Ante la
situación económica de los países del sur (y del este) europeo de fuerte
endeudamiento público, se abre paso la necesidad política de reconsiderar entre
el conjunto de las naciones europeas, el tema de la deuda. A continuación se
insertan dos reflexiones que se enlazan a la perfección y que tienen que ver la
primera con las ayudas del Estado alemán a la banca privada en aquel país y la
forma en la que Alemania ha podido enjugar el endeudamiento que este rescate
millonario le produjo. Como todos habrán adivinado, lo hizo gracias a las
reacciones de los inversores frente al endeudamiento de los países periféricos,
que les llevó a comprar deuda pública alemana que llegó a cotizar en intereses
negativos. Y junto a ello, la insistencia de toda una serie de economistas en
la crisis de deuda global, en equilibrio inestable soportado por la
manipulación de los mercados financieros. La cuestión es especialmente grave en
el caso español, pero amenaza a tantos otros países.
Por eso,
los cambios electorales que se avecinan en Grecia primero y también en España
después darán fuerza a la propuesta de celebrar una conferencia internacional
sobre la deuda pública europea. Nada extraño ni por tanto una reivindicación
que sólo mantienen los grupos de la izquierda unida europea. Dentro de poco
será una reivindicación fuerte mantenida desde la necesidad de buscar una
solución democrática que sustituya la gobernanza económica y las políticas de
austeridad.
El primer tema lo aborda Gregorio Abascal, (http://www.economiaciudadana.org/2014/11/el-rescate-financiero-de-la-banca-alemana.html
) de esta manera:
Entre los años 2007 al 2013, la
Unión Europea de los 28 ha destinado al sistema financiero un total de deuda
pública de 2.815.796,6 millones de euros. Para simplificar esta cifra y hacerla
más corta, serian 2.8 Billones de euros, el equivalente a 8 años de los
Presupuestos Generales de España, o al PIB de casi tres años.
Analizando los datos de las
ayudas directas del Estado Alemán a la banca en el periodo 2008/2010, se puede
observar que si bien los dos primeros años, las ayudas fueron moderadas, de
poco más de 6.000 millones de euros, en el año 2010, el gobierno alemán ante la
crítica situación de pequeña y no tan pequeña banca, decide aumentar su apuesta
por la inyección directa a cargo de los presupuestos generales y acude en ayuda
de la banca alemana con 33.000 millones de euros. Ya en 2008 la emisión de
deuda pública destinada a apoyar l sistema financiero alemán fue de
47.434 millones de euros; en 2009 aumento hasta los 85.303 millones
de euros, pero el clímax en la subvención del sistema financiero alemán llegó
en 2010 con la nada despreciable cifra de 261.919 millones de euros, que junto
a las ayuda financieras directas sumarian un total de 294.919 millones de euros..
Continuando con el análisis de la deuda pública destinada al apoyo del sistema
financiero germano, podemos ver que los años posteriores a 2010 se mantiene
estable en torno a 210.000 millones de euros. Para ser más precisos, en 2011
243.824 millones de euros; en 2012 260.623 millones de euros y en 2013, último
año del que poseemos datos, 217.912 millones de euros.
Si sumamos todos el dinero que ha
destinado Alemania a su sistema financiero desde 2008 nos daría la siguientes
cifras: Deuda Publica 1.117.018,2 millones de euros, más ayudas directas
-37.490,5 millones de euros, siendo el total del apoyo al sistema financiero
del gobierno alemán de Ángela Merkel de 1.079.527,7 millones de euros,
superando el 100% del PIB anual de España.
Cuando se disparó la prima de
riesgo sobre la deuda soberana española, los inversores buscaron refugio en la
deuda soberana alemana llevándola a cotizar en intereses negativos y
precisamente aquí está la clave. La crisis de deuda soberana de los países
rescatados permitió a Alemania financiar su sistema financiero a costa de
dichos países ya que permitieron que su deuda fuera negativa y por lo tanto
le saliera gratis, mientras que al mismo tiempo se disparó el pago de
intereses de la deuda a gobiernos como el de España.
En cuanto al aumento de la
cantidad de deuda emitida por Alemania, pasó inadvertida debido a la intensa
demanda de la misma por parte de los inversores internacionales.
Juan Laborda, por su parte, en http://vozpopuli.com/blogs/5389-juan-laborda-por-que-es-necesaria-una-victoria-de-syriza recuerda que el problema de deuda es
generalizado, de ahí que Ministro de
Finanzas irlandés Michael Noonan haya expresado públicamente un
amplio apoyo a la idea de una conferencia de la deuda europea tras las
próximas elecciones generales en Grecia. Según fuentes gubernamentales
irlandesas cualquier conferencia europea sobre la deuda debería considerar no
sólo la deuda griega, sino también la irlandesa, española, portuguesa…, como
parte de un nuevo enfoque de los problemas que enfrentan a los distintos
estados rescatados de la Unión Europea.
Un nuevo enfoque económico
alternativo al dominante mantenido por un compacto grupo de economistas de fama
internacional que asesoran a Syriza. Lo explica competentemente Juan Laborda en la misma página citada.
“Además del profesor Euclid
Tsakaloto, que suena como ministro de economía en caso de una victoria de Syriza,
ésta formación cuenta con el apoyo y asesoramiento expreso de economistas
heterodoxos de medio mundo, postkeynesianos en su mayoría, que sí
diagnosticaron y previeron la actual crisis sistémica. Nos referimos a
académicos europeos de la talla de Yanis Varoufakis o Stuart Holland,
que junto al profesor estadounidense James Kenneth Galbraight
presentaron en su momento “A Modest
Proposal for Resolving the Euro Crisis. Version 4.0”.
Pero hay muchos más –Steve
Keen, Dimitri Papadimitriou, John Geannakoplos,..-, la
mayoría de ellos formados y/o pertenecientes a la plantilla de universidades
inglesas más relevantes, o a “think tanks” de prestigio como el Levy
Economics Institute. Nos referimos, más específicamente, a todos
aquellos lugares y espacios académicos que hace tiempo invalidaron la ortodoxia
económica dominante, y que aspiran a buscar el paradigma perdido”.
El 25 de enero nos jugamos mucho
todos los demócratas europeos en las elecciones de Grecia. Todos los que concebimos
Europa como unión federal y democrática caracterizada por un modelo social en
el que el trabajo es considerado como una actividad socialmente determinante
que es portadora de derechos ciudadanos, tenemos que identificarnos con la
capacidad de los pueblos de reafirmar sus compromisos constitucionales con el
Estado Social y con un trabajo con derechos. En la propaganda de Syriza se hace
hincapié en que ha llegado la hora de la esperanza, porque “el futuro tiene un
nombre”: se llama dignidad, justicia y democracia. Eso es justo lo que requieren los pueblos
de Europa ahora.
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