El catedrático de Economía Juan Laborda acaba de publicar en VozPópuli una entrada que titula Patriotas de hojalata ¡déjenos en paz en Navidad!. La idea central de la misma es la de que tras las elecciones, se han puesto en marcha todos los mecanismos posibles para dar la vuelta al resultado electoral para mantener la gobernabilidad diseñada por las élites económicas para la preservación de sus intereses.
Es una observación oportuna, porque los intentos de recomponer un statu quo sobre la base de forzar un gobierno bipartisan con el apoyo externo de Ciudadanos son bastante evidentes y las presiones que se ejercen fundamentalmente sobre Pedro Sánchez y su equipo desde dentro del propio PSOE, con Joaquín Almunia como gran conductor de las mismas, son muy fuertes. La prensa empotrada en el poder económico - podríamos llamarla la prensa sobre endeudada - llama a pactar a cualquier precio, y en concreto El Pais insiste con mayor ímpetu en esta posibilidad, recordando sin decirlo tan expresamente, que mudó su inicial posición a favor de Ciudadanos por un apoyo al PSOE, posiblemente orientado por alguno de sus acreedores relevantes. Por contra, son muchas las voces que advierten que si se da una suerte de grosse koalitionen versión soft, con la abstención del PSOE para que gobierne el PP, mediante apoyos puntuales y "pactos de estado" en temas diferentes al problema nacional catalán y el terrorismo yihadista, con la muleta de Ciudadanos en materia laboral, esa decisión se llevaría por delante no sólo a Pedro Sánchez y su equipo, sino también las posibilidades electorales futuras del PSOE como partido turnista en el gobierno. El PSOE se ha convertido en un partido con demasiadas personas heridas en su interior - Madina, Tomás Sánchez, hasta Carmona - y la situación no es fácil cuando se está además tan presionado por los lobbys internos siempre en defensa de los poderes fácticos, en especial la banca y las empresas del IBEX 35. Unas instituciones financieras que han sido alimentadas por las inyecciones de dinero público que han permitido su salvamento a cambio del incremento de una deuda pública que ya en España roza 1,4 billones de euros - y que resulta por tanto impagable con los recursos que tiene España - y unas empresas financieramente inestables que no conocen la noción de responsabilidad fiscal, sino la noción de privilegio y la de operar en paraísos fiscales.
En el área de la izquierda, se suceden las reflexiones y las admoniciones sobre la necesidad de que se produzca una confluencia de Izquierda Unida en Podemos, fundamentalmente atendiendo a los buenos resultados alcanzados en Catalunya y en Galicia en las candidaturas donde habían participado ICV y EUiA o EU. En ese debate se da por supuesto que se repetirán las elecciones en un plazo de tiempo breve, que esta legislatura será corta o incluso de transición, favorecida eso sí por el hecho antidemocrático de haber aprobado el partido de gobierno saliente con su mayoría absoluta los presupuestos para el año 2016. El debate de la convergencia entre la izquierda parte de un hecho cierto, la pervivencia de IU pese a la opa hostil de Podemos, y demuestra que hay una base por el momento resistente y orgullosa de su contribución, desde hace tanto tiempo, a la lucha por las libertades y por la emancipación de las clases subalternas. La rémora de sus estructuras anquilosadas y de sus reflejos políticos que tienden a su aislamiento parece que no ha roto definitivamente la relación con un apoyo fidelizado y localizado previsiblemente en franjas de edad y de situación profesional: trabajadores, pensionistas, una parte de profesionales y empleados públicos. La candidatura de Alberto Garzón y el proyecto de adelantar el relevo generacional en IU federal, pretende compactar este polo con vistas a la negociación de la confluencia con Podemos como eje de una nueva fase de relaciones en la izquierda.
Podemos aparece por su parte cómodo en este panorama, aprovechando su posición de sujeto político identificado como un peligro real para la gobernanza económica y política de la España post electoral, lo que se lee correctamente por la ciudadanía como un partido alternativo capaz de hacer una política diferente de apoyo de las clases populares, de los de abajo frente a los de arriba. Su estrategia en este momento de debate sobre la formación de un nuevo gobierno oscila entre un claro rechazo al gobierno del PP de Rajoy (o de su sustituta, Saéz de Santamaria) y la posibilidad de un gobierno de progreso sobre la base de la aceptación de unas condiciones claras - la reforma electoral y el compromiso de reforzar los derechos sociales ciudadanos en la Constitución, la organización de un referéndum en Catalunya, la inserción del referéndum revocatorio en el nuevo marco constitucional - que no lo encabece el líder del PSOE sino una personalidad "independiente", lo que parece sugerir la idea de un gobierno técnico sostenido por el PSOE, Podemos y los grupos parlamentarios nacionalistas. Todo todavía confuso y sin demasiadas concreciones, salvo la percepción, reiterada por alguna prensa digital, que de volver a celebrarse las elecciones, el apoyo popular a Podemos se incrementaría, lo que sin embargo no debería aceptarse como indiscutible en función de cómo se produzca el fracaso de las negociaciones para formar gobierno.
