lunes, 30 de septiembre de 2019

SOBRE EL CONTRATO DE TRABAJO ON LINE Y EL TELETRABAJO



Vivimos tiempos en los que las tecnologías de la información y la comunicación están presentes en el sistema productivo de forma muy incisiva y transforman el propio sistema industrial. En los comentarios que surgen de esta realidad, se generan muchas dudas sobre la subsistencia de los esquemas de trabajo que se asientan sobre la organización fordista de la producción. La falta de adaptación del mundo laboral a las nuevas tecnologías y la digitalización es un ritornello que se reitera en informaciones y opiniones constantemente.

Conviene sin embargo acercarse a la realidad para ver en qué medida las cosas están cambiando, y los cambios que a su vez se producen en el cuadro normativo. Se ha hablado ya en este mismo blog de los ciber derechos y su regulación en la nueva Ley de Protección de Datos (https://baylos.blogspot.com/2018/11/la-garantia-de-los-derechos-digitales.html) y ahora se trae a colación un ejemplo extraído de la negociación colectiva que puede resultar interesante.

En efecto, el convenio colectivo estatal para las Universidades Privadas (BOE 14-9-2019) establece una modalidad específica de contrato de trabajo a distancia que no se conecta con el art. 13 ET, sobre el contrato de trabajo a domicilio, y que resulta regulado en su totalidad en el mismo convenio como un anexo al mismo bajo la denominación de contrato de trabajo “on line”. El régimen resultante de esta “modalidad” contractual no menciona tampoco el Acuerdo Marco Europeo sobre teletrabajo del año 2002, revisado en el 2009, que tenía eficacia voluntaria entre las partes firmantes y no se incorporó a una directiva, como otros convenios colectivos europeos – particularmente los relativos ala contratación temporal y al tiempo parcial – y que sin embargo  es recordado expresamente en el III Acuerdo Nacional para el Empleo y la Negociación Colectiva del 2015 (BOE 20-6-2015), en el que los interlocutores sociales reconocen el teletrabajo “como un medio de modernizar la organización del trabajo para hacer compatible la flexibilidad para las empresas y la seguridad para los trabajadores”, a la vez que fijan los criterios que pueden ser utilizados por las empresas y por los trabajadores y sus representantes y que se sustancian en

• El carácter voluntario y reversible del teletrabajo, tanto para el trabajador como para la empresa.
• La igualdad de derechos, legales y convencionales, de los teletrabajadores respecto a los trabajadores comparables que trabajan en las instalaciones de la empresa.
• La conveniencia de que se regulen aspectos como la privacidad, la confidencialidad, la prevención de riesgos, las instalaciones, la formación, etc.

El convenio colectivo para las Universidades Privadas se ocupa de la modalidad del servicio de enseñanza on line, una variedad que ha ido ampliándose más allá de la actividad de la enseñanza universitaria pública en torno a la UNED y que abraca tanto las titulaciones de grado como muy especialmente de postgrado y masters. El ámbito de aplicación del convenio lo explica al entenderse de aplicación el anexo del mismo “a las Universidades y centros Universitarios privados que no estén creados o dirigidos por entidades sin ánimo de lucro, cuya autorización administrativa sea para el desarrollo de la actividad en modalidad online. Igualmente, se aplicará en centros de formación de postgrado que formen parte de aquéllas y en los centros Universitarios extranjeros privados reconocidos cuyas titulaciones sean automáticamente homologadas o convalidadas en el territorio español, cuya autorización administrativa sea para el desarrollo de la actividad en modalidad online”.
Para todos estos centros el convenio crea un “contrato de trabajo en la modalidad online”. El régimen jurídico del mismo se describe en el art. 2 del convenio, cuyo contenido se copia a continuación:

“Tendrá la consideración de trabajo online aquél en que la prestación de la actividad laboral se realice, al menos, más del 50% de la jornada en el domicilio del trabajador o en el lugar libremente elegido por éste, de modo alternativo a su desarrollo presencial en el centro de trabajo de la Universidad. Para favorecer la conciliación de la vida laboral, personal y familiar, la Universidad online tiene la facultad de ofrecer esta modalidad de contrato a todo el personal docente y no docente, de forma individual, en función de las necesidades organizativas y productivas de la Universidad online. Los principios que deben tenerse en cuenta para el trabajo en la modalidad online, serán los siguientes:

– Principio de voluntariedad.
– Principio de reversibilidad, para las personas trabajadoras contratadas inicialmente en la modalidad presencial tanto para los trabajadores como para la empresa.
– Principio de igualdad respecto a los trabajadores que desempeñan sus funciones en las instalaciones de la Universidad, de conformidad con lo detallado en este artículo.
– Criterio de adecuación a la función, esto es, que la misma pueda ser realizada online.
 – Criterio de idoneidad que implica el cumplimiento por parte de los trabajadores de los requisitos necesarios para desempeñar el trabajo online.

La Universidad ofrecerá esta modalidad de prestación laboral a los trabajadores que, por sus aptitudes, nivel de desempeño, autonomía y puesto ocupado pueda asumir la práctica del trabajo online sin incidencia en los niveles de organización y productividad del servicio. El acuerdo por el que se establezca el trabajo online se formalizará por escrito. Tanto si el acuerdo se estableciera en el contrato inicial como si fuera posterior, le serán de aplicación las reglas contenidas en el Estatuto de los Trabajadores para la copia básica del contrato de trabajo.

 Los trabajadores online tendrán los mismos derechos que los que prestan sus servicios en el centro de trabajo de la Universidad online, salvo aquellos que sean inherentes a la realización de la prestación laboral en el mismo de manera presencial. Además, para garantizar que los trabajadores online no se sientan desvinculados de la Universidad online, ésta, con la antelación suficiente, les podrá convocará para que intervengan, participen y asistan presencialmente en las oficinas de la Universidad a reuniones, claustros académicos, formación, actividades/proyectos que requieran interactuar en la sede de forma presencial, etc., …).

Los trabajadores que inicialmente hayan sido contratados en modalidad presencial y posteriormente transformen por mutuo acuerdo su contrato a modalidad online podrán, en cualquier momento, solicitar la vuelta a la modalidad presencial, de conformidad con el preaviso establecido por cada universidad. El mismo derecho de reversibilidad lo tendrá la universidad.

La Universidad online tendrá que establecer los medios necesarios para asegurar el acceso efectivo de estos trabajadores a la formación profesional para el empleo, a fin de favorecer su promoción profesional. Asimismo, a fin de posibilitar la movilidad y promoción, tendrá que informar a los trabajadores online de la existencia de puestos de trabajo vacantes para su desarrollo presencial en sus centros de trabajo.

