La OIT ha
desplegado una importante actividad en relación con el marco económico y social
resultante de la crisis originad por la pandemia del Covid-19. Son muchos los
informes, tanto generales como sectoriales en los que se analizan las
consecuencias que esta enorme crisis global está produciendo en todo el planeta.
En esta misma línea, la OIT ha convocado para comienzo de julio una Cumbre
Mundial sobre la Covid-19 y el Mundo de trabajo. Una cumbre virtual, que se realizará
en línea, y en donde se prevén dos encuentros regionales previos y una sesión conjunta
para los días 7 a 9 de julio.
La organización prevista es la
siguiente:
7 de julio: Día regional, en el
que se presentarán los aspectos más destacados de los cinco eventos regionales
mediante emisiones en directo y en diferido, así como entrevistas y vídeos
sobre las medidas de respuesta de la OIT frente a la COVID-19.
8 de julio: Día de los líderes
mundiales, que incluirá alocuciones de Jefes de Estado y de Gobierno de los
Estados Miembros de la OIT, destacados dirigentes internacionales de
empleadores y sindicatos, y directores de varias organizaciones internacionales
sobre los retos y las oportunidades que plantea la pandemia en el mundo del
trabajo.
9 de julio: Día de los mandantes
de la OIT, en el que intervendrán ministros y representantes de trabajadores y
empleadores de los Estados Miembros para debatir en directo los eventos de los
días anteriores y abordar la aplicación de la Declaración del Centenario de la
OIT para el Futuro del Trabajo con respecto a la pandemia.
El enfoque con el que la OIT
aborda este encuentro aparece muy bien expresado en una “nota conceptual” que
enmarca el debate sobre el que se quiere incidir, la disputa sobre lo que
nosotros en España conocemos como “nueva normalidad” y la necesidad de cambios
en la forma de organizar el trabajo y del marco regulador que disciplina éste,
además de la consideración de una dimensión de ciudadanía social que obliga al
reforzamiento de la acción pública de prestación de servicios esenciales para la
tutela de la salud y de la seguridad en la existencia de la mayoría de la población.
La “nota conceptual” de la cumbre se puede consultar en este enlace,
https://www.ilo.org/wcmsp5/groups/public/@dgreports/@dcomm/documents/meetingdocument/wcms_747938.pdf,
y de ese documento entresacamos aquí la parte programática que señala los
términos del debate:
“ 6. ¿Qué pasará ahora?
Los países de todo el mundo y la
comunidad internacional en su conjunto siguen enfrentando los desafíos
sanitarios, humanitarios y socioeconómicos asociados a la crisis causada por la
COVID-19. Mientras siga la pandemia, las respuestas adoptadas en materia de
políticas deberán aplicarse de forma eficaz como preludio necesario al retorno
gradual y seguro al trabajo. No obstante, ello no significa que se vuelva a
trabajar como antes, al menos durante el período en que debamos seguir viviendo
y trabajando con el virus y mientras no se disponga de una vacuna o terapia de
acceso universal. Se está debatiendo mucho sobre cómo será el mundo del trabajo
cuando superemos la pandemia, y la idea de una «nueva normalidad» en el trabajo
está ganando terreno. Con demasiada frecuencia, se pasa por alto la distinción
entre las nuevas prácticas que deberán adoptarse durante el período en que el
virus siga planteando la amenaza que hoy supone y las perspectivas de futuro a
más largo plazo que puedan imaginarse cuando ya no existan esas limitaciones.
El riesgo de ello es que podemos perder de vista que, a pesar de las
limitaciones que hoy enfrentamos, el futuro del trabajo puede y debe ser lo que
nosotros queramos que sea.
En efecto, los planes de
recuperación deben establecer, desde el principio, las bases de la «mejor
normalidad» que queremos. Precisamente por esa razón es tan importante basarnos
en la Declaración del Centenario de la OIT para el Futuro del Trabajo, con su
enfoque centrado en las personas, al emprender la tarea de una reconstrucción
mejor. Hay que reconocer que el punto de partida no será alentador.
