miércoles, 30 de agosto de 2023

LA CONSULTA POPULAR SOBRE LA EXPLOTACIÓN PETROLERA DEL YASUNI EN ECUADOR. HABLA ALEX VALLE FRANCO

 


Hay noticias que no se tienen en cuenta pese a su importancia. Entre nosotros, apenas se ha comentado el resultado de la consulta popular de ámbito nacional que se llevó a cabo en Ecuador el 20 de agosto pasado en la que se debatía la posibilidad de continuar una explotación de las riquezas petrolíferas de una zona de la amazonia ecuatoriana que es una reserva de la biosfera o si se debía renunciar a la misma. No es necesario resaltar la importancia política de este planteamiento y su carácter excepcional respecto de la instalación de industrias petrolíferas en los países en donde se encuentran yacimientos apropiados. Para ilustrar a la amable audiencia de este blog sobre este tema, Adoración Guamán ha conseguido la amistosa colaboración en el blog de Alex Valle Franco, docente investigador del Instituto de Altos Estudios Nacionales del Ecuador y de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador, doctor  en jurisprudencia y post-doc por la Universidad de Bremen (Alemania),  estudioso de derecho internacional público de los derechos humanos, migración, sociología jurídica, criminología y derechos de la naturaleza. El es quien se encarga de explicar los antecedentes y el contexto de esta consulta y su significado profundo en esta entrada que agradecemos profundamente, confiados en que no será la última vez que participe en esta bitácora.

Breves Antecedentes y Efectos Relacionados a la Consulta Popular sobre la Explotación del Yasuní en el Ecuador

 Alex Valle Franco

 

El denominado bloque petrolero Ishpingo-Tambococha-Tiputini (ITT) se encuentra ubicado de forma parcial dentro del Parque Nacional Yasuní (Amazonía ecuatoriana), es considerado como una de las zonas con mayor biodiversidad en el mundo, junto al territorio ancestral Huaorani fue declarado por la UNESCO reserva de la biosfera en 1989 (El País, 2023). “El Yasuní es hogar de los Tagaeri y los Taromenane, los últimos pueblos en aislamiento voluntario en Ecuador” (El País, 2023, p.1).

 En el año 2007 el proyecto arrancó como el estandarte ecologista de la administración Correa, la propuesta exigía al mundo tomar una decisión en la cual debería primar la elección de explotar para tener recursos económicos o no explotar los campos petroleros y conservar la biodiversidad. La idea de compensación ecológica por parte de las grandes potencias mundiales para no explotar el Yasuní pretendía recolectar al menos $3,6 mil millones de dólares, sin embargo, no tuvo el resultado esperado. (Oleas, 2013)

 En el 2013 con un buen precio del petróleo, y ante el fracaso de la propuesta, el presidente Correa daba por terminada la idea de la iniciativa Yasuní-ITT y anuncia su explotación (Oleas, 2013). Frente a dichos hechos, se conformó el colectivo ambientalista Yasunidos, el cual, presentó ante la Corte Constitucional una pregunta para que se convoque a una consulta popular y sea el pueblo ecuatoriano el que decidiera sobre este tema. La pregunta en concreto fue: “¿Está usted de acuerdo en que el Gobierno ecuatoriano mantenga el crudo del ITT, conocido como bloque 43, indefinidamente en el subsuelo?” (El País, 2023, p.2).

Después de una larga y compleja batalla jurídica, el colectivo Yasunidos logró que el CNE valide las firmas de apoyo recolectadas, todo ello en el lapso de 10 años. En medio de la disputa legal, en el 2016 el bloque ITT empezó a ser explotado luego de la declaratoria de interés nacional que el expresidente Correa solicitó a la Asamblea Nacional en 2013 (El País, 2023, p.2).

 El 4 de febrero de 2018 se realizó una Consulta Popular en la que se consultó: 1) si estaban de acuerdo con incrementar la zona intangible del Parque Nacional Yasuní en 50.000 hectáreas y que de esta manera se pueda salvaguardar a los pueblos en aislamiento voluntario que ahí habitan, 2) si estaban de acuerdo en reducir el área de explotación de 1.030 hectáreas a 300. Hectáreas. El “Sí” ganó con un 68%, y a pesar del apoyo de la ciudadanía para que se proteja el Parque, el ex presidente Lenin Moreno 15 meses más tarde emitió el decreto 751, con el cual dejo sin ningún efecto el pronunciamiento de los ciudadanos (Ortiz, J. (2020).

 El 20 de agosto de 2023 nuevamente se realizó la Consulta Popular a nivel nacional para definir si el crudo se queda definitivamente bajo suelo o no. A escala nacional el Sí ganó con el 58,96 % (5′558.733 votos), mientras que el No alcanzó el 41,04 % (3′868.862 votos) (El Universo, 2023). Esta decisión debe acatarse por parte del gobierno ecuatoriano, caso contrario se podría solicitar una acción por incumplimiento. Los principales puntos de controversia sobre los que giran la discusión actual, son el tema ambiental y el económico, y sobre ello, se analiza brevemente sus efectos:

 Respecto del aspecto ambiental, la ganancia del “Sí” en la consulta es un punto positivo para la conservación del medio ambiente y la biodiversidad del Yasuní, ya que a lo largo de los años se han tenido pésimos antecedentes, que en nombre del progreso han realizado prácticas nocivas para la naturaleza y la vida de sus habitantes amazónicos, tales como el acaecido con el consorcio Texaco Gulf, hoy Chevron (El Universo, 2023). Adicionalmente, aunque la tecnología ha mejorado en la extracción petrolera, los daños por “caso fortuito”, siguen ocurriendo. En el Yasuní hay fuentes de agua, bosques, fauna, flora, ríos y especies en peligro de extinción como el delfín rosado y el jaguar, y el costo de perder estas especies es incalculable (Romero, 2013). Se han identificado 653 especies de aves, 268 tipos de anfibios, y 111 tipos de peces (Henrichmann, 2013)

Sobre los impactos económicos, desde el gobierno se sostiene que pérdida económica en la que incurriría el Estado al dejar de explotar el bloque ITT, es de1200 millones de dólares anuales, lo que en 20 años sumaría 16.470 millones de dólares. A esto hay que sumarle 467 millones por el costo de abandonar el bloque; 1.952 millones por la infraestructura e instalaciones que tendrán que ser retiradas, y 251 millones por compensaciones sociales (El Universo, 2023). De parte de los ecologistas, se considera que el cálculo no es real, porque no se considera el costo de extracción que es de 35 dólares por barril, y el hecho de que se trata de un crudo que contiene demasiada agua (11 barriles de agua por cada barril de petróleo), lo que reduce su calidad y dificulta su extracción. Ante ese panorama, Alberto Acosta sugiere que los ingresos del Estado deben tener como base los impuestos, en especial de los grandes grupos económicos que gozan de exenciones o que evaden el pago de impuestos. Según la CEPAL, la evasión tributaria supera el 5,5% del PIB (Producto Interno Bruto) al año, es decir más de 5 mil millones de dólares anuales.

 De cara a la decisión de la ciudadanía de mantener el petróleo bajo tierra, se puede afirmar, por una parte, que ha sido un triunfo ambiental; y, por otra parte, que resultó en una pérdida económica para el país. A mediano y largo plazo se determinará que el SI fue la mejor decisión para la mitigación del cambio climático, la preservación de la biodiversidad, y la supervivencia de culturas indígenas no contactadas en la Amazonía, siempre y cuando el Estado mantenga políticas públicas que protejan el Yasuní de la minería ilegal, la deforestación, la caza ilegal, y otros peligros, caso contrario no habrá servido de nada el sacrificio.

Bibliografía:

El País (2023). Una consulta popular le dice sí al Yasuní. Ver en: https://elpais.com/america-futura/2023-08-21/una-consulta-popular-le-dice-si-a-proteger-el-yasuni.html

 El Universo (2023).  Gobierno asegura que respetará la consulta popular sobre el Yasuní. Ver en: https://www.eluniverso.com/noticias/economia/gobierno-asegura-respetara-la-consulta-popular-sobre-el-yasuni-itt-yasunidos-ministro-fernando-santos-nota/

 El Universo (2023). Según reportes recibidos por el Ministerio del Ambiente, una mancha de crudo por derrame de OCP llegó hasta el Yasuní. Ver en: https://www.eluniverso.com/noticias/economia/segun-reportes-recibidos-por-el-ministerio-del-ambiente-una-mancha-de-crudo-por-derrame-de-ocp-llego-hasta-el-yasuni-nota/

 Henrichmann, J. (2013) Protección del Parque Nacional Yasuní ¿Bendición o maldición?. Semana. Ver en: https://www.semana.com/proteccion-del-parque-nacional-yasuni-bendicion-maldicion/29002/

 Oleas, S. (2013). Yasuní el mito del Dorado. Koyuntura. Instituto de Economía de la USFQ. Ver en: https://www.usfq.edu.ec/sites/default/files/2020-09/koyuntura-2013-036.pdf

 Ortiz, J. (2020). El incumplimiento de la consulta popular de 4 de febrero de 2018 sobre la protección al parque nacional Yasuní a través del Decreto 751 de 21 de mayo de 2019. Tesis. UDLA. Ver en: https://dspace.udla.edu.ec/bitstream/33000/13073/4/UDLA-EC-TAB-2020-15.pdf

 



(El Dr. Alex Valle Franco)

lunes, 28 de agosto de 2023

HACIA LA CONSTRUCCIÓN DE LOS ESTADOS DE BIENESTAR EN LAS AMÉRICAS. HABLA TARSO GENRO

 


(Diego Rivera, "El hombre, controlador del universo". Detalle)

Desde 1996, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) ha ido celebrando reuniones y debates en los que la idea de poner en pie la noción del Estado de bienestar – como variante del Estado Social – en la región americana era el objetivo fundamental, en un momento en el que la financiarización de la economía y el comercio planetario impulsaba soluciones políticas contrarias. El grupo de discusión en este año surge sobre la base de “reencontrarnos con el paradigma perdido avanzando por un nuevo camino después del neoliberalismo”. No es necesario comentar el interés indudable que revisten estos encuentros. El de este año se ha celebrado en Sao Paulo, y Tarso Genro ha participado en el mismo y ha elaborado en exclusiva para el blog, las reflexiones que a continuación se recogen en esta interesante entrada.