Los trabajadores online tienen derecho a una adecuada protección en materia de seguridad y salud resultando de aplicación, en todo caso, lo establecido en la Ley de Prevención de Riesgos Laborales y su normativa de desarrollo.

Los trabajadores online podrán ejercer los derechos de representación colectiva conforme a lo previsto en esta ley. A estos efectos dichos trabajadores deberán estar adscritos a un centro de trabajo concreto de la Universidad online. La Universidad online, para garantizar la prestación del servicio de los trabajadores online, pondrá todos los medios que estén a su alcance, así como habilitará puestos de trabajo presenciales en las sedes, a fin de suplir los posibles problemas técnicos que los trabajadores online pudieran sufrir para la realización de sus funciones”.

Una regulación que sin duda debe merecer un examen más meditado tanto por lo que dice como por lo que omite, que implica la regulación de un trabajo a distancia en la que se abordan una larga serie de cuestiones que requieren precisión y generan algunas dudas sobre su alcance. Pero dejemos que sean los interlocutores sociales y los juristas del trabajo quienes desarrollen su trabajo de glosa, crítica y concreción de estas figuras emergentes.

sábado, 28 de septiembre de 2019

EL ENSIMISMAMIENTO DEL MARCO POLÍTICO ESPAÑOL



Una cuestión que llama la atención de los procesos recientes sobre el intento fallido de la investidura del gobierno en España es la completa ausencia en esos debates de la dimensión europea e internacional. El contraste es muy fuerte si se compara con lo sucedido en las discusiones políticas habidas casi en paralelo, como en el caso italiano.

En efecto, casi a la vez que las negociaciones de julio y agosto sobre el gobierno en España, se desarrollaba en Italia la crisis de gobierno que originó Salvini y que se solventó con un acuerdo entre el Partido Democrático y el Movimiento 5 Estrellas dando lugar a un gobierno de progreso, superando una enemistad permanente entre ambas formaciones. Pero en Italia, la dimensión europea ocupó un lugar decisivo, conectando este proceso con el de la formación de la Comisión Europea en donde Gentiloni, antiguo primer ministro italiano entre el 2016 y 2018, del Partido Democrático, obtuvo el puesto de Comisario de Economía, puesto que la posibilidad de llevar adelante políticas sociales de progreso está muy condicionada por la orientación general que en el semestre europeo se imponga a los presupuestos de cada uno de los Estados nacionales, con especial atención a quienes muestran un fuerte endeudamiento y un mayor déficit que el exigido por la gobernanza económica. Entre nosotros, ni la propia y decisiva formación de la Comisión Europea tras las elecciones de mayo de 2019, ni la sustitución de Mario Draghi al frente del Banco Central Europeo, se han considerado materia suficientemente relevante como para integrarla en el razonamiento político que desembocaría sobre las medidas de cambio discutidas, su alcance y límites. El nombramiento de Borrell como Alto Representante de Política Exterior se interpretaba ante todo como un refuerzo de las posiciones unitaristas españolas frente al secesionismo catalán, sin interrogarse sobre lo que ese nombramiento podía significar en la posición atlantista europea subordinada a Estados Unidos.

La sensación que se tiene es que las reformas post- crisis, la degradación del cuadro de derechos laborales, los recortes sociales y en el empleo público, la devaluación salarial y el empleo precario, fueran todas ellas variables que no tienen relación con las orientaciones de la gobernanza europea y que por consiguiente, se deben contemplar exclusivamente desde la perspectiva nacional – estatal. No se ha actualizado un debate sobre las políticas de austeridad y  el equilibrio presupuestario derivado del cambio institucional decisivo que se ha producido en Europa a partir de la crisis del euro, del 2010 y que ha generado el fenómeno de desposesión constitucional en España en especial a partir de la reforma del art. 135 de la Constitución española. No se trata tanto de que no se pueda cuestionar este pasado reciente que ha condicionado directamente la reforma laboral y la del sistema de pensiones, cuanto que ni siquiera se tiene en cuenta esta referencia supranacional como un elemento que puede definir el campo de juego en el que se van a mover las reformas posibles y el margen de maniobra que puede recorrer un gobierno de progreso en España.

En esta misma dirección, no se comprende bien el desinterés que la política española ha manifestado respecto de la sustitución del presidente del Banco Central Europeo. El BCE ha desempeñado, de hecho, el gobierno de la economía europea, una de las más potentes del mundo, emancipado de cualquier interferencia de la democracia pluralista y las indicaciones políticas que de esta podían provenir, y ha dispuesto en la crisis de amplísimas facultades para disciplinar a los estados soberanos. El resultado de estos años – que Antonio Lettieri ha abordado en un artículo en el que resume la actuación de Mario Draghi, el personaje más importante en este decenio en la zona euro https://braveneweurope.com/antonio-lettieri-the-euro-and-the-disputable-legacy-of-mario-draghi - ha sido el de la convergencia forzada de todos los países miembros en el modelo del capitalismo financiero neoliberal que se ha impuesto a nivel global. El discurso macroeconómico solo se puede reconocer en la política a partir de algunas intervenciones muy aisladas, aunque extremadamente valiosas, entre especialistas. Pero el discurso político no se ha hecho eco de la advertencia explícita de Draghi sobre la posibilidad inminente de una desaceleración económica más “alargada y profunda”, la conveniencia de arbitrar una política fiscal en paralelo a la política monetaria, y la conveniencia de dar al presupuesto del euro una función anticíclica y a otros mecanismos estabilizadores como un seguro de desempleo, es decir introducir en la discusión la importancia de estas cuestiones y la necesidad por tanto de actuar en el plano europeo incidiendo en ellas, puesto que su trascendencia en el diseño macroeconómico del Estado español resulta decisivo, como señaló claramente Jorge Uxo en https://paradojadekaldor.com/2019/07/04/podemos-resucitar-la-politica-fiscal-en-europa/ a comienzos de julio de este año.