Independientemente de su evolución futura, la pandemia dejará un mundo del
trabajo con más desempleo, más desigualdad, más pobreza, más deuda y, con toda
probabilidad, más frustración e incluso rabia popular. Sin embargo, la pandemia
también ha puesto de relieve, con extrema crudeza, la absoluta necesidad de
actuar sin demora para cumplir los principios y objetivos de la Declaración del
Centenario, y el precio humano de no hacerlo.
Por consiguiente, el proceso de
una reconstrucción mejor deberá responder a ciertas cuestiones y desafíos
acuciantes.
i)
¿Cómo promoverá un crecimiento sostenido,
inclusivo y sostenible, un empleo pleno y productivo y el trabajo decente para
todos? ¿Cómo pueden diseñarse respuestas a la crisis provocada por la COVID-19
que saquen rápidamente la economía mundial de la recesión y la pongan en
condiciones de superar los desafíos para una transición digital, demográfica y
ambiental justa?
ii)
¿Qué hay que hacer para resolver las enormes
vulnerabilidades en el mundo del trabajo que la pandemia ha evidenciado? ¿Cómo
intensificar los esfuerzos de formalización de la economía informal y avanzar
decididamente hacia la cobertura universal de la protección social?
iii)
¿Queremos
acelerar el uso de las tecnologías para permitir nuevas formas de trabajo a la
vista de la experiencia de la pandemia? En caso afirmativo, ¿cómo debería
regularse ese trabajo?
iv)
¿Qué
sectores de actividad económica y categorías de trabajadores requieren apoyo y
atención particulares? ¿Puede incorporar el proceso de recuperación un programa
transformador para lograr la igualdad de género y una plataforma para el avance
de los jóvenes en el mundo del trabajo?
v)
¿Cómo lograr que la reducción y eliminación de
la pobreza y los imperativos de los derechos y la justicia social se conviertan
en objetivos centrales del proceso de recuperación? vi) En un momento en que la
cooperación multilateral es más indispensable que nunca, pero enfrenta desafíos
sin precedentes, ¿cómo puede unirse la comunidad internacional en torno a un
verdadero propósito común y dedicarse nuevamente a la aplicación de la Agenda
2030 de las Naciones Unidas para el Desarrollo Sostenible?”
Es decir, la OIT, más allá de las
respuestas nacionales – todavía no hay una respuesta supranacional digna de ese
nombre, ante las vacilaciones y retrasos que el tema encuentra en la Unión
Europea – quiere que se discuta sobre el futuro del trabajo que necesariamente debe
ser diferente de cómo hasta el momento aparecía programado en los esquemas de
la normalidad capitalista de la globalización.
Una posible salida a la crisis
que ha generado la pandemia insiste en reiterar las mismas líneas de tendencia,
que no pueden sino favorecer el incremento de la desigualdad y la extensión de
la desprotección social a millones de personas. Por el contrario, otra fuerte
contratendencia pretende establecer las bases de un modelo de sociedad que
reconozca la centralidad del trabajo e impugne las consecuencias muy negativas
que genera la consolidación de políticas del derecho que acentúan la
devaluación salarial y la precarización de la existencia social de la mayoría
de los ciudadanos. La OIT pretende ofrecer un espacio de confrontación de modelos
en los que los principios y derechos fundamentales del trabajo se extiendan y
se hagan efectivos en las nuevas condiciones en las que se desarrolle el
trabajo en el mundo post-pandemia.
Pero este es un debate global.
Que se debe replicar con el que se está desarrollando en cada uno de nuestros
países. Nos estamos jugando el futuro que queremos, porque a través del tipo de
regulación del trabajo que consigamos establecer como marco de referencia, se
deducirán la gran parte de las condiciones materiales de nuestra existencia
social y personal. Estaremos atentos en sucesivas entradas a este tipo de
confrontación de proyectos y medidas.
1 comentario:
Juan Blanco Blanco En ese debate que, me parece, tan bien contextualiza tu escrito, el sindicalismo trabaja para concretar posiciones en el seno de las organizaciones internacionales, quizás más allá y acá de las retóricas más convencionalmente incorporadas en estos pandémicos tiempos. Como modesto ejemplo me permito ocupar parte de tu espacio con esta resolución que adoptamos poner en marcha en la reunión del Comité Ejecutivo de Industrialll Global Union de ayer: http://www.industriall-union.org/.../es_covid-19...
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