 

Zimmerwald en São Paulo: ¿hacia dónde va la socialdemocracia?

Tarso Genro

Entre los días 11 y 13 de agosto, São Paulo acogió una nueva reunión del Programa Reconstruyendo el Estado de Bienestar en las Américas, lanzado por el PNUD/ONU en 1996 y hoy coordinado por Jorge Castañeda, Gaspard Estrada y Carlos Ominami. En aquel momento, bajo el liderazgo de Roberto Mangabeira Unger, sus primeros miembros se reunieron "impulsados por una intuición común": buscar salidas para la afirmación democrática del Continente Latino. Su continuidad hoy, con la presencia de nuevos líderes democráticos de la joven izquierda recién surgida, ha ido adquiriendo más amplitud y, al mismo tiempo, más precisión de propósitos en las nuevas reuniones. El Programa comenzó convocando al debate a líderes democráticos de izquierda, centroizquierda e incluso centroderecha de América Latina, que tuvieran capacidad de influir en el destino de las políticas de transición de las dictaduras de los años 70 en sus respectivos países, para asentar a sus respectivas naciones en la estructura liberal-democrática que se estaba recomponiendo, luego destruida por los golpes militares que asolaron gran parte de América Central y del Sur.

Como participante del primer encuentro en Chile, seguí varias ediciones del Programa, con Lula, José Dirceu, Marco Aurélio Garcia, Brizola, junto a eminentes economistas como Dante Caputo, cuadros "partidarios" del campo democrático como Ricardo Lagos, Michelle Bachelet, Vicente Fox, López Obrador, Fernando de La Rua y tantas otras personalidades que tomaron caminos diferentes en sus opciones y definiciones políticas.

Agotada la cosecha de presidentes elegidos durante la restauración democrática, los debates se orientaron hacia la búsqueda de soluciones consensuadas a una situación económica sombría, internamente en América Latina y externamente en los centros del sistema mundial. Estaba en marcha un reordenamiento estructural que modificaba los patrones de acumulación,  reestructurando profundamente las formas de provisión de trabajo y servicios en todos los sectores de la economía, con el fuerte impacto de las nuevas tecnologías en la vida ordinaria de millones de personas.

La división  que se produjo en el seno del proyecto fue natural, ya que comenzaron a aparecer "seductoras" alternativas neoliberales tras la expiración de los regímenes militares, que no sólo prometían una transición "protegida" por el capital financiero, sino también para los Estados que se portaran bien para saldar sus compromisos con las respectivas deudas públicas que habían adquirido durante las dictaduras. La hegemonía de los pactos de dominación en ascenso, en torno al "único camino a seguir", que parecía reforzarse dogmáticamente en las "clases altas", absorbió a buena parte de la derecha democrática que participaba en los debates, ya que la izquierda tenía inmensas dificultades para aportar nuevas alternativas: el espíritu del Consenso de Washington se impuso en algunos de los primeros debatientes, a través de la ilusión neoliberal.

En algunos países se repitieron tímidos gobiernos reformistas en el campo de la izquierda más "realista", debido a la falta de mayorías estables para gobernar y a la incomprensión de que, a partir de entonces, las reformas serían distintas de las del siglo pasado, para hacer frente al atraso y al subdesarrollo. El reformismo democrático de centro-izquierda que ha gobernado varios países, aunque ha conseguido pocos resultados sociales – significativos, por cierto, comparados con los gobiernos "liberales" anteriores –, ha dejado importantes muestras de aprecio por la democracia y un mínimo respeto por las instituciones de la República. Ahora es el momento de establecer una conexión de principios entre las nuevas izquierdas que se han organizado en los últimos 15 años, principalmente para que podamos fusionar las viejas y decisivas reivindicaciones sociales con las nuevas reivindicaciones culturales, de nuevas formas de vida, de lucha sin cuartel contra el racismo y todas las formas de discriminación, reproducidas sin cesar por el conservadurismo reaccionario de tradición esclavista. Se trata de una necesidad histórica de una nueva y fuerte unidad popular y democrática, que ya está en marcha para este siglo.

Varios de los participantes en aquellas reuniones llegaron a ser presidentes, por distintas vías políticas – en el ámbito de la democracia liberal – o se convirtieron en ministros, presidentes de partidos y funcionarios del Estado, en diversos puestos de responsabilidad estatal. Sin embargo, desde entonces – hoy en día – las cuestiones se han vuelto aún más complejas, ofreciéndonos otras realidades que desentrañar, como el nuevo sistema de alianzas para gobernar, compatible con la formación de mayorías políticas, por un lado, y – por otro – la aparición por sorpresa de una "nueva izquierda", joven, generosa y brillante – aunque fragmentada por sus mal resueltas cuestiones identitarias, que aparece a la vez desconectada de las experiencias revolucionarias o reformista-democráticas en América, y sin una base popular con capacidad de resistencia similar a la de antaño.

El profesor Vicente Navarro, uno de los grandes estudiosos de la trayectoria socialdemócrata y de la evolución de las disputas sobre el Estado del bienestar, ha demostrado a lo largo de su trayectoria intelectual que las alternativas en Estados Unidos durante la era Reagan – por ejemplo –  no eran una disputa entre "keynesianismo social" y "estrategias neoliberales", sino una disputa entre "keynesianismo militar" y "keynesianismo social" (base histórica de la concepción socialdemócrata del siglo pasado), ambas políticas basadas en la intervención del Estado en la economía. Pero las políticas de Reagan "fueron más lejos que el keynesianismo clásico", porque sus políticas de guerra de gendarmería global reforzaron fuertemente la intervención estatal, especialmente en la industria militar, procediendo a una fuerte intervención estatal en la economía, alejándose de un gobierno liberal en el sentido clásico para convertirse en un gobierno "intervencionista", modernizando (por la derecha) el keynesianismo y aumentando las tensiones de las guerras imperiales.

Geoff Eley en su clásico "Forging Democracy" muestra que antes de 1914 la base militante de la socialdemocracia en Europa tenía aproximadamente dos millones de militantes, y sólo en Alemania contaba con un millón de adherentes, predominantemente entre los pobres, los desempleados, los trabajadores, los estudiantes y la intelectualidad. Con el inicio de la desaparición de la Segunda Internacional, que comenzó en la Conferencia de Zimmerwald en septiembre de 1915 – debido a diferencias de principio sobre la actitud de la socialdemocracia ante la guerra mundial interimperialista –, la victoria de la Revolución en Rusia en 1917 y la transformación del Partido Obrero Socialdemócrata Ruso en el Partido Comunista, la socialdemocracia y los movimientos comunistas iniciaron sus caminos separados en la historia.

En los tiempos actuales – marcados por los éxitos y derrotas relativas de ambas experiencias- emerge un nuevo desafío civilizatorio: en un momento en que tanto la democracia como una revolución están bloqueadas, con la pérdida de la fuerza moral y política de la socialdemocracia ante el avance neoliberal y el desastre del experimento burocrático soviético, junto con la emergencia de nuevos polos de poder geopolítico en el mundo y el avance del fascismo.

¿Cómo fusionar el Estado de bienestar con las libertades políticas, la seguridad continental con la soberanía popular, la República con las libertades políticas irrevocables, en un amplio movimiento centrado en el deseo de bienestar, de paz y de regeneración de la política como instrumento de lucha por la igualdad y la dignidad humana? La respuesta son los "deberes" que este Proyecto PNUD- ONU está haciendo en asociación con otros centros de apoyo públicos y privados de todo el mundo, que no disocian la democracia del progreso social y que nunca aceptarán el fascismo y la guerra como solución a los problemas de la humanidad.

