde contamos con una derecha que no sólo no ha hecho nada para salir de la crisis sino que acentuaría el carácter anti-social de las medidas.
(…)
Respecto de la reforma laboral, tras la experiencia de más de sesenta modificaciones del Estatuto de los Trabajadores, algunas tan profundas como las de 1984, 1994 y 2002, su virtualidad ha sido y será prácticamente nula para la generación de empleo pues, de entrada, facilita y abarata los despidos, aumenta el poder de disposición de las empresas sobre la mano de obra, debilita a los sindicatos y hace retroceder el papel del Estado en su función de tutelar las condiciones de vida y de trabajo. El mercado de trabajo es consecuencia del modelo productivo y no al revés. Mientras éste no cambie aquel no se estabilizará.
No es casual que, en este contexto se haya recrudecido, en abundantes plataformas de opinión, la campaña de desprestigio de los sindicatos. Al fin y al cabo son la principal fuerza social que, a pesar de todo, sigue teniendo capacidad para oponerse a estas medidas tan desequilibradas. Sobre los sindicatos recae, a fin de cuentas, buena parte de la responsabilidad de mejorar el modelo social europeo y contribuir a equilibrar la política que emana de las instituciones de la UE. Convendría que las fuerzas progresistas no olvidaran que sólo desde la movilización social a nivel europeo la izquierda retomara el pulso y la capacidad de llevar adelante un proyecto más justo socialmente y económicamente más eficaz. No nos estamos jugando un ajuste para paliar el endeudamiento de un país sino evitar un retroceso histórico de conquistas y derechos de los ciudadanos europeos. No se trata de permanecer estáticos sino de reformar para mejorar y salir de la crisis.
Desde la conciencia de que esto es así, en la convicción de que puede corregirse tal deriva y con la experiencia de que para conseguirlo es necesaria la movilización social, quienes suscribimos este documento -- personas que asumimos, en su día, responsabilidades en la lucha de las CC.OO. y UGT durante la dictadura franquista, en el tránsito pacífico a la democracia y en el devenir del movimiento sindical durante el periodo democrático-- hacemos un llamamiento a trabajadores y ciudadanos para que participen en las movilizaciones acordadas en unidad por los sindicatos y en la huelga general del día 29 de septiembre. Acción que persigue el objetivo de hacer rectificar la política económica del Gobierno, lesiva para los derechos de los trabajadores, haciéndola coincidir con la jornada de movilizaciones a escala europea convocada por los sindicatos de la CES, pues es en ese espacio, donde se libra la gran tarea de salir de la crisis y mejorar el estado del bienestar. Nos jugamos todos mucho.
jueves, 9 de septiembre de 2010
MANIFIESTO UNIVERSITARIO EN FAVOR DE LA HUELGA GENERAL DEL 29-S
EN APOYO DE LA HUELGA GENERAL DEL 29 DE SEPTIEMBRE
MANIFIESTO PROMOVIDO POR PROFESORES DE UNIVERSIDAD Y PROFESIONALES DE LAS DISTINTAS ESPECIALIDADES
La reforma laboral del RDL 10/2010 no tiene relación con el recorte del déficit ni con la contención del gasto público. Tampoco busca la recuperación económica. Se dirige a otro objetivo: abarata, facilita y subvenciona el despido, obstaculizando y debilitando el control judicial del mismo, modifica de manera muy significativa las causas para los despidos objetivos por causas económicas, tecnológicas, organizativas o de producción; no impide el fraude en la contratación temporal ni impone límites eficaces a la misma, rompe el sistema de negociación colectiva sectorial a través de su inaplicación en las empresas que aleguen dificultades económicas, da un impulso a la precarización a través de las ETTs en varios sectores sensibles y de riesgo, como la construcción y las Administraciones públicas y liberaliza las agencias privadas de colocación.
El RDL 10/2010 sitúa al ordenamiento jurídico laboral español entre los niveles más bajos de la protección de los trabajadores europeos. Aumenta el autoritarismo en la empresa y erosiona las garantías de los derechos laborales, autolesionando así de forma grave el sistema democrático de relaciones laborales. Con ello se ignora que existe una relación directa entre economías fuertes con crecimiento equilibrado y sistemas de plena tutela de derechos laborales y un sindicalismo con relevantes poderes de regulación de las relaciones laborales. La reforma laboral aprobada impide que se hable de un cambio de modelo económico, porque no es posible desarrollar una economía sostenible y competitiva con un modelo laboral cada vez más precario y regresivo. Considerar que el modelo laboral y el modelo productivo no se interrelacionan mutuamente es un grave y oneroso error que nos persigue a lo largo de muchas décadas.