Otros acontecimientos muy importantes están siendo conocidos este mes de septiembre, entre el final del verano y el comienzo del otoño. Algunos señalan la conducta extremadamente improcedente de líderes mundiales, como el presidente Trump, que no vacila en utilizar todo el poder del estado norteamericano y su capacidad de influencia para intentar aniquilar a un adversario político. El caso dará mucho que hablar, al haber permitido que se inicie el procedimiento de impeachment, pero de él se desprende no sólo la obscenidad de la actuación del presidente USA, sino la de su homólogo ucraniano, cuya integridad moral y su servilismo político no suele ser ponderado en las valoraciones sobre el caso concreto. Es un ejemplo terrible de cómo actúa el poder político de una de las democracias más respetables del mundo, contra el propio sistema democrático. Una señal de cómo las señales de amenaza de un nuevo autoritarismo son cada vez más evidentes. Sin olvidar la imagen que suministra el presidente de Ucrania, esa nación en la que la Unión Europea ha confiado como un muro heroico que defiende la democracia en las fronteras de Rusia, que por el contrario demuestra cómo domina e impone la orientación que desea al sistema de justicia en su país, dispuesto a efectuar cualquier maniobra que sirva al propósito conspiratorio de quien le subvenciona generosamente. Un caso del que nuestros partidos políticos tampoco han comentado lo que opinan, pese a que se conoce que una parte de esta trama se ha efectuado en Madrid, en agosto, con el encuentro entre el enviado del presidente ucraniano y el abogado del norteamericano, Rudolph Giuliani.

Pero sin duda el hecho más relevante ha sido la sentencia del Tribunal Supremo del Reino Unido que declara ilegal, nula y sin efecto, la decisión del gobierno de Johnson de cerrar el Parlamento para impedir que éste pudiera desautorizar sus actuaciones respecto del Brexit. La sentencia rescata los principios básicos del parlamentarismo como fundamento del sistema democrático y sólo por ello resulta especialmente valiosa. La reivindicación de la soberanía del Parlamento y su capacidad de legislar y la sumisión del ejecutivo a ésta, junto con la del control parlamentario de la actividad del gobierno como eje y fundamento del sistema democrático, son afirmaciones extremadamente importantes que seguramente deberían ser recordadas entre nosotros. Pero además el caso lleva consigo la nulidad de la orden de la reina provocada por un consejo ilegal, nulo y por tanto sin efecto, de su primer ministro, en la medida en que éste pretendía evitar que el Parlamento cumpliera con su papel constitucional.

Una apreciación que podría ser utilizada también entre nosotros respecto del abrupto final de las conversaciones para la investidura de presidente de gobierno, que acabó mediante una decisión del rey que hurtó al Parlamento la posibilidad de debatir y dar a conocer a toda la ciudadanía los motivos y las razones por las cuales el candidato a presidente de gobierno no había logrado alcanzar las mayorías necesarias que menciona el art. 99 CE. Se impidió así que el Parlamento cumpliera con su doble función de control y de ejercicio soberano del poder, dañando por tanto su posición central en un sistema democrático. El consejo del candidato a la presidencia al rey para que éste decidiera directamente convocar nuevas elecciones sin que se celebrara la sesión parlamentaria de investidura debería ser considerado, como señala la sentencia británica, un atentado directo contra el principio democrático que se expresa en la soberanía parlamentaria.

El debate político entre nosotros debería ser más rico y complejo, abarcar más niveles de análisis para que la ciudadanía se informe de la relativa complicación que lleva aparejada efectuar opciones de gobierno de cambio social. La referencia internacional ayuda a elevar el nivel de la discusión indicando que el marco nacional-estatal tiene enormes concomitancias y subordinaciones en una dimensión multiescalar que lo diversifica. Esta constatación, que en otras esferas, como la sindical, es muy frecuente y se incorpora con naturalidad a los análisis y a las propuestas de acción, debería normalizarse en el espacio del discurso político, más aun cuando se avecinan las nuevas elecciones de noviembre y se recupera en primera plana la controversia ideológica y la confrontación de modelos de sociedad.



lunes, 23 de septiembre de 2019

SINDICALISMO Y DERECHO SINDICAL, 7ª EDICION (2019)



Acaba de salir de las prensas – como se decía un tiempo – la séptima edición del libro “Sindicalismo y Derecho Sindical” que incorpora las novedades legislativas y jurisprudenciales que se han conocido en España hasta el verano del 2019. El libro fue el número 1 de la colección Básicos de Derecho Social de la editorial Bomarzo, y es un texto con vocación más didáctica que experimental que ha tenido una buena acogida especialmente en los cursos de formación sindical. Precedido de un generoso prólogo de Jose Luis López Bulla, se transcribe a continuación una parte significativa de la introducción del mismo.

La temática del derecho sindical  se inscribe en general en un discurso sobre el poder y la nivelación de la desigualdad económica y social a la que el sindicalismo debe servir. Hay por tanto que encuadrar este fenómeno en unas relaciones sociales no armónicas, sino en conflicto permanente, derivado de la pertenencia a clases sociales diferenciadas. La conflictividad social que atraviesa todo el Derecho del Trabajo, es especialmente notoria en el Derecho Sindical, acostumbrado a medirse en términos de poder y contrapoder en los lugares de producción. Este hecho ha sido oportunamente resaltado por nuestro Tribunal Constitucional: “No puede olvidarse –dirá la STC 134/1994– que los sindicatos se hallan objetivamente en una posición dialéctica de contrapoder respecto de los empleadores y que la defensa de sus objetivos no se basa en fórmulas de composición de intereses o de colaboración, sino de autodefensa”.

Las relaciones de poder que están ancladas en la apropiación del trabajo de las personas se construyen también en el mercado como espacio de adquisición y de generación de desigualdad, se consolidan en la opinión pública a través de la cimentación de éstas por los medios de comunicación, cada vez más globalmente empotrados en los poderes económicos, y se proyectan sobre el espacio público en ciclos de dominio político excluyente que oscilan en una mayor o menor apertura a posiciones democráticas sobre la base de la noción de ciudadanía. Esto implica que las relaciones de poder que tienen como base el trabajo adquieren una centralidad en todos los campos de la sociedad, y los esfuerzos más importantes por considerar este proceso como un elemento positivo que alimente la estructuración democrática de la sociedad ha venido siendo definido a través del reconocimiento del modelo social en las constituciones europeas que sellan la derrota y el fin del nazifascismo y de las dictaduras asimiladas en Europa y en la tensión entre política y mercado como síntesis del equilibrio de poderes siempre inestable y en conflicto en todos los ámbitos en el que éste se trasluce. El sindicato se sitúa en todas esas dimensiones, con diversa intensidad y presencia, y está por tanto atravesado por múltiples tensiones que ponen a prueba la validez de su proyecto de reforma y la eficacia de su actuación. 