Utópico, dirán algunos. Pues bien, podemos responder: "ni más ni menos que la búsqueda de un paraíso comunista o de una socialdemocracia perfecta, que pretendía inaugurar una era de paz y de solidaridad humana, basada principalmente en el "sentido común" negociador de las élites políticas de las clases privilegiadas.

viernes, 25 de agosto de 2023

¿CAMBIOS EN LA GEOPOLÍTICA? LA CUMBRE DE JOHANNESBURGO Y LA AMPLIACIÓN DE LOS BRICS

 


En este final de agosto, la exigencia ineludible de dimisión de Rubiales cuyo discurso ante la Federación abochorna por su defensa a ultranza de su actitud machista y abusiva, está monopolizando con razón la atención de la ciudadanía en las redes sociales. Pero también a nivel internacional se están produciendo ciertos hechos que puede que tengan un interés relevante en orden a la reconfiguración del espacio global y la geopolítica actual, y ello en el contexto de una grave crisis y la guerra abierta en las fronteras de Europa ante la invasión rusa de Ucrania. Aunque este blog no pretende ser émulo del admirado periodista Enric Juliana, siempre atento a la geografía y a determinados movimientos en la globalización, entiende que llamar la atención sobre estas pequeñas transformaciones puede resultar interesante para su amable audiencia.

El cambio al que se refiere esta nota es el relativo a la reunión que en Africa del Sur han realizado los países que componen el grupo denominado BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) en la que han decidido la ampliación del mismo  a partir del 1 de enero del 2024 a otros seis nuevos miembros: Argentina, Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos, Irán, Egipto y Etiopía.

Como subraya la crónica que para Il Manifesto han realizado Lorenzo Lamperti y Simone Pieranni, se trata de nua constelación de países variada y no necesariamente coordinada, cuya unidad de propósito real está por demostrar. Esta decisión es el fruto de una selección entre 23 países que habían presentado su candidatura – especialmente en África y en América del Sur, con Venezuela y Bolivia como firmes candidatos – y es el resultado de un compromiso entre China, que lleva tiempo presionando para ampliar el grupo sin demasiadas vacilaciones, y los demás miembro, aunque tras la guerra de Ucrania, Rusia también intensificó la presión para admitir a nuevos países, para demostrar que no estaba aislada. Con ello parece al menos formalmente haberlo logrado, más aún en cuanto que la  próxima cumbre del grupo en el 2024, la primera de las 11 previstas, tendrá lugar en Kazán (Rusia).

El caso es que India, Brasil y Sudáfrica tienen relaciones fluidas con Occidente, incluido Washington, y hasta ahora se habían frenado en esta ampliación para no dejar que los Brics adquirieran una proyección geopolítica o estratégica que nunca habían tenido hasta ahora. El resultado es una lista que, en cualquier caso, hace más fuerte a la organización, sobre todo desde el punto de vista energético, dada la inclusión de los fuertes productores de crudo de oriente próximo como Arabia Saudita, Emiratos Árabes o Irán. Con estos tres, el grupo pasa a representar el 42% de la producción mundial de petróleo. Más del doble, por tanto, del 20% actual, aproximadamente. Son las tres entradas más importantes desde el punto de vista económico y diplomático, dadas las tensiones no resueltas entre Irán y Estados Unidos.

Además de ello, el ingreso simultáneo de estos tres países del golfo puede leerse como un triunfo de la diplomacia china, que aunque tradicionalmente con muy buenas relaciones con Irán, se había aproximado recientemente a Arabia Saudita, cuyo país visitó Xi Jinping en el pasado diciembre, que ha trabajado intensamente además por la reanudación de las relaciones diplomáticas entre los dos grandes rivales en la región (Arabia Saudi e Irán).

La asociación de países tiene fundamentalmente un contenido comercial es decir, pretende facilitar los intercambios comerciales entre estos países, sin que por el momento exista la propuesta de crear una divisa común que pudiera competir con el dólar. Sin embargo, existe también un importante vector de promoción y fomento de inversiones empresariales en la red que surge de esta asociación de países, que se concentra en torno al Nuevo Banco de Desarrollo, con sede en Shangai, y que preside la ex presidenta brasileña Dilma Rouseff. El Nuevo Banco de Desarrollo  pretende construir un fondo común que financie inversiones recíprocas y constituya una alternativa a los organismos financieros internacionales tradicionales (que controlan la política y la economía mundial) dominados por Estados Unidos y la Unión Europea, para que se preocupe por el desarrollo y no solamente por el "crecimiento" económico. Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos también podrían asegurar una inyección de riqueza nada desdeñable para este NBD, que se nutre de aportaciones estatales y se especializa en inversiones de infraestructuras de los países miembros.

En cuanto al ingreso de Egipto y Etiopía, su aceptación se debe ciertamente a que se trata de dos países que mantienen excelentes relaciones con China y con Rusia, pero también al hecho de que con ello refuerzan el papel diplomático de la República Sudafricana en el continente africano. Algo semejante a lo que implica la adhesión de Argentina, que era una opción por la que se batió el presidente Lula da Silva como un intento de moderar la asfixia de la economía de aquel país ante los préstamos del Fondo Monetario Internacional y para reforzar la dupla de ambas naciones como elementos directivos del cono sur americano.

No se ha incluido sin embargo a Indonesia, uno de los países que más interesan a China, pero al final fue esta misma nación la que pidió un poco más de tiempo para discutirlo con sus socios del Sudeste Asiático en la cumbre de la ASEAN de septiembre de este año.

El caso es que la ampliación se ha presentado como una victoria de la diplomacia china y de su papel dirigente en el sur global frente a la dinámica de Estados Unidos y el seguimiento del proyecto de dominio global de éste por la Unión Europea, cuya diplomacia está fuertemente alineada en esa dimensión atlantista. Inmediatamente después del anuncio del presidente sudafricano Cyril Ramaphosa, de esta ampliación, el presidente chino Xi  la calificó como un paso "histórico".

Aunque su impacto en el porcentaje del PIB y el comercio mundial sea más bien limitado, aunque el objetivo de la desdolarización siga siendo complejo y la creación de una moneda común parezca todavía un espejismo, añadir letras al acrónimo Brics refuerza la pretensión china de liderar el llamado sur global. En este sentido China ha mantenido en los últimos días una larga serie de reuniones bilaterales con los líderes de los países africanos. No hubo, sin embargo, un muy esperado encuentro indo-chino entre ambos presidentes, Xi y Modi. Habría sido una señal muy importante: los dos no se hablan oficialmente desde hace más de tres años y tienen varios expedientes delicados que gestionar. Empezando por el de la disputada frontera.

En varios pasajes del comunicado final de la cumbre aparece una huella china. Empezando por la ostentosa reiteración del concepto de "multilateralismo inclusivo" hasta la condena del terrorismo "en todas sus formas", pasando por el subrayado de la importancia del G20. En este foro, por cierto, la pelota seguirá en manos de los Brics durante tres años consecutivos: después de Indiia, primero Brasil y luego Sudáfrica ostentarán la presidencia de este Grupo. También se hará mucho hincapié en la seguridad alimentaria. Un elemento nada secundario si se tiene en cuenta que el grupo produce el 40% de las necesidades mundiales de cereales.

Sigue siendo complicado que el grupo sea plenamente capaz de actuar de forma conjunta y coordinada en los distintos escenarios internacionales, y su coordinación en el intercambio mercantil no amenaza al parecer la hegemonía de América del Norte y la Unión Europea. Al menos eso es lo que explica el comentario al respecto del Consejero de Seguridad Nacional USA, Jake Sullivan, que ha afirmado "No vemos a los Brics como una especie de rival geopolítico de Estados Unidos ni de nadie”. Pero para algunos países, en especial los suramericanos, una mayor integración financiera en este grupo es fundamental para desarrollar sus economías sin depender de los mercados financieros dominados por los países desarrollados, y no es un secreto que se apuesta fuerte por la “desdolarización” del comercio aun sin la posibilidad de crear una divisa común.

Pero mientras tanto,  avanzar en la organización del “sur global” implica posiblemente algunos cambios  en la geopolítica que se van afirmando paulatinamente. Como señalan los reporteros de Il Manifesto, el "mundo que no vemos" se hace un poco más grande.

 

 

 

 


lunes, 21 de agosto de 2023

DEBATIENDO LA REFORMA DEL DESPIDO: UNA PROPUESTA DE LA FUNDACIÓN 1º MAYO

 


Agosto es un mes de vacaciones, aunque en este año la convocatoria electoral de finales de julio lo haya convertido en un período de tiempo hábil para el quehacer político. Durante el descanso anual es sin embargo muy común ir pensando en los cometidos que aguardan en el momento de la reincorporación al trabajo. Ambos elementos, la reanudación de la actividad política en la perspectiva de lograr la investidura del nuevo gobierno previsiblemente a finales del mes de septiembre, y el arranque de un nuevo curso académico repleto de propuestas de debate y seminarios de discusión, hace preciso que se vayan asentando algunas de las ideas que se habían ido avanzando antes del verano.

Acostumbrados a un ritmo trepidante de cambios legislativos, en materia laboral no parece que este vaya a ser la pauta de actuación en la nueva legislatura, sino que se decantará más bien por el desarrollo normativo y la administración de la efectividad de las reglas adoptadas. El caso emblemático de la resistencia de algunas grandes empresas multinacionales de plataformas a la aplicación de la Ley que considera la inclusión de las personas que efectúan el reparto de mercancías y alimentos a su servicio en el ámbito del derecho laboral es un buen ejemplo de los espacios que debe recorrer en el inmediato futuro la acción de gobierno. Es cierto que a tenor de lo que se ha defendido como programa electoral, es muy posible que el tema de la reducción de jornada sea objeto de concertación en el marco del diálogo social, y que en el tintero normativo se quedó, por la oposición del PSOE, el tan comentado Estatuto del Becario, que posiblemente querrá ser actuado, pero en líneas generales es más seguro apostar por medidas que aseguren el mantenimiento de las grandes líneas de actuación ya marcadas a partir del RDL 32/2021 de reforma laboral y las demás  líneas de actuación ya definidas legislativamente.

