La crisis se está desarrollando en Italia en múltiples planos, desde el estrictamente político-parlamentario y electoral hasta el incremento exponencial de la conflictividad en sectores socailes centrales, desde los estudiantes a los trabajadores. En ese contexto, no muy diferente del que se dibuja en otros paises europeos, la especificidad italiana la da la conducta claramente autoritaria y antisindical de su primera gran empresa industrial, la FIAT, que que ha generado acuerdos en centros de trabajo diferentes de la misma empresa (en Pomigliano, primero y en Mirafiori después) que ponían en práctica condiciones salariales, laborales y sindicales inferiores a las previstas en los convenios sectoriales nacionales, además de imponer la renuncia de los trabajadores a derechos indisponibles como el de huelga o el de libertad sindical.
La forma de lograr esta “inmunidad” de empresa frente a la regla colectiva sectorial es el acuerdo con sindicatos minoritarios en la empresa seguida de un referéndum entre los trabajadores en el que se explicita que la votación contraria a la decisión acordada implica el cierre del centro de trabajo y el despido de los trabajadores. El tema ha generado, como no podía ser menos, importantes reacciones en la sociedad civil italiana, y de ellas se ha dado cuenta en la blogosfera de Parapanda, en especial en el blog hermano Metiendo Bulla y en este mismo.
La última de las reacciones es especialmente interesante, al menos si la leemos desde España, donde es difícil que economistas críticos tengan visibilidad y espacio público en los medios de comunicación. En una declaración publicada tanto en Micromega como en il Manifesto, 47 profesores universitarios de economía examinan críticamente la actuación de la FIAT, exigen su retractación y apoyan la convocatoria de huelga general. Los argumentos son poderosos, y la conclusión a la que llegan manifiesta una profunda convicción democrática y solidaria como ciudadanos y como científicos, que les permite lo que posiblemente en España fuera mucho más difícil ante el control académico y mediático de la economía neoliberal sobre los espacios de expresión y de producción de pensamiento económico.
Los 47 economistas,de los que se incorporan sus nombres al final de esta entrada, concluyen de esta manera su manifiesto:
En ningún país europeo la industria del automóvil ha intentado expulsar a un sindicato crítico con la estrategia empresarial de la posibilidad de negociar las condiciones de trabajo y de representar a los trabajadores. El Acuerdo Fiat de Mirafiori reduce las libertades y los espacios de democracia, abriendo un conflicto que puede retrasar el desarrollo económico y el país entero.
Esperamos que la FIAT renuncie a una vía que no redundará en resultado económicos, sino en una exasperación de los conflictos sociales. Esperamos que el gobierno y las fuerzas políticas y sindicales contribuyan a una solución de este conflicto que restablezca los derechos de los trabajadores a ser representados de manera democrática y proteja las condiciones de trabajo. Expresamos nuestra solidaridad con los trabajadores afectados y con la FIOM, y apoyamos la huelga general nacional del 28 de enero del 2011, comprometiéndonos a abrir una discusión sobre el futuro de la industria, del trabajo y de la democracia, en los lugares de trabajo y en la sociedad italiana
Margherita Balconi, Università di Pavia, Paolo Bosi, Università di Modena e Reggio Emilia, Gian Paolo Caselli, Università di Modena e Reggio Emilia , Daniele Checchi, Università Statale di Milano, Tommaso Ciarli, Max Planck Institute of Economics, Vincenzo Comito, Università di Urbino Marcella Corsi, Università di Roma “La Sapienza”, Pasquale De Muro, Università di Roma Tre , Giovanni Dosi, Scuola Superiore Sant’Anna, Pisa , Marco Faillo, Università degli Studi di Trento, Paolo Figini, Università di Bologna , Massimo Florio, Università Statale di Milano
Maurizio Franzini, Università di Roma “La Sapienza” , Lia Fubini, Università di Torino; Andrea Fumagalli, Università di Pavia , Mauro Gallegati, Università Politecnica delle Marche, Adriano Giannola, Università di Napoli Federico II , Anna Giunta, Università di Roma Tre, Andrea Ginzburg, Università di Modena e Reggio Emilia , Claudio Gnesutta, Università di Roma “La Sapienza”, Elena Granaglia, Università di Roma Tre, Simona Iammarino, London School of Economics , Peter Kammerer, Università di Urbino, Paolo Leon, Università di Roma Tre, Stefano Lucarelli, Università di Bergamo , Luigi Marengo, Scuola Superiore Sant’Anna, Pisa, Pietro Masina, Università di Napoli "L'Orientale", Massimiliano Mazzanti, Università di Ferrara , Marco Mazzoli, Università Cattolica di Piacenza, Domenico Mario Nuti, Università di Roma “La Sapienza”, Paolo Palazzi, Università di Roma “La Sapienza”, Cosimo Perrotta, Università del Salento, Mario Pianta, Università di Urbino , Paolo Pini, Università di Ferrara, Felice Roberto Pizzuti, Università di Roma “La Sapienza”, Andrea Ricci, Università di Urbino, Andrea Roventini, Università di Verona , Maria Savona, University of Sussex , Francesco Scacciati, Università di Torino, Alessandro Sterlacchini, Università Politecnica delle Marche, Stefano Sylos Labini, Enea Giuseppe Tattara, Università di Venezia, Andrea Vaona, Università di Verona, Enzo Vivarelli, Università Cattolica di Piacenza , Antonello Zanfei, Università di Urbino, Adelino Zanini, Università Politecnica delle Marche.
1 comentario:
De todas formas, Antonio, sería terrible que hubiera una ruptura en el interior de la Cgil. ¿Qué opina el maestro de todo esto? ¿Sabes algo de UR?
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