A partir de la gran crisis del 2008 y de la recesión que produjo en las economías avanzadas y en especial en Europa, se ha desarrollado un proceso de remercantilización del trabajo y un replanteamiento profundo del esquema democrático y social que había conformado el modelo social en el que el sindicato ocupaba un lugar relevante. En  nuestro país la crisis se despliega en tres fases a partir de la burbuja inmobiliaria y el desbordamiento del crédito, como crisis financiera primero, que desestabiliza el sistema bancario, crisis de la deuda soberana después, con la exposición a los mercados de fuertes compromisos financieros y el incremento del déficit público, y finalmente crisis política y democrática con la reforma de la constitución introduciendo la regla del equilibrio presupuestario y el pago prioritario de la deuda, la degradación de derechos laborales, el recorte de prestaciones sociales y el deterioro del sistema de libertades. El incremento extraordinario del poder financiero en los terrenos económico, político y social, que tiende a expandir su control tanto sobre los proyectos de gobierno como sobre la propia existencia social de la ciudadanía a través de episodios de una violencia económica inaudita , ha generado una verdadera situación de excepcionalidad en el campo de los derechos, forzando un cambio de modelo regulativo que primero se presenta como una intervención extraordinaria que posteriormente sin embargo se consolida y normaliza como una nueva e irreversible ordenación de la disposición de los poderes sociales articulados tanto en el seno de la relación laboral como en el espacio de la ciudadanía social.

La crisis aparece por tanto como dispositivo disciplinario  en el que coinciden dos discursos, el de la excepcionalidad social ante el derrumbe del sistema financiero, el desempleo de masa y el recorte consiguiente del empleo público y las prestaciones sociales, que impone un marco de regulación en el que la flexibilización de las relaciones laborales se identifica con el incremento del poder unilateral del empresario y la reducción de los contrapesos colectivos y sindicales, junto  con el de la edificación de un relato virtuoso sobre el emprendimiento y el emprendedor , la autonomía y la individualización como potencias del actuar social incentivadoras del crecimiento y del desarrollo económico, unido a la necesidad de dar más espacio al mercado mediante la privatización de amplias zonas de actividad todavía no afectadas por la mercantilización plena de las necesidades sociales. Una narrativa que oculta expresamente los efectos de la situación de excepción creada que ha desequilibrado la correlación de poderes en la relación laboral, ha producido una importante devaluación salarial, redirigiendo la creación de empleo post-crisis hacia la desigualdad y el empleo precario y “atípico”.  De esta manera se instala en la opinión pública el convencimiento de que la única forma de obtener empleo se produce desde la aceptación de la desigualdad salarial y de la precariedad como regla, originando subjetividades cómplices con el proceso de acumulación, refractarias a cualquier planteamiento colectivo tanto del problema como de su solución.

La situación de emergencia constitucional o “excepcional coyuntura de emergencia económica” como la ha definido el Tribunal constitucional ha justificado la redefinición del contenido de los derechos laborales en un sentido extensamente limitativo, en especial en relación con el derecho al trabajo y el derecho a la negociación colectiva. La fuerza del poder privado que se manifiesta en la organización unilateral de la prestación de trabajo ha sido reforzada en su carácter coactivo por el poder público, que además ha debilitado extraordinariamente la capacidad sindical de negociar bilateralmente aspectos centrales del mismo. Se ha producido también un endurecimiento de las sanciones frente al ejercicio de derechos colectivos de resistencia y de protesta. Todo ello ha alterado de forma sustancial la posición real del sindicato, sin necesidad de modificar la normativa básica que encuadra su organización y su función institucional.

El cuadro de liberalismo autoritario en el que todavía se mueve el sistema jurídico laboral español no ha sido sin embargo asumido de manera mayoritaria y ante el mismo se han ofrecido importantes resistencias por parte del sindicalismo, los movimientos sociales y las formaciones que apuestan por un cambio político. En concreto, la reversibilidad de las reformas laborales efectuadas entre el 2010 y el 2013 ha constituido un elemento central en el discurso electoral de la izquierda tras la moción de censura que desalojó del gobierno al Sr. Rajoy y al PP en junio de 2018, y se pretende reinstalar en el espacio cultural y político las nociones constitucionales de Estado social y de Autonomía colectiva como vías idóneas para la remoción gradual de una desigualdad social y económica que no ha hecho sino incrementarse a partir de las políticas de austeridad con la crisis. La situación es todavía incierta y son muchos los intereses que se despliegan con fuerza para mantener una visión unilateralista en el control y dominio de la relación de trabajo así como en la reducción de la vertiente colectiva y sindical a un fenómeno puramente adhesivo y coadyuvante a la gestión y administración de la productividad o de la regulación de empleo. Esta tensión debe ser siempre tenida en cuenta a la hora de analizar los problemas teóricos y prácticos que se plantean en el derecho sindical.



Precio: 16 €
ISBN: 978-84-17310-78-3FECHA DE EDICIÓN: 2019FORMATO: 14x21 NÚMERO DE PÁGINAS: 150 COLECCIÓN: Básicos de Derecho Social AUTOR: Baylos Grau, Antonio


1. Introducción: Sindicalismo y Derecho Sindical.

2. La libertad sindical.
2.1. El reconocimiento constitucional de la libertad sindical y la Ley Orgánica de Libertad Sindical (LOLS).
2.2. Ámbito subjetivo de la libertad sindical.
2.3. Contenido de la libertad sindical. Libertad sindical individual y colectiva.
2.4. La mayor representatividad sindical.
2.5. Tutela de la libertad sindical.

3. La representación de los trabajadores en la empresa.
3.1. El ˝modelo dual” de representación en la empresa.
3.2. Los órganos de representación en la empresa de base electiva: Comités de empresa y delegados de personal (Título II ET). Composición, facultades, garantías.
3.3. La Acción sindical en la empresa. Secciones sindicales y delegados sindicales. Facultades. Garantías.
3.4. Los órganos de representación del personal en la Administración Pública.

4. Las relaciones de conflicto: huelga, cierre patronal y conflictos colectivos.
4.1. El planteamiento constitucional de la asimetría de las medidas de conflicto: huelga y cierre patronal.
4.2. La regulación del derecho de huelga. El DLRT y la STC 11/1981, de 8 de abril.
4.3. Derecho de huelga y servicios esenciales. Los decretos de servicios mínimos.
4.4. La solución extrajudicial de conflictos colectivos: sistemas autonómicos, el ASAC y el SIMA.