Hay no obstante una asignatura pendiente que se arrastra desde la moción de censura a Rajoy del 2018, y que se entronca con la consigna de “derogar la reforma laboral” que se hacía corresponder con la urgente desaparición de los aspectos más negativos de la legislación del 2012. Era la promesa en positivo de elaborar “el nuevo Estatuto de los Trabajadores del siglo XXI”, como una propuesta de reconstrucción de todo el Derecho del Trabajo desde un planteamiento garantista de los derechos individuales y colectivos de las personas que trabajan adaptado a los cambios, fundamentalmente tecnológicos, que en aquel momento aparecían como el eje fundamental de las transformaciones sociales. La irrupción de la pandemia primero y la necesidad de acelerar las reformas relativas al plan de recuperación y resiliencia, concentró en los aspectos muy relevantes del RDL 32/2021 los esfuerzos de cambio legislativo de ese ciclo legislativo. El desplazamiento en el tiempo de esta tarea ha llevado consigo además su cambio de contenido, porque ahora se habla de Estatuto del Trabajo del siglo XXI, posiblemente con un enfoque que trasciende el esquema normativo basado exclusivamente en el trabajo asalariado.

Como todas las grandes tareas, su concreción es difícil, ante todo porque llevarla a la práctica requiere un consenso en el campo de la interlocución económico-social que a su vez sea aceptado y replicado horizontalmente en la esfera de las alianzas parlamentarias.  La experiencia de la reforma laboral de diciembre de 2021 hace previsible que en el campo de las mayorías políticas la decisión sea más complicada, y la compaginación entre el acuerdo social y el acuerdo político resulta asimismo intrincada y compleja. En todo caso, el propio diseño del marco normativo requeriría un trabajo previo de asesoramiento y propuesta de expertos académicos sobre el texto y su alcance, como forma de asegurar un texto de partida sobre el que poder ir construyendo el consenso social y político. Las fórmulas que pueden acoger estas exigencias son muy variadas y posiblemente al menos en su primera fase se puedan poner en marcha como una iniciativa política del nuevo gobierno.

Pero, prescindiendo de esa gran iniciativa de sustitución del texto legislativo fundamental que regula las relaciones de trabajo en nuestro país, es evidente que se requiere una intervención específica sobre el área de la extinción del contrato, es decir, la regulación del despido, y ello por varias razones. Por un lado, es patente la discrepancia existente entre la regulación del despido que se efectuó durante el ciclo 2010-2012 y las prescripciones emanadas durante la crisis del Covid y posteriormente con la reforma laboral y la incorporación al ET de los mecanismos de mantenimiento temporal de empleo reflejados en los arts. 47 y 47 bis ET y el RD 608/2023 de 11 de julio. El principio regulador que inspiraba la reforma del 2012 se contradice directamente con el principio de mantenimiento del empleo que ha caracterizado a la legislación del estado de alarma y los mecanismos de ajuste temporal para evitar despidos regulados en este período y posteriormente recibidos en la regulación de empleo temporal vigente. Es por tanto conveniente adaptar la regulación del despido, especialmente colectivo, a estas nuevas indicaciones legislativas.

Además el tema del despido – realmente que no hubiera sido modificado por el RDL 32/2021 al parecer fundamentalmente en materia del quantum indemnizatorio- ha sido asimismo el elemento de discordia enarbolado por los grupos parlamentarios de ERC y Bildu para justificar su voto negativo a dicha norma, aun arriesgando que no se produjera su convalidación y que se produjera por tanto una crisis definitiva que habría terminado con la experiencia del gobierno de coalición. Pero en este último año, tanto UGT primero como CCOO después han utilizado el procedimiento de reclamaciones colectivas ante el Comité Europeo de Derechos Sociales entendiendo que las indemnizaciones por despido improcedente basadas de manera exclusiva en la antigüedad de las personas despedidas vulneran el art. 24 de la Carta Social Europea en cuanto no satisfacen la “reparación adecuada” que dicho artículo prescribe para aquellos despidos que carecen de “razón válida”, y antes de que el CEDS decida, ya en varias decisiones judiciales se ha abierto en varios fallos judiciales la posibilidad de declarar indemnizaciones adicionales en el supuesto de despido improcedente sobre esta base.

Por lo tanto, se va a hablar de despido necesariamente en este curso académico, al margen de su inserción en un cuadro más general de reforma de la normativa laboral. Esta es la razón por la que en el plan de trabajo de la Fundación 1 de Mayo, para el cuarto trimestre del año 2023 se haya incluido la propuesta de efectuar un seminario permanente sobre la reforma del despido. Se trata de analizar críticamente el sistema de despido en su totalidad, sin centrarse exclusivamente en el problema del coste del despido y de la cuantía indemnizatoria, sino abordando todos los aspectos que en nuestra legislación laboral y procesal plantea este tema. De esta manera, se abordará la clásica tripartición entre despido individual, disciplinario, y objetivo y  el despido colectivo, y se cuestionará la propia adecuación a la realidad de las causas de despido individual en sus dos variantes, junto con la declaración de procedencia, improcedencia y nulidad, que deben ser reconfiguradas de manera importante, tanto en cuanto a su definición legal como en sus consecuencias procesales, con atención a la regulación de los salarios de tramitación, los mecanismos de ejecución provisional y definitiva. En este rediseño de la figura se pueden traer a colación algunas experiencias de derecho comparado europeo. Naturalmente la jurisprudencia del CEDS en materia de reparación adecuada frente al despido sin razón válida se debe tener en cuenta, pero también otras orientaciones internacionales hasta el momento no atendidas ni doctrinal ni jurisprudencialmente, como son las derivadas del Convenio 158 de la OIT o el art. 8 del Convenio de Roma en relación con el respeto a la vida privada o familiar. La vertiente de la tutela constitucional frente al despido arbitrario, discriminatorio o vulnerador de derechos fundamentales tiene asimismo que tener su espacio en este estudio.

En paralelo a lo anterior, se debe trabajar la reformulación del marco regulador del despido colectivo, planteada en sintonía con la nueva disposición de los instrumentos de ajuste temporal de empleo, configurándose como ultima ratio en materia de restructuración empresarial ante motivos económicos, tecnológicos, organizativos o productivos. El reforzamiento de los derechos colectivos de información y consulta en el modelo dual de representación en la empresa junto con el desarrollo de lo que significa la negociación de buena fe en estos procesos y la importancia de tener en cuenta las nuevas realidades transnacionales emergentes, deben ser temas importantes del debate, aunque posiblemente el problema del rol de la autoridad laboral en la dirección y control de estos procesos será también muy relevante y atraerá una buena parte de las opiniones vertidas. Es evidente que la intervención en estos procesos de la autoridad laboral debe ser repensada sobre lo que supone su posición actual, teniendo en cuenta los márgenes que posibilita la jurisprudencia Heraklion y en relación con los otros instrumentos de regulación de los que se dispone. Finalmente, una atención especial se debería dirigir al derecho concursal y la extinción de los contratos durante los procedimientos de insolvencia en curso.

La idea que subyace a esta propuesta es la de completar desde el respeto a la estabilidad en el empleo que aparece confirmado en la reforma operada en la contratación temporal a partir del RDL 32/2021, el otro polo de referencia, el que se coloca en la extinción de la relación laboral, que tiene una relación directa con aquella. Pero se llevará a efecto contemplando el problema en su conjunto, sin abordar tan solo el tema posiblemente más llamativo del coste del despido y la forma de fijar la indemnización por despido improcedente, que es la manera tradicional desde la que se abordó – para reducirlo y minorar sus garantías – en la reforma del 2012 y que hoy resurge en medio del debate sobre la decisión futura del CEDS de las reclamaciones colectivas de UGT y CCOO.

Los trabajos que produzcan este seminario, a través de un grupo de trabajo formado por profesorado universitario, abogados, magistrados y asesores sindicales, deberían culminar en un documento- propuesta que haría público la Fundación 1 de Mayo. Ese documento no solo debería el conjunto de los análisis efectuados sino también unas indicaciones de reforma que pudieran a su vez someterse a la valoración en primer lugar del sindicalismo confederal, y posteriormente a la opinión académica como espacio en el que sus aportaciones pudieran ser también contrastadas y debatidas.

Seguiremos informando a través del blog de estos buenos propósitos para el retorno a la normalidad productiva una vez terminado el período de descanso estival. Mientras tanto, a seguir disfrutando de las vacaciones.


miércoles, 16 de agosto de 2023

ESCRIBIR SOBRE UN DERECHO DEL TRABAJO FEMINISTA EN EL MARCO DE UNA RED GLOBAL DE ASISTENCIA JURIDICA A LAS PERSONAS QUE TRABAJAN

 


La construcción de una red que una y coordine las iniciativas y propuestas alternativas de quienes estudian la regulación jurídica de las relaciones de trabajo desde la perspectiva de la subordinación material y jurídica de las personas que trabajan, ha sido un elemento que desde hace mucho tiempo ha atraído la atención de las entradas de este blog. No sólo en relación a las experiencias que se han llevado a cabo en el nivel europeo,  como la que han nutrido  la actuación de la Confederación Europea de Sindicatos, sino también otras iniciativas provenientes de colectivos de abogados laboralistas como European Lawyers for Workers Network, cuyos encuentros han sido recogidos en varias entradas de este blog, además de la puesta en común de otras iniciativas nacionales en algunas ocasiones también amparadas por confederaciones sindicales nacionales y en otros supuestos, a través de una asociación voluntaria de estudiosos y estudiosas de base fundamentalmente académica, como sucede con el grupo español NET21.

