El curso de Expertos/as Latinoamericanos/as en relaciones laborales ya se ha terminado y sus asistentes regresan a sus lugares de origen en los distintos países de América del Sur. El próximo año el Congreso de los ex becarios se celebrará en Ciudad de México, aunque el tema que ha de tratar está todavía en estudio, como también la materia sobre la que versará el Curso de Toledo del año veinte del presente siglo. Pero en esta ocasión, el XXIX encuentro de los exbecarios se ha resuelto en un reconocimiento más que merecido al alma de los mismos, Pedro Guglielmetti , como se señalaba en ka entrada de ayer de este mismo blog. El grupo de la UCLM que participó en el mismo - los directores Joaquín Aparicio y Laura Mora, asistidos de Joaquín Pérez Rey, Antonio Baylos y Charo Gallardo fundamentalmente - le hicimos llegar a nuestro amigo unas palabras de reconocimiento que escribió y leyó en el auditorio repleto a rebosar su autora, que ahora ha dado permiso para su publicación aquí. Es un bello texto de resonancias poéticas que retrata el afecto y el cariño por este inmensa persona en su cambio de década. Es el siguiente:
Querido Pedro:
Eres como un tuareg, un nómada con sede en cada uno de nuestros
corazones.
Con tantas sedes, casas, hoteles, universidades y buenos restaurantes
como amigos y amigas tienes, como gente que te quiere puebla nuestros dos continentes.
Sin turbante pero con la planta de un beduino aparente, eres el hombre
en movimiento que nos ha enseñado a tejer redes, a tejer y tejer entre unos y
otras, entre territorio y territorio interno y externo, entre países y algunos
gobiernos, porque sabes que si no es tejiendo no hay transformación, no hay
paño que nos abrigue el buen vivir.
Pedro, el Tuareg, no te atienes a las coordenadas del tiempo y el espacio
convenidas por los hombres de orden. Te saltas la medida del cronos, del paso
de las cosechas. Brincas las fronteras y las aguas. En realidad, para ti nunca
ha habido fronteras. Ni siquiera en el exilio. Y nos ayudas a derribar algunas
nuestras, límites que derrocados permiten imaginar, soñar.
La vida se te ha impuesto dura, cambiante, inmensa. Quizá alguna vez
intentaste doblegarla. Ahora, la cabalgas y la disfrutas en su forma, como
acontece, sin demasiadas nostalgias ni exigencias, cuidando el cuerpo para que
pueda seguir al trote en tu trabajo, suave con una bella damisela o galopando
al ritmo de cientos de ostras o un buen coñac.
Muchas veces cuento a otras personas que no te conocen quién eres y les
gustas. A la gente con mapa le gustan los Tuaregs, porque confirman que existe
otra manera, otro rumbo, que cuando la vida no está medida –por duro que pueda
resultar en ocasiones- hay espacio para la creación, para vivir al vuelo, para
Vivir.
Te quiero también decir que nos enseñas a ser maleables a lo nuevo, que
siempre estás abierto al cambio. Te gusta escuchar y aprender. Sabes que nada
sobra. ¡Hombre despierto entre la mansedumbre!
Por eso, eres Pedro el que exhorta, el que solo eleva el tono de voz
para recordarnos la necesidad de nuestra militancia, de retejernos entre
juristas, economistas, gentes de la sociología….ese es tu sueño y tu
invocación: “Uníos, dialogad, entenderos, cread y haced política buena para
cambiar el mundo”.
Pedro, aquí estamos una representación de tu tejido, del fruto de tu
trabajo, de quienes intentamos obedecer tu deseo porque es nuestro.
Te honramos y damos infinitas gracias.
Somos tu Tribu, querido Abuelo.
Tu nieta y compañera,
Laura Mora Cabello de Alba
Toledo, 19 del 9 de 2019, celebrando tu 90 cumpleaños
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