5. Bibliografía seleccionada.

6. Abreviaturas más utilizadas.


sábado, 21 de septiembre de 2019

LA POÉTICA DEL HOMENAJE. LAURA MORA Y PEDRO GUGLIELMETTI


El curso de Expertos/as Latinoamericanos/as en relaciones laborales ya se ha terminado y sus asistentes regresan a sus lugares de origen en los distintos países de América del Sur. El próximo año el Congreso de los ex becarios se celebrará en Ciudad de México, aunque el tema que ha de tratar está todavía en estudio, como también la materia sobre la que versará el Curso de Toledo del año veinte del presente siglo. Pero en esta ocasión, el XXIX encuentro de los exbecarios se ha resuelto en un reconocimiento más que merecido al alma de los mismos, Pedro Guglielmetti , como se señalaba en ka entrada de ayer de este mismo blog. El grupo de la UCLM que participó en el mismo - los directores Joaquín Aparicio y Laura Mora, asistidos de Joaquín Pérez Rey, Antonio Baylos y Charo Gallardo fundamentalmente - le hicimos llegar a nuestro amigo unas palabras de reconocimiento que escribió y leyó en el auditorio repleto a rebosar su autora, que ahora ha dado permiso para su publicación aquí. Es un bello texto de resonancias poéticas que retrata el afecto y el cariño por este inmensa persona en su cambio de década. Es el siguiente:


Querido Pedro:

Eres como un tuareg, un nómada con sede en cada uno de nuestros corazones.

Con tantas sedes, casas, hoteles, universidades y buenos restaurantes como amigos y amigas tienes, como gente que te quiere puebla nuestros dos continentes.

Sin turbante pero con la planta de un beduino aparente, eres el hombre en movimiento que nos ha enseñado a tejer redes, a tejer y tejer entre unos y otras, entre territorio y territorio interno y externo, entre países y algunos gobiernos, porque sabes que si no es tejiendo no hay transformación, no hay paño que nos abrigue el buen vivir.

Pedro, el Tuareg, no te atienes a las coordenadas del tiempo y el espacio convenidas por los hombres de orden. Te saltas la medida del cronos, del paso de las cosechas. Brincas las fronteras y las aguas. En realidad, para ti nunca ha habido fronteras. Ni siquiera en el exilio. Y nos ayudas a derribar algunas nuestras, límites que derrocados permiten imaginar, soñar.

La vida se te ha impuesto dura, cambiante, inmensa. Quizá alguna vez intentaste doblegarla. Ahora, la cabalgas y la disfrutas en su forma, como acontece, sin demasiadas nostalgias ni exigencias, cuidando el cuerpo para que pueda seguir al trote en tu trabajo, suave con una bella damisela o galopando al ritmo de cientos de ostras o un buen coñac.

Muchas veces cuento a otras personas que no te conocen quién eres y les gustas. A la gente con mapa le gustan los Tuaregs, porque confirman que existe otra manera, otro rumbo, que cuando la vida no está medida –por duro que pueda resultar en ocasiones- hay espacio para la creación, para vivir al vuelo, para Vivir.

Te quiero también decir que nos enseñas a ser maleables a lo nuevo, que siempre estás abierto al cambio. Te gusta escuchar y aprender. Sabes que nada sobra. ¡Hombre despierto entre la mansedumbre!

Por eso, eres Pedro el que exhorta, el que solo eleva el tono de voz para recordarnos la necesidad de nuestra militancia, de retejernos entre juristas, economistas, gentes de la sociología….ese es tu sueño y tu invocación: “Uníos, dialogad, entenderos, cread y haced política buena para cambiar el mundo”.

Pedro, aquí estamos una representación de tu tejido, del fruto de tu trabajo, de quienes intentamos obedecer tu deseo porque es nuestro. 

Te honramos y damos infinitas gracias.

Somos tu Tribu, querido Abuelo.
Tu nieta y compañera,
Laura Mora Cabello de Alba

Toledo, 19 del 9 de 2019, celebrando tu 90 cumpleaños




viernes, 20 de septiembre de 2019

PEDRO GUGLIELMETTI CUMPLE 90 AÑOS


La siempre atenta audiencia del presente blog conoce de la celebración durante estas dos semanas en Toledo del Curso de Especialización para Expertas/os Latinoamericanos en Relaciones Laborales, que se ha ido realizando en la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la UCLM, en el Convento de San Pedro Mártir de aquella ciudad. En esta última semana, han participado en el curso personalidades muy relevantes como Luis Jimena, catedrático de derecho constitucional en la Universidad de Valencia y ex presidente del Comité Europeo de Derechos Sociales, o Joaquín Nieto, director de la Oficina de la OIT en España, seguidos de una nutrida participación de profesores italianos delas universidades de Bolonia, Ferrara, Verona y Venecia, que contaban con traducción simultánea de sus intervenciones. El martes comenzaron Federico Martelloni y Laura Calafá, y el miércoles se armó una mesa redonda con la participación de Guido Balandi, Andrea Lassandari y Luigi Mariucci, en torno al tema sobre el que la revista Lavoro e Diritto ha construido su último fascículo bajo el sugerente título de “La OIT: ¿Cien años de soledad?”. El bloque italiano se cerró con la esperadísima ponencia de Umberto Romagnoli denominada “El trabajo no es una mercancía, pero el mercado de trabajo es una realidad”.

Tradicionalmente, la terminación del Curso en Toledo – que se efectúa mediante la exposición de los trabajos de síntesis sobre el tema tratado por los diferentes grupos de asistentes – se conecta con la organización de un Congreso dos meses después, a comienzos de noviembre, en algún país de América Latina al que acuden como últimos invitados los asistentes a la última promoción del curso y que está organizado y abierto a todos los que en algún momento han participado en él – hay que pensar que las primeras ediciones del Curso lo fueron entre la OIT y la Universidad de Bolonia – y canalizado por las respectivas organizaciones nacionales de “ex becarios”.

Este año sin embargo, el Congreso se ha adelantado, haciéndolo coincidir con la finalización del Curso de Toledo. Y ello porque este año se da la feliz circunstancia de que Pedro Guglielmetti cumple 90 años y todos y todas quienes han formado parte en algún momento de esta experiencia quieren / queremos homenajearle. Pedro Guglielmetti ha sido el creador e impulsor permanente del Curso, desde sus primeras manifestaciones, y ha constituido, con Umberto Romagnoli, el alma de esta iniciativa. En las últimas ediciones desempeña además el rol de coordinador y animador del mismo, y es una persona insustituible en la dinámica y desarrollo de los debates y discusiones. Para los y las integrantes del Grupo – ex becarias y becarios, como se denominan – Pedro es il Nonno, una presencia constante y protectora de esta actividad.