A nivel global, la idea de una red de coordinación y de puesta en común de informaciones relevantes tanto para asesores sindicales, delegados y representantes de los sindicatos, y gente estudiosa del derecho del trabajo y de las relaciones laborales, ha sido puesta en práctica ya desde hace tiempo por dos grandes amigos de este blog, Alvaro Orsatti y Juan Manuel Martínez Chas a través de la Red Española Latinoamericana de Trabajo y Sindicalismo (RELATS) – en cuya página web (http://www.relats.org/index.html) se encuentran referencias muy variadas y sugerentes - pero junto a ella destaca también la Red ILAW (International Lawywers Assisting Workers Network), que es un proyecto del Centro de Solidaridad dependiente de la AFL-CIO norteamericana que dirige Jeffrey Vogt, y que tiene por objeto reunir a profesionales legales y académicos en un intercambio de ideas e información para representar mejor los derechos e intereses de los trabajadores y sus organizaciones, donde sea que se encuentren. Como señalan en su página web, (https://www.ilawnetwork.com/es/about/)  dada la naturaleza global del trabajo y las tendencias comunes que afectan a los trabajadores, independientemente de su nacionalidad, se necesita una red de apoyo legal a nivel mundial más que nunca para representar eficazmente a los trabajadores en temas que trascienden las fronteras nacionales. Una defensa legal efectiva para los trabajadores exigirá cada vez más la colaboración de abogados en múltiples jurisdicciones legales.

ILAW tiene un alcance global, cuenta con cuatro coordinadores regionales de las diferentes regiones del mundo – África subsahariana, América Latina y el Caribe, Europa y Asia Central y Sur de Asia – y una junta asesora de abogados y letrados de todo el mundo entre los que se encuentran Marta Pujadas, Antonio Loffredo, Tania Novitz o Isabelle Schoemann entre las personas más conocidas.

Una de las iniciativas de la Red ILAW es la publicación de una revista digital, Global Labour Rights Reporter,  que tiene dos números al año, y que de los tres idiomas en los que se editaba al principio  - ingles, francés y español – se ha pasado a cinco, añadiendo resúmenes en ruso y en árabe. Se articula en cada salida en torno a un tema monográfico, y las intervenciones tienen necesariamente un espacio limitado, aunque en su conjunto ofrecen una visión general sobre los temas abordados, que han sido todos ellos de indudable relevancia: Protección de los derechos laborales de los trabajadores migrantes y los refugiados, el futuro de la OIT, Protección de los derechos de los trabajadores de la economía informal, Responsabilidad y soluciones en las cadenas de suministro globales: Consideraciones de los trabajadores y sindicatos o, el que inauguró la serie monográfica, Acceso a la justicia laboral, en enero del 2021.

En esta ocasión, GLRR propone un tema muy original, volcado en la consideración del feminismo como un elemento determinante de las opciones de regulación laboral alternativas a la consideración hegemónica neoliberal del Derecho del trabajo. Esta llamada y convocatoria de artículos es la que la presente entrada quiere hacer llegar a la amable audiencia del blog, advirtiendo que el plazo de entrega se cierra el 15 de octubre de este año.

Global Labour Rights Reporter

Volumen III, Número II (noviembre 2023)

Convocatoria de artículos

Introducción

 La Red ILAW está preparando la publicación del próximo número de su revista: Global Labour Rights Reporter (GLRR). Los números anteriores están disponibles en nuestro sitio web https://www.ilawnetwork.com/es/ilaw-network-journal-the-global-labour-rights-reporter/  incluido el más reciente sobre los derechos de las personas trabajadoras migrantes y refugiadas. El GLRR es un foro destinado principalmente a las y los profesionales del Derecho laboral y del empleo, incluyendo a las personas que forman parte de la Red ILAW, para abordar las cuestiones jurídicas y prácticas que afectan directamente a las personas trabajadoras y a sus organizaciones en la actualidad. El GLRR está disponible en inglés, español y francés.

 Tema

 Cada número de la revista está organizado temáticamente y tiene por objeto destacar las tendencias del derecho y los casos y opiniones judiciales notables, así como los artículos analíticos que examinan las estrategias para la promoción y defensa efectivas de los derechos de todas las personas trabajadoras. Para el próximo número de la GLRR, el Consejo Editorial ha elegido el tema “Forjar un Derecho Laboral Feminista”.   

 Contexto:

 La división fundamental del trabajo basada en el género entre la producción de mercancías y el trabajo no remunerado dedicado a la reproducción de los seres humanos ha dado lugar a que las mujeres se concentren con mayor frecuencia en actividades económicas con bajos ingresos, empleos inseguros e irregulares, y en los que existe poca protección mediante las leyes laborales. De hecho, las leyes, instituciones y prácticas laborales de todo el mundo han reforzado esta división del trabajo al centrar las necesidades y prioridades de los hombres trabajadores, a menudo en el contexto de las ocupaciones industriales y la organización del trabajo que predominaba en esas industrias. Esto, a su vez, ha dado y sigue dando forma a acuerdos sociales, económicos y políticos que perjudican no sólo a los derechos e intereses de las mujeres trabajadoras (más directamente), sino también a los de los hombres trabajadores. A pesar de que las mujeres de todo el mundo desempeñan un papel cada vez más importante en el mundo laboral fuera del hogar, siguen enfrentándose a formas directas e indirectas de discriminación (y a la exclusión total) que refuerzan la segregación ocupacional y las grandes brechas salariales. Esto se manifiesta de muchas maneras, desde la exclusión de algunas ocupaciones del ámbito de aplicación de la legislación laboral (trabajo informal, trabajo doméstico, trabajo de cuidado remunerado y no remunerado), hasta leyes paternalistas que prohíben el trabajo nocturno o el trabajo en ocupaciones específicas, pasando por leyes de licencia parental que dan por sentado que la mujer saldrá del mercado laboral, o leyes que dejan en gran medida desprotegidas a las personas trabajadoras con empleos a tiempo parcial o de duración determinada.   

 En este número queremos publicar ensayos que exploren el género como característica crucial en la organización y valoración del trabajo, y que cuestionen la eficacia de los modelos tradicionales del derecho laboral para satisfacer las necesidades de las mujeres trabajadoras. Esto incluye abordar las implicaciones que tiene para el derecho laboral el reconocimiento de la interdependencia del trabajo y la vida familiar y la importancia constitutiva del género en relación con la organización social (y jurídica) del trabajo. Por supuesto, el género sólo puede entenderse en relación a, y en combinación con, otros ejes de subordinación como la raza y la etnia, la orientación sexual y la identidad de género, la clase, la casta, la capacidad, la religión y otras bases.

 Invitamos a presentar tanto trabajos teóricos que exploren la manera en que el género ha figurado en la construcción de los mercados laborales y las relaciones de empleo, como ensayos que señalen desarrollos jurídicos importantes que hagan efectiva una visión feminista de la regulación laboral. Como siempre, nos interesan especialmente los artículos que apunten a posibles soluciones.

 Proceso de presentación de artículos

 Por favor, presenten todos los artículos por correo electrónico a Natalie Tate a ntate@solidaritycenter.org  antes del 15 de octubre de 2023, con el asunto “ILAW Journal Submission, Volume III, Issue II”.

 Se aceptan artículos de diversa extensión. Aunque el artículo promedio será de 5 páginas (aprox. 2500 palabras), también aceptaremos artículos más largos de hasta 10 páginas (aprox. 5000 palabras). En cuanto a las referencias y citas, le rogamos que las incluya como notas a pie de página y no entre paréntesis dentro del texto o al final del documento. Preferimos el formato de citación Bluebook siempre que sea posible. Además, aceptaremos un número limitado de otros tipos de escritos, incluyendo entrevistas editadas, resúmenes breves de casos relevantes y artículos sucintos sobre abogados laboralistas que se enfrentan a la represión por su actividad profesional en defensa de las personas trabajadoras.

 Se aceptarán artículos en inglés, español o francés. El comité editorial responderá lo antes posible después de la fecha límite para presentar escritos y trabajará con las y los autores para que los artículos seleccionados estén listos para su publicación. Si tiene alguna pregunta, envíe un correo electrónico a admin@ilawnetwork.com . Además de su artículo, incluya también los nombres completos de todas y todos los autores, sus cargos, organizaciones y fotos.

