(En la imagen,una reunión de intercambio de pareceres y análisis conjuntos sobre los resultados de las elecciones europeas realizado por la sección internacional del Colectivo Bullejos).
Los números son complicados, pero
es evidente que la izquierda ha crecido de forma importante en España, y que
seguramente ese crecimiento repartido fundamentalmente entre IU y Podemos, secundado por Equo-Compromís,
ha sido más importante que si ambas fuerzas hubieran concurrido unidas o en
solitario. La irrupción de Podemos no
se ha efectuado sobre el fracaso de IU. Ambas fuerzas se han asentado en torno
a los tres millones de votos, una cifra de consensos netamente posicionados
contra las políticas de austeridad, lo que es una absoluta novedad en términos
político-contables. El principal problema ahora no es el de fijar alianzas
electorales de futuro, sino cómo cooperar a mantener la tensión de la
movilización y la denuncia ante los ataques a los derechos y libertades de los
ciudadanos. Desde la incriminación penal de sindicalistas por extender y
defender el derecho de huelga, hasta los ataques a la libertad de expresión y
el derecho de manifestación, la consciente ignorancia de derechos ciudadanos de
carácter social revalorizados como imprescindibles en la crisis, como el
derecho a la vivienda y su protección frente a la especulación, al impulso por
impedir el desmantelamiento y la privatización de los servicios públicos de la
sanidad o de la educación, o denunciar el trato inhumano y degradante a
inmigrantes y excluidos.
En este camino, es evidente el
sobrepasamiento que se está realizando de los planteamientos programáticos y de
proyecto de la socialdemocracia, expresión mayoritaria de los valores
democráticos y sociales de Europa. Su ya larga indefinición respecto de los
planteamientos neoliberales en materia económica, la dificultad de distinguir
en sus experiencias de gobierno indicaciones de carácter reformista o de
progreso frente a la conservación y administración de la distribución desigual
de la riqueza y del poder, y la incapacidad para presentar un proyecto de
futuro, han sido factores muy fuertes de desgaste y deslegitimación. En el caso
español, esta deslegitimación ha sido más fuerte ante la
corresponsabilización frente al desastre
económico y social que los ciudadanos han hecho de la actuación del partido
socialista junto con el partido popular, dada la continuidad de las políticas
de ambos y la convergencia de ambos en temas centrales, como la reforma de la
Constitución para impedir un esfuerzo de gasto social en tiempos de crisis.
Es claro que el bipartidismo ha
sido cuestionado en España de forma muy directa en las elecciones europeas,
pero está lejos de desaparecer, como es obvio. Aunque como resultado del pésimo
resultado electoral el PSOE español se encuentre en una fase cercana a la
implosión. Las declaraciones de algunos de sus líderes históricos no ayudan
desde luego a su estabilización en el cuadro de las propuestas reformistas de
la sociedad.
En el sur de Europa la situación
de la socialdemocracia es también delicada. Pero la solución electoral ha sido
muy diferente en el norte o en el centro respecto del sur. Quizá porque con razón no se considera al
Partido Democrático Italiano parte integrante de la tradición socialdemócrata,
no se ha comentado en este contexto los resultados que ha obtenido en esta
contienda electoral. No se han analizado las elecciones italianas y lo que
implican de aval rotundo a un proyecto reformista que se presenta con fuerza y
decisión de ser ejecutado, aunque sin embargo sea contestado por la izquierda
con poderosos motivos. Más preocupados los medios de comunicación en insistir
en el derrumbe del socialismo francés y el auge del partido de Le Pen, o en
celebrar las virtudes de la coalición entre socialdemócratas y conservadores en
Alemania, no han valorado la derrota estrepitosa que ha sufrido Berlusconi en
las elecciones europeas, que supone prácticamente el enterramiento de la
aproximación de la derecha populista italiana ante el hecho europeo y las
políticas de austeridad, lo que debe ser considerado una buena noticia. En la
misma dirección, el regionalismo segregacionista de la Lega Nord ha seguido en
su tendencia de descenso. Una mayoría importante de italianos se ha posicionado
votando al PD para afirmar la importancia de la política como espacio de
reformas y de transformación a través de la representación política frente al
espacio de la protesta espontaneísta y antipolítica del Movimiento 5 Estrellas
de Grillo que sin embargo mantiene
una relevante densidad en términos electorales, y es también destacable la
subsistencia de un margen izquierdo de posicionamiento político de un millón
cien mil personas en torno a la lista Tsipras por otra Europa que ha conseguido
superar el tope mínimo del 4% de los votos. Organizar y desarrollar esa
izquierda como proyecto reformista incisivo es posible a partir precisamente de
este giro electoral de apoyo a la capacidad de los sujetos que representan a
los ciudadanos en el espacio público mediante la representación medida en
términos electorales de impulsar y dirigir cambios en las relaciones económicas
y sociales.