Pedro Guglielmetti cumple 90 años y nadie lo diría, si se atiene uno a su porte físico, a su capacidad desbordante de trabajo y de ilusión, a su talante siempre activamente propositivo, empeñado en cambiar un mundo que desde hace mucho tiempo critica y combate ideológica y políticamente. Asombrosamente informado, curioso y nada dogmático, siempre abierto a las ideas que le parecen que pueden ayudar a construir un pensamiento contrahegemónico, il Nonno genera un torbellino de propuestas y de iniciativas que se plantean de forma alternativa a un sistema económico y social profundamente injusto. Es siempre partidario de la unidad de las fuerzas progresistas sin exclusiones, y su campo de acción gira siempre conectando el pensamiento y la acción política, social e ideológica, entre América Latina y Europa – España e Italia como referentes fundamentales – en la promoción de proyectos emancipatorios y de reforma progresista. Pedro Guglielmetti tiene la lucidez del análisis y la pasión por la revuelta: nadie como él para cimentar la confianza y la seguridad en que la igualdad y la justicia tienen finalmente que imponerse por obra dela acción de grandes mayorías sociales, y que las derrotas de las fuerzas del progreso nunca son definitivas.

Il Nonno es excepcionalmente querido por una inmensa cantidad de personas, entre las que nos encontramos toda la sección laboralista de la ciudad de Parapanda, como es natural. En este Congreso, en la sesión de tarde, una larga serie de intervenciones harán explícito ese cariño y esa admiración. Lo celebramos entre amigos, de aquí y de allí, en las dos orillas del Océano, con la proyección de un video emocionante y la dedicatoria de un libro expresamente construido para él, bajo la dirección de los magistrados Héctor Mercado y Maria Rosario Jiménez en el que se sitúan intervenciones de ocho países sobre la garantía judicial de los derechos laborales. En el mismo acto, el grupo argentino ha presentado la transcripción de los informes y el debate del Encuentro celebrado en Buenos Aires el año pasado, que hacía el ordinal 27.  Pero Pedro Guglielmetti no podía permitir que se invirtiera tanto tiempo en él. Así que en esa sesión se discutirá también aprobar un manifiesto que presentó Carlos Tomada en el que se proclama la centralidad del trabajo en nuestras sociedades de la post-crisis como elemento básico de cohesión social y de fundamentación política de los sistemas democráticos. Un manifiesto del que desde luego se dará noticia inmediata en este blog.
Más de ciento veinte personas venidas de diez países brindarán con il Nonno para festejar su cumpleaños. Feliz aniversario, Pedro: Avanti il Popolo”!!

martes, 17 de septiembre de 2019

DESCONEXIONES (TAMBIÉN POLÍTICAS)



Como ya se ha comentado en este blog, durante un cierto tiempo se ha producido una desconexión con la audiencia. Han sido más de diez días sin entablar ese diálogo a ciegas del que sólo se constata su efectividad a través del contador de visitas que presta Google. El comienzo de las clases en el grado, el inicio del curso de especialistas latinoamericanos en relaciones laborales que se desarrolla en Toledo y que este año homenajea a su coordinador  e impulsor, Pedro Guglielmetti, poder terminar una ponencia para el próximo congreso anual de la AESS, que sigue la moda de solicitar los textos que se van a debatir en el encuentro con anticipación al mismo para poder publicarlo, cerrar la última lectura del verano, reencontrarse pacientemente con las y los amigos, todo ello explica la ausencia en estos días de la cita con el blog, que se ha ido convirtiendo en una suerte de ritual cotidiano para la autorreflexión o la llamada de atención sobre temas que parecen merecerla.

También la política, claro. O al menos lo que aparece repetido como política en todos los medios de comunicación y que se centra en los relatos – es la palabra clave – que narran los desencuentros entre PSOE y UP en la formación de un gobierno de cambio y de progreso como el que ambas formaciones habían prometido a sus electores en abril del 2019. Una narrativa que se concentra en el método y los objetivos – gobierno de coalición o gobierno sostenido en torno a un programa acordado – que se van desplegando ante los ojos y los oídos de la población en una continua sucesión de enfrentamientos y desplantes que hace previsible la desembocadura del proceso en un final que todos dicen no desear, la convocatoria de elecciones.

Aunque en mi formación cultural sea fundamentales Puro Veneno y 19 días y 500 noches, tales gustos por la poética musical y los personajes que retratan ambas obras no me llevan a plantearme siquiera la posibilidad de abstenerme como síntoma del rechazo ciudadano a la incapacidad de la política para dar respuesta a las aspiraciones colectivas que se plasmaron en los resultados electorales de abril, cuando todo parecía seguro. Votaré, como tantos otros, pero será ineludible plantearse el sentido de esa libertad cívica fundamental. Libertad ¿para qué? ¿Para qué sirve que haya una izquierda relevante electoralmente si no consigue sus objetivos inmediatos? Los 71 diputados de UP permitieron la moción de censura y fueron, al fin, claves en el cambio político. Los 42 diputados de las elecciones de abril no han logrado lo que parece ser el fin al que todo se debe subordinar, entrar en el gobierno. Y la legislatura agoniza entre reproches justificados a la obstaculización del proyecto diseñado.

¿Por qué se vota a una opción política determinada? Normalmente en la intención del voto cuentan de manera fundamental las pretensiones y las aspiraciones de los ciudadanos que ejercitan el derecho al sufragio. Modificar los aspectos más nocivos de la reforma laboral, imponer la revalorización de las pensiones y derogar el factor de sostenibilidad, depurar la ley mordaza de los elementos más ofensivos contra la democracia, derogar el precepto penal que permite la incriminación penal de los piquetes de huelga, diseñar una estrategia de reindustrialización en un marco de sostenibilidad,  regular el precio de los alquileres y promover eficazmente el derecho a la vivienda digna, impulsar un pacto educativo que financie adecuadamente y reconstruya la destrucción del sistema por la Ley Wert, revertir la privatización en servicios públicos clave como la sanidad, abrir un amplio debate sobre la democracia en la empresa, todas ellas son las razones por las que una persona orienta su voto. Eso es lo que conforma el contenido de las reivindicaciones y los programas electorales, pero ese es el debate que se ha ocultado en los relatos que se trasladan a la ciudadanía informada. Todos conocemos al dedillo las ofertas concretas que Sánchez e Iglesias han ido cuajando – o, para ser más preciso, las propuestas y los rechazos a las mismas – sobre la forma que debe adoptar la cooperación o coalición entre ambas fuerzas políticas, pero en esa narración se difumina o incluso se borra por completo el contenido de la regulación que pretenden ambas fuerzas políticas, la construcción de un programa común en el que se pueda llegar a una suerte de compromiso que recoja el eje central de las reivindicaciones sostenidas por los sindicatos y otros movimientos sociales.