 

 


martes, 15 de agosto de 2023

LECTURAS DE VERANO (III) JOAQUIN APARICIO LEE A DOMINGUEZ ORTIZ SOBRE EL ANTIGUO RÉGIMEN

 


En esta serie de lecturas veraniegas que van paulatinamente ocupando las entradas del blog, también los amigos cooperan a dar a conocer los libros que frecuentan en vacaciones. En esta ocasión, es Joaquín Aparicio, desde su refugio estival a los pies de Gredos, quien alimenta la serie con la aproximación a un texto clásico de historia de España, el volumen de Domínguez Ortíz sobre el antiguo régimen y la dinastía de los Austrias. Buena lectura a toda la gentil audiencia que sigue visitando las páginas web de este blog en esta estación del año tan poco propensa a trajinar en la  world wide web.

 El verano, con la laxitud que induce el calor, es buen tiempo para la lectura calmada de obras que fuimos dejando para mejor ocasión sin el acoso de las obligaciones laborales o de otro tipo. Buen tiempo para la vuelta a los “clásicos” y, aunque no se sepa bien qué sea un “clásico”, yo me quedo con lo que nos dijera Italo Calvino: una obra que siempre te aporta algo nuevo, que no envejece. Calvino también señalaba que mucha gente no dice que está leyendo a un clásico, sino que lo está “releyendo”, como si hubiera vergüenza en reconocer que hay vacíos en las lecturas que una persona culta no debería tener, pero, el mismo Calvino nos pregunta algo así cómo quién ha leído todo Platón, Aristóteles, Tucídides, Spinoza, Kant, Hegel, Marx, Dante, Cervantes, Moliere, Leopardi etc…Pues eso, leamos a los clásicos, aunque sea por primera vez. Mi clásico para estos días ha sido la obra de D. Antonio Domínguez Ortiz El Antiguo Régimen: Los Reyes Católicos y Los Austrias, el tercer volumen de la Historia de España de Alfaguara que publicara Alianza Editorial en los años 70. La que he leído estos días es la reedición de 1980, de la que solo algunas breves partes había hojeado hace tiempo y apenas recordaba. Bien se sabe que desde 1980 la historiografía de ese periodo tiene que haber avanzado y el mismo Domínguez Ortiz, fallecido en 2003, en la obra que aquí se comenta alude a la necesidad de nuevas investigaciones para conocer mejor determinados temas, pero eso no quita que, viniendo de las manos del gran experto que era sobre ese periodo, siga siendo una obra enriquecedora para quién se asome a ella y su lectura un pequeño homenaje al maestro.

 Domínguez Ortiz nos dice que si siempre es problemático situar el momento en que se pasa de un periodo histórico a otro no lo es en España el paso de la Edad Media a la Moderna que se produce sin duda con el reinado de los Reyes Católicos. El franquismo alentó mitos sobre el reinado de Isabel y Fernando que en esta obra se desmoronan. No hubo unidad de España, puesto que los reinos de Castilla y Aragón siguieron con sus respectivas instituciones y leyes propias, incluso había fronteras entre ambos. Tampoco es cierto que los Reyes Católicos se apoyaran en el pueblo frente a la nobleza. No hubo ruptura con el orden precedente de los tiempos de Enrique IV de Castilla y Juan II de Aragón, aunque, como otros monarcas posteriores (Felipe II, Luis XIV o Federico II), impusieron la superioridad del trono convirtiendo a los nobles en colaboradores. Ambos esposos participaban en la toma de decisiones en los dos reinos, aunque Isabel estuvo más interesada en la política interior de Castilla mientras Fernando tenía una fuerte inclinación hacia la política exterior, especialmente hacia Italia, lo que llevaba al enfrentamiento con Francia, y aquí la aportación de Castilla era fundamental. Aún con la dificultad de un cálculo seguro se estima que la población de Castilla era de unos 5.000.000 de habitantes, mientras que la de los distintos reinos de la corona de Aragón rondaba los 850.000, demasiado poco para enfrentarse a una Francia muy poblada, pero con Castilla ya era otra cosa.  

 Es un periodo en el que se estabiliza la moneda, se desarrolló un activo comercio de lana y otras mercaderías entre ciudades castellanas con Flandes y las hanseáticas. En Burgos y Medina del Campo prosperaron importantes comerciantes y financieros. La Castilla de finales del siglo XV era de gran vitalidad en la que trabajaron importantes artistas del norte de Europa. El “descubrimiento” de América dio lugar al inicio de la expansión atlántica de Castilla mientras continuaba la aragonesa en el Mediterráneo. Pero no todo fueron aciertos. La expulsión de los judíos causó importantes daños y el apoyo a la poderosa organización ganadera de La Mesta debilitó el desarrollo de la agricultura en regiones como Extremadura y Castilla la Nueva que en las crisis posteriores habría mitigado penosas situaciones de hambre. Las leyes de indias de Isabel prohibían la esclavitud de los habitantes del Nuevo Mundo, que en teoría eran libres, pero la instauración de la encomienda y la mita en la práctica imponía el trabajo forzoso en condiciones penosas. La mortandad en aquellos territorios fue espantosa, no tanto por la violencia directa como, sobre todo, por la falta de inmunidad de los habitantes locales frente a las enfermedades desconocidas para ellos que trasladaron los nuevos pobladores, esto fue tan dramático que la población originaria en muchas islas del Caribe prácticamente desapareció, y esto, para los colonos y la Corona era un problema porque sin mano de obra no era posible la explotación de las nuevas tierras. Fue fundamental la conquista de los imperios de las altas tierras en México y Perú que se produjo en los primeros años del reinado de Carlos I.

 Que las coronas de Castilla y Aragón cayesen sobre las sienes del primero de los Habsburgo tuvo mucho que ver con el azar de varias muertes, la primera la del hijo de su abuelo Fernando el Católico y la joven francesa Germana de Foix con la contrajo matrimonio tras enviudar. Antes se habían producido la su padre Felipe I el Hermoso, la de su tío, el príncipe Juan (que yace en un espléndido sepulcro en el monasterio de Santo Tomás de Ávila) y la del hijo póstumo de éste habido con Margarita de Habsburgo, a lo que hay que sumar la enfermedad mental de su madre, la reina Juana I de Castilla. A su llegada a España en 1517 Carlos, nacido en Gante, fue visto por los castellanos como un rey extranjero que no hablaba castellano y estaba rodeado de flamencos que ocuparon importantes cargos. Luego es cierto que se “españolizó” pero tanto él como todos los Austrias tenían ante todo presente los intereses de la familia Habsburgo y los dominios que habían heredado. Eso hizo que su política girase de forma primordial sobre los conflictos europeos, en especial el conflicto gangrenoso en los Países Bajos. La Hacienda castellana tuvo que soportar los enormes gastos militares y las remesas las flotas provenientes de América acaban en manos de banqueros genoveses o flamencos. La política económica de los Austrias fue desastrosa para Castilla, que si en el siglo XVI todavía tenía un importante empuje económico (población de todos los reinos en 1600 había crecido algo a pesar de varias terribles epidemias, las muertes en las guerras y quienes pasaron a América, que parece no fueron más de 200.000), acabó exhausta a finales del XVII. Vista esta evolución de los dos siglos uno puede preguntarse si los comuneros alzados en armas contra Carlos en 1521 no tenían algo o mucho de razón. Pero lo que no cabe duda es que en el siglo XVI la monarquía de Carlos V (ya emperador gracias a los dineros otorgados por las Cortes Castellanas y los préstamos de banqueros como los Fugger que sirvieron para comprar las voluntades de decisivos electores) y de Felipe II se convirtió en un imperio universal. Es sorprendente la rapidez con la que se conquistaron enormes territorios en América.

 La sociedad del Antiguo Régimen era estamental en la que los nobles e hidalgos (una capa pequeña de la población) no pagaban impuestos (tampoco los clérigos) que recaían sobre el pueblo llano o pecheros. Las acuciantes necesidades financieras de la monarquía obligaron a sortear con diversos artificios esta situación para hacer pagar, sobre todo a la Iglesia, pero cuidando mucho las apariencias. Unas necesidades que nunca se colmaban,    tanto que en tiempos de Felipe II, a pesar de las devaluaciones y enorme aumento de la presión fiscal no se pudo evitar la quiebra de importantes banqueros en 1575 que se extendió por toda Europa, ni la suspensión de pagos de 1596. “El peso del Imperio resultaba excesivo. Al morir Felipe II en 1598 los ingresos totales de la Hacienda se calculaban en 10 millones escasos de ducados y la deuda del Estado en 68 millones”. Tan alta presión fiscal impidió que su heredero, Felipe III, la siguiese aumentando, lo que no ocurrió con Felipe IV, pero a cambio fueron años de una corrupción rampante auspiciada en su provecho y el de sus allegados por el valido Duque de Lerma cuyo desprestigio fue tal que cuando fue cesado casi pierde la vida. La expulsión de los moriscos llevada a cabo entre 1609 y 1613 fue otro desastre, en especial en el reino de Valencia.

 Aparentemente era una sociedad de gran rigidez en la que no había movilidad social ascendente, pero Domínguez Ortiz lo matiza al indicarnos que en la “practica, el favor, la habilidad y sobre todo, la riqueza, habrían un camino hacia arriba”, pero era un camino mucho más cegado para los cristianos nuevos, tanto moriscos como judeoconversos. La limpieza de sangre lo impregnaba todo y sobre ella gravitaba la vigilancia de la Inquisición, aunque a veces había excepciones señaladas en las que personas muy principales, como el Conde Duque de Olivares, no se molestaban mucho en ocultar algunos ancestros judaicos.