Más allá de la reforma laboral, el Gobierno parece decidido a “quemar las naves” en su deriva liberal de sacrificar derechos laborales y de protección social ante los mercados financieros y anuncia agresivos recortes en materia de pensiones, así como de prestaciones sociales, sanidad, servicios sociales y otras, que podrían reflejarse en los Presupuestos Generales del Estado de 2011. Bajo la excusa de hacer sostenible el Estado de Bienestar, se reducen derechos conquistados tras ardua y larga lucha: para mantenerlo, se debilitan una y otra vez sus pilares hasta su práctica demolición. Mientras tanto, tenemos una presión fiscal sensiblemente menor que la media de nuestro entorno europeo, claramente injusta y regresiva y con insoportables niveles de fraude sin que se tenga voluntad decidida de perseguirlo eficazmente.
Los ciudadanos tenemos que reaccionar ante este aluvión de medidas injustas y regresivas que reducen nuestros derechos como trabajadores y como sujetos activos en la vida social y política. Concebimos la participación democrática como un proceso permanente y continuo que no se reduce sólo a la participación electoral para la formación de los órganos legislativos de la nación. Creemos que la huelga general no es sólo una forma de exteriorizar un conflicto social amplio y profundo, sino ante todo un acto decisivo de participación democrática que expresa, mediante la paralización de las actividades productivas y de servicios de un país determinado, la importancia del trabajo en la sociedad del siglo XXI y la necesidad que se respeten los derechos laborales como condición de ciudadanía plena.
Por eso las mujeres y los hombres que firmamos este manifiesto, desde nuestra variada situación de universitarios y profesionales de todo tipo, expresamos públicamente nuestra opinión, de sumarnos a la convocatoria de huelga general para el día 29 de septiembre en la idea que este acto de participación democrática y ciudadana obligue a los poderes públicos a cambiar de política, abandonando estas reformas globalmente regresivas y socialmente injustas.
JULIO 2010
Más de mil profesores de Universidad, expertos en distintas materias y trabajadores de la cultura forman el grupo promotor de los manifiestos de apoyo ante la convocatoria de huelga general para el 29 de septiembre. Para adherirse a los mismos, remitir correo electrónico a ediaz@ccoo.es fflc@cec.ugt.org
lunes, 6 de septiembre de 2010
SE PUBLICA EL NUMERO 19 DE LA REVISTA DE LA FUNDACION 1 DE MAYO
La Fundación 1 de mayo acaba de publicar el número 19 de su Revista, correspondiente al mes de septiembre del 2010. En él se incluyen tres artículos sobre la huelga general del 29 de septiembre escritos por Javier López, Francisco J. Gualda, y Antonio Lettieri y Antonio Baylos. Además se incorpora un trabajo de Bruno Estrada sobre la versión española de la "doctrina del shock", y otro de Marciano Sánchez Bayle sobre sindicalismo y salud. La presentación de Rodolfo Benito se centra también en la Reforma Laboral y la huelga del día 29 como una respuesta social y democrática. Por su interés se reproduce a continuación
29 de septiembre: Una respuesta social y democrática.
Rodolfo Benito
La Huelga General del 29 de Septiembre se va a convertir en una gran respuesta social y democrática en defensa de la dignificación del trabajo, del trabajo con derechos, del trabajo como elemento central de la sociedad y no como una parte periférica de la misma.
La Reforma Laboral que se está debatiendo en el Parlamento modifica en profundidad el Estatuto de los Trabajadores. No sólo es muy lesiva para los trabajadores, sino que además de ser un autentico disparate, carente de rigor, es enormemente preocupante dado que muestra un enorme desconocimiento del papel que el mercado laboral y el sistema de relaciones laborales juega en la actividad económica y productiva de un país.
¿Pero sigue siendo necesario argumentar, tal y como sostiene el profesor Alberto Alonso, que el aumento del empleo no es un problema dependiente de la regulación del mercado de trabajo sino del crecimiento de la demanda?
Recientemente en China y Japón, el Presidente del Gobierno presentó las reformas que se están produciendo en España, como los “sacrificios” necesarios para abordar mejor el futuro. De nuevo se equivoca, por que además confunde el concepto “sacrificio”. En una etapa de crisis como la actual, “los sacrificios” responderían a políticas desde las que, la carga de la crisis se repartieran entre el conjunto de la sociedad, muy en función también a los recursos de cada uno; por el contrario, por ejemplo en la Reforma Laboral, no son “sacrificios” lo que se demanda, sino “derechos”, que no es lo mismo, los que se eliminan.