En Portugal sin embargo, la situación
es más “clásica”, aunque la participación ha sido bajísima, 34,25%. El Partido
Socialista, que siempre ha rentabilizado en términos electorales la
convocatoria de elecciones cuando la presión de los organismos financieros
europeos era terrible y obligaba a recortes de derechos y de prestaciones
sociales inconcebibles, ha obtenido la primera posición, y la izquierda que
está plenamente identificada con las importantes movilizaciones sociales,
fundamentalmente sindicales, ha aumentado su presencia electoral hasta obtener
más de un 12%. Un partido hasta el momento no muy importante, ambientalista y
ecocapitalista, que ha obtenido más audiencia gracias a la presencia mediática
de su dirigente, y que se inscribe en el espacio “verde” pero sin afiliarse al
Grupo Europeo de Los Verdes, el llamado
Movimiento o Partido de la Tierra, ha obtenido un 7% de los votos, mientras que
el Bloco de Esquerdas languidece respecto de sus resultados anteriores en torno
a un 4%. Es decir, una fuerte presencia también aquí de la izquierda
anti-austeridad pero con una presencia más activa del partido socialista. Hay
que tener en cuenta que la incidencia de las reformas estructurales en Portugal
ha sido menor en intensidad que entre nosotros, pese a estar la economía
portuguesa en una situación de rescate europeo, y algunas de sus medidas
centrales en relación con el bloqueo salarial de los empleados públicos, han
sido consideradas inconstitucionales por el Tribunal constitucional portugués,
la última de las cuales en una sentencia reciente de 30 de mayo del 2014 a
instancias precisamente de un recurso de inconstitucionalidad promovido por el
PS.
El caso griego es mucho más
conocido y ha sido muy comentado en los medios de comunicación. La
configuración de Syriza como primera fuerza de la izquierda y la más votada por
el electorado griego es una señal de renovación para todas las fuerzas de
progreso europeas y en especial para aquellos países especialmente castigados
por la llamada crisis de la deuda soberana. El modelo – europa que propone
Syriza diseña las líneas generales de una reconstrucción programática en torno
a un proyecto radicalmente democrático que sitúa en el centro de su desarrollo
los derechos democráticos – ante todo la capacidad de decisión de la política
sobre la economía – y sociales – la necesidad de redistribuir y nivelar
profundamente las asimetrías desiguales de las relaciones de poder. En Grecia,
por lo demás, el partido socialista se sitúa en un 8% de los votos perdiendo
cinco puntos respecto de las últimas elecciones, y se presenta como un
componente menor de la coalición gobernante dirigida por Nea Democracia, una
suerte de junta de liquidación y administración de los bienes y servicios del
país en aplicación de las decisiones dictadas por el mando financiero –
burocrático de la troika. Todos saben
que se ha negociado un nuevo memorándum
cuyos términos se han mantenido secretos antes de las elecciones, en el que
nuevos sacrificios y recortes se exigirán como contraprestación a la ayuda y
financiación europea. El PASOK ha
compartido este escamoteo. La iniciativa de reforma y de cambio de la
socialdemocracia ha desaparecido, fundiéndose plenamente con la coalición
gobernante que asegura la gestión de la austeridad.