No resulta muy sugerente discutir sobre quien es el culpable del desencuentro, ni tampoco cuál es el peso relativo de la culpa de cada cual. Todos tenemos nuestras preferencias y las podremos justificar con toda suerte de detalles. Pero lo que es evidente es que ambas fuerzas políticas, en diferente grado desde luego, han incurrido en una gran irresponsabilidad al no ser capaces de afirmar un campo de encuentro en el que se asentaran líneas centrales de cambio social y de reforma en coherencia con lo que los electores habíamos votado en abril. El contexto económico tanto en España como fundamentalmente europeo, la remodelación de las instancias de gobierno en la UE, no han sido tampoco elementos que hayan acelerado o favorecido la necesidad de estabilizar un panorama de cambio social y de profundización democrática como la que exigían la mayoría de los electores en abril.

No hablemos de las incertidumbres que se plantean con las nuevas elecciones, cuyos resultados se confían por parte de las fuerzas políticas de la izquierda, a la predictibilidad de las encuestas. Un lenitivo para la opinión de los dirigentes políticos y en especial para los spin doctors del presidente del gobierno, pero que no asegura por el contrario la confianza de los ciudadanos en que todo seguirá igual pero mejor, permitiendo por fin un gobierno monocolor apoyado desde donde sea menester, izquierda o derecha, sin claudicaciones ni presiones. Un escenario que también aseguraría a quienes desde la izquierda siempre han apostado porque el PSOE se sitúe en un centro más cómodo con sus aliados de la derecha económica que sostenido por la izquierda social. Al contrario, para la gente común, está escrito que la convocatoria de nuevas elecciones supondrá la decepción y el retroceso sobre sus aspiraciones y reivindicaciones que tuvieron una posibilidad de afirmarse tras los resultados de abril.

A la hora de escribir estas líneas, confiamos todavía en un gesto audaz e inteligente desde la izquierda que permita salvar la situación, por el momento y desde hace tiempo, empantanada. Al fin y al cabo, hemos heredado un optimismo antropológico en el progreso y la intuición sobre el manejo de los últimos minutos de la partida política que se juega también en los gestos y en las sorpresas nunca ha abandonado a la izquierda. Así que aun hay esperanzas. Ponme esa cinta otra vez.

domingo, 15 de septiembre de 2019

SOBRE EL OSTRACISMO Y LOS POLÍTICOS. HABLA JOAQUIN APARICIO


Tras un período de cierta desconexión al que posiblemente nos referiremos en las entradas sucesivas, el blog recupera su activación, aunque siempre dentro de la informalidad que le caracteriza. Lo hace de la mejor de las maneras, con una intervención de Joaquín Aparicio que ha publicado en su blog y del que generosamente nos ha dado permiso para reproducirlo en éste. A fin de cuentas la blogosfera de Parapanda es un espacio abierto de comunicación horizontal. El texto habla de lo que todos estamos hablando en estos días de septiembre, de lo que nos repiten las radios, las televisiones y los periódicos en papel o digitales. Y dice lo que muchos piensan, pero con la elegancia y el saber clásico en el que siempre Aparicio ha sabido beber para ilustrarnos. De hecho, la imagen que abre esta entrada lo sitúa en el Palacio de Invierno, ya pueden suponer los lectores con qué intención. A continuación, este es su texto.

OSTRACISMO

Joaquin Aparicio Tovar.

Es muy frecuente ver cómo, incluso personas instruidas, analizan o juzgan instituciones y hechos del pasado sin desprenderse de los hábitos mentales y la percepción del mundo de los tiempos actuales sin caer en la cuenta de que los seres humanos de las sociedades europeas de hoy no se colocan en el mundo cómo lo estaban los de otras épocas, en especial los de la antigüedad clásica. Esto provoca errores graves de comprensión y juicios muy equivocados que se hacen particularmente evidentes en las referencias a la cuna de la democracia, a Atenas. La democracia ateniense fue producto de lo que podemos decir lucha de clases. Lucha de los demócratas contra los aristócratas, aunque ambas palabras no tenían exactamente la misma acepción que ahora. Los aristócratas también se opusieron en su momento a los tiranos, o gobierno unipersonal, pero entendían que el gobierno de la ciudad debería quedar en manos de los más preparados que, naturalmente, solía coincidir con los más ricos. Tucídides, en su historia de la guerra del Peloponeso, nos muestra que en aquella guerra civil entre griegos cuando los atenienses entraban en una cuidad que les había sido hostil se apoyaban de inmediato en el partido de los demócratas contra los aristócratas que generalmente estaban aliados con Esparta y, de ese modo, trataban de consolidar más allá de Atenas la polis como sistema político. Pero, por supuesto, todo aquel mundo estaba lleno de complejidades y muchos matices. La polís se estaba inventando.

Con todo no cabe duda de que muchas lecciones podemos seguir sacando de aquel mundo, a sabiendas de que no es posible hacer traslaciones mecánicas, ni de aquí para allá, ni de allá para acá. Uno de los mecanismos más curiosos de que disponía la polis para evitar atisbos de regreso a un sistema aristocrático, o simplemente para evitar que la excesiva presencia (excesiva en la opinión de la mayoría de los ciudadanos) en la vida pública de una personalidad relevante acabase perturbando el bien común, era el ostracismo. Los helenistas nos dicen que si en asamblea solemne, con un quorum de 6000 ciudadanos, y tras votación por mayoría absoluta, alguien era mandado al ostracismo, debería abandonar la ciudad en un plazo de diez días durante diez años. Aunque en otra votación posterior ese plazo podía ser reducido en una especie de amnistía. El ostracismo, en contra de los que hoy suele pensarse, no era algo infamante, no se entendía como una pena por cometer delito y quienes eran mandados al ostracismo no perdían la ciudadanía. Simplemente se entendía por esa mayoría de ciudadanos que determinada persona, generalmente muy relevante, estaba con su papel público conduciendo la vida en común por derroteros que perturbaban el bienestar de la ciudad. Personajes muy relevantes, como Temístocles, el principal estratego que llevó a la victoria sobre los persas en la Segunda Guerra Médica, fueron mandados al exilio mediante el ostracismo. A lo que parece era una llamada a la humildad para aquellos cuyos triunfos les habían hecho arrogantes y se habían alejado del sentir de la mayoría, aunque a veces la mayoría pudiera estar equivocada.