Que significa si no la ampliación de las causas del despido objetivo y con ellas el abaratamiento del coste del mismo, sino la perdida de un derecho. O la pérdida de eficacia vinculante de la practica totalidad del articulado del Convenio Colectivo, excepto la jornada, para aquellas empresas que tramiten el descuelgue del mismo o la equiparación de la modificación sustancial de las condiciones de trabajo a despido objetivo.
Como igualmente sostiene el profesor Antonio Baylos, la reforma laboral en sustancia implica la revisión de los modelos legislativos de regulación del trabajo para degradar las garantías de empleo, actuando sobre el coste y la motivación del despido, a la vez que se apuesta por una decisiva “empresarialización” de los ámbitos de regulación colectiva, con la consiguiente derogación de unidades de negociación superiores en el nivel del sector de producción, y erosionando por consiguiente de forma irreversible la fuerza vinculante de los convenios colectivos sobre la base de una inaplicación de los mismos en los establecimientos empresariales a voluntad de los titulares de la empresa.
Las medidas contempladas en la reforma, además de lesivas se van a convertir en un autentico lastre para el desarrollo de la competitividad con mayúsculas, de las empresas, además de ser un factor desincentivador de los que debería haber sido y no es, la gran prioridad de nuestra economía, cambiar el modelo productivo de nuestro país.
Ese y no las políticas laborales es el mayor problema de nuestra economía; esa es la cuestión que nos hace muy vulnerables, en términos de empleo en cualquier ciclo de crisis. Y ello, junto al grado de alcance del Estado del Bienestar, es una de las grandes diferencias que tenemos con las economías centrales de la Unión Europea.
La huelga es una respuesta a la reforma laboral y se ha de convertir en el punto de inflexión, para que las muchas razones que nos han llevado a convocarla, sean acompañadas de la fuerza de la movilización, de la respuesta masiva de los trabajadores, para con ello modificar los aspectos lesivos que contiene la misma. Ya ha ocurrido en otras ocasiones, esta vez también ese giro se va a producir.
Es una respuesta al plan de ajuste del Gobierno, a las injustas medidas, no de contención salarial, que se podían suscribir para un periodo temporal, sino de rebaja de los salarios de los empleados públicos, ampliadas en ciertas Comunidades Autónomas al conjunto del sector publico, incluyendo por tanto a las sociedades mercantiles.
Una decisión que no tiene nada de ingenua, ya que a la vez que se deprecia el valor del trabajo, de los trabajadores de este sector, se manda un nítido mensaje al conjunto del sector privado para que actúe en la misma dirección.
Es una respuesta, a la congelación del salario de los pensionistas, exigiendo igualmente una rectificación, en los Presupuestos Generales de Estado para 2001.
Es una apuesta por el empleo, reclamando una política económica, que lo sitúe como la prioridad, que intervenga sobre la crisis de demanda en la que estamos inmersos, que igualmente temporalice, pero que no reduzca la inversión publica, que actúe en el terreno fiscal, en primer lugar sobre el fraude y también en materia de impuestos, pues existen márgenes después de las políticas de desfiscalización, para las mas altas rentas, que se ha realizado en este país.
No diré que no hay que tener en cuenta a los mercados, pero si afirmare que estos no pueden ser quienes, tal y como esta sucediendo, realicen las política económica en España.
Una huelga en defensa de la negociación colectiva, que ya sale muy debilitada de la reforma laboral con la pérdida de la eficacia vinculante de los convenios colectivos.
Una medida que pretende complementarse con la idea que recorre los despachos de la CEOE, de que hay que desindicalizar la pequeña y mediana empresa, y que nadie la confunda, lo que persigue es la perdida del peso del Convenio Colectivo de carácter sectorial, modificando los índices de prevalencia en distintas materias, por ejemplo llevando la negociación del salario al ámbito de la empresa, haciendo que el convenio colectivo sectorial pierda todo su carácter regulador, abriendo la vía tantas veces perseguida, de individualizar las relaciones laborales, provocando con ello un mayor deterioro de las mismas.
Una huelga en defensa del sistema publico de pensiones, un sistema que no presenta déficit, tan siquiera en este ciclo de crisis, más bien al contrario, dispone de un fondo de reserva de más de 60.000 millones de Euros.
Una huelga de rechazo a la ampliación de la edad de jubilación, a la ampliación del periodo de carencia para el acceso a la misma, hoy establecida en 15 años, o a la ampliación del periodo de 35 años para tener derecho al valor cien de la pensión.