Ciudadanos está siendo borrado por el momento de este panorama, al haberse posicionado ya desde el final de la campaña, en un apoyo al PP como partido más votado. Pese a tener a su favor las encuestas de opinión y a su ubicuidad en los medios de comunicación, no ha obtenido un resultado tal que le permita ser concurrente con las grandes opciones del bipartidismo. En la consideración pública aparece como un partido satélite de la derecha post-franquista española, salvo en Catalunya en donde si ha adquirido un protagonismo en ese espacio político que empuja hacia la extrema derecha al PP.
Otras figuras sociales de relieve han intervenido en este debate, pero como es ya conocido, sus opiniones no han sido recogidas en los medios de opinión, en general celosos guardianes del silencio de esas voces distantes. CCOO se ha posicionado por “la formación de un Gobierno de progreso que asuma la demanda de cambio expresada por la ciudadanía, que acabe con las políticas de austeridad y que reponga los derechos y libertades perdidas", lo que es coherente con .sanción electoral que ha desautorizado la gestión de la crisis que las formaciones clave del bipartidismo, PSOE y PP, en distintos períodos, han realizado. El diálogo entre los sujetos políticos que tienen representación parlamentaria debería, a juicio de este sindicato, desembocar en un acuerdo de gobierno estable que llevara a cabo todo un programa de reformas ineludible que se enuncia a continuación.
* Medidas para incentivar el crecimiento de la actividad económica y el empleo de calidad y con derechos, donde la mejora de los salarios y especialmente el SMI (que en la legislatura debe llegar a los 800 €) jueguen un papel fundamental de justicia y de estímulo a la demanda. Medidas económicas que exigen un replanteamiento de las políticas austericidas promovidas por las instituciones europeas.
• Una Carta de Derechos Laborales que restituya los derechos devaluados y/o eliminados como el equilibrio entre empresarios y trabajadores y trabajadoras en la negociación colectiva. En consecuencia la derogación de la reforma laboral.
* Un Plan integral para la igualdad y contra la violencia de género, que acabe con la desigualdad laboral y la brecha salarial de las mujeres y ataque de raíz la violencia machista
• Restituir y ampliar las redes de protección social y el carácter universal y de calidad de los servicios públicos. Aprobación urgente de una renta mínima de acuerdo con la ILP de CCOO y UGT.
• Una reforma fiscal justa y eficiente, porque nuestro país no tiene un problema de exceso en el gasto público, sino de falta de ingresos.
• Configurar con Bankia y el Banco Mare Nostrum como el embrión de una Banca Pública que facilite el acceso al crédito a las familias , a los autónomos y la PYME
• Sentar las bases de un cambio de patrón de crecimiento, un nuevo modelo productivo para una economía más estable y menos vulnerable a los cambios de ciclo, más justa, sostenible y competitiva.
• La creación de una ponencia Constitucional que en un plazo razonable y con el máximo consenso posible elabore un nuevo proyecto donde se constitucionalicen derechos laborales, sociales, de regeneración democrática (como una nueva ley electoral que garantice la proporcionalidad) y un nuevo marco de articulación del Estado, plural en su configuración, en clave federal, que permita encauzar la crisis.
Un programa muy definido en el marco por tanto de un gobierno de progreso que este sindicato juzga preferible a una convocatoria de elecciones. Propuestas concretas y claras para un escenario todavía incierto, pero en el que las fuerzas de izquierda superan en un millón de votos a las de la derecha y en el que el sindicalismo de clase apuesta por editar una versión semejante a la que se ha producido en Portugal.
Muchas solicitaciones y demasiadas incógnitas. La decisión de Rajoy de colocar las elecciones lo más cerca posible de las fechas navideñas ralentiza el proceso de formación de gobierno ante la suspensión de estos debates en las vacaciones. Es recomendable además que en las cenas y comidas familiares la conversación sobre la política y sus avatares no sea el centro de la reunión, porque la experiencia dicta que siempre es ese un tema propicio a las broncas y desencuentros, mas aun si la ingesta de alcohol, aunque moderada, produce desinhibiciones y exacerba la memoria de antiguos agravios. Así que hagamos caso a Juan Laborda y pidamos un tiempo muerto durante estas fiestas, de manera que la política no moleste el ocio y el reposo de los pocos días de asueto con los que se cuenta en este invierno bonancible que disfrutamos en el Estado español.
En perfecta coherencia, este blog también reposará en estas vacaciones, manteniéndose solo de guardia respecto de efemérides o celebraciones de interés general. Asuntos de estado solamente. Y navegación restringida por el blogociberespacio.
Que ustedes lo pasen bien.