Aprovechando la convocatoria en Montepulciano de la XXIV edición del Seminario Internacional de derecho comparado del trabajo y de las relaciones laborales “Pontignano”, al que acuden jóvenes investigadores universitarios de Italia, pais anfitrion, Holanda, Alemania, Francia, Inglaterra y España, Simon Muntaner, presente en calidad de junior staff del evento, ha aprovechado para echar una ojeada al área del trabajo y de la organización de empresa que siempre le ha interesado, por lo que ha debido leer la prensa porque otras actividades no las podía compatibilizar con su actuación en el seminario de Montepulcian, por lo demás meca del vino nobile di Montepulciano, que entra tambien en sus preocupaciones inmediatas. Asi que tras leer Il Manifesto del 17 de julio nos propone la publicación de estas palabras de Giorgio Araudo que habla de la FIAT de Turín y plantea cosas que no solo afectan a esta fábrica. Mas aun, en el mensaje que acompañaba esta reflexión sindical, Muntaner, tambien él traductor de este texto, añadía: “Especialmente interesante me parecen las dos partes de la reflexión, la que señala el estado de bienestar que genera unilateralmente la empresa sin modificar las condiciones de trabajo y sin integrar el bienestar el la relación salarial, y la necesidad de construir en los lugares de trabajo un mecanismo representativo diferente del institucional; creo que es un texto que le agradará especialmente a López Bulla y alimentará sus reflexiones sobre la representación en la empresa”.
HABLA SOBRE LA FIAT GIORGIO ARAUDO, Secretario FIOM-CGIL de Turín
En la fábrica Fiat de Mirafiori hoy – pero será lo mismo en otros centros de trabajo – se practica una política respecto de los trabajadores realizada por propia iniciativa de la empresa, sin negociación alguna. Se renuevan los baños, se reforma el comedor variando los menús (el último que se ha impuesto es el vegetariano), se pintan los espacios comunes de colores cálidos e intensos (rojo, amarillo, naranja) o con murales o graffitis propuestos y realizados por trabajadores del centro, se crean puntos internet y se abre en la fábrica una guardería para los hijos de los empleados a la mitad de coste de las guarderías públicas del ayuntamiento de Turín. Y en la fiesta de lanzamiento del “500” hubo más de 4000 trabajadores con sus familias asistiendo en exclusiva a las pruebas de la máquina con la pasión de un hincha de fútbol.
Se vuelve al producto, el coche, lo que implica para el grupo dirigente de le empresa una relación directa con los trabajadores, el reconocimiento de su rol y de su imagen en la realización del producto que lleva aparejado el del mando cierto e indiscutido en la empresa. Sin embargo todo lo que la FIAT está llevando a cabo con el programa “Bienestar en la fábrica” no afecta al modo de producción, carece de efectos sobre las condiciones de trabajo. El trabajo obrero todavía se organiza en cadenas de montaje que se han segmentado en UTE (unidades tecnológicas elementales) y que consisten en sistemas vinculados con operaciones repetidas cada minuto.
Condición de trabajo dura, que prevé turnos y tiene consecuencias sobre la salud y la funcionalidad de las artes sin contar el stress psicofísico. La propia Fiat, tras una demanda de la FIOM y la decisión de un magistrado de trabajo ha reconocido la existencia de un riesgo para la salud ligado a los ritmos, y ha adoptado un sistema de prevención del mismo (sistema Ocra) a través de un acuerdo con el sindicato. La carrera profesional es casi inexistente, casi todos los trabajadores son del 3 nivel y tras 25 años de trabajo llegan, con el plus de turnicidad a los 1200 € al mes ( los recien contratados, ganan 900 €). La dirección de la empresa logra un gran consenso entre los trabajadores, pero siguen abiertos todos los nudos materiales de la condición de trabajo, desde su valorización hasta su reconocimiento no sólo jerárquico.
Para ello el sindicato tiene un necesario reto ante si y un espacio para competir con la empresa. Debe reconstruir una adecuada representación de los trabajadores que parta de las condiciones de trabajo, del control de los ritmos y de las tareas tutelando la salud y el ambiente de trabajo dentro y fuera de la fábrica, prosiguiendo en la batalla por la innovación del producto y la movilidad sostenible. Un cuadro que restituya valor salarial al trabajo obrero, reconociendo su esfuerzo.
Pero ello implica una nueva etapa que de representación y visibilidad al trabajo. Hoy el delegado puede estar muy lejos y ser invisible para el trabajador que le ha elegido, ignorando relativamente la realidad cotidiana de éste. Un delegado que a lo mejor representa más al sindicato que a los propios trabajadores. Ha desaparecido aquel encuentro diario, vivo y provechoso que legaba constantemente a representados y representantes, elegidos y electores. Las RSU, que han permitido al comienzo de los años 90 un retorno al voto de los trabajadores, se han convertido en organismos burocráticos y en cierta medida “peores” que las viejas Comisiones Internas superadas por el movimiento de los delegados al comienzo de los años 70. Sin embargo, la innovación socio-productiva en Turín, es decir en un lugar insospechado, puede encontrar entre sus protagonistas una nueva subjetividad del trabajo, pero a condición que se responda al reto FIAT reconstruyendo un punto de vista autónomo y democrático del trabajo”-
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