¿Sobran o no sobran las razones? Efectivamente son muchas las razones para una huelga general, masiva en su seguimiento, que impulse los cambios necesarios, que eviten la perdida de derechos sociolaborales y que apunte a una salida distinta a la crisis, porque es posible además de justa y necesaria.
sábado, 4 de septiembre de 2010
UNA INTERESANTE INICIATIVA DE LAS UNIVERSIDADES CATALANAS
http://manifestuniversitatscatalanes.blogspot.com/
Además el 22 de septiembre - día muy querido para los amantes de las canciones de Georges Brassens, por cierto - se celebrará un acto masivo para la presentación del mismo. Daremos cuenta del mismo ante su relevancia evidente.
jueves, 2 de septiembre de 2010
LA IMAGEN EN LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN DE LOS OBREROS: LOS MINEROS CHILENOS
Recientemente, en el blog hermano, López Bulla advertía sobre la imagen de la huelga y la importancia que tiene la reconstrucción mediática de un hecho social relevante, como el de una huelga general, de forma tal que su valor simbólico final depende en gran medida de cómo haya sido construido por la comunicación social, en la medida que esta construcción determina directamente la opinión pública. Aprovechando esta sabia advertencia, y dado que el período vacacional veraniego va terminando, es útil relacionar esta observación con las construcciones cotidianas de que disponemos de la clase obrera en los medios de comunicación españoles. Para ello agosto ha suministrado un hecho central: el derrumbe de una mina en Chile y la excepcional subsistencia de 33 mineros en la misma, que deberán ser salvados a traves de complicadas operaciones de perforación de túneles en la roca.
En el tratamiento de la noticia, debe siempre prevalecer el lado humano: los mineros han sido encontrados con vida, la población lo festeja, las autoridades, incluido el recien elegido presidente de la república, acuden a hablar con ellos, se organzia el aparato de salvamiento. Lo importante es que salgan con vida. Naturalmente que nadie pregunta - y en todo caso en la prensa no se resalta - por qué ha sucedido este hecho. En algunas informaciones más técnicas, se hace constar que igual que en las minas españolas el peligro es la explosión de gas, en las chilenas lo peligroso es la explosión de la roca. Ningún periodista habla ni se interroga por las responsabilidades que este hecho genera. Alguien menciona, menos mal, que la mina ha sido cerrada en un tiempo por absoluta carencia de medidas de seguridad, pero que fué reabierta sin cumplir los requisitos sobre una salida aprovechando la torre de ventilación que había establecido un organismo oficial al respecto.
Basta con escribir en google Mina San José (Chile) para que aparezcan informaciones que ningún periodista contrastará jamás. Veamos alguna de ellas:
Hay una versión invisible de este hecho, la que sustentan los dirigentes del Sindicato Nº2 de Minera San Esteban Primera y la CUT provincial Copiapó, y que hicieron suya los representantes de las organizaciones sindicales de la minería de todo el país, que concurrieron a la asamblea de organizaciones sociales y sindicales realizada el 13 de agosto en la Universidad de Atacama, convocada al calor de los acontecimientos.Este enfoque sostiene que la tragedia, largamente anunciada por los dirigentes sindicales de la mina, es la consecuencia inevitable de un sistema económico que pone en el centro la rentabilidad privada sobre cualquier otra consideración, incluyendo la seguridad e incluso la propia vida de los que con su trabajo, generan esa rentabilidad.
En este enfoque, las responsabilidades son compartidas entre la contraparte empresarial, que atropelló repetidamente el reglamento de seguridad minera en su afán de aumentar la producción en el escenario del alto precio del cobre, y el Estado, en cuanto autoridad supervisora, a través de instituciones como el Servicio Nacional de Geología y Minas, la Inspección del Trabajo, la Secretaría Regional Ministerial de Salud, la Superintendencia de Seguridad Social, el Gobierno Regional, todas las cuales fallaron a la hora de preservar la seguridad e integridad de los 33 mineros atrapados, e incluso, la Corte de Apelaciones de Copiapó, que rechazó un recurso de protección presentado por el Consejo Directivo de los Sindicatos de Trabajadores de Minera San Esteban Primera, el 6 de marzo de 2004.
No encontraremos esta información en nuestros periódicos, y quien sabe por qué nuestros periodistas no consideran importante este tipo de informaciones. Tampoco se indaga por la propiedad de la mina - porque la mina es privada, naturalmente -, y el destino de su producción, posiblemente una gran compañía transnacional americana. Ni hablar de la posible declaración de quiebra por parte de la empresa al estar la mina cerrada y no producir beneficios, con la consecuencia que prevé la legislación chilena de exonerar a la empresa del pago de salarios e indemnizaciones.