Una institución así es impensable en nuestras democracias parlamentarias, en las que la responsabilidad política se dirime, mayormente, en las elecciones o en las mociones de censura o en las revueltas internas de los partidos, como últimamente hemos visto en el partido conservador de Gran Bretaña o, lo que es peor, en los linchamientos mediáticos. En las circunstancias actuales de la política española es casi inevitable que el ostracismo venga a la mente de la ciudadanía. No estará mal que Carmen Calvo, Pablo Echenique, Pedro Sánchez y Pablo Iglesias pensaran un poco si no se están alejando del sentir muy mayoritario de la población española que les votó. En especial Pedro Sánchez, como líder del partido más votado y principal candidato a presidente de Gobierno que es quién, de acuerdo a la Constitución, tendría que haberse ganado los apoyos necesarios y por ello tiene una responsabilidad mayor. No deberían todos ellos olvidar que esa población que les votó puede que muy gustosa les mandara al ostracismo, a un ostracismo suave apartándoles de las negociaciones para formar gobierno, sin por ello desconocer su valía. Un ostracismo menos suave lo pueden tener si hay elecciones en noviembre, lo que sería un desastre. 


martes, 3 de septiembre de 2019

LOS COLOQUIOS Y SEMINARIOS SOBRE EL CENTENARIO DE LA CONSTITUCIÓN DE WEIMAR


El centenario de la Constitución de Weimar está atrayendo la atención de una larga estela de pensadores y estudiosos que quieren rescatar ese momento tanto en su contexto histórico como en su  trascendencia con vistas a la actualidad. El primero de los coloquios de enorme interés lo van a realizar en Paris, en la Universidad de Cergy Pontoise, en el marco del Centro de  Filosofía Jurídica y Política que dirige Carlos M. Herrera y en colaboración con la Universidad de Toulouse y el Instituto de Francia, el próximo 13 de septiembre. 

Carlos M. Herrera es un reconocido especialista en el estudio de la cultura jurídica democrática de entre guerras, con ensayos esclarecedores sobre Kelsen, pero también sobre el pensamiento francés de Duguit  y de Hauriou, y más en general, sobre el sentido del constitucionalismo social. Su trabajo sobre la teoría política es fundamental para la comprensión de los ejes fundamentales de referencia para el pensamiento europeo sobre el Estado Social, una labor que también ha proyectado sobre la presencia histórica del pensamiento socialista en Argentina. Aurore Gaillet , de la Universidad de Toulouse, ha realizado importantes estudios en derecho público alemán, y es miembro de la sección juvenil del prestigioso Instituto de Francia. Ambos son los coordinadores de este interesantísimo coloquio.

El programa se estructura en primer lugar en torno a la teorización de dos grandes juristas democráticos y socialistas que defienden el sentido y la función de la constitución de Weimar, Hermann Heller y Hans Kelsen, para a continuación proceder a establecer algunas interrelaciones entre la problemática de Weimar y la actualidad. En torno a la ambivalencia de la democracia representativa respecto de la posibilidad de una real transformación social, el papel que en la Constitución se otorgaba a la dimensión internacional de los compromisos estatales, o la fuerte tensión entre la institucionalización de un marco constitucional abierto y la presión hacia un cambio social radical que lo desbordaba, temas todos ellos centrales en la revisión de la experiencia weimariana.

El coloquio se cierra mediante la presentación y el diálogo en torno a un libro cuyo título es perfectamente expresivo de un juicio anticipado: 100 años de una buena Constitución en un mal momento, un libro de Christoph Gusy, profesor en la Universidad de Bielefeld y reconocido especialista de esta época histórica. 

Hay eventos académicos a los que no asistir parece irrelevante, puesto que en principio se piensa uno suficientemente informado o simplemente prefiere esperar a encontrar la versión escrita de lo debatido. Otros, sin embargo, son actos tan atractivos por el contenido como por los participantes, que la ausencia, aunque sea obligada por la asunción de compromisos previos, genera una cierta sensación de frustración. Este es el sentimiento que se experimenta al no poder acudir a este espléndido coloquio. Pero quizá entre la distinguida audiencia del presente blog haya alguien que pueda hacerlo. No se arrepentirá, desde luego.

Weimar seguirá siendo analizado y recordado en nuevos encuentros. Sin ir más lejos, en este blog ya se dará cuenta de un largo seminario que se prevé realizar a mediados de noviembre en Madrid sobre este mismo tema. Pero sin duda el coloquio de Cergy Pontoise es un punto de referencia en el examen de aquella experiencia tan decisiva para la teorización del Estado Social y del propio derecho del trabajo del siglo XX.

Este es el programa. La lengua de trabajo, como suele ser habitual en las universidades galas, es exclusivamente el francés.

Université de Cergy-Pontoise - Site des Chênes I -Salle des thèses
33, boulevard du Port, 95011 Cergy-Pontoise
Renseignements : cpjp.droit@ml.u-cergy.fr

Weimar
Réflexions autour d’une constitution centenaire
13 septembre 2019

Université de Cergy-Pontoise
Salle des thèses

Programme

9 h : Introduction : Aurore Gaillet et Carlos M. Herrera, responsables de la journée
9 h 15 - 10 h 45
Olivier Jouanjan (Université Paris II Panthéon-Assas) : Défendre la République de Weimar: Hermann Heller, Hans Kelsen
Constance Grewe (Université de Strasbourg) : De l’ambivalence de la démocratie représentative à Weimar et aujourd’hui
11 h - 12 h 30
Gesa Dannenberg (Université de Cergy-Pontoise) : La Constitution de Weimar et le droit international public
Carlos M. Herrera (Université de Cergy-Pontoise) : Constitution et transformation: la double tension, de Weimar à nos jours

14 h - 16 h Table-ronde autour du livre de Christoph Gusy 100 Jahre Weimarer Verfassung. Eine gute Verfassung in schlechter Zeit (Tübingen, 2018)

Dialogue de l’auteur avec Renaud Baumert (Université de Cergy-Pontoise) Aurore Gaillet (Université Toulouse 1)

Responsables : Aurore Gaillet (IUF - Université Toulouse 1), Carlos M. Herrera (CPJP - Université de Cergy-Pontoise)