 Los gremios, de origen medieval, florecieron en la mayoría de las ciudades importantes en los siglos XVI y XVII porque dieron un sentimiento de dignidad a los trabajadores en una época en la que las artes mecánicas eran desconsideradas y a los municipios les facilitaba una inspección del trabajo y el control de calidad y precios, pero con las crisis del siglo XVII los maestros hicieron lo posible para evitar nuevas maestrías a los oficiales y reservarlas para sus hijos o yernos lo que acabó llevando al desprestigio.

 El XVII es un siglo de crisis en toda Europa que cae en un estancamiento con solas pequeñas excepciones en Polonia, Inglaterra y Holanda. A los factores políticos, como la guerra de los treinta años, se sumaron el estallido de epidemias mortíferas que llevaron a que la población europea en 1700 apenas varió en relación a la de 1600. Las epidemias estaban precedidas de hambrunas por lo que la mortandad afectaba más a los pobres. Es un siglo en que produce el declive de la hegemonía española, pero en el que florecen las artes y las letras, es el siglo de Velázquez y Murillo, Cervantes, Calderón de la Barca, Lope de Vega. El intento del Conde Duque de repartir la carga del Imperio entre todos los reinos aliviando algo a Castilla, la llamada Unión de Armas, fracasó. El reinado de Carlos II acabó con una Castilla exhausta como ya se ha dicho.  

 En la segunda mitad del XVII tuvo lugar un proceso latifundista en América, sobre todo en México, en el que los patronos prefirieron renunciar al trabajo forzoso de la mita en las minas y la encomienda por el “libre” de los peones pagados con dinero o pequeños trozos de tierras, pero “casi siempre estaban tan desvalidos y tan agobiados por las deudas, que en la práctica no podían ni querían abandonar la hacienda en la que se encerraba todo su horizonte vital; pero en un caso extremo lo hacía”.  Vemos claro que, como ya dijeran otros grandes historiadores, la Historia no es un camino ininterrumpido hacia el progreso social, hay avances y retrocesos.


domingo, 13 de agosto de 2023

FORMAS DEL CONFLICTO: HUELGA Y ESPACIALIDAD DE LAS LUCHAS

 


¿Hay un declive en las formas clásicas de expresión del conflicto laboral o se está produciendo un desplazamiento de éstas hacia otras medidas de acción colectiva en donde el elemento del trabajo asalariado ya no es determinante? Este es el marco de análisis en el que se mueve el libro “Riot, Scipero, Riot. Una nuova época di rivolte” Metelmi editore, Milán, 2023 que ha dado lugar a un comentario del mismo junto a una serie de reflexiones sugeridas por su lectura.

El autor, Joshua Clover, es un profesor de literatura de la Universidad de California en Davis (Sacramento) y publicó este texto en el 2016, traducido al italiano en el presente año, 2023 que es el texto al que se ha accedido. En él se opta por mantener el término inglés de riot, que en el diccionario se define como “una ocasión en la que un gran número de personas se comporta de forma ruidosa, violenta e incontrolada en público, a menudo como protesta” y que en castellano podría traducirse como “disturbios” o “tumulto”. La obra se sitúa en el proceso histórico en el que la revuelta y la resistencia frente al capitalismo se manifiesta en los disturbios sobre el precio del pan o en general sobre los precios de los alimentos o el rechazo a la exportación de bienes y de mercancías que se precisaban prioritariamente para el consumo de la población, y conforme avanza la industrialización y se instala la fábrica como centro de la producción capitalista configurando el salario como eje de la reproducción social, la forma de resistencia y del rechazo cambia y se concentra en la huelga. Este tránsito de los disturbios – riots – a la huelga está muy bien documentado en el libro especialmente para las experiencias británicas y norteamericanas, y especialmente en este último caso, con interesantes reflexiones sobre raza, sindicato y conflicto.

 Tras la gran crisis 1973-1976 el proceso vuelve a cambiar y el capital “se aleja progresivamente de la producción” adentrándose en el espacio de la financiarización, la especulación inmobiliaria y el crédito y el endeudamiento como forma de realizar el beneficio. De esta manera, el autor mantiene que se desplaza a la esfera de la circulación el punto neurálgico de la obtención de la tasa de ganancia, un “espacio ruidoso, superficial y accesible” en el que se localiza gran parte de las actividades prácticas – y caóticas – de la vida cotidiana. Es la situación inevitable derivada del carácter omni-invasivo del mercado en esta fase del capitalismo: “se despierta uno por la mañana y se encuentra en la esfera de la circulación, dependiendo del mercado como el lugar en el que buscar alimento, vestido y, muy a menudo, asistencia y cuidado. Además en la sociedad capitalista, el mercado es un lugar fundamental de la socialidad pública (…) las vidas personales se desplazan hacia los regímenes de la circulación”.

Pues bien, esta centralidad del mercado que convierte a las personas en “sujetos circulantes”, tiene también efectos directos en las formas que debe adoptar el conflicto para lograr una mayor eficacia. Las acciones de interferencia con el movimiento físico de las mercancías ganan relevancia porque el sector de los transportes – la logística - ha ganado importancia como lugar del antagonismo social, porque se han convertido en una frontera crucial no sólo para lo que se pueden denominar “las luchas de la circulación” sino también para la organización colectiva de las personas que trabajan. “El control del movimiento de las mercancías, prescindiendo de las relaciones con la producción de plusvalor, desarrolla un rol cada vez más decisivo en el conjunto de la economía en la determinación de los beneficios y de los salarios, en la dominación de la vida cotidiana que define la política y en la unión de las dos esferas de la producción y de la circulación en el interior de las formas de organización social que son objeto de contestación por la acción colectiva”. Y, por consiguiente, “la fuerza agregadora del bloqueo, de la acción estratégica dirigida contra cualquier tipo de transporte desde los distritos comerciales hasta el mar abierto, nace de y corresponde a una transformación de la economía mundial que resulta en buena medida subordinada al corazón palpitante del capital. Sobre esto el consenso es general” (la cursiva es mía, p. 227). Es decir, que el análisis actual de las condiciones de reproducción social en el mundo globalizado hace que la financiarización y el aumento del comercio planetario tengan un papel preponderante, y que en la visión mantenida por el autor de la obra comentada, la racionalidad del capitalismo actual se basa en la circulación de mercancías, capitales y fuerza de trabajo, lo que constituye la matriz del actual proceso económico. La logística ha reestructurado el modelo fordista desmantelando la centralidad de la fábrica, dislocando la producción a través de las cadenas globales de valor a través de una nueva división internacional del trabajo y redefiniendo los campos de la valorización en el tránsito de la fábrica a la metrópoli.

 Ahora bien, prescindiendo de los objetivos teóricos que pretende la obra, en la que se inspira en la teoría del valor de Marx (D-M-D’) para construir una relación riot – huelga – riot’, como propuesta metodológica y conceptual, lo más sugerente del texto es la referencia a las “luchas de la circulación” de las que los disturbios son la expresión más genuina, y que cambian el espacio del conflicto del lugar de trabajo a los lugares públicos: la calle, las plazas, las carreteras, como “lugares de la circulación de las mercancías y de los cuerpos”. Esto plantea la conveniencia de una reflexión sobre las formas de lucha adecuadas y la exteriorización del conflicto desde la contraposición que se propone entre huelga/disturbios, que se prolonga en otros pares opuestos, como tiempo/espacio o fábrica/calle. Una propuesta de reflexión que se relaciona con el tipo de reivindicaciones que se exhiben en los conflictos laborales y la conexión en los mismos de la esfera de la subordinación en la relación de trabajo y la subalternidad socio-política en las condiciones de existencia de las personas que trabajan.

 Es decir, este texto puede abrir un proceso en el que se interrogue sobre la ideología de la acción colectiva que actualmente está vigente en nuestra cultura sindical y laboralista en la que la formalización del conflicto a través de la regulación del derecho de huelga es característico, de manera que la huelga como derecho impone un orden dentro del conflicto aceptado por el Estado y que se encuentra con el panorama tan excepcional como el que se establece en nuestro país con el reconocimiento constitucional del derecho de huelga mediado por el texto legal preconstitucional y su acomodo constitucional a partir de la STC 11/1981 y la jurisprudencia posterior que define su contenido y alcance. Este marco normativo estaba concebido para hacer ineficaz o colocar fuera de la ley a una buena parte de las formas de realización de la huelga, desde las que se referían a la modalidad seleccionada por los convocantes hasta las que vetaban determinadas reivindicaciones laborales que se entendían incompatibles con un esquema contractual estricto en el seno de la empresa entre empresarios y trabajadores a su servicio.