Varios modelos de respuesta en
las diferentes realidades nacionales y estatales. Caída del bipartidismo con
una crisis profunda del partido socialista en España, unido a la emergencia de
un sujeto político complejo y plural en ascenso que representa una visión
alternativa y democrática de Europa y de la situación española. Un panorama más
clásico en Portugal en donde el Partido socialista sigue desempeñando un rol
directivo en la captación de los consensos populares, “empujado” desde la
izquierda por un conjunto de sujetos que están bien instalados en la población
y son capaces de expresar su descontento y su necesidad de cambio. Justo lo
contrario en Grecia, donde la socialdemocracia ha abdicado de su capacidad de
proyecto y es la izquierda democrática y social la que protagoniza el impulso
al cambio desde la revalorización de la política como un espacio público de
participación ciudadana. Mientras que en Italia, la capacidad del Partido
Democrático de poner en práctica reformas generales, desde el plano
político-constitucional, económico – productivo y de gestión administrativa, ha
sido valorada muy positivamente por la mayoría de la población en una doble
dirección, la de rechazar el populismo conservador de Berlusconi y sus aliados
“naturales”, como la Lega Nord, y la de afirmar la importancia de la
representación política de un partido “general” como forma de intervenir en las
relaciones sociales expresando opciones concretas de gobierno.
Una situación por tanto más
abierta, en la que la dimensión europea juega una posición central en la determinación
de las políticas adoptadas en cada país en concreto y cuya evolución concreta
se debe seguir de forma muy atenta como un momento de cambio y de transición en
los proyectos de sociedad de las fuerzas políticas democráticas y de la
condición ciudadana. En el blog hermano Metiendo
Bulla se han mencionado algunos análisis generales sobre los resultados
electorales, uno de Nicolás Sartorius y otro de Rosana
Rossanda. ( Sobre las elecciones europeas). La última entrega de Sin Permiso ofrece una buena recopilación de análisis generales de estas elecciones así como la situación concreta en Italia, Alemania y Francia. (Paisajes después de las europeas) Seguramente que en los días sucesivos encontraremos más
referencias analíticas que ayuden a hacerse una idea de la nueva situación que
ha abierto este proceso electoral en la izquierda europea.
RESULTADOS ELECCIONES EUROPEAS ITALIA
Partido
|
Grupo
|
votos
|
%
|
escaños
|
PD
|
S&D
|
11.203.231
|
40,8
|
31
|
M5S
|
No inscritos
|
5.807.213
|
21,1
|
17
|
Forza Italia
|
PPe
|
4.614.364
|
16,8
|
13
|
Lega
|
Efd
|
1.688.117
|
6,2
|
5
|
Ncd-Ucd
|
PPe
|
1.202.350
|
4,4
|
3
|
L’altra Europa con Tsipras
|
GUE /NGL
|
1.108.457
|
4
|
3
|
Fratelli di Itala
|
No inscritos
|
1.006.513
|
3,7
|
---
|
RESULTADOS ELECCIONES EUROPEAS PORTUGAL
Partido
|
Grupo
|
Votos
|
%
|
Escaños
|
PS
|
S&D
|
1.032.416
|
31,5
|
7
|
PPD/PSD. CDS/PP
|
PPe
|
909.283
|
27,7
|
6
|
PCP-PEV
|
GUE/NGL
|
416.612
|
12,7
|
2
|
Partido da Terra
|
No inscrito
|
234.516
|
7,2
|
1
|
Bloco do Esquerdas
|
GUE/NGL
|
149.546
|
4,6
|
1
|
RESULTADOS ELECTORALES EUROPEAS GRECIA
Partido
|
Grupo
|
Votos
|
%
|
Escaños
|
Syriza
|
GUE/NGL
|
26,5
|
6
|
|
Nea Democracia
|
PPe
|
23,2
|
5
|
|
Amanecer Dorado
|
No inscritos
|
9,3
|
3
|
|
Olivo (Pasok)
|
S&D
|
8,1
|
2
|
|
El Rio
|
¿?
|
6,5
|
2
|
|
KKE
|
GUE/NGL
|
6
|
2
|
|
Griegos Independientes
|
No inscritos
|
3,4
|
1
|