 El debate jurídico se desenvolvió fundamentalmente en torno a estas coordenadas a partir de la interpretación depuradora de la jurisprudencia constitucional, pero no tuvo en consideración la circunstancia de la adaptación o no de estas formas de exteriorización del conflicto las nuevas condiciones en que se efectúa actualmente el trabajo. En efecto, al margen de la crítica sobre la relación “típico/atípico” en la noción de la huelga y su contenido eminentemente reductivo que resultó relativamente rebajado mediante la interpretación de la STC 11/1981, la propia configuración del art. 7.2 DLRT en cuanto a las modalidades de huelgas abusivas sólo puede comprenderse desde la perspectiva de una huelga de ámbito empresarial en un contexto de la organización del trabajo fordista, sin que se haya concebido una posible utilización de estas mismas modalidades de acción en el ámbito del sector o rama de producción, con huelgas coordinadas de sectores que pudieran rotar en el marco de un conflicto que afectara territorial o sectorialmente a un conjunto de la economía. En ese mismo sentido, las huelgas de solidaridad han estado infrautilizadas pese a la legalización de las mismas en la doctrina constitucional o, de manera muy señalada, la práctica autoritaria y restrictiva de limitación de la huelga en los servicios esenciales, tanto respecto de la delimitación de la  siempre más extensa esencialidad del servicio a efectos de huelga como en lo que se refiere a la conciencia de la inevitabilidad de la imposición de un servicio mínimo copioso, ha sido aceptada en líneas generales por los propios sujetos convocantes de la huelga en este cada vez más extenso sector caracterizado por restricciones importantes al derecho de huelga. En este sentido, la regulación de la huelga está concebida en función del mantenimiento del orden en la producción, lo que es contradictorio con su propia funcionalidad como derecho a la vez de resistencia y de participación democrática, y la carencia de cualquier análisis sobre la adaptación de este esquema regulador primigenio a las nuevas condiciones de prestación del trabajo en el marco de nuevos modelos de negocio, deteriora la función emancipatoria e igualitaria que la huelga encarna en su reconocimiento constitucional como derecho fundamental.

Pero lo que este libro plantea es la importancia del espacio como ámbito de expresión de las luchas colectivas, lo que por tanto lleva a pensar la relación que existe actualmente entre el conflicto laboral clásico, organizado en torno a la huelga en los lugares de trabajo, y el espacio que se halla fuera de este perímetro, sin que haya una oposición entre estas formas de expresión del conflicto, sino una articulación posible de movilización. Hay al menos tres campos por redefinir, que se abordan a continuación de manera muy esquemática.

 El primero, el enlace entre la huelga y su presencia fuera de la fábrica, del lugar de trabajo en el que se desenvuelve la prestación de trabajo asalariado. Es decir, la importancia de la calle como espacio de la solidaridad de la ciudadanía con el conflicto desencadenado entre los muros de la empresa. O, si se quiere de otra manera, el mecanismo que permite romper la separación de la persona que trabaja en la empresa y el conjunto de la ciudadanía que vive del trabajo asalariado y que cualifica su pertenencia a la comunidad política por su inserción en el círculo de la subalternidad social que le da la relación salarial. Esta conexión la da la figura del piquete de masas. Se trata de una figura aceptada por la jurisprudencia constitucional, que configura el piquete dentro del contenido esencial del derecho de huelga y que en su conformación como piquete masivo lleva también aparejado el ejercicio del derecho de manifestación. Las restricciones al piquete se basan fundamentalmente en la alegación del art. 6.4 DLRT a partir del respeto de “la libertad de trabajo de quienes no quieran sumarse a la huelga”, pero, al margen de lo incorrecto de este alegato, en el caso del piquete masivo esta referencia a la “libertad de trabajo” no tiene sentido, puesto que la forma de proceder del piquete es justamente la de ocupar la calle y manifestar ante la opinión pública y la ciudadanía los motivos del conflicto y las razones que asisten a los convocantes de la huelga, recabando la solidaridad de los mismos. En su desarrollo material en el espacio urbano, lo que se opone como límite es de un lado la libertad de comercio, protegiendo a las personas que quieran acceder a los distintos establecimientos para consumir bienes o servicios y en consecuencia la libertad de circulación de mercancías y de bienes y servicios más que la libertad de empresa. El piquete de masas en esta visión no se confronta con la empresa sino con la policía, que es la guardiana de las mercancías, enmascarada en la defensa del orden público que realmente es la custodia de un orden privado económico. El otro límite que se impone a esta forma de conflicto es el respeto a la libertad de circulación en el sentido de impedir cortes de tráfico o el movimiento de personas y cosas por la ciudad. También aquí el piquete de masas se confronta con el poder de policía que quiere asegurar a toda costa la normalidad plena de la circulación de bienes y de cuerpos en la ciudad.

El piquete de masas – que está integrado en las prácticas de la acción colectiva en nuestro país, en especial en las huelgas generales, en donde recorre las calles para visibilizar la protesta y recabar la solidaridad de hombres y mujeres que viven en ese momento en la ciudad que atraviesa una agregación contundente de personas huelguistas – supone jurídicamente el ejercicio del derecho de huelga y del derecho de manifestación, aunque los límites a estos derechos fundamentales se hacen derivar de unos condicionamientos externos dependientes del orden público que son muy cuestionables y que posibilitan intervenciones de la policía con grandes dosis de arbitrariedad, con la consecuencia de que también pueden desencadenar reacciones contrarias por parte de los huelguistas / manifestantes. En todo caso, el piquete de huelga masivo reúne las notas características que en el libro comentado ocupa la noción de “disturbios” aunque su autor lo presupone siempre en abierto enfrentamiento con las fuerzas del orden, como un momento decisivo del antagonismo social. Sin que esta contienda se tenga que efectuar necesariamente, lo cierto es que el piquete de masas ha trasladado su eje de acción al espacio ciudadano, y por tanto desde esta figura se resignifica de manera muy interesante la figura de la huelga en un contexto de la complejidad de las formas de expresión del conflicto y de los medios de lucha.

 El segundo punto es también conocido, porque se remonta a la posibilidad de dar carta de naturaleza al conflicto que se expresa fuera de los lugares de trabajo y se materializa en acciones sobre el territorio como las carreteras, la circulación vial o de personas y mercancías, cuando no se trata de acciones que provengan de las propias personas empleadas en las empresas de transporte de cosas o de personas. Los “cortes de ruta”, las concentraciones en torno a los lugares que ocupan las instituciones para presionar sobre determinadas reivindicaciones o para protestar contra ciertas decisiones, suelen ser medidas de conflicto que tienen como referencia el derecho de manifestación y un mucho más genérico y no formalizado derecho a la protesta. Este es el dominio por excelencia del concepto genérico de “disturbio” que se concreta en variadas formas de lucha, en las que se revaloriza el momento directamente político de estas acciones al abrirse normalmente a la intervención directa de las fuerzas de seguridad del estado como directos interlocutores en el escenario del conflicto.

 El desbordamiento del conflicto laboral en el conflicto social del territorio no es tampoco una cuestión excepcional. Hay algunos supuestos típicos en los que éste se produce. Así, en los supuestos de deslocalizaciones de empresas transnacionales importantes, que no solo producen la destrucción de empleo de las personas que trabajan para ellas en los centros de trabajo que se desplazan a otro lugar, sino que su desmantelamiento afecta al tejido social y laboral del territorio, de donde la unificación del conflicto dentro y fuera del espacio laboral (del espacio-empresa) al territorio afectado puede revestir formas de huelgas de solidaridad en las empresas de la comarca o de la región afectada, pero fundamentalmente genera concentraciones, manifestaciones y asambleas ciudadanas. Otro caso en donde se puede comprobar una relación de continuidad entre el conflicto laboral y el conflicto social articulado en el territorio es en las luchas por el medio ambiente o contra los efectos contaminantes de algunas empresas, en donde la relación entre ambiente de trabajo saludable y medio ambiente asegura el nexo entre población afectada y conflicto laboral.

 La prolongación de la huelga en las movilizaciones ciudadanas es por consiguiente un elemento muy frecuente en los casos de destrucción de empleo como consecuencia de la desaparición de una gran empresa en una zona determinada, como sucede con los supuestos de deslocalización. Esos momentos de crisis de empleo generan un conflicto laboral pero asimismo una fuerte movilización en el territorio que involucra a la ciudadanía de la comarca o de la región. Se debe sin embargo señalar que este tipo de desbordamiento del conflicto laboral en el territorio y el desplazamiento por tanto de la lucha desde los confines de la empresa – que está desapareciendo o se van a eliminar – al territorio, a la calle y a las plazas, parece producirse de manera espontánea, pero normalmente se transmite a partir de la existencia de una organización permanente que representa a las personas trabajadoras afectadas de manera principal o directa por el conflicto, sin que el “disturbio” o movilización en el territorio haya producido previamente una estructura organizativa estable o permanente. Es importante por tanto tener en cuenta este hecho organizativo porque cuando el conflicto no proviene del sector de la producción y del trabajo asalariado, sino que se refiere a las condiciones de vida, como sucede especialmente con el problema acuciante de la vivienda, ni se produce la conexión con el ”mundo del trabajo”, ni existen las estructuras institucionales que garanticen la representación de intereses y los medios de acción correspondientes. No se trata de un problema de delimitación de intereses privativos a grupos profesionales y ciudadanos, puesto que la definición del interés colectivo de las personas que trabajan abarca el horizonte de lo “socio-económico” y el sindicato más representativo en un agente “sociopolitico” fundamental, por lo que el tema de la vivienda formaría parte de los objetivos por tutelar. Pero no se han construido las estructuras de enlace entre estas esferas, y está normalizada la desconexión de las luchas que parten del “otro lado” como luchas por el precio de los bienes  comunes como la vivienda o su accesibilidad, respecto de la movilización laboral.